BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

IMPACTO DE LOS APOYOS FISCALES PARA LA PRODUCCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DEL MAÍZ BLANCO EN EL VALLE DE GUASAVE, SINALOA

Víctor Manuel Peinado Guevara



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4.3. Balance comercial agroalimentario entre México y la Unión Europea

El Tratado de Libre Comercio México – European Free Trade Association (EFTA): Con la firma del tratado “México-EFTA”, el comercio de productos del campo entre México y el EFTA ha crecido de manera importante durante los últimos años. En el año 2006 existía un intercambio comercial total de 42,384 millones de dólares, donde la participación de México en las exportaciones ascendieron a los 13, 445 millones de dólares, representando un incremento de 140% del periodo 2000 al 2006, mientras que las importaciones mexicanas representaron 28,939 millones de dólares, con un incremento del 92% respecto al periodo 2000 - 2006. Cabe destacar que el 8.5% del comercio internacional de México es con Europa (Berlanga, 2008).

De las exportaciones mexicanas al mercado europeo, el 6% corresponden a productos agroalimentarios, lo que equivale a 254.304 millones de dólares, mientras que las importaciones mexicanas de productos agroalimentarios provenientes de la unión europea, son del 4 %, lo que equivale a 115.756 millones de dólares (Eurostat, 2008). Lo anterior equivale a un superávit en la balanza comercial agroalimentaria a favor de México, del orden de los 138.548 millones de dólares.

La perspectiva del productor mexicano ante el potencial del mercado de los países del EFTA, se da toda vez que los países integrantes del EFTA, constituyen economías con un alto poder adquisitivo con un ingreso percápita promedio de 23,715 Euros anuales y un mercado potencial de 493 millones de habitantes. Asimismo, son países con una limitada actividad agropecuaria por las condiciones climáticas y por ende son netamente importadores de productos del campo (Berlanga, 2008).

En orden de importancia, los principales socios de México, al nivel de sus exportaciones son los siguientes: Alemania (34.1%), España (25.1%), Reino Unido (10.9%), Holanda (9.2%), Francia (5.8%), Italia (4%), Bélgica (3.2%). Casi el 80% de las ventas mexicanas a la Unión Europea se concentran en 4 países: Alemania, España, Reino Unido y Holanda, países cuyos flujos de inversión extranjera directa a México han sido también muy importantes en los últimos años.

En resumen, se puede observar que en el acuerdo comercial con el EFTA, el país, está ampliando el mercado de acceso de los productos mexicanos en el continente europeo; si bien, estos cuatro países brindan un mercado reducido en cuanto a consumidores potenciales, es muy atractivo en cuanto a su alto poder de compra y además altamente demandante de productos agroalimentarios del exterior, principalmente de productos tropicales.

Las empresas y productores agroalimentarios de México tienen ante este acuerdo un nuevo mercado que explorar, las condiciones de acceso y de apertura para los productos mexicanos, determinará el grado de penetración, que puedan llegar a tener los productos del campo mexicano. Por lo anterior, se deberá considerar en las nuevas propuestas del Ejecutivo Federal, el tema del financiamiento alterno, ya que como se ha venido argumentando, el campo mexicano requiere apoyos alternos de financiamiento, que le permitan sanear sus finanzas, para reactivar la producción y elevar la competitividad en dicho sector (García, 2004).

4.4. Los subsidios agrícolas en Estados Unidos de América y la Unión Europea

En el año 2005 se demanda la doble acción de los países desarrollados, quienes por un lado pugnan por la liberalización del comercio exterior, y por otro, aumentan los subsidios a sus agricultores para protegerlos (Acosta, 2005). Como se puede observar en la gráfica 17, los subsidios en los Estados Unidos de América, aumentaron a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), efectuada en 1994.

Gráfica 17. Subsidios agrícolas en México período 1986-2003. Elaboración propia con base en la información de la OCDE (2003) y de la Penn World Table 6.2 (Heston et al., 2006).

Una diferencia notoria entre México y EE.UU., durante 1986-1988, es que mientras en el primer país no se dio apoyo al precio de mercado, en el segundo ese apoyo fue considerable. Durante el período 2000-2002 aumentaron de manera importante los apoyos a la comercialización y a las transferencias basadas en la propiedad de la tierra. El apoyo al precio de mercado, es el apartado más subsidiado tanto en EE.UU. como en México.

La manera en que México orienta las transferencias totales a la agricultura, es muy diferente en comparación con la de sus principales socios comerciales. Por ejemplo, en el 2002 el país mantuvo más de 90% de sus transferencias en forma de subsidios, mientras que en Estados Unidos de América sólo el 48% eran subsidios. El porcentaje de las transferencias a la agricultura, que corresponde a los servicios de apoyo a la investigación, capacitación, difusión, entre otras, es varias veces mayor, en EE.UU. que en México.

Respecto a la Unión Europea, en la gráfica 18 se presentan los montos de sus subsidios agrícolas, los que son considerablemente mayores a los de los EE.UU., máxime que su actividad agrícola es mucho menor que la de este último. Por otra parte, el monto total de subsidios a la agricultura europea ha sido muy variable a través del tiempo, lo que pone en evidencia las dificultades políticas y las contradicciones del proceso de aprobación de los mismos. Durante el período 1986-1988 en la Unión Europea ya se daba subsidio al precio de mercado de los productos agrícolas monto que ascendía a 74 585 millones de euros, caso completamente contrario al que se vivía en México para ese mismo período.

El proteccionismo al campo europeo se encontraba muy fortalecido, desde el período en el que México apenas empezaba a liberar su comercio exterior y a integrarse al mercado mundial. Sin embargo, después de 1994, en México se incrementó el apoyo al precio de mercado, mientras que en la Unión Europea disminuyó en 31%.

Las diferencias en cuanto a la orientación de los subsidios entre México y la Unión Europea son muy notables. En el año 2002, el primer país asignó más de 67% del total de los subsidios al apoyo del precio de mercado, mientras que el segundo asignó sólo 56%. A los pagos directos por hectárea sembrada, por número de animales o por transferencias a la propiedad de la tierra, el primero dirigió 28% del total de los subsidios, mientras que el segundo, tan sólo 17%. La Comunidad Económica Europea asigna a ciencia y tecnología, y a otros servicios complementarios de apoyo a la producción, montos considerablemente mayores que en México, tanto en términos absolutos como relativos.

Gráfica 18. Subsidios agrícolas en la Unión Europea. Fuente: Elaboración propia con base en la información de la OCDE (2003) y de la Penn World Table 6.2 (Heston et al., 2006).


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