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COMERCIO EXTERIOR, PRODUCCIÓN Y DETERMINACIÓN DE PRECIOS DEL MAÍZ EN MÉXICO: IMPLICACIONES Y PROPUESTAS PARA MEJORAR LA COMPETENCIA

Sergio Gabriel Ceballos Pérez


 


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INTRODUCCIÓN

Importancia del maíz para México

El cultivo del maíz tuvo su origen con toda probabilidad en América Central, especialmente en México, de donde se difundió hacia el norte hasta Canadá y hacia el sur hasta Argentina. La evidencia más antigua de la existencia del maíz, proviene de unos 7,000 años de antigüedad (Warman, 1988:18), encontrada por arqueólogos en el valle de Tehuacán (México) pero es posible que hubiese otros centros secundarios de origen en América. En México además de ser el lugar donde nació el maíz, se encuentra la mayor variedad de sus especies y cruzas con distintas propiedades nutricionales, colores y sabores (Warman, 1988:30).

La palabra maíz tiene origen indio caribeño, significa literalmente «lo que sustenta la vida». El maíz, junto con el trigo y el arroz, es uno de los cereales más importantes del mundo, tanto a nivel económico como cultural. Suministra elementos nutritivos a los seres humanos y a los animales, además de ser una materia prima básica en la agroindustria, con la que se producen almidón, aceite y proteínas, bebidas alcohólicas, edulcorantes alimenticios y, desde hace poco, combustible (FAO 1996).

La demanda de este grano tiene también sus orígenes desde tiempos muy antiguos en las civilizaciones prehispánicas de Latinoamérica, donde hasta la actualidad se continúa consumiendo y comercializando en grandes proporciones.

También es importante para México porque se producen alrededor de 19 millones de toneladas (lo cual representa el 63.3% de la producción total agrícola) en una superficie de 8.5 millones de hectáreas (el 60% de la superficie total agrícola), además concentra el mayor número de productores: 3.2 millones (75%), en su mayoría ejidatarios (de los 4 millones de productores agrícolas en el país) SAGARPA-SIAP (2003).

Por el lado de la demanda interna, el consumo nacional de este grano se ha elevado en los últimos años, tanto por el consumo humano, así como por el uso de maíz en la alimentación del ganado. En la actualidad el consumo alcanza una cifra alrededor de los 25 millones de toneladas anuales, de los cuales 6 millones se surten con importaciones provenientes principalmente de Estados Unidos (ASERCA, 2004:22).

La producción de maíz en México en riesgo

No obstante a pesar de la riqueza nutricional y cultural que el maíz ha aportado a nuestro país y al mundo, en la actualidad dicha riqueza está siendo amenazada por la liberalización comercial. Esto se cree que es gracias a las reformas instauradas en los ochentas y noventa, materializadas con los tratados internacionales de comercio, los cuales han dado como resultado la importación de enormes cantidades de maíz a precios muy por debajo de lo que nuestros productores pueden ofrecer, desplazándolos así del mercado nacional y de la actividad económica, ya que la mayoría de ellos, no cuentan con la capacidad técnica y financiera para elevar su competitividad y participar en el mercado internacional.

Esta disminución de políticas hacia el campo, se ven reflejadas en la falta de inversiones tanto públicas como privadas y en un éxodo masivo de jornaleros hacia las grandes urbes, y hacia los Estados Unidos. La desarticulación de la actividad agrícola se ha convertido en una crisis profunda, en la que los campesinos tienen muy pocas posibilidades de encontrar nuevas fuentes de empleo para sostener a sus familias.

Este aspecto puede tener serias repercusiones sobre la producción nacional de maíz, un producto de importante valor para la alimentación de los mexicanos y el sustento de muchos campesinos. Las desventajas competitivas y las imperfecciones de los mercados agrícolas han sido reconocidas por los gobiernos de los países desarrollados (BID, 2004:2-7; OCDE, 1995:18-24), quienes subsidian a sus propios productores, a pesar de que son quienes dominan el mercado, mientras que los países subdesarrollados con la apertura comercial han abandonado este sector de la economía, sin calcular las consecuencias que pueden les pueda traer en el largo plazo, no producir sus propios alimentos, aumentando así la dependencia alimentaria.

Las importaciones de maíz han ido en aumento desde comienzos del TLCAN. En los primeros 5 años del TLCAN (1994-1999) las compras totales de granos a Estados Unidos y Canadá ascendieron a 58.8 millones de toneladas, lo equivalente a más de dos años de la producción nacional y a 757 millones de dólares (el presupuesto del PROCAMPO para 10 años). Además granos básicos como el maíz, fríjol, trigo y sorgo han perdido su valor (precio) entre un 45% y un 55%.

Como resultado de lo anterior, la apertura comercial del TLCAN en materia de granos ha implicado el retiro del cultivo de más de 4 millones de hectáreas y el éxodo rural de 15 millones de campesinos. Los cuales han visto afectados sus cultivos, entre otros productos, de maíz, fríjol, cebada, trigo, arroz, sorgo, soya, piña, caña de azúcar y café.

Además de los problemas económicos, debemos contemplar el factor ambiental debido. De acuerdo con Sánchez (2005:61) los maíces de México son de un interés especial debido al papel que han desempeñado en el desarrollo de las variedades modernas y altamente productivas de América, especialmente en la faja maicera de los EUA. Por consiguiente, la clasificación de los maíces en México es de interés no sólo para el mejoramiento del cultivo, sino también para los genetistas, y actualmente para la ingeniería genética y la industria agrobiotecnológica.

Considerando que México es el país de origen del maíz con más de 40 razas que se han adaptado a diferentes condiciones naturales, y que ello ha implicado una evolución tecnológica y cultural de los agricultores mexicanos; la introducción del maíz transgénico debería hacerse bajo medidas de control, ya que puede desplazar las semillas originales, y que además su implementación en los terrenos mexicanos tendría implicaciones socioeconómicas desfavorables para los pequeños agricultores .

La negociación del TLC en materia agrícola, como mencionan muchos expertos, no se llevó a cabo con el detalle y el análisis que requería, ya que países como Japón y la Unión Europea, han tenido que realizar apartados distintos en estos sectores para no tener problemas en el corto y mediano plazo, tanto con sus productores como con la balanza comercial.

Por su parte, en México la negociación de la apertura al libre comercio agrícola, se consideró como una ventaja competitiva, en el que nuestros vecinos del norte, pudieran vendernos el maíz más barato y por lo tanto, podríamos dejar de producirlo en los siguientes años, dedicándonos a ser rentables en otros sectores, tal como el maquilador, o a la exportación de otros cultivos agrícolas como las frutas y hortalizas.

Sin embargo, lo que nunca se pensó y no se ha llevado a cabo, es realizar una estrategia de transferencia tecnológica de productos sustitutos para los agricultores mexicanos que serían desplazados de los cultivos tradicionales, ni en como brindarles una nueva fuente de ingresos. Además de los efectos futuros o las consecuencias que pueden costar la falta de producir nuestros propios alimentos y el dejar en manos ajenas nuestra seguridad alimentaria, especialmente tratándose de un monopolio de mercado (Rello y Trápaga, 2001: 86).

Para muestra cabe recordar que la caída de precios registrada en el mercado del maíz, después de la firma del TLCAN no se preveía hasta 15 años después. Sin embargo, en tan sólo 21/2 años los precios se vinieron abajo. Otro ejemplo es que el 25% del maíz importado por México podría duplicarse en el año 2006. Todo esto no hace más que dar la razón a recientes investigaciones (Flores 2003, Calva 1998) que vaticina la desaparición a finales de esta década de cultivos como el de maíz o el de fríjol si no se renegocia el TLCAN.

Ante esta problemática, es claro que nuestros campesinos se encuentran en serias desventajas para competir en el mercado, a precios que se enlistan por debajo de los costos de producción y un aparato productivo altamente rentable. No obstante, y a pesar de las desventajas, las autoridades norteamericanas y mexicanas con base en los acuerdos del TLC en el caso del maíz, están resueltos a realizar la total apertura de comercio para el año 2008.

Ante tal situación, es que nos propusimos estudiar la situación actual de la producción y comercialización del maíz en México, así como las implicaciones que ocurren por la apertura de mercados, tales como la adecuación a los precios internacionales, la balanza comercial en esta materia; su efecto sobre la producción nacional y las condiciones actuales de los productores mexicanos de maíz. Una vez conocido esto, pudimos seguir con la generación de ventajas competitivas para los productores de maíz.

La hipótesis de este trabajo se sustenta en que, debido a la apertura de mercados y a la falta de políticas de desarrollo agropecuario que fomenten ventajas competitivas, la producción de maíz en México se ve amenazada y destinada a su desaparición. Pese a ser un factor de seguridad social y alimentaria para nuestro país. Lo anterior tiene como clímax la apertura total del mercado nacional de maíz en el año 2008, la cual se cree afectará significativamente la producción interna, ya que por un lado, las tendencias de importaciones de maíz a nuestro país crecen constantemente a ritmo acelerado y por otro, las tendencias de los precios internacionales del maíz muestran una reducción importante.

Esto significaría, que al darse la apertura total en el 2008, los precios internos del maíz podrían disminuir más en el mercado interno, lo cual elevaría las importaciones y obligaría a los productores nacionales a elevar sus rendimientos, a disminuir sus costos y a reducir sus ganancias, para poder competir con el mayor productor de granos del mundo (EUA). No obstante, las condiciones actuales del campo mexicano requieren de cambios sustanciales en diversos aspectos de carácter económico, organizativo, administrativo y financiero, para poder insertarse en la competencia.

La teoría de las Ventajas Competitivas de las Naciones de Michael Porter (1990) nos puede ayudar a realizar estrategias para prevenir dicha situación a través del mejoramiento de las competencias para la producción interna de maíz, además de considerar el renegociar el apartado del libre comercio en materia de granos, poniendo limites a las importaciones, comenzando por presentar inconformidades ante la OMC por competencia desleal. Mientras, por otro lado se realizan inversiones mixtas (públicas y privadas) con el objetivo de incrementar la productividad, además de ofrecer a los productores créditos preferenciales, apoyos directos a la producción, seguros, brindarles asesoría técnica y organizativa, y el impulso hacia incrementar las cadenas de valor del maíz mediante las agroindustrias y las cadenas de mercadeo.

Contenido del estudio

La elaboración de la investigación se planteó con base en el método deductivo abstracto, a través del estudio de la comercialización y producción de maíz en el plano internacional, así como las implicaciones que tiene esto en el plano nacional, tomando en cuenta las condiciones en las que se desarrolla la agricultura en México. En el capítulo primero se hace referencia a la globalización, más que como concepto a los elementos que forman parte de esta, y el papel que juega dicha globalización en la dinámica actual de apertura de mercados, inversiones transnacionales, exportaciones, consumos, tecnología, etcétera. Además también se reconoce la importancia de la creación de ventajas competitivas y comparativas, señaladas por autores como Adam Smith, David Ricardo, Hecksher y Ohlin, Lentief, y Michel Porter quien desarrolla la teoría de las Nuevas Ventajas Competitivas de las Naciones, que es la que nos servirá para realizar las propuestas para mejorar la competencia de los productores de maíz en el plano nacional e internacional.

En el capítulo dos se presentan los principales cambios de la política agropecuaria producto de la instauración del régimen neoliberal. El desmantelamiento de las políticas de protección al sector, la eliminación de subsidios e instituciones relacionadas con la agricultura, la reorientación de la producción hacia el mercado externo, y la aparición de las empresas transnacionales que controlaran el 70% del mercado de maíz en el rubro de la comercialización. El capítulo tres analiza el mercado mundial del maíz y sus variables como son los precios internacionales, grandes productores, países exportadores e importadores y rendimientos promedio mundiales. Esto nos da un panorama de la dinámica de competencia y las reglas con las que opera el juego de intercambio. En el capítulo cuatro se presentan las condiciones de la producción de maíz en México, mismas que reflejan la ineficiencia de las políticas económicas enfocadas al campo de los últimos veinticinco años, trayendo consigo un rezago, en materia tecnológica, de infraestructura, de inversión y servicios. También se señala la pérdida de la superficie sembrada de maíz en algunos estados como Sinaloa, que ocupaba el lugar numero uno en 1997 y pasó al lugar 29.

En el capítulo cinco se estudia las relaciones de intercambio México- Estados Unidos, su balanza comercial, los subsidios que otorgan, la violación a los márgenes de importación y el no cobro de estas cuotas, así como las posibles implicaciones que se esperan de la apertura total del comercio en granos en el año 2008.

En el capítulo seis se hacen las propuestas para mejorar la competencia, a través de la creación de ventajas competitivas, la reformulación del papel de la agricultura en la economía nacional, la organización de los productores enfocados a pequeños y grandes mercados, la importancia de la creación de un sistema de innovación tecnológica, el impulso de servicios financieros adecuados para la producción agropecuaria, el papel de la inversión pública, la renegociación del apartado agrícola de Tratado de Libre Comercio y el tema de los subsidios a los productores. El capítulo siete, continua con las propuestas para el mejoramiento de la competencia, presentando el análisis de diversas fuentes de financiamiento e inversión para la agricultura enfocadas al caso de la producción de maíz, con vías hacia una agricultura modernizada para el nuestro país, y que garantice la seguridad y soberanía alimentaria que se ha perdido durante los últimos años.


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