BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

MODELO ECONÓMICO MUNDIAL Y LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE

Marco Antonio Muñoz Guzman


 


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3.3. SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES VITALES DEL SER HUMANO

La satisfacción de las necesidades humanas y sociales en la economía ecológica no se basa en lo crematístico, al contrario, sólo las condicionantes vitales es lo que debe tener importancia en este nuevo esquema.

La economía ecológica tiene una visión holística de las relaciones de los ecosistemas con su utilización económica y social, y en este sentido las directrices y decisiones para tomar acciones no se reducen a la supuesta libre acción de la oferta y la demanda, sino que el fin es la satisfacción de las necesidades vitales de los individuos; como explica Roberto Bermejo:

“Un sistema ecointegrado debe definir los objetivos utilitarios en función de la incidencia prevista sobre la vida de los habitantes de un territorio, y debe evaluar los resultados en función de la repercusión de la actividad económica sobre la vida de dichos habitantes. Esto determina que los objetivos económicos sean calificados según sus usos y no según el valor del mercado” .

Con base en lo anterior podemos decir que las necesidades básicas o vitales son un número limitado, ello es alimentación para nutrirse y en muchos países lo hacemos en forma excesiva, vestido para cubrirse de la intemperie y que normalmente compramos ropa que incluso no usamos, en el transporte buscamos lujo y tener más vehículos que los vecinos, salud física y mental, esto es, no estamos acostumbrados a la medicina preventiva, ello lleva a un detrimento de nuestro organismo, más aún cuando las tendencias actuales en investigación médica son tan relativas y generalmente con efectos secundarios dañinos a nuestra salud, en fin, si contáramos lo básico para que el hombre pueda vivir decorosamente (no ostentosamente) muchas cosas tendríamos que eliminar, es decir, dejar de consumir, el consumo genera producción y ésta contaminación, mientras exista un mercado (gente que gaste) seguirá la degradación ambiental, son pocas las necesidades vitales y muchas las necesidades secundarias o que el hombre se ha creado por el estilo de vida consumista, sin embargo, debemos cambiar, sólo y hasta llegar, a un consumo sostenible que se logra con una humanidad educada consiente de la problemática, un mercado ambientalmente equilibrado.

3.4. LA VALORACIÓN ECONÓMICA VS. LA VALORACIÓN ECOLÓGICA.

Una de las diferencias entre la economía tradicional y la economía ambiental con la economía ecológica es la valoración económica a corto plazo que es más una valoración cremastíca , que hacen las primeras contra la valoración física y de largo plazo de la segunda; de hecho, la Economía Ecológica en sentido extremo ha llegado a la conclusión de no poder existir objetivamente una medición económica para el progreso.

La economía ecológica no acepta como medida de cambio al dinero, ello para valorar las acciones y relaciones humanas, sociales y más aún, de los bienes naturales, por lo que hace imposible que la asignación de valores de cambio a las externalidades sea un medio adecuado de gestión ambiental; es decir, la economía ecológica no considera las externalidades, al contrario de lo que postula la economía tradicional y de la economía ambiental (siendo base de ésta), dice que desconoce actualmente el valor que la humanidad pueda darle en el futuro a los bienes transformados, a la naturaleza, al agua, con lo cual se asigna un valor a los bienes actualmente y por la economía ambiental y tradicional en un acto arbitrario, ya que se desconoce la utilidad o extrema necesidad de algunos recursos naturales.

Por otra parte, el conocimiento sistémico o transdisciplinario que implica la comunicación de las ciencias naturales con las sociales, en el presente argumento con las económicas administrativas, simplemente se reconoce que existe incertidumbre acerca del funcionamiento de los ecosistemas (en el sentido biológico), implicando la total imposibilidad de valorar las externalidades conocidas, además de ignorar la existencia de otras posibles externalidades que puedan ser comprendidas en el futuro; en otras palabras el daño ambiental que se causa por el supuesto desarrollo humano, es poco entendible para la ciencia económica, ya que la comunicación transdisciplinaria biológicas-económicas prácticamente es nula, pero ello parte de los modelos educativos predominantes, pero el extremo es el poco valor que se le da a la investigación biológica y de las ingenierías en nuestro país, aunado a que, internacionalmente se ha aceptado que poco se conoce sobre los ecosistemas y su funcionamiento y por lo tanto de las consecuencias de su deterioro .


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