BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

COMERCIO EXTERIOR, PRODUCCIÓN Y DETERMINACIÓN DE PRECIOS DEL MAÍZ EN MÉXICO: IMPLICACIONES Y PROPUESTAS PARA MEJORAR LA COMPETENCIA

Sergio Gabriel Ceballos Pérez


 


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1.3 Los supuestos de la teoría del libre comercio

1.3.1 Las ventajas competitivas de Adam Smith

Recordemos que este modelo de liberalismo con ventajas comparativas y ventajas competitivas, provienen de los supuestos planteados por Adam Smith (1776) y David Ricardo (1817) principalmente, en los que se definen y explican por primera vez, como un país puede obtener beneficios a través de su participación en los mercados doméstico y externo. Smith afirmaba el beneficio de las ventajas competitivas para los países y regiones. El planteamiento de Smith era, que el comercio podía ser visto como un juego de suma positiva, en el cual todos los países participantes podían obtener beneficios, mediante una especialización de la producción y donde las empresas más competitivas serían las más eficientes. Smith creía en la operación de la ley natural o de la mano invisible; era como un medio imaginario para controlar las conductas “civilizadas” de los agentes económicos, y a su vez favorecería al capitalismo individual y el libre comercio. Smith decía que algunos hombres son más entendidos que otros, así como sus necesidades y deseos; si cada hombre buscará su propio beneficio, este podría en el largo plazo contribuir más al bien común. Con esta mano invisible, Smith demostró que todas las formas de intervención del gobierno, tales como subsidios a la exportación, restricciones a la importación, y regulación de salarios y precios, eran un obstáculo al crecimiento natural de la economía. La Ley Natural más que restringir al gobierno, podía servir para prevenir los abusos de la libertad del mismo. La competencia fue un elemento clave en la sociedad que proponía Smith. La competencia aseguraba que cada nación y persona, pudieran hacer lo mejor que sabían hacer. Desde el punto de vista de Smith el factor fundamental de la Ley Natural provenía de la División del Trabajo. Él lo explicaba con el ejemplo de la producción de alfileres, donde un hombre sin capacitación y sin estar familiarizado con la maquinaria para la elaboración de alfileres, podría hacer un alfiler él solo en un día, y podríamos casi asegurar que no podría elaborar más de veinte alfileres al día. Mientras que en una empresa donde la producción se divide en sectores, un hombre podría sacar el alambre del fuego, otro aplanarlo y cortarlo, otro realizar las cabezas, y uno más que uniera ambas partes. Dependiendo de la maquinaria y de la destreza de estas personas, la producción que Smith calculó en esta empresa con 10 trabajadores alcanzaba los 48000 alfileres, o 4800 alfileres por persona en un solo día (Smith 1776:10).

Smith extendió la idea de la división del trabajo a la División Internacional del Trabajo. Ahora más que considerar empresas, se consideraba las economías nacionales como economías especializadas en producciones tales como los productores de alfileres.

1.3.2 Ventajas comparativas de David Ricardo

Pero había un problema con la teoría de la ventaja competitiva de Smith; ¿que pasaba si un país tuviera una ventaja competitiva en diversos bienes?, de acuerdo con Smith el país que resultará superior podría no obtener beneficios del comercio internacional. En contraste David Ricardo dijo que el país debería especializarse en el producto que tuviera la mayor ventaja competitiva, mientras que los países inferiores deberían especializarse en la menor desventaja competitiva. Esta regla se conoce como la teoría de la ventaja comparativa. Una implicación importante de esta regla, es que, cuando un país no tuviera una ventaja competitiva con los demás países en cualquier bien, este podría entrar al comercio internacional y beneficiarse.

Para demostrar esto, Ricardo utilizó como ilustración el ejemplo del comercio entre Inglaterra y Portugal. Si Portugal, estuviera produciendo ropa con el trabajo de 90 hombres y vino con el trabajo de 80 hombres, mientras Inglaterra estuviera produciendo la misma cantidad de ropa con 100 hombres y vino con 120. Al intercambiar ropa inglesa por vino portugués podría ser desventajoso para ambas naciones. Si cada nación se concentrara en producir lo que hace con menor esfuerzo -o menores costos-, cada una tendría una gran ventaja comparativa.

El modelo Ricardiano del comercio internacional es una herramienta muy útil para explicar las razones por las cuales el comercio podría ser factible y a su vez incrementar la riqueza de los socios comerciantes. Sin embargo, este modelo es incompleto. En particular, hay dos grandes problemas. Primero, el simple modelo Ricardiano se enfoca en un grado extremo de especialización, mientras que en la vida real los países no producen un solo bien, sino muchos bienes incluyendo los bienes importados necesarios para satisfacer la demanda de sus pobladores . El segundo, es que él explica las ventajas comparativas basadas en las diferencias de los niveles de productividad entre países, pero no explica porque existen esas diferencias (Cho y Moon, 2000).

El primer problema podría ser resuelto cuando nosotros asumimos rendimientos decrecientes a escala (funciones de producción convexas con posibilidades de producción en la frontera), lo cual implica que los recursos están cambiando de un sector hacia otro; los costos de oportunidad de cada unidad adicional de otro sector se están incrementando. Tales costos pueden elevarse debido a que los factores de producción varían en la calidad y en la conveniencia para producir diferentes mercancías.

Bajo esas circunstancias, la teoría puede predecir que un país se especializará en el punto donde las ganancias de la especialización lleguen a ser igual al incremento de los costos de especialización. La teoría puede entonces explicar la razón por la que un país no especializa su producción completamente. El segundo problema podría resolverse con la teoría de los factores endógenos.

1.3.3 Factores endógenos

Ricardo explicó que la ventaja comparativa se incrementa por las diferencias en la productividad laboral, pero no explicó satisfactoriamente porque existen diferentes productividades laborales entre los países. A principios del siglo XX una nueva teoría de comercio internacional fue desarrollada por dos economistas suizos, el modelo Hecksher y Ohlin (1919). Hecksher y Ohlin (H-O) suponían que el incremento de las ventajas comparativas provenía de las diferencias en los factores endógenos. De acuerdo con este modelo, existen dos características básicas de los países y los productos. Los países difieren uno de otro, en los factores de producción que ellos poseen, tales como mano de obra, capital, tecnología, etcétera. Los bienes difieren entre si, de los factores que requieren para su producción, tales como insumos, tipo de tecnología, mano de obra, etcétera. El modelo H-O dice que un país tendrá ventajas comparativas y exportará el producto que le resulta más barato producir de acuerdo a los factores endógenos que posee. La lógica de ello, es que el factor o recurso más abundante de un país, es el que les cuesta menos producir.

En este modelo existen dos factores de producción: capital y trabajo, mientras que en el modelo Ricardiano sólo existe uno: el trabajo. El modelo H-O asume que los niveles tecnológicos son idénticos en todos los países, pero los métodos de producción son diferentes. Los métodos de producción indican la diferencia en el uso combinado de los factores capital y trabajo.


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