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COMERCIO EXTERIOR, PRODUCCIÓN Y DETERMINACIÓN DE PRECIOS DEL MAÍZ EN MÉXICO: IMPLICACIONES Y PROPUESTAS PARA MEJORAR LA COMPETENCIA

Sergio Gabriel Ceballos Pérez


 


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3.8 Implicaciones de la determinación de los precios internacionales del maíz

Como pudimos observar a lo largo del análisis de cointegración, existe una relación muy fuerte entre el nivel de precios a nivel mundial, y los rendimientos, la producción y las exportaciones. Dentro de la teoría económica, esto se podría explicar claramente como un ejemplo de una mayor optimización en la producción, de una mayor competencia y de la eficiencia de los mercados.

Sin embargo, lo que nos causa dudas sobre la eficiencia u optimización en dicho sector, es si efectivamente esta caída de precios obedece únicamente a un efecto de mejoramiento productivo, o puede también verse influenciado, por procesos de industrialización, ya que como bien se sabe, después de la segunda guerra mundial, comenzó un proceso de industrialización en los países hoy desarrollados.

Cómo señala A. Lewis (1985) después de la Segunda Guerra Mundial, muchos países emprendieron nuevos planes de desarrollo, en los que incluían estrategias de crecimiento mediante el impulso del sector industrial, mismo que tenía que ser apoyado por el sector agrícola, para proveerle de materias primas baratas, de mano de obra excedente y como un medio para la estabilidad de precios.

Por lo tanto, hubo desde aquellos años una transferencia de valor y beneficios del sector agrícola a los demás sectores, mediante la estabilidad de precios a niveles bajos en los alimentos y materias primas del sector agropecuario. De hecho, hasta la actualidad, esta dinámica se sigue conservando, ya que los precios de los alimentos son considerados en buena proporción en la determinación de la inflación.

Esto que se señala, es a raíz de un planteamiento, que tiene que ver con los niveles de ingreso per capita en los agricultores y con el deterioro del sector agropecuario a nivel mundial. Como el análisis de cointegración señala, hay una fuerte tendencia de que los precios del maíz –todos los cereales en general- continúen disminuyendo durante los próximos cinco años. Lo cual representa, que habrá menos beneficios en términos relativos para los agricultores, especialmente para los que menos tienen.

De hecho, la USDA ha estado manipulando los precios para disminuir esta tendencia. En el 2004, primeramente habían anunciado que su producción estaría por debajo de lo previsto, debido a los constantes cambios climáticos, que afectaron gran parte de la cosecha en Kansas. Esto generó, que hubiese incertidumbre en los mercados y que el precio futuro del maíz se elevará. Sin embargo, ya para agosto, anunciaron que su cosecha no había sufrido ningún daño y que por lo tanto, si iban a poder cumplir con la demanda requerida.

Sin embargo este tipo de esfuerzos, no benefician a todos los productores, ni son soluciones de fondo, que permitan encontrar un equilibrio tanto para los agricultores como para los consumidores. Este aspecto, influye de manera importante en la dinámica de los precios mundiales y por supuesto en el comercio, mediante la monopolización del mercado por parte de los grandes productores, que pueden llegar a manipular los precios. Los Estados Unidos como los grandes productores de maíz y como la primera potencia económica en el mundo, utiliza las vías que le parecen más adecuadas para lograr sus propósitos. Tal es el caso de los subsidios a la agricultura. Ellos son quienes promueven el discurso de la liberación económica y de la reducción de los gastos públicos, mientras que a sus productores llegan a subsidiarlos hasta en 70% de los costos de producción. También son quienes ponen más barreras a las importaciones de productos mexicanos, como el atún, la fresa, la naranja, entre otros, cuando les afecta a sus productores.

Esta contrariedad se ve reflejada en el mercado, ya que los precios se encuentran por debajo de los costos promedio al estar subsidiados. Los precios no están reflejando, como mencionan únicamente las fuerzas de la oferta y la demanda, sino que mostrarán aparentemente los movimientos de dicho mercado, pero partiendo de un precio que establece el monopolio, que en este caso es Estados Unidos.

Esta brecha en los costos de producción entre los países desarrollados y subdesarrollados, se agrava, por las diferentes tipos de tecnología, la infraestructura, la organización campesina, los apoyos financieros, y las técnicas de producción. Mientras un productor en Estados Unidos, cuenta con una cantidad suficiente de tierra para cultivar a gran escala, acceso a créditos, asesoría técnica, seguros agrícolas y tecnología de punta, como las semillas trasngénicas, fertilizantes, insecticidas, pesticidas, hormonas para el crecimiento en el caso de la ganadería y el apoyo institucional.

En México, por ejemplo, la tenencia de la tierra no está distribuida para la producción a gran escala, por el contrario, el proceso de reforma agraria proveniente desde la revolución, desembocó en el minifundismo en algunas zonas con problemas de desarrollo, y en otras se promovió la figura ejidal, basada en el cooperativismo (mismo que se vio coartado con las reformas del Artículo 27 Constitucional).

Las técnicas de producción agrícola mexicanas son muy variadas, pero predominan las técnicas tradicionales, como el uso de animales para jalar el arado, la siembra a mano, la irrigación con temporal, la mezcla de semillas para generar especies endémicas. Estas diferencias, en las estructuras productivas, dejan en desventaja a los agricultores de los países subdesarrollados. Y simplemente, bajo estas condiciones, es casi imposible entrar a competir en el mercado.


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