BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

COOPERACIÓN TRANSFRONTERIZA E INTEGRACIÓN EN AMÉRICA LATINA: LA EXPERIENCIA DEL PROYECTO FRONTERAS ABIERTAS

Coordinadores: José Luis Rhi-Sausi y Dario Conato



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La experiencia europea para América Latina

Los numerosos impactos positivos que han tenido las prácticas de cooperación transfronteriza y los hermanamientos de la forma en que han madurado en el territorio europeo, pueden representar un interesante ejemplo para otros territorios interesados en los diferentes aspectos de la cooperación territorial, en particular en el ámbito de los procesos de cooperación e integración en América Latina. Algunos de los procesos que se han desarrollado en Europa pueden resultar de potencial interés para los actores latinoamericanos, tomando en consideración los aspectos innovadores y los éxitos logrados. La cooperación a nivel local a través de las fronteras, como enseña la experiencia europea, puede permitir alcanzar objetivos relevantes tales como la reducción de tensiones en las áreas de frontera y la distensión de las relaciones interestatales. También permite poner en marcha procesos de desarrollo económico a través de la creación de nuevos centros en áreas tradicionalmente periféricas y resolver problemas típicos ligados a la presencia de un límite fronterizo, así como acercar a los ciudadanos las temáticas de intercambio en las fronteras a través de un protagonismo acordado a nivel local. Las prácticas de cooperación transfronteriza pueden, además, asumir un importante valor simbólico e imaginario, contribuyendo a la construcción de un imaginario de cohesión e integración funcional a la convivencia pacífica y al mejoramiento económico y social de los países involucrados, así como rediseñando la geografía económica del territorio.

Probablemente el elemento más innovador e interesante de la experiencia europea en el ámbito de la cooperación transfronteriza hace referencia a los diferentes aspectos del tema de la gobernanza. El modelo de gobernanza multinivel propuesto por la cooperación transfronteriza europea puede ser muy eficaz en un mundo cada vez más globalizado pero que, paralelamente, da especial importancia a la dimensión local en el marco global. Desde este punto de vista, la experiencia europea puede ser un interesante punto de partida para los análisis y estudios, porque se presenta como una primera experiencia estructurada de reconfiguración del gobierno del territorio para responder concretamente a nivel local y en algunos casos, a nivel translocal, a los desafíos globales.

También los hermanamientos ofrecen un interesante ejemplo de cooperación territorial, porque han contribuido al proceso de integración europea a través de una pacificación del territorio y un apoyo al desarrollo económico de la Unión europea. Tanto en el caso de los hermanamientos, como en el caso de la cooperación transfronteriza, un rol esencial ha sido llevado a cabo por las redes de ciudades y Regiones (AEBR y CMRE). Estas redes por un lado, han ofrecido un espacio de diálogo e intercambio, que ha permitido mejorar la calidad de las iniciativas realizadas. Por otro lado, han lanzado un claro mensaje a las autoridades europeas, poniendo en evidencia la relevancia del fenómeno de la cooperación territorial a través de una acción de lobby sinérgica y conjunta.

La cooperación territorial entre autoridades subestatales puede realizarse siempre y cuando existan determinadas condiciones, como se ha puesto en evidencia en el ámbito europeo. Las actividades de paradiplomacia de los actores locales pueden realizarse y encontrar un espacio en un contexto en el que se les reconozca, por parte de los gobiernos nacionales, un rol activo en la gobernanza del territorio, por tanto dentro de un contexto de descentralización y de subsidiariedad. La creación de redes estables de relaciones locales requiere una cierta estabilidad de los compromisos por parte de las autoridades locales y de los funcionarios encargados, quienes deben poder protegerse, al menos parcialmente, de las oscilaciones impuestas por la política.

Además, la cooperación territorial, para poder producir muchos de sus efectos, debe insertarse en un contexto de integración supranacional más amplio: las relaciones externas siguen siendo un ámbito típico de la política exterior de un Estado, también en el marco de un mundo cada vez más conectado, complejo y multiescalar. En el caso de la cooperación transfronteriza, si las relaciones de frontera a nivel local pueden realizarse espontáneamente y casi independientemente de las relaciones a nivel estatal (especialmente en áreas de gran densidad demográfica), la institucionalización de las relaciones de frontera a nivel subnacional implica un diverso grado de formalización de dichas relaciones y requiere de un “encuadramiento” y un reconocimiento a nivel nacional. Es sin lugar a dudas en el ámbito de los procesos de integración, que las prácticas de cooperación transfronteriza pueden explicar gran parte de sus impactos, ligados como explicado, no sólo a la resolución de problemas concretos y locales, sino en una definición más amplia de un espacio interconectado y pacífico. En referencia a los hermanamientos, estos pueden realizarse y de hecho se realizan en contextos diferentes, independientemente de la presencia de procesos de integración. Pero sin lugar a dudas, la existencia de un proceso supranacional de integración condiciona la eficacia. La relevancia estratégica que la amistad entre ciudades asume en el contexto de un proceso de integración, reduce el riesgo de que estos procesos se traduzcan en simples protocolos formales y garantiza, a su vez, un grado superior de interacción alimentando la eficacia económica y social del hermanamiento.

Otro aspecto relevante para la difusión de actividades de cooperación territorial es la disponibilidad de fondos. En el caso europeo, sin lugar a dudas, los fondos comunitarios que la UE ha puesto a disposición han estimulado fuertemente el desarrollo de las actividades de cooperación transfronteriza y los hermanamientos. Sin embargo, se debe subrayar que estas actividades nacieron como iniciativas espontáneas de algunas Regiones o municipalidades europeas activas, y que la concesión de fondos por parte de la UE ha sido resultado también de las actividades de lobby que las Regiones y las ciudades activas organizadas en red han sido capaces de generar.

El Proyecto Fronteras Abiertas, que contempla la creación de redes entre gobiernos locales italianos y latinoamericanos en el tema de la cooperación transfronteriza y territorial, por un lado pretende obtener resultados concretos en los ámbitos de la cooperación transfronteriza y territorial, desarrollo local y procesos de integración. Por otro lado, pretende ofrecer un espacio para la reflexión práctica en torno a temas claves como son la paradiplomacia, la cooperación internacional y transfronteriza, los procesos de integración regional y la gobernanza multinivel. De esta forma, Fronteras Abiertas pretende contribuir al desarrollo del subcontinente, pero también a la elaboración de nuevas metodologías y enfoques de la cooperación internacional descentralizada y al estudio de las nuevas instituciones y territorialidades que trae consigo la globalización.


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