4.3 El mercado interno del maíz y su producción

Aun cuando la situación de los campesinos se observa, no es la ideal para entrar a la competencia con los grandes productores, ni para entrar en la dinámica del libre mercado, se tiene la expectativa que la producción agrícola se incremente, debido a los cambios estructurales implantados, pero especialmente si se incentiva a la producción mediante el reactivamiento de la inversión.

4.3.1 Superficie sembrada

Si observamos en la gráfica (No. 5), la superficie sembrada del maíz ha disminuido principalmente a partir de 1998, mientras que en los años 80’s hasta 1994 la superficie sembrada se mantuvo alrededor de los 8.0 millones de hectáreas. Este fenómeno se explica de acuerdo a García y Williams (2003) por el efecto de las importaciones.

Mientras en la década de los ochentas los niveles de importación eran bajos por los altos tipos de cambio, a principio de los noventas comenzaron a incrementarse las importaciones por la apertura comercial con el TLC. Para 1994 ocurre la crisis y la devaluación del peso, por lo que, las importaciones de maíz disminuyeron y la producción interna tuvo que incrementarse para cubrir la demanda.

A finales de 1998, el país comenzó a recuperarse de la crisis y la economía volvió a reactivarse, por lo que, las importaciones comenzaron a incrementarse nuevamente y trajo como efecto una disminución de la superficie sembrada.

4.3.2 Volumen de la producción y rendimientos

Si relacionamos el volumen de la producción con la superficie cosechada y la superficie sembrada podemos conocer el nivel de rendimiento y las pérdidas, en cuanto a producción se refiere. En la gráfica No. 6 se observa claramente una caída del volumen de la producción a partir de 1999, lo cual es explicable, por la disminución de la superficie sembrada.

Si comparamos ambas gráficas notaremos que tienen un comportamiento muy similar, originado, como ya se había explicado, por el efecto de las importaciones y la situación económica del país. A este respecto algunos autores sostienen, que el volumen de producción en el país se ha incrementado como consecuencia de la protección que existe en el mercado nacional, con las barreras arancelarias y cuotas de importación para niveles superiores a los establecidos.

En este trabajo se consideraron los datos oficiales de la producción de maíz que ofrece el Sistema de Información Agrícola y Pecuaria (SIAP) de la Secretaría de Ganadería, Agricultura y Pesca (SAGARPA). Sin embargo, aún cuando fuera cierto que el volumen de producción del maíz se ha incrementado, este no ha sido el que se tenía durante los años sesentas y setentas, bajo el modelo de sustitución de importaciones, y en el que él país era autosuficiente en la producción de maíz. Más allá de esta afirmación, es claro que el nivel de producción ha disminuido considerablemente con respecto al nivel de importaciones y con el abastecimiento de la demanda interna.

En los rendimientos se observa un incremento discreto a partir de 1980, pasando de 1.83 toneladas por hectárea a 2.33 toneladas por hectárea (véase Cuadro No. 7), considerando que los rendimientos promedio en EUA son de 8 toneladas por hectárea. El incremento en los rendimientos se explica porque el volumen de la producción ha disminuido un poco menos que la superficie sembrada, esto proviene principalmente de un mejoramiento en las técnicas de producción.

El comportamiento de la superficie siniestrada puede ser aleatorio, debido a que está más relacionado con factores como el clima, pestes, contaminación, incendios y desastres naturales, que con factores de tipo técnico o económico ligados directamente (véase Cuadro No. 11). Dentro del periodo 1980-2003, la tasa promedio de superficie siniestrada fue de 1.06 millones de toneladas por año.

4.4 Análisis de la demanda

De acuerdo a estimaciones extra oficiales, el consumo aparente promedio de maíz grano en México asciende a aproximadamente 26 millones de toneladas en el año 2003, cubierto principalmente por la producción interna y por las importaciones.

En el consumo total del maíz en México, el humano es el principal segmento de demanda, con una participación promedio de 54% siguiendo en orden de importancia el pecuario, cuyo nivel de consumo equivale al 36 por ciento.

Se estima que en 2003 la industria Pecuaria consumió un total de 9,360 millones de toneladas de maíz que corresponden al 36% del consumo total del maíz en México. De dicho consumo el 79% fue maíz nacional y el 21% de maíz de importación. El maíz que se destina a la industria pecuaria, mayormente se dirige al consumo avícola, seguido del porcícola y el resto en el consumo de otras especies.

Los mayores estados productores de maíz son los que más lo consumen. En este caso tanto Jalisco como el Estado de México representan el 14.6 % y el 13.4 % del total de consumo respectivamente. Le sigue el Bajío como la región que más consume con 9.3%, el Distrito Federal con 7.7% y Veracruz con el 6 %.

Observamos también, que estos grandes productores son deficitarios en su demanda, la cual queda insatisfecha y tiene que recurrirse a las importaciones. Cabe mencionar que los estados que presentan un déficit de granos, es porque los maíces producidos localmente no alcanzan por la demanda de la industria alimentaria y ganadera quienes solicitan maíces amarillos y blancos para harina.

Con ello quiere decirse, que la demanda de consumo humano es la primera en abastecerse. Sin embargo, las demandas extras de maíz provienen del sector ganadero e industrial, mismo que es cubierto a través de maíces de menor calidad provenientes de las importaciones de EUA y que se obtienen a un precio relativamente más bajo.