BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EL FINANCIAMIENTO Y SU IMPACTO EN LAS EXPORTACIONES AGRÍCOLAS DE MÉXICO

Ángel García Pineda




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2.2 IMPORTANCIA DEL SISTEMA FINANCIERO

Como ya se ha venido mencionando el sistema financiero en la actualidad es de vital importancia para la economía de cualquier país, ya que a través de éste se realizan todas las actividades financieras existentes. Para dejar mas en claro la importancia de dichos sistemas financieros describiremos la importancia que dan importantes economistas a este, tal es el caso de Joseph Stiglitz (2006) para quien el sistema financiero puede ser comparado con el cerebro de la economía. Asigna el capital escaso entre usos alternativos intentando orientarlo hacia donde sea más efectivo, en otras palabras, hacia donde genere los mayores rendimientos.

Por su parte Samuelson (2005) establece que el sistema financiero es una parte muy crítica de la economía moderna, puesto que a través de éste se realizan toda clase de actividades financieras, tales cómo transferir recursos en el tiempo, entre sectores y entre regiones por lo que esta función permite que las inversiones se dediquen a sus usos más productivos, en vez de embotellarse en donde menos se necesitan.

Los sistemas financieros abarcan, empresas, bancos e instituciones que satisfacen las decisiones financieras de las familias, las empresas y los gobiernos locales y del exterior, como se puede ver el sistema financiero es tan amplio e importante que en la actualidad según Samuelson (2005) la política monetarias es la herramienta más importante con la que cuenta un gobierno para controlar los ciclos económicos. Los bancos centrales recurren a la oferta monetaria para estabilizar la economía cuando los niveles de desempleo crecen o para frenar la economía cuando los precios suben.

Otro autor que explica la importancia del sistema financiero es Mishkin (2008) quien afirma que el sistema financiero tiene cómo actividad central transferir los fondos de las personas que los tienen, a quienes tienen un déficit, por lo que el sistema financiero promueve una mayor eficiencia, ya que hace rentable el dinero de quien no lo necesita llevándolo a quien si lo hace producir. Este escritor también menciona que el buen funcionamiento del sistema financiero es un factor clave para el crecimiento de un país, y el desempeño deficiente de éste, es una de las causas de la pobreza de tantos países del mundo.

Según Stiglitz (2006) el sistema financiero también vigila los recursos para asegurarse de que son empleados en la forma comprometida. También explica como el sistema financiero puede crear una crisis en un país, nos menciona “que si colapsa el sistema financiero, las empresas no pueden conseguir el dinero que necesitan para continuar con los niveles corrientes de producción, y mucho menos para financiar la expansión mediante nuevas inversiones. Una crisis puede desencadenar un círculo vicioso por lo cual los bancos recortan su financiamiento, lo que lleva a las empresas a recortar su actividad, lo que a su vez reduce la producción y las rentas. Cuando la producción y las rentas se retumban, los beneficios hacen lo propio y algunas compañías se ven abocadas a la quiebra. Cuando las empresas entran en quiebra, los balances de los bancos empeoran y estas entidades recortan aún más sus créditos, lo que aumenta la coyuntura negativa (Stiglitz, 2006:150).

Como se puede ver la mayoría de los economistas modernos coinciden en que el sistema financiero es de vital importancia en la economía moderna, ya que entre otras funciones, de mucha importancia en la economía de un país, canaliza el dinero de los ahorradores a los inversionistas quienes lo utilizan para generar mayor producción en los distintos sectores de la economía, pero esto no en todos los países se cumple, en la actualidad tenemos que en México el financiamiento al consumo ha aumentado de manera considerable, y por otra parte el financiamiento otorgado por los bancos al sector productivo a disminuido en gran proporción en los últimos años, por lo que el financiamiento o ahorro en México no está siendo utilizado muy productivamente.

Otros autores tales como Schumpeter (1963) establecen que el sistema financiero es importante para la promoción de la innovación tecnológica y el crecimiento económico en el largo plazo. Por su parte Harrod (1939) y Domar (1946) establecieron el modelo de crecimiento de Harrod – Domar el cual se realizó de forma paralela e independiente, pero ambos planteamientos llegaron a conclusiones muy similares, por un lado Harrod concluyó que para mejorar el crecimiento de una economía el tipo de medidas que se deben de tomar, no deben ser mixtas, es decir, una combinación de medidas monetarias y fiscales. Lo principal que se debe de hacer para generar un crecimiento sostenido a largo plazo es reducir el ahorro que esté por encima de las necesidades que la economía presenta para conseguir el pleno empleo e introducir las innovaciones tecnológicas.

En cuanto a lo política económica Harrod sugiere distribuir mejor el nivel de ahorro dentro de la economía. El Sector público tiene que ahorrar, si los agentes privados no lo hacen y llevar a cabo las inversiones necesarias con un bajo volumen de dicha variable, necesaria sin tener que incurrir en una inflación de demanda derivada de una política fiscal expansiva.

Por su parte Domar concluye que el principal problema para lograr un crecimiento equilibrado con pleno empleo radica en la existencia de una inversión con nivel bajo para las necesidades de la economía.

Para Mántey (2003) la desregulación del crédito interno, y la consecuente elevación del multiplicador monetario, ha ocasionado que la emisión de deuda pública interna con propósitos de regulación monetaria sea aún mayor. Esta autora mensiona que todo lo anterior se ha agravado por que el financiamiento se ha destinado a gastos de consumo que no incrementan la capacidad exportadora.

Otros autores coinciden en que el nivel de ahorro en un país es determinante para el crecimiento económico del mismo, tal es el caso de Krugman (1999), quien menciona que los países desarrollados reflejan que sus niveles de ahorro son muy altos comparados con países en desarrollo. Menciona que dicho ahorro se traduce en inversión productiva y sobre todo en implementación de tecnologías. Otro autor que comparte este razonamiento es McKinnon (1974), quien ejemplifica con datos de Japón y Alemania después de la segunda guerra mundial, la tasa de ahorro en Japón para 1970 era del 98% con respecto al producto Nacional Bruto (PNB), mientras que para Alemania la tasa de ahorro ascendió al 52% en 1970 con respecto al PNB.

Los depósitos a plazo para los países en desarrollo es alrededor del 25% con respecto al PNB esto para 1970.

De todo lo anterior podemos concluir que el desarrollo económico exija transferencias inter e intrasectoriales de magnitudes extraordinarias como las que tuvieron lugar en Alemania y Japón. Un amplio sistema bancario parece absolutamente capaz de realizar esto con alto nivel de eficiencia, mediante las acciones voluntarias de empresas y unidades familiares. Desafortunadamente, el método más usual en los países en desarrollo es el de mantener un sistema monetario pequeño y reprimido y, entonces, basarse en un cúmulo de intervenciones, fiscales y de otra índole, en los mercados de mercancías y de los factores, como sustitutivo de la intervención bancaria.

2.3 CONCEPTO DE TASAS DE INTERÉS

Al igual que los mercados financieros las tasas de interés tienen una gran importancia en la economía de un país ya que juegan un papel muy importante en los mercados financieros. Las tasas de interés realizan una función vital en la economía monetaria, actuando como si fueran una válvula que regula el flujo de fondos y activos financieros entre ahorradores (prestamistas) e inversionistas (deudores).

Las tasas de interés son el costo de pedir dinero prestado o el precio pagado por la renta de fondos (que generalmente se expresa como un porcentaje de la renta). Un costo de financiamiento elevado reduce la capacidad de competencia de las empresas, obstaculiza la capacidad de los individuos para alcanzar mejores niveles de bienestar y, contra lo que se piensa afecta también la salud financiera de los bancos y los intermediarios. Estas situaciones enfrentan crecientes riesgos derivados de sus carteras vencidas. (Ramírez, 2001)

En la actualidad se observan muchas tasas de interés en la economía (hipotecarías, sobre préstamos de automóviles y sobre diferentes activos). Las tasas de interés tienen un impacto sobre la salud de la economía, debido a que afecta la decisión de las personas a ahorrar o a solicitar un financiamiento, es decir, si son muy altas habrá ahorros pero quizás no haya quien solicite créditos y con tasas bajas o muy bajas pasará lo contrario, habrá quien quiera pedir financiamiento pero no va haber ahorro. Por lo que si se facilita la manera en que los agentes con excedentes (ahorradores) encuentren a los que tienen posiciones deficitarias de recursos (inversionistas), a tasas de interés adecuadas para ambos, es posible lograr la mejor asignación de recursos y promover la asignación de recursos y capital (Ramírez, 2001).

Para algunos autores las altas tasas de interés perjudican a la economía y dan argumentos como los expuestos anteriormente, pero también hay quienes piensan que las tasas de interés altas benefician a la economía de un país entre ellos se encuentra McKinnon (1974) quién afirma que mediante el pago de una tasa de interés sobre activos financieros, que sea significativamente superior a la eficiencia marginal de la inversión en las técnicas existentes, se puede inducir a algunos empresarios a desinvertir en procesos inferiores con la mira de permitir que se preste para inversiones en mejor tecnología y mayor escala en otras empresas.

Cuando abundan los préstamos, unas tasas elevadas de interés, tanto del lado de los prestamistas como de los prestatarios, crean el dinamismo que se quiere lograr en el desarrollo, provocando un nuevo ahorro neto y desviando la inversión de los usos inferiores, de manera que se estimule el mejoramiento técnico. Por el contrario, con la política común de mantener tasas de interés bajas o negativas sobre los activos financieros y una limitada disponibilidad de préstamos, es posible que no se consiga ni una ni otra cosa (McKinnon, 1974).

Para terminar esta parte de las tasas de interés vamos a decir que las dos opiniones son validas en diferentes países y en diferentes momentos, es decir, en México la afirmación de McKinnon no aplica porque no hay empresas con altas tecnologías que puedan pagar altas tasas de interés y las tasas pasivas (prestamistas) son muy bajas mientras que las activas (prestatarios) son muy altas. Así que para aplicar esta afirmación en México primero se deben crear empresas con altas tecnologías, crear políticas que logren que tanto las tasas de interés pasivas como las activas sean altas y con un margen pequeño entre ambas.


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