BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

MODELO ECONÓMICO MUNDIAL Y LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE

Marco Antonio Muñoz Guzman


 


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CAPITULO 3: UN NUEVO CAMINO: LA ECONOMÍA ECOLÓGICA

Después de haber planteado a grandes rasgos los presupuestos de la economía ambiental, su análisis de impacto e instrumentos, pasamos a estudiar un área del saber que implica un proceso de reintegración, de reingeniería, de crítica y comunicación entre ciencias, principalmente de la economía y ecología, para muchos teóricos no es una área independiente del saber o nueva ciencia. La yuxtaposición profesional conllevó a grandes errores de la humanidad e incluso de la ciencia en general, sin embargo, en la década de los ochentas del siglo veinte, los académicos universitarios principalmente de Suecia, Noruega y algunos Norteamericanos, se reunían para delinear avances en la política, en la administración de bienes, de leyes, para proteger la naturaleza para generaciones futuras, integrando su pensamiento al de otras ciencias, procurando una comprensión entre la economía y ecología, lo cual implica un pluralismo incluyente de estudios; fue en la reunión de Barcelona 1987, y de la fundación de la revista “Ecological Economics” 1989 cuando personas como Constanza, Daly, Martínez Alier, May, Pet, Ahmad, Lutz y otros, se integran en la Sociedad Internacional para la Economía Ecológica, tratando de recomponer el camino de la humanidad y de la economía con sus estudios en un compromiso moral solidario mundial .

Se considera que la economía ecológica a pesar de que tiene menos de veinte años de existencia, se forja como una nueva área de conocimiento, ya que se están construyendo sus principios, representa la reintegración de la ciencia, lo transdisciplinario, sin embargo, lo difícil es lograr comunicar y presentar nuevos paradigmas, es dudar de los derroteros aceptados y plantear fundamentos razonados y sostenibles en dicha comunicación e interacción científica, pero para ello, hay que conocer sus puntos de partida y compararlo con lo ya estudiado, cuestión que de inmediato se expone, aclarando que la visión sistémica predomina en ello.

La perspectiva de la economía ecológica parte de que la economía se integra al sistema natural, es decir, que ese conocimiento administrativo es un subsistema del suprasistema medio desde la perspectiva ecológica, proponiendo profundos estudios y entendimiento de la necesidad de cambios en el subsistema socioeconómico, proponiendo la disminución drástica de la contaminación, la utilización de tecnologías limpias, un cambio profundo de las formas actuales de vida , asimismo, es una forma de economía que:

• Usa los recursos renovables con un ritmo que no exceda su tasa de renovación.

• Usa los recursos no renovables con un ritmo no superior al de su sustitución por recursos renovables.

• Conserva la diversidad biológica silvestre y agrícola.

• Genera residuos en cantidad tal que puedan ser asimilables por el ecosistema que puedan ser reciclados.

• Requiere ser politizada, ya que los límites ecológicos a la economía estarán sujetos a debates científicos, políticos y democráticos .

• Trata a los ecosistemas completos incluyendo a las personas, plantas y animales.

• Su objetivo es la sostenibilidad del sistema ecológico-económico.

• Es prudentemente escéptica frente a los avances técnicos.

• Requiere de la interdisciplinariedad

• Su campo de acción es global y a largo plazo.

Sin embargo la diferencia en esencia respecto de la economía ambiental y más aún con la clásica, es que la economía ecológica basa sus decisiones en análisis de las ciencias naturales, es decir, en la físico-química, la biología, por ello las decisiones de mercado deben limitarse por las leyes naturales y entienden al hombre como parte de la naturaleza, aunado a lo anterior, fundamentan éticamente esta evolución crítica de la vida humana en sociedad, basada en una teoría del homo ambiens (evolución racional del homo politicus y del economicus) eliminando el espíritu antropocéntrico, entendiendo que el ser humano necesita más de naturaleza que viceversa.

La economía clásica se basa en la circulación de dinero, desde la óptica de que todo puede estar en el mercado y que la naturaleza abastece en forma ilimitada y casi sin costo alguno a los propietarios de los medios de transformación. La economía ecológica observa al planeta como un sistema abierto, o incluso como un ente vivo que necesita mantener su salud y los gérmenes patógenos que somos los hombres, los que la enfermamos, por ello mantener el equilibrio en el sistema o en el planeta depende de la entropía y la entalpía, es decir, el desprendimiento de energía molecular o atómica, o incluso la absorción de organismos sin vida a la emisión de organismos vivos, el mantener el equilibrio para no llegar al caos, más aún de los tiempos de recuperación. La economía necesita entradas (inputs) de energías y materiales y produce residuos de dos tipos: Calor disipado (de acuerdo a la Segunda Ley de la Termodinámica), y residuos materiales, que pueden volver a utilizarse si se reciclan (incluyendo algunos con imposibilidad de reciclar).

La economía ecológica entiende que sólo funciona este subsistema artificial si respeta el funcionamiento del sistema global -Planeta Tierra-, ello para el abastecimiento de materiales y energía, pero más importante que esto, es la disposición de los residuos de manera contaminante .

La economía ecológica parte de la premisa de que el hombre está ligado y depende del mega-complejo ecosistema y por ende, la economía se liga a su viabilidad, a la capacidad para acomodarse a las condiciones estructurales y funcionales de la biosfera.

La comprensión de la problemática ambiental ha llevado a definir muchas áreas del conocimiento humano, desde las ingenierías, ciencias culturales, ciencias biológicas, lo cual nos pone en una especialización pero también en un proceso inverso reintegrando el saber transdisciplinario global o sistémico, la percepción de esto ha desencadenado la aproximación de las distintas disciplinas para poder establecer un nuevo modelo de desarrollo humano, sostenible y global. De tal forma que “La transición hacia este nuevo modelo pasa por el establecimiento de un nuevo orden económico-ecológico mundial, con una reestructuración de las relaciones internacionales, y una progresiva integración entre economía y ecología, concretada en la nueva síntesis teórica y aplicada expresada por la economía ecológica” .

Georgescu-Roegen, es uno de los iniciadores de la economía ecológica quien reflexionaba lo siguiente de esta área del saber:

“Estudia (desde un enfoque reproductivo) las condiciones (sociales o de distribución de los patrimonios e ingresos, temporales, espaciales) para que la economía (que chupa recursos y excreta residuos) encaje en, los ecosistemas y (desde un enfoque asignativo) la economía ecológica estudia también la valoración de los servicios prestados por el ecosistema al subsistema económico” .

El estudio de la ecología es soporte de la economía ecológica, la cual se fundamenta en tres nociones básicas de la biofísica, que son:

1.- El reconocimiento de la verdad expresada en la Primera ley de la Termodinámica (la materia y la energía no se crean ni se destruyen, sino que sólo se transforman). Lo expresado en esta ley sirvió para justificar una visión mecánica de la economía en la que no se agotan los recursos. Contrariamente, la realidad echa abajo la noción de externalidades ambientales -entendidas como algo ocasional- ya que resulta evidente, de acuerdo con la citada ley, que la generación de residuos es algo propio e inherente a los procesos productivos y de consumo.

2.- La Segunda Ley de la Termodinámica o Ley de la Entropía, según la cual la materia y la energía se degradan continua e irrevocablemente (hacia un nuevo sentido) desde una forma no disponible, o de una forma ordenada a una desordenada, independientemente de su uso. Así, desde este punto de vista, lo que confiere valor económico a la materia y la energía y la materia no disponible o ya utilizada, al que debemos considerar como residuo en un sentido termodinámico.

3.- La tercera noción tiene dos vertientes” :

a. La imposibilidad de generar más residuos de los que puede tolerar la capacidad de asimilación de los ecosistemas,

b. La imposibilidad de extraer de los sistemas biológicos más de lo que se pueda considerar como su rendimiento sostenible (renovable), ya que de lo contrario, terminaríamos con ellos, e indirectamente, con la vida humana.

El conocimiento profundo de las funciones y estructuras de los ecosistemas, marca los límites físicos y conceptuales, a los que debe ajustarse la actividad humana y por lo tanto la economía, no tiene que ignorar o tratar de ocultar información sobre su crisis ya que la tardanza de ésta conlleva a un caos micro ecológico y posteriormente al macro.

Como es de entenderse, la economía ecológica antes que analizar los mercados, las preferencias del público o medir las posibles ganancias, se derroca este paradigma crematístico y parte de un análisis sistémico de las consecuencias biológicas de las reacciones físico-químicas y las repercusiones sobre la sostenibilidad de emplear un recurso natural, por ende, la óptica, método de estudio, análisis, valoraciones y determinaciones se perfilan por diferentes caminos a los de la economía de los recursos naturales, existiendo una comunicación entre esas ciencias naturales y la administración de los bienes de este planeta Tierra.


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