BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

IMPACTO DE LOS APOYOS FISCALES PARA LA PRODUCCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DEL MAÍZ BLANCO EN EL VALLE DE GUASAVE, SINALOA

Víctor Manuel Peinado Guevara



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2.5. La producción de maíz en México (1994-2005)

Este grano, con una producción mundial récord de 734 millones de toneladas promedio de los ciclos agrícolas correspondientes a los años 2003-2005 ha rebasado ampliamente en su importancia en la producción mundial a los otros granos, el trigo y el arroz. A nivel mundial, el principal productor son los EEUU, seguido por China y la Unión Europea. Existen dos variedades de maíz; el blanco, destinado directamente a la alimentación humana y el amarillo, que representa el grueso de la producción mundial y uno de los ingredientes más importantes en la producción agroindustrial de alimentos procesados para humanos y animales.

Destaca al nivel mundial la creciente importancia de la producción de almidón y etanol a partir del maíz amarillo, que utiliza aproximadamente el 13% del total del grano producido, y es el sector de la producción del que se espera un significativo incremento en la demanda futura, mientras que en los otros alimentos se considera que habrá estancamiento en la demanda. De acuerdo a los datos de la SAGARPA, a partir de 1994 se observa un paulatino descenso en la superficie cultivada con maíz, que se agudiza hacia el final del período, particularmente en la superficie de temporal, de manera que actualmente la superficie cultivada es la misma que hace 12 años.

A su vez, la producción anual total registra un incremento moderado a partir del año 2000, fundamentalmente debido al incremento de la producción en áreas de riego y a los apoyos canalizados a las regiones de alta producción bajo riego. La producción de maíz forrajero se duplicó en el período, debido a los bajos precios nacionales para este grano, ver gráficas 1, 2 y 3.

Gráfica 1. Superficie sembrada de maíz en México. Miles de hectáreas. (1993-2005)

Gráfica 2. Volumen de producción de maíz en México (1993-2005)

Gráfica 3. Volumen de producción de maíz (grano y forraje) en México (1993-2005)

Este incremento aparente en la producción de temporal hasta 2004 contradice algunas evidencias empíricas que se pueden obtener a partir de un recorrido por comunidades campesinas de distintos estados de la República. Aquí de manera casi unánime, los campesinos reportan una disminución paulatina, pero sostenida a lo largo de los últimos años, en la superficie sembrada con maíz y una reducción de la inversión que se hace en la siembra como la mano de obra, fertilizantes y semillas. Esta observación encuentra su correspondencia en el hecho que en la mayor parte del territorio nacional, los costos de producción de maíz de temporal rebasan los actuales precios del mercado nacional. ¿Cómo entonces, se explica este aparente aumento en la producción de temporal hasta el año 2004? Las aproximaciones explicativas consideran aspectos sociales y técnicos de la producción:

• Ante la recesión que siguió a la devaluación del peso mexicano de 1995 y la crisis económica de los últimos años, los productores de temporal, que incluyen a la gran mayoría de los predios de subsistencia, han seguido sembrando maíz para asegurar su sobrevivencia. (Romero y Puyana, 2004).

• En algunos casos, transitoriamente el incremento en la producción, se puede explicar con el aumento en los rendimientos, debido al uso de paquetes tecnológicos que incluyen la distribución de semillas mejoradas entre otros, por el programa Kilo por Kilo que intercambiaba una semilla criolla por semilla híbrida.

• La reducción de superficie sembrada y aumento del volumen cosechado, apuntan a un incremento promedio en el rendimiento, debido, al menos en parte, a que productores de menores recursos abandonaron el cultivo.

• El programa de apoyos Procampo y los estímulos a la comercialización pueden haber influido positivamente en los niveles de producción, aunque por lo general se considera que las transferencias del programa son insuficientes para explicar el aumento en la producción (Romero y Puyana, 2004).

• Los últimos años, hasta el 2004 se han caracterizado en general, aunque no de manera homogénea en todo el territorio nacional, por buenos temporales, de manera que la superficie siniestrada ha sido relativamente reducida (USDA, 2004). En el año 2005 la sequía llevó a una pérdida importante en el volumen cosechado.

• La modificación de los apoyos a la comercialización (ASERCA, 2007) y la reducción de los niveles de importación, principalmente de maíz blanco en los años 2001 y 2002, también pueden haber llevado a una moderada elevación de la producción, sobre todo entre medianos y grandes productores.

• El aumento de la proporción del maíz forrajero, en realidad debe ser mayor de lo que reportan los datos oficiales, ya que muchos campesinos siguen cultivando su maíz tradicional, declarado como grano, aunque lo destinan de manera creciente e íntegramente al consumo animal.

Desde otra perspectiva explicativa, Yunez-Naude, en el 2002, insiste en la tesis de la producción de maíz mayoritariamente inmersa en una agricultura de subsistencia desvertebrada del mercado, cuyas decisiones no están influidas por los precios. El autor utiliza estos datos para desmentir a aquéllos que predecían los efectos negativos que el TLCAN tendría sobre el sector campesino de México. Sin embargo, hay que hacer hincapié en lo siguiente:

• Se ha documentado ampliamente el carácter multifuncional, que tiene la producción agrícola en el marco de la economía campesina y en consecuencia, el complejo marco en que los productores, incluso los de subsistencia, toman sus decisiones sobre qué, cuánto y cómo sembrar, atendiendo a muy diversas señales, entre ellas también las del mercado. (Bartra 1995, Gómez y Schwentesius, 2002).

• Tradicionalmente se argumenta que una fracción importante de los campesinos produce sólo para autoconsumo, por lo que sus decisiones no están influenciadas por los precios del mercado.

• Muchos campesinos han seguido sembrando maíz para poder obtener el subsidio de Procampo. Sin embargo, han reducido la inversión de trabajo en su cultivo, realizando una preparación menos cuidadosa de la tierra, ahorrando fertilizante o descuidando el deshierbe y la limpia del cultivo.

• El deterioro económico y social del campo mexicano, en el año 2003, llevó a la movilización masiva de campesinos bajo la bandera de “El campo no aguanta más”, la que evidentemente se opone a la plácida contemplación de una economía campesina autosuficiente con una infinita capacidad de resistencia y sobrevivencia frente a las agresivas políticas de ajuste y de liberalización comercial.

Efectivamente, esta capacidad de resistencia de los campesinos mexicanos ha sido invocada una y otra vez a lo largo de las últimas dos décadas. Sin embargo, se considera que más que dar explicaciones rápidas o parciales a estos datos, es importante también considerar la precisión de los datos que se publican en el Sistema de Información Agropecuaria de Consulta (SIACON), donde son frecuentes los cambios en la metodología para la obtención de datos y la falta de mecanismos de actualización confiables sobre superficies sembradas y rendimientos. Los datos del SIACON no siempre encuentran su correspondencia en otras estadísticas, como lo son la encuesta nacional del empleo o los censos/conteos de población.

A pesar de los ligeros incrementos en la producción de maíz, México está lejos de poder satisfacer el consumo aparente nacional y seguirá dependiendo de la importación de maíz.


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