BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LA BÚSQUEDA DE LA BUENA PREGUNTA Y EL LIBRO “¿TU QUÉ SABES?”. ELEMENTOS A CONSIDERAR: LECTURAS DESDE EL MUNDO GLOBALIZADO Y LA CONCRECIÓN DEL “PARADIGMA ECOLÓGICO”

Germán López Noreña



Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (76 páginas, 1,14 Mb) pulsando aquí

 


 

2.1.4 La Religión En La Antigua Grecia

Júpiter y Tetis por Jean Auguste Dominique Ingres (1811).

http://es.wikipedia.org/wiki/Mitolog%C3%ADa_griega

El abordaje de esta temática, presenta una gran singularidad en lo que a su complejidad corresponde, en virtud de, entre muchas, dos razones. La primera lo es, el no haber sido el mundo griego, geográficamente una sola unidad territorial; y la segunda las conexiones de tipo sociopolítico del mito y la religión en la antigua Grecia:

La griega es la religión no practicada en la actualidad que mejor conocemos, la riqueza documental de la que se dispone para su estudio es extraordinaria, tanto en lo que se refiere a fuentes literarias como icnográficas, epigráficas o arqueológicas. Pero a pesar de todo, la extensión temporal (desde el siglo XVI hasta el cambio de era) y territorial (desde la India a la península Ibérica) del mundo griego complica la tarea de intentar su estudio ya que forma un conjunto de gran diversidad en el que no todas las partes son bien conocidas. Desde la religión de la época micénica hasta la religión helenística, pasando por la homérica ola clásica, desde la religión de los filósofos o los místicos a la oficial de las ciudades, se granan sensibilidades y creencias muy diferentes.

Al tenor de la segunda razón enunciada, entonces iniciemos tratando de clarificar los conceptos de mito y religión:

Podemos entender por mito una narración, historia o cuento, usualmente tradicional y de origen desconocido, que representa la visión general del mundo para una cultura en particular; y determina, explica y sirve de guía fundamental para diversos principios, valores, instituciones, prácticas, creencias, fenómenos naturales y sobrenaturales, condiciones universales, comportamiento humano, entre otros.

Podemos entender a la religión como un constructo cultural del ser humano que ha servido como mecanismo y herramienta para que el hombre se relacione y conecte con aquello que no puede entender y/o explicar racionalmente. Se erige así como un modo de comprender aquella parte de su realidad que no consigue explicar por otras vías. Por esta razón, en el marco religioso se condensan todos aquellos caracteres y nociones fundamentales que definen a una cultura determinada.

(J. P. Vernant; 1991)

La historiografía de la religión en Grecia registra tres momentos trascendentales con formas religiosas estructuralmente diferentes, pese a presentar similitudes en lo concerniente a ritos, prácticas y divinidades concierne: la religión micénica, la religión en el marco de la polis conocida como la religión griega por antonomasia, y la religión helenística. Todas ellas con sus características y aspectos análogos de una u otra manera contribuyeron en el legado como modelo a seguir por otras culturas para la constitución de otras religiones, en las épocas posteriores de la historia de la humanidad.

2.2 LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN EN EL MEDIOEVO

La lectura, no muy profunda, de una gran cantidad de literatura existente de la época Medioeval , comprendida para muchos, pero sin un consenso generalizado del siglo IV al siglo XV , nos deja una semblanza de haber sido una época oscura y de un gran radicalismo religioso –por cierto, apreciación actualmente revaluada, gracias a los procesos críticos y de profundización e investigativos del papel de la Patrística y la Escolástica en el desarrollo de la ciencia en esta fase histórica de la cultura occidental.

Periodo de la historia humana del siglo V al XV de la era cristiana, concebida por muchos -concepción muy probablemente errónea-, en la que la ciencia no presentó mayores avances y los dogmas religiosos estuvieron siempre dominando y condicionando a la ciencia. No obstante, reconocerse en cierta manera ser verdad la anterior apreciación, el estudio de la ciencia medioeval, se puede dividir en tres grandes momentos: la edad media antigua, la clásica, y la edad media tardía.

La hegemonía del imperio romano, caracterizado por su mentalidad práctica y su casi nulo interés por el pensamiento abstracto, se constituyó en una barrera sumamente fuerte a sortear para el desarrollo del pensamiento científico. La decadencia y desestructuración del Imperio Romano de Occidente, causó la perdida de los contactos con el Oriente el pensamiento griego fue condenado al ostracismo. Perdiéndose la accesibilidad a los tratados de los filósofos clásicos, siendo necesario que consultar fuentes productos, en su gran mayoría de traducciones no fidedignas.

2.2.1 Edad Media Antigua

No obstante, ser el latín, el vínculo predominante en el atomizado Imperio Romano de Occidente, y pese a esta característica, no podemos hablar de una unidad ni en lo territorial, ni mucho menos en lo cultural. Imperio Romano, socavado en su poder por las invasiones bárbaras y la desintegración política de Roma en el siglo V D.c., y aislado del resto del mundo por el imperio musulmán, no fue más que un agregado de poblaciones rurales y pueblos escasamente sedentarios.

San Agustín

oracionescatolicas.comuv.com/

Panorama geopolítico, que de una u otra de forma determinó, al no desintegrarse la iglesia católica en ese proceso, el ser ella la depositaria y el epicentro del pensamiento, de esta etapa del medioevo:

San Agustín (354 – 430), es una de las figuras más representativas de su tiempo, del cristianismo y de la filosofía. La filosofía y la teología medievales, es decir, lo que se ha llamado la Patrística, toda la dogmática cristiana, disciplinas enteras como la filosofía del espíritu y la filosofía de la historia, ostentan la marca inconfundible que les imprimió. Más aún, el espíritu cristiano, y el de la modernidad están influidos decisivamente por San Agustín; y tanto la reforma como la contrareforma han recurrido de un modo especial a las fuentes agustinianas, tales como: Verdad, Dios, la Creación, el Alma, el Bien, la Ciudad de Dios, “la intimidad, el amor y la libertad” […].

(López Parra, p.5).

El hombre instruido, en esta época de la historia lo era casi siempre el clérigo. Caracterizados al ser considerados por el imaginario colectivo como la expresión viva de la erudición. Predominando en la mayoría de ellos, la prioridad al tratamiento de las cosas de la fe religiosa conducentes a la salvación de las almas, que a los cuestionamientos de la naturaleza.

El siglo VIII, presenta un intento de resurgimiento de la cultura occidental. Carlomagno (768 - 814) en alemán Karl der Grosse, en latín Carolus Magnus y, en francés e ingles Charlemagne; había logrado la conquista de gran parte de Europa bajo su dominio. En aras de unificar su dominio, decidió reformar la educación, implementando la recuperación del saber clásico, a través de la implementación de las llamadas siete artes liberales: El Trivium, o la enseñanza literaria (gramática, retórica y dialéctica), y el quadrivium, que contemplaba la enseñanza científica (aritmética, geometría, astronomía y música).

Esta reforma educativa, con motivos más políticos que científicos, analizados al tenor de la historiografía actual, arroja una directa relación entre lo político y lo religioso. El vasallaje, sinónimo de sometimiento al poder del rey y la iglesia, ya hacia presencia en la vida del medioevo antiguo desde Pipino el breve padre de Carlomagno en el año 757. Situación de fácil percepción, cuando el Duque de Baviera Tasilón, presta juramento y al respecto se escribe:

Prestó múltiples e innumerables juramentos, colocando sus manos sobre las reliquias de los santos. Y prometió fidelidad al rey Pipino y a sus hijos, los señores Carlos y Carlomán, tal como debe hacerlo un vasallo, con espíritu leal y devoción firme, como debe ser un vasallo para con sus señores.

De todas maneras, pese a la acentuada componenda e intencionalidad política y religiosa de hegemonía en lo desarrollado por el periodo Carolingio, es necesario reconocer en él y visionar, un despertar del letargo por el desarrollo de la ciencia acusado en esta fase de la Edad Media.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles