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IMPACTO DE UNA TRANSFERENCIA CONDICIONAL EN EFECTIVO SOBRE LAS DECISIONES LABORALES DE LOS BENEFICIADOS: UN ANÁLISIS DEL BONO DE DESARROLLO HUMANO DEL ECUADOR AÑOS 2005 - 2006

Santiago Israel Rivera Pazmiño



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3.5. Impacto de las TCE en el empleo

Anteriormente, se observó cómo las TCE generan impacto en la educción y la salud de los beneficiarios. Esto no significa, sin embargo, que los programas superarán en gran medida los problemas de pobreza. Ahora, se analiza la evidencia sobre los cambios de comportamiento que podrían compensar el impacto de las transferencias. Por ejemplo, si la escuela y el trabajo infantil son sustitutos, cabría esperar que las TCE reduzcan el trabajo infantil -y por tanto se disminuya el ingreso monetario que contribuyen los niños a los hogares - (Fizbein & Schady, 2009).

Por lo tanto, se iniciará primeramente un recorrido sobre la discusión de los impactos de las TCE sobre el trabajo infantil, subrayando los efectos del BDH en el Ecuador. Luego, se indagará los escasos análisis existentes en cuanto al impacto en la oferta laboral de los adultos.

Los principales argumentos de que los alcances de las TCE son compensados por el cambio en el comportamiento de los beneficiarios estriban en el hecho de que el impacto de las transferencias para la mayoría de los países es en general algo más pequeño que la magnitud de la transferencia (Fizbein & Schady, 2009).

Según estos autores, esta diferencia puede ser el resultado de cambios de comportamiento de los beneficiarios. En este sentido, en necesario revisar los estudios que han hecho hincapié sobre estos efectos. Posteriormente se analiza los impactos sobre el trabajo infantil.

3.5.1. El trabajo infantil

La eliminación del trabajo infantil forma parte de las políticas sociales de la totalidad de países en vías de desarrollo. Este es importante, especialmente, porque llevar a cabo actividades laborales en malas condiciones afecta negativamente a la salud física y mental de los niños. Además estas actividades no permiten ejercer acciones educativas y recreativas, lo que imposibilita que el niño acceda a mejores ingresos en el futuro y se continúe el círculo intergeneracional de la pobreza. Las políticas de este tipo ayudaran a la eliminación de la pobreza infantil sobre todo cuando el desarrollo humano sea el objetivo primordial de la política.

Los programas de transferencias monetarias pueden combatir con el trabajo infantil por varias vías. En primer lugar, se encuentra la condicionalidad que imponen los países a los beneficiarios de las trasferencias, que consiste principalmente, en la matrícula escolar de los hijos y su asistencia regular a clases.

Este suceso provoca que los niños dispongan de menos tiempo para realizar actividades laborales e incluso que los padres tomen conciencia de la importancia de la escolarización de sus hijos (Fizbein & Schady, 2009). Sin embargo, varios consideran que el hecho de que los niños asistan a la escuela no necesariamente implica que todo su tiempo lo destinen a la educación, Con ello, los niños trabajan el tiempo que no destinan para ir a la escuela.

Un segundo canal por el cual las transferencias reducirían el trabajo infantil se basa en la generación del efecto ingreso, es decir, los hogares que se benefician de las transferencias, es probable que disminuyan la dependencia de los ingresos de sus hijos y si tienen un grado de conciencia de la importancia de su educación, la acción inmediata sería poner a sus niños en la escuela y no enviarlos a trabajar. Con estos argumentos en conveniente examinar los estudios existentes en torno al impacto de las transferencias en el trabajo infantil.

Una primera aproximación a este resultado brinda el estudio sobre el programa Progresa en México -Ahora Oportunidades- elaborado por (Skoufias & Parker, 2001). Éste muestra, principalmente, que los incrementos en la matrícula escolar de los niños, generalmente van acompañados de reducciones significativas en la participación de niños y niñas en actividades laborales.

Es así que en Noviembre de 1997 la tasa de participación en la fuerza laboral fue inferior, en un momento posterior, en las personas que recibieron las transferencias. Un año después, la media de la participación en la fuerza laboral de niños y niñas disminuye y se mantiene en niveles inferiores en los siguientes años. Así pues, a finales de 1998 existe una reducción de 1,3% en la probabilidad de que un niño de 8 a 11 años de edad trabaje. Cabe mencionar que, según este estudio, Progresa representa una reducción de 21% para este grupo de edad. Por otro lado, los resultados existentes, en el mismo análisis, con relación a los niños de 12 a 13 en noviembre de 1999 fueron de 22% correspondiente a la probabilidad de trabajar antes de la aplicación del programa. Para lo niños de 16 a 17 años de edad, no encuentran una reducción significativa.

En el caso de la niñas, las que comprenden entre 12 y 17 años de edad tiene una reducción en la probabilidad de participar en la fuerza laboral de 14% en Noviembre de 1998 y de 17% en Noviembre de 1999. Para las demás edades se encuentran impactos inferiores al de los niños. Con ello, el estudio muestra que Progresa generó impactos negativos sobre la probabilidad de que los niños trabajen.

Existen también estudios al respecto en otros países. En Nicaragua, por ejemplo Maluccio & Flores (2005) encuentran que el programa RPS el porcentaje de los niños que trabajan fue menor después del programa para cada grupo de edad. Cuando se analiza el grupo de niños de 7 a 13 años de edad su análisis de doble diferencia muestra una disminución 4,6 puntos porcentuales en el porcentaje de los niños que trabajan en el año 2001 y una disminución de 5,6 puntos porcentuales en el 2002. Por último, el efecto sobre el trabajo para los niños era mayor que para las niñas, como en el caso de Progresa.

Cardoso & Portela (2004) analizan los programas de transferencias monetarias en Brasil. Su estudio considera que los programas no tienen importantes efectos sobre el trabajo infantil, pues únicamente se encuentran efectos en la matrícula escolar. Una explicación para este hallazgo es que las transferencias otorgadas tienen montos demasiado bajos lo que imposibilita generar incentivos para las familias a renunciar a los ingresos por concepto de trabajo infantil.

Por ejemplo, el promedio de transferencia para el año 2000 fue alrededor de una cuarta parte de un salario mínimo para una madre que recibe las transferencias. Además los montos de las transferencias estaban lejos de los montos que recibe un niño por vender su fuerza laboral. El documento enfatiza incluso que, si los montos de las transferencias fueran aproximadamente lo que un niño gana trabajando, no sería suficiente para convencer a los padres de que los niños dejen su trabajo. Resultados como éstos sugieren que los programas no han sido eficaces en la lucha contra el trabajo infantil en Brasil pues incrementan la posibilidad de que un niño pobre vaya a la escuela, pero no reducen su participación en el mercado laboral.

En Ecuador sin embargo, el Bono de Desarrollo Humano parece haber tenido resultados significativos en cuanto a la eliminación del trabajo infantil. (Edmonds & Schady, 2008) utilizan el modelo de oferta de trabajo infantil desarrollado en Basu y Van (1998) para observar los impactos del BDH sobre el trabajo infantil. En cuanto al trabajo infantil no remunerado –por lo general el trabajo de los niños en sus granjas u hogares- se muestra que existe un 40% de niños en esta actividad y éste crece entre las edades de 6 y 9 años. Así mismo, se evidencia que la disminución de la escolaridad coincide con el incremento del trabajo remunerado, pues 8,5 de cada 10 niños en empleos remunerados no combinar esta labor con la escuela. En este sentido, considerando que la mayor parte de niños incrementa el trabajo remunerado al disminuir su escolarización se considera que el impacto de las TCE será básicamente en el trabajo remunerado.

Así pues, Edmonds & Schady determinan que existe un aumento de la matrícula escolar, especialmente de las niñas, las cuales incrementan la matrícula en un 28%. Sin embargo, la disminución en el trabajo remunerado es mayor en los niños, esto en virtud de que las niñas combinan el trabajo con la escuela. Es así que, según el estudio, pequeños aumentos en los ingresos de los hogares pueden influir en la oferta laboral de los niños, especialmente entre los más vulnerables a la transición de la escuela al trabajo. Ingresos adicionales generan pequeños efectos en la distribución del tiempo de los niños y en la asistencia a la escuela. Estos ingresos, según la investigación, están asociados con disminuciones de la oferta de trabajo remunerado fuera del hogar de los niños. En el caso de las familias vulnerables a la transición de la escuela al trabajo, se comprueba que las transferencias mejoran su capacidad de escolarizar a sus hijos. Entonces, establecen que el BDH genera un retorno muy alto de las transferencias.

A sí mismo, Schady & Araujo (2007) muestran que las transferencias del BDH generan una importante disminución del trabajo infantil. El análisis se basa en un experimento aleatorio. De modo general, los efectos del programa sugieren que las transferencias BDH reducen las horas trabajadas por los niños, aunque existe cierta incertidumbre sobre la magnitud exacta de los efectos estimados. El efecto estimado del programa sobre trabajo infantil se sitúa entre 15,4 y 20,7 puntos porcentuales.

Definitivamente, se puede decir que las transferencias monetarias, y particularmente el BDH han generado disminuciones en el trabajo infantil remunerado, Sin embargo, estos resultados obligan a observar otros efectos, por ejemplo, si los niños dejan de trabajar, los hogares dejarán de percibir estos ingresos y lo lógico sería que intenten mantener esos ingresos incrementando su oferta laboral. Por otro lado, el hecho de que los niños vayan a la escuela implica que los padres necesitan más tiempo para llevarlos a los centros educativos y apoyarlos en sus tareas. Estos fenómenos, de una u otra manera podrían alterar el comportamiento laboral de los adultos. Por lo tanto es preciso realizar también un recorrido de los efectos del las transferencias sobre la oferta laboral de los adultos.


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