4.5 Análisis de la oferta

Dentro de los principales estados productores de maíz en grano se encuentra Jalisco, Estado de México, Chiapas, Veracruz y Puebla. El estado de Jalisco en el año 2003 participo con el 12.9% de la producción total, siguiendo el Estado de México con el 12.5%, todos los demás estados participaron con valores menores al 10%.

Un fenómeno que está ocurriendo, dentro de la producción de maíz, es que algunos estados están disminuyendo su participación en el mercado, debido al aumento de las importaciones. Tal es el caso del estado de Sinaloa que antes era el primer productor el Nacional de maíz, y hoy en día ocupa el lugar numero 29 dentro de la producción.

Cabe señalar que Sinaloa pasó de una producción de 2.744 millones de toneladas de maíz en 1997 a 13,483 toneladas en el 2003. Esta disminución se dio principalmente a que los precios del maíz se disminuyeron y los productores sustituyeron sus cultivos de trigo y soya.

En cuanto a los estados con mayor superficie sembrada con maíz se encuentran Chiapas, Veracruz, Estado de México, Puebla, Oaxaca, Zacatecas y Jalisco. Las superficies sembradas van desde las 659 mil hectáreas hasta 328 mil hectáreas. La superficie mínima sembrada con maíz, son 32 hectáreas que ocupa Aguascalientes.

Los estados que obtienen mayores rendimientos por hectárea, son Baja California Sur, Campeche, Jalisco y Sonora. Los rendimientos promedio de estos alcanzan las 5 toneladas por hectárea. Mientras que los estados con menores rendimientos son San Luís Potosí, Nuevo León, Coahuila y Quintana Roo. Mismos que obtienen rendimientos menores o iguales a una tonelada por hectárea (SAGARPA-SIAP, 2003).

4.6 Precios domésticos del maíz 1980-2003

Con lo que respecta al valor de la producción a nivel agregado, en la Grafica No. 9 se observa que ha tenido un incremento considerable, principalmente a partir del año 1988. Este fenómeno se explica por la desregulación del mercado del maíz que ya comenzaba.

Mientras que el nivel promedio de los precios rurales del maíz ha mantenido un incremento, particularmente a partir de 1997, a una tasa de 28% en términos reales, como resultado, de las políticas semi-proteccionistas, las cuales han procurado que el precio del maíz se incremente de manera gradual, aun cuando los precios internacionales presentan una tendencia a la baja desde los años sesentas.

En la Gráfica No. 10 el precio del maíz a principios de los años ochentas apenas alcanzaba los 5 pesos por tonelada. Este precio correspondía a un precio que permanecía subsidiado por el gobierno y al cual se le aplicaban límites para controlar los cambios que se pudieran originar por el efecto de oferta y la demanda.

Sin embargo, los cambios estructurales presentados a partir de la segunda mitad de la década de los ochenta, traerían una nueva dinámica para las políticas económicas del campo mexicano. La apertura comercial con EUA y Canadá que se venía planeando desde los ochentas, tuvo como comienzo el año de 1994. Mientras en México se planearon una serie de cambios, desde reformar el artículo 27 constitucional hasta la eliminación de los subsidios y políticas de apoyo a la agricultura.

Los precios agrícolas resintieron dichos cambios estructurales, especialmente los productores, quienes se verían en la necesidad de invertir completamente sin el apoyo del Estado, en una actividad económica cuyos beneficios en términos monetarios representaba más pérdidas que ganancias. Los costos de producción se elevaron en más de 80% debido a la reducción drástica de los subsidios y programas de apoyo al campo.

La liberalización comercial en el caso del maíz tuvo un trato especial al igual que el fríjol, el café, caña de azúcar, habas y avena, entre los 30 artículos que se desgravarían en dos etapas hasta concluir en el 2008. El efecto de la desgravación arancelaria gradual en el maíz trajo como consecuencia, una conservación en el incremento del precio interno del maíz, mientras que a nivel internacional, los precios muestran una sería reducción, como resultado de excedentes de oferta en el mercado mundial y por los altos subsidios que otorgan los países industrializados.

En la gráfica No. 10 se puede observar, en la línea de abajo, la apreciación del maíz en términos reales, y en la segunda línea también una apreciación más acelerada del maíz debido a los efectos inflacionarios en la década de los ochenta y noventa. En el cuadro No. 14, se pueden apreciar las cifras para comprobar de manera cuantitativa el grado de cambio en los precios reales del maíz.

Por ejemplo entre el año 1982 y 83 los precios del maíz cayeron en 48%, mientras que entre 1986 y 87 los precios se incrementaron en 43%. Entre el año 1989 y 90 se tuvo la mayor apreciación dentro de los 24 años del periodo 1980-2003; el incremento fue de 86% en tan sólo un año. Mientras que entre 1996 y 97 se diera la mayor devaluación del precio del maíz en 423% (SAGARPA-SIAP, 2004).

Algunos autores mencionan, que los precios de productos agrícolas de gran demanda como el maíz, el trigo, la cebada, tienen alta volatilidad, debido a factores en los que se encuentra inmersa la agricultura, como el clima, los eventos biológicos, políticos y sociales, los cuales promueven que los precios no se mantengan estables y que lleguen a tener fuertes variaciones de un periodo a otro.

El maíz no queda exento de está fenómeno, las condiciones sociales, naturales, económicas y políticas del país repercuten de manera directa en la determinación de los precios del maíz y en consecuencia en los ingresos de la mayoría de los agricultores mexicanos. Por lo cual, es de vital importancia, realizar políticas agropecuarias que promuevan, el crecimiento del sector rural, para el beneficio de casi 40 millones de personas que viven en el campo.