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INVERSION EXTRANJERA EN EL DESARROLLO DE LA REGION MINERA DE ANTOFAGASTA (CHILE): HISTORIA Y PERSPECTIVAS.

Jan José Cademartori D.



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9.7. EL GASTO EN FOMENTO PRODUCTIVO.

Tampoco tuvimos acceso a series del gasto en fomento productivo dirigido a las empresas. Esta estadística es particularmente difícil de regionalizar pues se encuentra diseminada entre muchas instituciones. Además parte de estos recursos son créditos intermediados a través de los bancos privados que dependen tanto de la oferta bancaria como de la demanda de las PYMES. En todo caso, no se trata de montos globalmente significativos. El gasto público en promoción y regulación de la actividad productiva, representaba 8-9% del gasto público de Chile. En 2001-2005434, en cambio, el conjunto del gasto en actividades comerciales, económicas y laborales representaba un 12.5%, pero su mayor parte estaba orientado al sector transportes (7,8%); además el sector que agrupa minería, manufactura y construcción eran minoritario (1,4%).

Respecto a la participación regional debe considerarse lo siguiente. El gasto en fomento productivo se podía desglosar en 1993: a) mecanismos de reintegros monetarios de impuestos y subsidios a exportadores y a zonas extremas (50,1%); b) organismos de promoción, investigación e información realizadas por organismos estatales (22,3%); c) los programas de fomento y créditos para mejorar la productividad de empresas medianas y pequeñas, en Programas CORFO -SERCOTEC y otros (12.4%); y finalmente d) Funcionamiento de Organismos Normativos y de Legislación (15,2%)435. Posiblemente la participación de la RA en fomento productivo es inferior a su participación en el gasto social y la inversión pública de Chile. El único ítem en donde la RA es importante son los mecanismos señalados en la letra a) que favorecen a grandes exportadores.

En primer lugar, gran parte de los organismos de investigación se refieren al área pesquera, forestal y agrícola, en las cuales la RA tiene baja presencia436. En segundo lugar, el Capítulo 7.6 evidencia que la CORFO no ha gastado más que en otras regiones en FONTEC y FID. En tercer lugar, los programas a zonas extremas no comprenden comunas de la Región RA. Por consecuencia, ya sea por los montos nacionales involucrados, como por las características de la región, es difícil que la inclusión del gasto en fomento productivo altere las conclusiones de este Capítulo o las conclusiones generales de esta investigación.

9.8. EL APORTE NETO DE LA REGION.

Para evaluar el aporte de la RA al Estado, se sumó el aporte de CODELCO con los impuestos hasta el año 2002. Las cifras de impuestos posteriores al año 2002 no son confiables para la RA pues muestran una caída que parece ser resultado de un cambio abrupto en los criterios de contabilización.

Se ha medido el egreso regionalizado del Estado en la Región sumando el gasto social y la inversión en Obras Públicas que se ha separado del total de inversión437. No se han sumado la Inversión Pública con el Gasto Social pues la primera incluye la Inversión Pública en los ministerios sociales. Tampoco se ha sumado a éstas el FCM pues no obtuvimos una serie anterior al año 2002; de todas formas su baja magnitud relativa, y la baja participación de la RA, poco alteran las conclusiones de este trabajo. Por otra parte, la inversión municipal y el gasto social financiados por las Municipalidades tampoco han sido incluidos, ya que ambos son recaudados y gastados dentro de la misma Región. Esto implica que no afectan la transferencia neta. En todo caso, la inversión municipal por habitante de 1994-2004 en la RA fue sólo 5% superior a aquella de nivel nacional438

Para evaluar el aporte neto se han empleado dos métodos pues parte importante de los gastos no se encuentra regionalizada. Se tuvo acceso regionalizado a 82 trillones por concepto de ingresos públicos (en $ de dic 2004) y a sólo 50 trillones del egreso público (1991-2002). Esta diferencia podría deformar el balance por región si no se distribuye a las regiones. Según el primer método, que llamaremos método del sobrante per-cápita, consistente en atribuir a las regiones el 100% del gasto público del gobierno central. Por gasto público se ha considerado sólo el gasto público del gobierno central439.

De acuerdo al primer método, debe adoptarse algún criterio (arbitrario) para regionalizar la componente del gasto no regionalizado. En el Cuadro 9.8.1 se usó la participación de la población regional en la población nacional. Ello supone que cada habitante se beneficia por igual del gasto no regionalizado. Este criterio parece atractivo para aquella parte del gasto público no regionalizado que no está asociada a ninguna región en particular (Defensa, Relaciones Exteriores, Poder Judicial). De esta manera, los egresos contienen el gasto social, la inversión en obras públicas regionalizadas por MIDEPLAN, más el gasto público del gobierno central. Este últmo fue regionalizado de acuerdo al número de habitantes.

Este método también requirió definir el ingreso a distribuir entre las regiones. A nivel nacional, el total de gasto público del año no es igual a su total de ingresos. Se optó por una definición de ingreso en la cual la suma a repartir entre las regiones (los ingresos) sea igual a la suma repartida en las regiones (el gasto). Ello permite comparar dos series sobre una base común para concentrarnos en el problema del reparto. Asimismo, esta hipótesis permite aislar el problema de la política y el ciclo macroeconómico facilitando una mirada de mediano y largo plazo. Luego, se ha supuesto que no hubo superávit o déficit a nivel nacional.

Aplicando este método del sobrante per cápita (Cuadro 9.8.1), en 1991-2002, los aportes anuales promedio (588) han superado 2.22 veces los gastos (265). A pesar que el aporte de CODELCO ha sido variable, en todos los años ha habido una transferencia hacia el Estado central gracias a CODELCO.

En el Cuadro 9.8.2 se presenta el método alternativo que compara la participación (RA/Chile) en los ingresos con su participación en los gastos regionalizados. Este método supone que los gastos e ingresos no regionalizados se distribuyen entre las regiones de la misma manera que los regionalizados. Aplicando este método alternativo, los gastos en la RA significaron un 3.4% de Chile mientras que los aportes se elevaron a un 8.1% (promedios anuales 1991-2002). Asimismo, la participación de los gastos es inferior a la de los aportes en todos los años (salvo en 2000 en que son iguales). Además, en este método, los aportes de la RA (8,4%) también fueron superiores a su participación en el PIB (6.8%). Así, este método confirma que la RA es proveedora neta de recursos al poder central. En ambos métodos el superávit habría sido mayor si se añadieran los años posteriores al año 2002 en los cuales el aporte de CODELCO aumenta drásticamente.

9. 9.CONCLUSION.

En este Capítulo se ha estimado el aporte financiero (neto de gastos) de la RA al poder central. El cálculo adolece de la imposibililidad de identificar cada peso del presupuesto nacional con cada región del país. Las series disponibles consideran gasto social- que contiene el grueso del aporte del Estado en las regiones-, inversión física, tributación, CODELCO.

Se han ocupado dos métodos que difieren en el tratamiento otorgado a la parte no regionalizada. En el primer método, esta parte se distribuyó en proporción al número de habitantes de cada región. En el segundo método se comparan solamente las partidas regionalizadas. En ambos métodos la inversión en Obras Públicas ha sido separada del gasto social pues la serie del gasto social incluye la inversión en el sector social.

En ambos métodos resulta un sustancial superávit a favor de la RA en el periodo 1991-2002. Si se comparan los dos métodos dividiendo el aporte por su gasto, en el primer método el aporte relativo al gasto es 2.22 veces mientras que en el segundo método es 2,38 veces. En el primer método (2.22 veces) la parte no regionalizada permite suavizar el excedente.

En ambos métodos el superávit habría sido aun mayor si se hubiese podido introducir algunas correcciones: en los años 2003-2005 el aporte de CODELCO aumentó drásticamente; grandes empresas pagan sus impuestos en Santiago; el IVA generado en la región fue gastado en otras regiones por las familias de los trabajadores no permanentes; la transferencia de la empresa del agua potable. Por otro lado, la omisión del Fondo Común Municipal (neto) y del gasto en fomento productivo es improbable que puedan contrapesar estas exclusiones.

El principal aporte de la RA proviene de los excedentes de CODELCO, los cuales representaron por sí solos, 3.6 veces el gasto social recibido por la RA. El mayor aporte tributario resulta de impuestos indirectos de los consumidores (IVA). Desde el punto de vista regional, la RA aporta en impuestos per cápita menos que el promedio nacional; en parte debido a problemas de información, en parte a la modesta tributación de las EMN (Capítulo 8).

El superávit no se origina por el gasto social de la RA ya que éste es cercano a su participación en la población. Tampoco los datos revelan asociación entre el gasto público y la pobreza oficial de cada región. El gasto social por habitante de la RA, registra un crecimiento más lento que su promedio nacional (entre las tres regiones de menor crecimiento). En cuanto a la inversión pública por habitante (1991-2004), la RA se ubica a mucha distancia de las regiones líderes, pero 32% por encima del promedio nacional (sin corregir con los precios regionales). Sin embargo, después de 1998, la inversión por habitante ha decaído y en 2003-2004 sólo era 12% superior al promedio nacional (aún sin corregir con los precios regionales).

En conclusión, este Capítulo sugiere que el Estado obtiene un importante superávit fiscal desde la RA, luego no tiene incentivos financieros para modificar su estructura productiva de enclave minero. La RA no sólo aporta dólares provenientes del comercio exterior sino contribuye al Presupuesto de la Nación. La fuente principal de aporte al Fisco es la empresa CODELCO. Asimismo, el gasto público no compensa a los habitantes de la RA por el carácter agotable de sus recursos naturales.


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