BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL DESARROLLO
UNA VISIÓN DESDE AMÉRICA LATINA

Silvana Andrea Figueroa Delgado y otros


 

Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (86 páginas, 6.76 Mb) pulsando aquí




Investigación y (sub)desarrollo: las políticas de investigación científica en países periféricos

El pensar en políticas científico-tecnológicas en países periféricos conlleva preguntas como ¿cuánto se debe invertir en el desarrollo científico-tecnológico cuando las necesidades básicas aún no han sido cubiertas?; ¿cómo se complementan, en un contexto de subdesarrollo, la investigación y las mejores condiciones de vida de la población?, y; ¿en qué medida el impulso de la ciencia y tecnología puede aportar a la generación de nuevas, mejores y más equitativas políticas públicas? Al igual que como ocurre en otros sectores, el presupuesto en I+D de América Latina fluctúa de la misma forma que lo hace la situación político-económica. Debido que en la región se ha dependido históricamente del Estado1, las crisis recurrentes y la disminución del gasto público afectan de manera negativa el quehacer científico (Pellegrini, 1992). La progresiva retirada del Estado como ente protagónico del desarrollo, el surgimiento de nuevos actores en la planificación, financiamiento y ejecución de las actividades científico-tecnológicas, suponen romper con el aislamiento de la ciencia y tecnología y aproximarla al sistema mundial (Pellegrini, 2000). Mencionábamos líneas arriba que América Latina se encuentra muy por debajo de los índices de I+D de los países centrales, y es claro que la inversión no sólo debe aumentarse en cantidad, sino que además ésta debe dirigirse hacia los desafíos y políticas nacionales y regionales. Es en esta ruta cómo se podrá superar el falso dilema entre la importación de tecnologías frente al desarrollo de tecnologías propias, y lograr la creación genuina de un sistema de ciencia y tecnología que permita integrar, en términos efectivos, los procesos de investigación, desarrollo y producción de conocimientos. De igual conveniencia resulta pensar en la integración regional de dichos procesos (Garretón, 2007). Cualquier estructuración de la ciencia y tecnología que pretenda articularse hacia el desarrollo y no hacia el subdesarrollo, requiere considerar las características propias, más allá de la exclusividad de un país, y sí de la región en la que se encuentra inmerso, ya que las relaciones de dependencia que determinan el actual funcionamiento mundial se tejen entre subsistemas que vinculan a los Estados nacionales. Asimismo, el paso a la sociedad globalizada, se encuentra marcada por el desdibujamiento de los últimos, al igual que de la soberanía. La precariedad de los sistemas locales de ciencia y tecnología en el polo subdesarrollado, su incuestionable y fuerte descanso en el Estado que se caracteriza por enfrentar momentos continuos de inestabilidad política y económica, así como la falta de diferenciación entre el Estado y el gobierno, son elementos que llaman a reflexionar sobre la pertinencia del impulso de políticas únicamente nacionales en materia de ciencia y tecnología. Países como los de América Latina, donde la inequidad es representada por las brechas más grandes del mundo, en los que se cuenta con estructuras educacionales precarias, y las actividades de investigación se centralizan casi por completo en centros universitarios o servicios estatales -con la consecuente desprofesionalización que esto implica; la investigación científico-tecnológica en los países periféricos en la mayoría de los casos se hace cuando se puede, no cuando se necesita-, requieren generar sistemas regionales cooperativos de ciencia y tecnología. La optimización de recursos ante problemáticas regionales comunes, junto a la autonomía que ello implicaría respecto a los gobiernos -y Estados nacionales-, permitirían plantear políticas de largo plazo, enfocadas más en un modelo de desarrollo regional que de crecimiento económico nacional.

Conclusiones

Tal como se puede afirmar que no es factible el desarrollo mientras exista dependencia, podemos aventurar que no es posible establecer sistemas autosustentados sin generar una organización cooperativa y solidaria de ciencia y tecnología hacia el desarrollo. La cooperación mutua entre Estados nacionales que comparten muchas de las llamadas "externalidades" del desarrollo económico global, al igual que políticas muy débiles en materia de ciencia y tecnología respecto a los países centrales, parece una condición necesaria para la superación de la fase de dependencia científico-tecnológica actual. La precariedad de los sistemas de ciencia y tecnología de los países periféricos se refleja en la escasa capacidad de generación de investigación científico-tecnológica propia y de absorber en modo efectivo los adelantos en el rubro. El fomento colectivo, cooperativo y solidario del conocimiento en la región latinoamericana, apoyado de las organizaciones nacionales específicas, permitiría potenciar los esfuerzos hechos hasta ahora en materia de ciencia y tecnología por los Estados nacionales, aunado a establecer, así sea en el largo plazo, al menos una discusión respecto al modelo de desarrollo latinoamericano. Si aceptamos que la ciencia y tecnología guarda una estrecha relación con el desarrollo, deviene entonces impensable sostener el funcionamiento de sistemas científico-tecnológicos independientes como ha venido sucediendo; se requiere un sistema regional -periférico si se prefiere- que potencie los recursos y capacidades de la región en la definición de un modelo de desarrollo complementario y solidario, que permita el uso libre y cooperativo de los avances científico-tecnológicos. Por tanto, entre otras acciones, se debiera: (i) instaurar un sistema regional de ciencia y tecnología en concordancia con un modelo de desarrollo regional, que mantenga cierta independencia estructural de los gobiernos de los Estados nacionales, pero que se apoye en éstos en materias específicas; (ii) formar capital humano especializado en áreas prioritarias de desarrollo regional; (iii) fortalecer las estructuras nacionales de educación superior, especialmente en los países con mayor desigualdad. La inversión en la formación de capital humano especializado no puede estar al margen de dicho fortalecimiento, ya que de lo contrario, sólo aumentará la brecha ya existente; (iv) la inversión en I+D debe definirse en áreas regionales prioritarias (a través de, por ejemplo, clusters); (v) instaurar un régimen de estándares de calidad de la investigación científico-tecnológica y de la formación de capital humano de acuerdo a las propias demandas de la región, que evite el efecto de exclusión de las acciones de investigación producidas en países periféricos.

La definición de un modelo cooperativo de ciencia y tecnología permitiría reducir el nivel de dependencia de los Estados periféricos con los Estados centrales, además de dotar de cierta independencia estructural a la política científico-tecnológica de las fluctuaciones políticas y económicas, al mismo tiempo que el apoyo en los sistemas nacionales de ciencia y tecnología, permitiría dar la respuesta urgente a los problemas locales.

Referencias Bibliográficas

Banco Mundial, 1998, Informe sobre el desarrollo mundial 1998-1999. El conocimiento al servicio del desarrollo (Washington D.C.: Banco Mundial) septiembre. Cardoso, F. E. y Faletto, Enzo, 2003 (1969), Dependencia y Desarrollo en América Latina. Ensayo de interpretación sociológica (Buenos Aires: Siglo XXI Editores). Castells, Manuel, 1997, La era de la información: Economía, sociedad y cultura. Vol. I. (México D.F.: Siglo XXI Editores). CEPAL, 2008, "Info- Data", Portal CyT DES Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Santiago de Chile: CEPAL). Consultado el 25/06/2008 en http://www.eclac.cl/iyd/info_data/ Frank, André Gunder, 1991, El subdesarrollo del desarrollo: un ensayo autobiográfico (Caracas: Editorial Nueva Sociedad). Garretón, Manuel Antonio, 2007, Del Postpinochetismo a la Sociedad Democrática (Santiago de Chile: Editorial Debate). Pellegrini, Alberto, 2000, Ciencia en pro de la Salud. (Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud, Publicación Científica y Técnica Nº 578.) --1992, Introducción en La Investigación en Salud en América Latina. Estudio de países seleccionados. (Washington D.C.: Organización Panamericana de la Salud, Publicación Científica Nº 543). Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2003, Investigación sobre Ciencia, Tecnología y Desarrollo Humano en Cuba 2003 (La Habana: Centro de Investigaciones de la Economía Internacional/PNUD). Consultado el 27/01/2008 en http://www.undp.org.cu/idh03.html Wallerstein, I., 1972, El Intercambio Desigual (México D.F.: Siglo XXI Editores). --1988, El Capitalismo Histórico (Madrid: Siglo XXI Editores).

Notas

* Psicóloga, Magister en Ciencias Sociales, Universidad de Chile. Comisión Nacional de Investigación Cientifico Tecnológica de Chile, CONICYT. <alejandravidales@gmail.com> 1 En la década de los ochenta y principio de los noventa, casi el 80% de la inversión en I+D en América Latina provenía del Estado, alcanzando la inversión privada sólo un 10% (Pellegrini, 1992). En el año 2000, los indicadores producidos por CEPAL muestran una tendencia a equilibrar los sectores de inversión en I+D en América Latina, sin embargo, cerca del 60% de los recursos provenían aún del Estado.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios