Presentación

"La paz exige cuatro condiciones esenciales: verdad, justicia, amor y libertad". Juan Pablo II

"Catarsis por Barríos" libro que narra el testimonio de un sobreviviente de las tantas masacres a campesinos y campesinas ejecutadas por la Fuerzas Armada de la época.

Barríos, caserío de El Divisadero del departamento de Morazán, que en el marco de la guerra civil que vivió El Salvador de 1980 a 1992; la mayoría de sus habitantes fueron exterminados por el Batallón Atlacatl, comandado por el desaparecido Teniente Coronel Domingo Monterrosa, el 18 de abril de 1982.

Este documento es el espacio donde el autor hace "catarsis"; vive una experiencia interior purificadora; saca a la luz y a través de pensamientos y palabras saca todo el dolor, las emociones resguardadas y narra el sufrimiento de una comunidad victima de la guerra.

Desde la visión del autor, este documento narra el principio y el fin de esta pequeña comunidad en el oriente del país centroamericano. Encierra el estilo de vida de muchas personas desvalidas y desafortunadas, que aun en su humilde mundo supieron crear un ambiente de felicidad y armonía. Sin embargo la adversidad llegó a sus vidas.

Directamente cuarenta y nueve personas entre niños, niñas, mujeres y hombres fueron víctima del odio motivado por aquellos que cegados de avaricia incumplieron el divino mandato: "ama a tu prójimo como a ti mismo".

Mandamiento inspirado por nuestro Creador y plasmado en las diferentes leyes primarias nacionales, como La Constitución de la República, que reconoce a la persona humana como el principio y fin del estado

"Catarsis por Barríos" expresa en esta primera declaración la esencia de la verdadera historia de aquellos, que por razones obvias, no dejaron después de su partida evidencias de su procedencia u orígenes, sin embargo a pesar de ser un pequeño y extraño grupo social era una comunidad muy unida y solidaria entre sí, integrada por familias con altos principios morales, espirituales y hospitalarios con el visitante, aferrados al deseo de vivir se negaban a morir.

Fueron víctimas de la viruela, trabajaron en las minas, cultivaron las tierras, fueron críticos del sistema y victimas del sistema; eso era aquel pequeño mundo llamado Barríos.

Si en 1917 las y los habitantes de Barríos fueron víctimas de la epidemia de la viruela, vale recordar que el privilegio de la emancipación de la corona de castilla no recayó en ellos y continuaban sufriendo los efectos de aquellas enfermedades que fueron fatales, legado de "nuestra madre patria" y de las cuales únicamente se protegían los criollos.

No debemos olvidar el pasado y deberíamos siempre tenerlo presente no para vivir hundidos en sus efectos tristes, sino para que esas historias no se repitan. Además el pasado debe servir para priorizar y orientar nuestros esfuerzos a incidir en las políticas de estado y orientar nuestros esfuerzos a la promoción y fomento de los derechos fundamentales de las personas; evitando que nuestro pueblo continúe siendo víctima de la indiferencia.

La libertad es uno de nuestros derechos fundamentales que no se reduce únicamente a desplazarse de un lado a otro dentro de nuestras fronteras patrias y a expresar lo que sentimos, el derecho a la libertad va mas allá de eso, el derecho a la libertad es estar debidamente informado y educado para saber lo que expresamos, de lo contrario estaremos supuestos a cometer cualquier delito de difamación o injuria.

El goce de los derechos fundamentales como es el derecho a la vida, derecho a la libertad, trae consigo el goce de derecho inherentes a estos y conocidos por muchos como los derechos fundamentales pertenecientes a una segunda generación u categoría "derechos específicos" como lo es el derecho a reunirse libremente, derecho a pertenecer a un sindicato, derecho a pertenecer a una religión etc. El pretender hacer uso de estos derechos a significado para nuestro sufrido pueblo el atropello a su dignidad y por ende ha sido humillado y despiadadamente masacrado, ejemplo de ello es Barríos.

El 18 de abril de 1982 en el caserío Barríos, Departamento de Morazán fueron asesinados cuarenta y nueve personas en su mayoría niñas y niños, con esto no solo se debilitó el desarrollo del país, sino se destruyó el futuro y se truncaban los sueños de aquellos inocentes pensamientos.

Gracias a valientes personas que al frente de prestigiosas entidades como es Tutela Legal del Arzobispado Católico de San Salvador y el equipo Argentino de Antropología Forense realizaron incuestionables investigaciones orientadas a aclarar el caso y denunciar a los asesinos; desenmascarando la impunidad sentando un precedente que expresa el máximo deseo de justicia y la construcción de un mundo mejor.

Aún falta un proceso de investigación que terminar, restan diez y ocho osamentas que descubrir; la verdad está inconclusa; la justicia está inconclusa y mientras no se descubra la verdad y no se haga justicia no se puede vivir plenamente el amor y la libertad.

Mario Turcios Sobreviviente Masacre de Barríos

El Autor: Orígenes del Caserío Barríos