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COMERCIO EXTERIOR, PRODUCCIÓN Y DETERMINACIÓN DE PRECIOS DEL MAÍZ EN MÉXICO: IMPLICACIONES Y PROPUESTAS PARA MEJORAR LA COMPETENCIA

Sergio Gabriel Ceballos Pérez


 


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CONCLUSIONES GENERALES

A manera de conclusión general, retomamos nuestra hipótesis, en la que señalamos, la posible desaparición de la producción de maíz en México, como resultado de la competencia desleal que existe en el Tratado de Libre Comercio, y a través del cuál entra a nuestro país una cantidad cada vez mayor de grano de maíz de baja calidad a precio muy bajo.

Cabe recordar, que la inserción de México al TLC en materia agropecuaria se dio bajo condiciones casi imposibles de competencia, en las que los subsidios fueron eliminados, la infraestructura era insuficiente, la tecnología no era la adecuada y por último, la política agropecuaria se supeditó a intereses de otros sectores en medio de las reformas económico-neoliberales.

En ese sentido, las condiciones de la producción del maíz en México hasta hoy, son precarias, -vistas desde un enfoque panorámico-, debido a que no se han llevado a cabo las inversiones en infraestructura, organización, apoyos técnicos, investigación, creación de tecnología, entre otros. Todo ello, repercute en la formación de un sector agropecuario precario, que está produciendo con bajos rendimientos, altos costos y precios poco competitivos.

No obstante, la producción de maíz en México, tiene una enorme importancia, en diversos rubros, tanto culturales, económicos, históricos, biológicos, políticos y sociales, por lo cual, es difícil, querer prescindir de ella. Más allá, de las soluciones prácticas e inmediatas, que plantean la desaparición de la producción de maíz, debemos pensar en soluciones integrales y profundas, que involucren a los agricultores mexicanos y les permita mejorar su nivel de vida, así como del medio rural en el que habitan.

Otro de los problemas que se ha señalado en este trabajo, es la disminución apreciable de la producción de maíz, debido a la sustitución de la misma a través de importaciones provenientes de Estados Unidos. Lo cual también ha impactado en los precios domésticos, aunque no a manera de reducirlos, sino por el contrario, hacia un incremento, producto de las normas de protección que siguen vigentes en el TLCAN. Lo cual es un arma de doble filo, pensando el escenario del año 2008 cuando la apertura al maíz sea total y el precio tienda a descender completamente por debajo de los costos de producción domésticos.

Este fenómeno también se ha visto reflejado en una sustitución de la producción de maíz en algunas zonas, donde les conviene más importar el maíz por la cercanía con Estados Unidos, y por otro, existen grandes productores que obtienen bajos costos de producción, quienes han aprovechado el incremento de los precios aumentando sus rendimientos y la oferta en el mercado interno.

En ese sentido, las ventajas del libre comercio han sido sólo para unos cuantos, quienes se han adaptado a los cambios estructurales promovidos por dicha apertura, mientras que otros productores, en la búsqueda de su adaptación se han visto en la necesidad de abandonar sus tierras y emigrar hacia las zonas urbanas con el objetivo de conseguir algún empleo poco remunerado.

Por otro lado, también existen aquellos productores que en medio de esta ola de cambios neoliberales, han cambiado el tipo de cultivo de maíz por algún otro que les resulte más rentable. No obstante, también hay quienes se encuentran lejos de la dinámica del libre mercado, y que continúan produciendo maíz para su propio consumo. Estas comunidades, por lo general se identifican con comunidades indígenas de autoconsumo.

Por ese lado, los supuestos de las ventajas comparativas, tiene un margen de alcance que depende del grado de desarrollo de la economía de intercambio. Lo mismo ocurre con las ventajas competitivas como señalan Porter y Williamson. Esto se manifiesta, desde que existen grandes diferencias, no únicamente de tipo económico, como pueden ser niveles de ingreso, inflación, tasas de crecimiento, incluso en las estructuras de las economías mismas a su interior, las formas de administración pública, los patrones de consumo, las formas de producción, la composición orgánica de la producción, la forma de manejar su sistema financiero, etcétera. Sino también, las cuestiones políticas, sociales y hasta culturales, las cuales son necesarias de tomar en cuenta a la hora de ejercer un intercambio, o de realizar inversiones en países extranjeros.

Cada vez son más, los estudios que reconocen la importancia de considerar todos estos aspectos, dentro de las relaciones de inversión y comercio, debido a que juegan un papel relevante. Las cuestiones políticas pueden ser determinantes en la autorización o impedimento de la realización de negocios, así como también pueden influir dentro de los intereses generales, grupos de poder que buscan obtener ganancias a costa de aprobar reformas económicas. Así también, existe una negociación con las ideologías dominantes hacia una mayor apertura, convenciéndolos de los beneficios del capitalismo neoliberal y de su “incontrolable dominio” en el paso por las economías más conservadoras.

Las cuestiones culturales también resultan seriamente afectadas a través del la globalización, ya que es en ésta, donde por principio se gesta la decisión de la apertura hacia el intercambio. Es decir, que a través del intercambio de ideas es como comienza la transculturación y el convencimiento para acceder hacia nuevos patrones económicos de mercado, producción y consumo. Comenzando con un grupo pequeño, que se ha convencido de las bondades del nuevo programa de ajuste, son ellos quienes promueven a lo largo del territorio las reformas solicitadas por los organismos multilaterales.

Con el paso de poco más de veinte años de la aplicación de dichas reformas, nos hemos dado cuenta, de lo infructuoso y represivo, que han resultado especialmente para el grueso de la población. La reducción del nivel de empleo, junto con las cada vez mayores limitantes para la creación de los mismos, y la disminución de los salarios, -que han sido el arma represiva más dolorosa para el pueblo mexicano-. Aún que esto no es todo, también hay que agregar el rezago en salud, educación, ciencia y tecnología, y la falta de infraestructura, las cuales también han contribuido a la inestabilidad social y económica del país.

Más allá de los efectos perversos de la política neoliberal, debemos enfocarnos en hacer frente a los desafíos que tenemos como nación en medio de este ambiente globalizado y de los acuerdos establecidos. Para ello, la participación de la sociedad, representadas por las organizaciones, los sectores productivos y sociales del país, deben realizar acciones comprometidas con un proyecto alternativo, en el cual se plasmen sus inquietudes, necesidades y soluciones, al marco de las reformas ya instauradas o en su caso de las que estén por realizar.

El papel de la sociedad y de las organizaciones, es vital, en medio de la política global, ya que estos solo pueden trabajar armónicamente con el gobierno mediante acuerdos, no con imposiciones que en el largo plazo dejarán resultados pobres.

Así mismo, las organizaciones de productores tienen que reconocer su necesidad de renovarse constantemente y adquirir nuevas estrategias, nuevos conocimientos, colaborar con las instituciones de gobierno, con las universidades e institutos tecnológicos, para no dejar que la competencia de otros países los desplace del mercado. Esto quiere decir que las organizaciones también tienen que trabajar al interior y en el exterior para ser competitivos y no quedar fuera del sistema económico.

Por su parte, el gobierno tiene en sus manos, una responsabilidad muy grande, de guardar la seguridad de los mexicanos y su soberanía, así como proteger el patrimonio y los recursos naturales o económicos que existen en el territorio. Si uno de los supuestos neoliberales es generar las condiciones para que la libre empresa se desarrolle y que de esa manera se promueva el crecimiento económico y el bienestar de la población. Creo que esto no se contradice con la responsabilidad antes señalada, cuando los intereses de la libre empresa se colocan en el orden correcto de prioridades, donde el interés de carácter general es primero y representa el bien común de los mexicanos, la economía marchará bien… La libre empresa no puede gobernar un país, ya que no tiene la capacidad -por su papel económico-, lo cual la obligaría a cambiar su responsabilidad ante la sociedad y tendría que generar nuevas aptitudes de equidad, justicia, conservación, etcétera; haciéndola cambiar por completo de su papel. Es por ello, que el gobierno tiene que intervenir en la economía de alguna manera, ya que sienta las bases para el orden económico, para impartir justicia en los casos de controversias, para promover un marco de respeto y confianza, entre los agentes económicos y la sociedad, para realizar leyes de observancia y de aplicación.

El papel de gobierno como promotor de la economía, no se puede eliminar, ya que este siempre tendrá que estar vinculado con las transacciones, los contratos y las negociaciones, vigilando que se respeten los derechos de cada persona, así como vigilar los derechos de la población y los intereses de carácter público.

A su vez, el papel de inversor por parte del gobierno ha sufrido cambios sustanciales, debido a los altos déficits fiscales que se promovieron durante la década de los sesentas y setentas, y a los problemas inflacionarios que estos generaron. No obstante, las necesidades de inversión en el país continúan siendo latentes, a su vez que los capitales extranjeros se vuelven cada vez más especulativos, razón por la cual, no existe una inversión de largo plazo en el país, y por ende la economía no crece.

Con todo esto los riesgos en los que está inmerso el país son cada vez más grandes. Mientras que la inversión extranjera está tomando el control de los sectores estratégicos de nuestro país, por otro lado, los capitales golondrinos buscan únicamente los rendimientos temporales que les ofrece la situación nuestra de atraer capitales a tasas mayores de las ofertadas en los países en desarrollo.

Por otro lado, la apertura comercial ha dado pie, para que ocurran dos posibilidades: que la economía mexicana sea más competitiva o que se deje dominar por las grandes empresas transnacionales, así como por la competencia desleal. Esto podría desembocar en lo que ya se está viendo, la pérdida de producción en muchos rubros, tales como el aquí señalado: el maíz, chiles, artesanías, vinos, zapatos, ropa, servicios bancarios, etcétera. Además de la consecuente fuga de capitales vía importaciones, la disminución de trabajos y salarios, por el mismo desplazamiento de la economía externa. Esto llevaría al país a un claro estado de crisis e inseguridad.

Por lo cual, la población también juega un papel importante dentro de la apertura comercial, el cual consiste en la protección del mercado interno y en la preferencia de los productos mexicanos, aún cuando sus costos podrían representar cantidades relativamente mayores, el beneficio en el largo plazo, sería la conservación y generación de empleos, así como el fortalecimiento de la economía nacional.


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