BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

SISTEMA DE EVALUACIÓN

Isabel María García Sánchez


 


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1.2. ¿CUANDO EVALUAR EL APRENDIZAJE?, ¿POR QUÉ, PARA QUÉ EVALUAR?

Como se ha reflejado en la tabla previa, la evaluación del aprendizaje desde la iniciativa docente debe producirse en tres momentos de tiempo en función de los distintos aspectos que se pretendan observar y valorar. Concretamente, la evaluación debe producirse: i) al inicio de la ejecución de la programación docente (Evaluación inicial o diagnostico), ii) durante su desarrollo (Evaluación continua formativa) y iii) a su finalización (evaluación final sumativa).

i) La evaluación inicial tiene una función diagnostico dirigida a conocer la situación de cada estudiante antes de iniciar un proceso de aprendizaje (Rosales, 1981) con el fin de adecuar la práctica docente a los conocimientos previos y necesidades de los alumnos.

ii) La evaluación continua, como instrumento de mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje, tiene una función formadora orientada a ajustar las prácticas educativas a la situación que la información obtenida ha puesto de manifiesto. Esta evaluación permite detectar las dificultades y errores en el proceso de enseñanza-aprendizaje, las causas que lo provocan, permitiendo al docente y al discente desarrollar las acciones correctoras necesarias.

iii) La evaluación final como función sumativa determina el valor del resultado del proceso de aprendizaje del alumno a partir de la comprobación de los conocimientos y habilidades que ha adquirido. La evaluación final toma datos de la evaluación formativa, es decir, los obtenidos durante el proceso, y añade a éstos, otros obtenidos de forma más puntual (Herrera Capita, 2009).

En los epígrafes previos se analizan más detenidamente estas tipologías de evaluación del aprendizaje.

1.3. EVALUACIÓN INICIAL: DIAGNOSTICO DE LAS COMPETENCIAS Y CARACTERÍSTICAS EDUCATIVAS DEL ALUMNADO

1.3.1. Objetivos de la evaluación inicial

La evaluación inicial o diagnostico tiene como objetivo, verificar el nivel de preparación que poseen los estudiantes para enfrentarse a las tareas que se espera sean capaces de realizar. Por tanto, se produce de manera previa, desde el punto de vista temporal, al desarrollo de la acción formativa.

Los resultados obtenidos en esta evaluación deben permitir al equipo docente diagnosticar y pronosticar a partir de la situación real detectada, ajustando su actuación a las necesidades, intereses y posibilidades de los discentes (Alcalde Ciudad, 2008).

Tal información podría ser compartida con el alumno con el fin de lograr un mayor éxito en el proceso enseñanza-aprendizaje (Fernández Tilve y Malvar Méndez, 2007).

Dada las características y finalidades que persigue la evaluación diagnóstica, es obvio que no debe asignársele una calificación ni debe promediarse o afectar de ninguna manera la calificación del estudiante en el curso.

De manera más concreta, la evaluación inicial debe ir orientada a identificar:

- Características del grupo de alumnos. Análisis del nivel de aprendizaje logrado por los alumnos en las enseñanzas y cursos previos respecto a áreas instrumentales y competencias básicas.

- Conocimientos previos de la materia. Situación de partida de los estudiantes, detectando las capacidades, contenidos e ideas previas en relación con los aprendizajes que deberán desarrollar.

- Estilos de aprendizaje. Características cognitiva de los alumnos que determinarán en gran medida su proceso de aprendizaje.

- Análisis de las inquietudes, intenciones, intereses, motivaciones, actitudes y autoconcepto de cada alumno, así como de las características de su entorno socio-familiar.


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