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COMERCIO EXTERIOR, PRODUCCIÓN Y DETERMINACIÓN DE PRECIOS DEL MAÍZ EN MÉXICO: IMPLICACIONES Y PROPUESTAS PARA MEJORAR LA COMPETENCIA

Sergio Gabriel Ceballos Pérez


 


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CAPÍTULO 7 INSTRUMENTOS DE FINANCIAMIENTO PARA LA PRODUCCIÓN DE MAÍZ.

Introducción

El capítulo seis tiene como objetivo demostrar que la producción de maíz puede continuar siendo rentable, a pesar de las críticas realizadas por algunos autores quienes consideran que es un producto de baja rentabilidad y que tiende a dañar la diversidad de la agricultura en el país. No obstante, si consideramos el capitulo anterior donde se señalan algunas estrategias para elevar los rendimientos y mejorar la organización productiva, la producción de maíz puede volverse una de las más rentables y con una ventaja comparativa con respecto de los competidores vecinos, quienes no cuentan con suficiente mano de obra (salvo los mismos mexicanos y latinos que emigran), ni con una diversidad genética, como la desarrollada naturalmente aquí desde hace miles de años.

Mientras por otro lado, también se tiene que pensar en las formas de integrar a diversos agentes económicos, lo cual, daría por resultado una mayor capitalización y modernización de la agricultura y de las zonas rurales del país. La propuesta de la agricultura podría ser una buena opción frente a la falta de inversiones públicas, y a la necesidad de mejorar la situación tecnológica de los agricultores.

7.1 INVERSIÓN Y FINANCIAMIENTO PARA LA PRODUCCIÓN DEL MAÍZ

7.1.1 Modelo de Inversión del Maíz.

A continuación se presenta un modelo de inversión para el sector agrícola específicamente para los agricultores de maíz en México, basado en las condiciones que presentamos en capítulos anteriores y en el contexto de la globalización. En ese sentido, los productores se encontrarán con la tarea de hacer más eficiente su producción, elevar sus rendimientos, sujetos a una demanda y a un precio preestablecido o estimado.

Tomando la identidad macroeconómica del producto únicamente para el caso del maíz, tenemos que el producto Y en el tiempo t1 se obtiene de la suma de los términos agregados, como el consumo C, la inversión I, el gasto del gobierno G, las exportaciones menos las importaciones X – M, más los subsidios menos los impuestos D – T, todos ellos en el tiempo t0.

Para simplificar esta ecuación al caso del maíz, reduciremos algunos términos. Por ejemplo, el consumo se compondría de todos aquellos compradores del grano, tanto el consumo alimentario como el industrial. El gasto de gobierno representa el presupuesto de egresos destinado específicamente para incentivar la producción de maíz tales como el PROCAMPO, coberturas, semillas, servicios de asistencia técnica, comercialización, subsidios para diesel, y para la innovación tecnológica; sin embargo también pueden entrar en este rubro los gastos del gobierno en infraestructura carretera, hidroagrícola, energía eléctrica, construcción de escuelas y hospitales (estas cifras entrarían sólo los costos del proyecto por año traídos a valor presente). Los subsidios para créditos con tasas preferenciales donde se puedan conjugar con esquemas de fondeo para los agricultores, de esa forma nos puede servir para estimar el nivel de inversión que necesitamos si deseamos elevar nuestro nivel de ingresos.

Otro gasto que desapareció con CONASUPO, son los almacenajes (stocks). El gobierno puede optar por realizar compras como medida de seguridad alimentaria y además favorecer la estabilidad de los precios en épocas de incertidumbre. Por su parte, los impuestos a los alimentos son muy bajos, así como los subsidios son poco representativos, por lo cual podemos dejar la función únicamente en términos de la inversión, el consumo y el sector externo.

La inversión por su parte representa los costos que el productor dispone para llevar a cabo su producción, tales como los costos para preparar la tierra, los abonos, las semillas, la renta de maquinaria, el pago de la mano de obra, los beneficios esperados, los plaguicidas, el transporte, etcétera.

De esta manera, deseamos proyectar la producción de maíz de acuerdo con el incremento del consumo, así como recuperar el terreno perdido por las importaciones. En el cuadro No. 15 se hizo una estimación para 10 años, en los cuales se desea recuperar el nivel de ingresos hasta por 13,327 pesos por productor para el año 2013, un incremento de casi el 50% en ingresos, sin considerar la industrialización la cual podría ayudar a incrementar la cadena de valor y los beneficios para los agricultores.

Para realizar el cálculo se consideraron las cifras de los años 2002 y 2003 tomadas de fuentes oficiales. En estas se observan que los ingresos de la producción de maíz, percibidos en el año 2003, fueron de 6,288 pesos, o 524 pesos mensuales por productor.

Si deseamos tener una recuperación lenta –como la mostrada en el cuadro a un ritmo de crecimiento de la producción de 10% cada año-, tendríamos que empezar, por disminuir nuestras importaciones de maíz a una tasa de 10% anual, mientras que a su vez elevaríamos nuestras exportaciones en un 50% .

Obsérvese, en la gráfica No. 16, como descenderían las importaciones y a su vez las exportaciones tenderían hacia un crecimiento. A mediados del año 2012, tendríamos la balanza comercial en maíz en equilibrio, mientras que en el año 2013 podríamos ser superaviatarios, lo cual es un indicador de la soberanía alimentaria.

Para lo cual se necesitaría elevar los rendimientos de la producción en un 10% -basados en tecnología y disminución de costos de producción-, así como el monto de la inversión tendría una disminución de 10% con respecto al ingreso por año, originados por el aumento de los rendimientos. En el cuadro No. 20, se observan las proyecciones hechas con base en los porcentajes mencionados hasta el año 2013.

La inversión se obtuvo con una cifra correspondiente al costo total promedio de producción de 500 pesos por tonelada, aunque el cuadro muestra un aumento en términos absolutos; en la relación Ingreso/Inversión (Y/I) o Producto/Capital (Y/K) se observa la disminución de la inversión con respecto al producto, de 3.12 a 3.00. Cabe señalar que la inversión en innovación tecnológica tendría que ser incluida una parte aquí, que es la parte que pagan los productores por la introducción de nuevas tecnologías y procesos productivos, sin embargo, también se puede aplicar otra parte en los gastos de gobierno, que son quienes financian los proyectos de innovación en las universidades y centros de investigación.

Los gastos de gobierno corresponden al presupuesto destinado, únicamente para los productores de maíz y considerando un aumento de 5% por año. Así mismo el aumento de la producción como del consumo, corresponde al aumento de la demanda, del sector industrial y el consumo humano. La baja en el precio se obtuvo considerando las bajas en los precios internacionales y por el aumento de la producción. Por su parte los rendimientos, dependiendo de la innovación tecnológica, podrían aumentar hasta 6 toneladas por hectárea, lo cual sería útil para aumentar el beneficio de los productores. Dentro de las estimaciones no se consideró el aumento de los productores, lo cual también es un indicador del aumento de la eficiencia de la mano de obra.


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