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INVERSION EXTRANJERA EN EL DESARROLLO DE LA REGION MINERA DE ANTOFAGASTA (CHILE): HISTORIA Y PERSPECTIVAS.

Jan José Cademartori D.



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7.6. LA INNOVACION TECNOLOGICA EN LAS PYMES DE LA REGION.

Uno de los supuestos de la teoría de los cluster es que la vinculación entre las pequeñas empresas y las cadenas transnacionales permite el acceso local a la modernización productiva. Además, Antofagasta cuenta con cierta base científica para apoyar la innovación; en el ranking de Ciencia y Tecnología la RA ocupa una posición intermedia en 2001, el cuarto lugar en 2003 con el mejor puntaje en capacidad académica después de la Región Metropolitana379. Incluso en Chile hay conexiones internacionales, estabilidad política, mano de obra calificada, agencias de fomento productivo, sucursales de los Bancos, dólar barato, etc. En realidad, diversos antecedentes sugieren un pobre aprovechamiento de esta capacidad por parte de las empresas locales. Ni siquiera las EMN cuentan con centros de innovación en la RA.

El Cuadro 7.6.2 enseña el número de proyectos CORFO orientados a promover la innovación tecnológica con ayuda de fondos estatales. Si bien estos fondos no son aprovechados exclusivamente por la PYME, en la práctica, el 85% de los fondos de CORFO para la innovación tecnológica se dirige hacia las PYMES, especialmente hacia las medianas empresas, cuyas ventas oscilan entre 1.268 y 2.535 millones de dólares por año. Cada región accede de acuerdo a la demanda individual de los interesados, la mayoría, localizada en el segmento superior de las medianas. Esto se explica en parte porque uno de los objetivos de CORFO ha sido conseguir un mayor aporte privado; mientras en 1992 el porcentaje privado era de 43%, en 2000 había aumentado al 65%. Atienza, Romaní y Aroca (2006) subrayan los problemas de información; el 11% de las PYMES de la Región RA obtuvo financiamiento público para sus inversiones pues en torno a un 80% declara no tener información.

Este Cuadro delata la baja importancia de los proyectos de innovación tecnológica, en Chile (2.8% del total), y en la RA (2,0%). Esto número sería menor con una definición de innovación tecnológica menos amplia; la línea 3 de transferencia tecnológica consiste en gran parte en misiones tecnológicas (visitas) al extranjero. Además algunas empresas han conseguido más de un proyecto. En 1991-2000, el 54% de los fondos se concentró en la Región Metropolitana, el 10% en la Región del Bío Bío, el 6% en Valparaíso y el 4% en la Región de Magallanes. Las otras regiones captaron el 26% restante en los nueve años de operación del Fondo Nacional de Desarrollo Tecnológico y Productivo (FONTEC), cuyos objetivos son promover proyectos de innovación, de transferencia asociativa, de adquisición de infraestructura tecnológica en empresas privadas. En la RA menos de 60 empresas han contado con subsidios estatales para la innovación en un período de catorce años, cifra que es ratificada de manera independiente por Romaní y Atienza (2004). Estos autores aseveran que una agrupación empresarial les entregó una lista de 15 empresas innovadoras en la cual había dos empresas sobrevivientes.

La RA capturó apenas un 3,9% de los recursos para proyectos del FONTEC entre Septiembre de 1991 y Junio de 1999. La distribución territorial muestra una elevada concentración para la Región Metropolitana (53,4%). La situación empeora para el Fondo de Desarrollo e Innovación (FDI) el cual se canaliza a las empresas a través de institutos públicos y privados. La Región RA capturó 0,1% de los fondos asignados entre 1995 y Julio de 1999 mientras que la Región Metropolitana logró un 56,5%380. Esta tendencia no parece cambiar en el año 2003 pues el FONTEC aprobó 16 nuevos proyectos de apoyo a las pequeñas y medianas empresas pero ninguno de ellos en la RA381. El valor de este fondo era de 376.290 millones de pesos. De los 16 nuevos proyectos, apenas 8 corresponden a regiones distintas de Santiago.

Por otro lado, Honores, Tapia y Zubieta (2003) investigaron 30 empresas proveedoras de la industria minera de la ciudad de Antofagasta, del Parque CIEM "La Negra" localizado en la ciudad de Antofagasta. Entre ellas había 5 empresas que pertenecían a grupos empresariales que probablemente tenían su sede central fuera de Antofagasta. La abrumadora mayoría de las empresas entrevistadas declaró efectuar algún tipo de innovación tecnológica en los últimos tres años, lo cual se encuentra influído por la muestra384. Sin embargo, un 67% afirma haber efectuado innovaciones en la gestión organizativa, un 77% para mejorar las condiciones de trabajo y de seguridad y un 60% a reducir los daños ambientales, en sintonía con los certificados de calidad exigidos. La inmensa mayoría de las empresas (73%) mencionó haber efectuado alguna innovación en productos ya existentes en el mercado pero sólo el 30% confesó haber introducido algún nuevo producto en los últimos tres años (Cuadro 12). La innovación en procesos productivos parece asociada a la introducción de nuevos bienes de capital (43% de las empresas) y de insumos novedosos para la firma (30%). Las ideas de innovación o su ejecución no provienen de la colaboración con instituciones tales como institutos, universidades, publicaciones, banco de datos, compra de licencias, ferias. Así, aun entre empresas que pertenecen a un parque industrial de última generación, la innovación es una actividad incipiente, poco sistemática, sin instituciones de apoyo y que surge como resultado de la búsqueda de diplomas385.

Arroyo (2004) también examina el nuevo parque de empresas denominado CIEM La Negra. Si bien este estudio no trata de innovación, se pueden extraer ciertas conclusiones que ayudan a interpretar el trabajo anterior386. Trata de empresas modernas; la abrumadora mayoría realiza negocios por Internet y en algunos casos para los procesos administrativos de las empresas. Casi 2/3 de las empresas tenían más de 5 computadores. Además, 2/3 de la muestra acreditaba diplomas que certificaban la calidad del bien o servicio de acuerdo a las normas exigidas por sus clientes; entre éstas, varias accedían, o estaban en proceso de acceder a las normas ISO 9000.

No obstante esta aparente modernización, esta investigación no encontró diversificación ni innovación en los productos y servicios ofrecidos, por lo que la competencia se desarrolla entre las mismas empresas. Para sus clientes el precio es la variable más importante, por lo cual la innovación tenía sentido en la medida que ayudara a bajar los costos.

La investigación de Romaní y Atienza (2005) considera una muestra por conveniencia de micro, pequeñas y medianas empresas de la RA que efectúan alguna actividad de innovación. Este trabajo agrega algunos elementos nuevos que refuerzan las conclusiones. Esta vez conocemos la composición sectorial de las empresas (Cuadro 7.6.3). Se concluye que: * Únicamente 33% de las empresas informa estar participando en algún proyecto de innovación actual. A pesar del mecanismo de selección de la muestra un cuarto de las empresas declaró que la innovación no era necesaria o no era posible387. * La innovación no es un área funcional y permanente de la empresa pues descansa en la iniciativa informal de los dueños. * El 80% del financiamiento de las innovaciones era privado y sólo el 20% público; tampoco es relevante el financiamiento aportado por clientes y proveedores, ni la emisión de acciones Esta variable fue evaluada como muy importante para el 54% de las empresas en comparación a otras que no superaron el 18% de menciones importantes 388. En estas condiciones no resulta extraño que las empresas encuestadas indiquen que la principal restricción a las innovaciones es la falta de financiamiento y su alto costo

Atienza, Aroca y Romaní (2006) corroboran estos resultados, con una muestra (aleatoria estratificada) de PYMES de las ciudades de Antofagasta, Calama, Tocopilla, Taltal y Mejillones (Cuadro 7.6.4). Además de formar una muestra más amplia que las anteriores, este trabajo segmenta entre PYMES proveedores de primera línea de la minería (186 empresas), de segunda línea (61 empresas) y no proveedoras de la minería (331 empresas).

Los autores obtuvieron que: * Durante los últimos tres años, solamente 38% de las PYMES de la Región RA declara haber realizado inversiones orientadas a la innovación y menos del 5% posee departamento de I+D en su empresa. El gasto total en este tipo de actividades representa menos del 3% de los gastos totales para más del 70% de las PYMES regionales que poseen departamentos de I&D. * Si bien entre las PYMES proveedoras de primera línea a la minería hay una mayor actividad innovadora, las diferencias no son significativas y apenas un 10% llega a tener departamento de I+D. * Las ideas de la innovación en las PYMES venían dadas principalmente por los clientes. Esto tiene poco que ver con un ambiente de colaboración en todas direcciones típico de los distritos industriales sino con un modelo de ejes y radios. * El uso de Internet y de computadores en general era común, pero en procesos administrativos rutinarios y en el comercio electrónico, no en la innovación. El uso del computador para diseño y prototipos lo lideran los proveedores de primera línea de la minería, quienes declaran usarlo en el 55% de las empresas encuestadas. Empero, éstas eran las empresas más grandes y en un 50% con casas matrices fuera de la Región. * La innovación tropieza con la falta de financiamiento; más de 2/3 de los recursos de las PYMES para renovar equipos, contratar mano de obra calificada e invertir en innovación proviene de recursos propios. Esta situación no cambia con los proveedores de primera línea de la minería pues un 16% de su financiamiento emana de adelantos de sus proveedores o clientes (promedio general de 16%); ellos suplen la falta de financiamiento en mayor proporción que otro tipo de empresas con crédito bancario. * Las empresas que exportan representaron un porcentaje mínimo de la muestra. Las ventas realizadas por Internet se dirigen principalmente a clientes de la misma RA (2/3). Una empresa de toda la muestra declaró vender al extranjero por Internet. Además, no hay diferencias significativas entre las exportaciones de proveedoras de la minería (18,3%) y las no proveedoras (15%). Apenas poco más de un tercio de las PYMES proveedoras que exportan ha aumentado sus ventas en los tres últimos años previos a la encuesta.

Finalmente, en esta investigación se buscó el origen de 2.555 inscripciones del Departamento de Propiedad Industrial del Ministerio de Economía de Chile (DPI) entre 1995-2003. El objetivo de este registro es proteger los derechos de propiedad sobre innovaciones que tengan aplicación comercial, trátese de demandas pendientes de resolución o aceptadas; incluye invenciones industriales (productos o procesos), modelos de utilidad y diseños industriales389. En esta base de datos se puede discriminar si el demandante pertenece a las ciudades de Antofagasta, Calama o Tocopilla, las tres ciudades más importantes de la RA. Las inscripciones pueden provenir de empresas o de simples particulares. En esta selección se ha dejado fuera a empresas inscritas en este registro que operan en la RA pero que han declarado sus casas matrices fuera de ella, sobre todo en Santiago (Soquimich, Salar de Atacama, CODELCO, Carolina de Michilla)

Del examen de esta base de datos se desprende que: * Los 35 registros provenientes de la Región RA representan apenas 1,3% del total nacional, cifra bastante menor a su participación en el PIB y en la población de Chile. De ellos, 31 provienen de la ciudad de Antofagasta, ninguno de Tocopilla y 3 de la ciudad de Calama. * Los registros de la región se concentran en dos sectores de actividad ligados a la industria minera: 5 en metalurgia de lixiviación (código C22B) y 5 en metalurgia electrolítica (códigos C25). Si se analizan los autores, solamente aparecen tres empresas locales (Ingesol Ltda., Tello y Cía. Ltda., Inppamet Cátodos Ltda. de la ciudad de Calama) más la Universidad Católica del Norte. Los restantes 6 fueron declarados por personas particulares que habitan en la RA. * No obstante lo anterior, algunos inventos declarados en la RA también están relacionados con la industria minera tales como: tolva para camiones mineros (1), válvulas y cañerías de agua (1), perno para maquinas perforadoras (1), análisis de muestras de minerales (1).

Resumiendo, sin una relación de colaboración entre las grandes empresas y los proveedores locales no existen condiciones para la transferencia tecnológica y la innovación. La posición de las empresas locales en la cadena impide su progreso tecnológico distinto de la compra obligada de tecnologías de información.


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