BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

INVERSION EXTRANJERA EN EL DESARROLLO DE LA REGION MINERA DE ANTOFAGASTA (CHILE): HISTORIA Y PERSPECTIVAS.

Jan José Cademartori D.



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12.7. EDUCACION: CALIDAD Y EQUIDAD.

Estos avances cuantitativos en cobertura educacional no certifican resultados cualitativos. En efecto, la calidad media del aprendizaje en Chile ha sido considerada deficiente. Las pruebas de UNESCO del 2000 informan que en Lenguaje el 10% superior de alumnos chilenos rinde el nivel promedio de Cuba; en Matemáticas, el 10% superior de los alumnos chilenos equivale al 25% peor de los alumnos cubanos. Un estudio concluye que el nivel educacional de Chile está debajo de su posición económica internacional (Gráfico 12.7.1). Otros trabajos sugieren que si bien la tasa de alfabetismo es satisfactoria, los egresados de la Educación Media no comprenden textos elementales 552.

La mediocridad se refuerza con la desigualdad. En Chile prevalecen enormes desigualdades entre los sistemas de educación público y privado. El Cuadro 12.7.2 evidencia que la mayoría de los estudiantes de la RA (más pobres) se encuentran adscritos al sistema estatal (municipal) en donde los resultados (Prueba SIMCE) son inferiores al sistema privado (particular pagado y particular subvencionado). La diferencia entre estos sistemas proviene de la disparidad de recursos disponibles. En el 2005, el número de alumnos por profesor en la educación privada básica de Chile era de 24 alumnos mientras que en la educación municipal era de 31553. El Estado de Chile invierte el 3,1% de su PIB en educación pública pero los privados invierten la mitad de este monto para el 10% de los estudiantes. Chile aparece con el mayor coeficiente gasto privado/ gasto público de la lista de países (Cuadro 12.7.4).

Para escapar de la educación pública, a nivel nacional ha crecido la participación privada en todos los niveles de enseñanza (Cuadros 12.6.2 y 12.6.3). Además la oferta privada subsidiada por el Estado ha descubierto un buen negocio. Esto conlleva un mayor esfuerzo económico de las familias ya que las matrículas, incluso en el sistema universitario estatal, son solventadas principalmente por los hogares. La participación de la enseñanza en la estructura de consumo medio, pasó desde el 3,8% en 1988, al 5,9% en 1997. Entre 1988 y 1996/1997, los tres quintiles más pobres, aumentaron su gasto en educación en 323%, 640% y 256%, respectivamente. Solamente el quinto más favorecido aumenta su gasto en educación (156%) en menor proporción que la media, aunque su nivel de gasto en la enseñanza sea 18,5 veces superior al de quinto quintil554.

Desde luego esta asimetría del gasto en educación es una de las tantas manifestaciones y causas de la desigualdad social. El aprendizaje de los escolares también es afectado por otras variables como: la precariedad en los empleos, el endeudamiento y las largas jornadas de trabajo, que condicionan la ausencia de los padres en el hogar (Capítulo 10), su bajo capital cultural, la omnipresencia de la televisión, el pobre status de los profesores, la falta de oportunidades después del egreso de la educación técnica profesional, la drogadicción, etc.

Para comparar la calidad entre las regiones de Chile, se cuenta con la Prueba del Sistema Mejoramiento de la Calidad en la Educación (SIMCE). De aquí se ha construído un indicador Indicador que alcanza su valor máximo igual a 100% máximo alcanzado por alguna comuna de Chile (Cuadro 12.7.5)555. Este índice revela que en la RA: * El desempeño de 4º básico fue inferior en 1999 que en 1996. Además se redujo la ligera diferencia positiva respecto al promedio país. * Respecto a los 2ª Medio, los resultados de 1998 fueron casi iguales a los de 1994, pero en 1998 el promedio regional se colocó debajo del promedio nacional. * La diferencia positiva entre el promedio regional y el promedio nacional en tres de estas cuatro pruebas, se explica únicamente por la capital regional556. En realidad las comunas más pequeñas y pobres de Tocopilla, Mejillones, Taltal y San Pedro, registran una peor posición relativa dentro de la RA y se ubican debajo del promedio nacional en casi todas estas pruebas. * Desde luego que estos pobres resultados educacionales no guardan ninguna relación ni con el crecimiento económico de la Región RA en el mismo período ni con el aumento del gasto público en educación.

Después de 1999, los resultados en la Educación Básica no han mejorado (Cuadros 6 y 7). En 1999, 2002 y 2005, el promedio entre Lenguaje y Matemáticas de la RA se ubicó siempre debajo del promedio de Chile y del promedio de las regiones. Peor aún, entre 1999 y 2005, cayó el puntaje promedio de la RA (Cuadro 12.7.6, Columna 6)) debido a la disminución del período 1999-2002. Respecto al año 2006, la prensa adelantó que los resultados generales fueron peores que los años anteriores557. En promedio los cuartos básicos vienen cayendo desde 1999.

La prueba SIMCE 2004 de los alumnos de 8ª año básico tampoco fue favorable para la RA (Cuadro 12.7.7) ya que ella sólo aventajó a tres regiones y su promedio regional fue inferior al promedio nacional en todas las materias. Respecto al año 2002, en 2004 únicamente hubo mejoramiento estadísticamente significativo en Ciencias Naturales.

Desde otro ángulo, en 2006, el promedio de la educación municipal de Antofagasta (estatal) en la Prueba de Selección Universitaria (PSU), fueron cercanos al mínimo para postular a las Universidades chilenas558 Así, la calidad de la educación nacional y regional no guarda relación con su expansión cuantitativa559.

El pobre nivel educacional se refleja en el consumo cultural. El indicador de asistencia a actividades culturales (% población urbana) ubicó a la RA en el lugar 10/13 (Cuadro 12.7.8, Columna 7). Su ubicación no es peor gracias al peso relativo de los subsidios del Estado que favorecen la participación de espectáculos no pagados (Columna 5) y de no contar con uno de los climas más benignos del país.

Estos resultados los confirma PNUD (2002), quien construyó un Índice de Dinámica Cultural para las Regiones de Chile, con 11 indicadores de consumo cultural distribuidas en 5 dimensiones (Cuadro 12.7.9). En cada uno de ellos se obtuvo la variable Z estandarizada para comparar variables de diferente orden de magnitud. La RA calificó en el lugar 8/13 (Cuadro 12.7.10). Sin embargo esta ubicación se encuentra sobrestimada pues el Índice comprende la dimensión (cobertura en) Educación, medida a través de la tasa de matriculación combinada y la participación de trabajadores capacitados profesionalmente. En las otras cuatro dimensiones la RA ocupa los lugares 9 y10 (Cuadro 12.7.10); en la dimensión Educación marca en el primer lugar.

12.8. CALIDAD DE VIDA OBJETIVA VERSUS SUBJETIVA.

La calidad de los sistemas de protección social analizados, puede ser evaluada mediante la percepción de las personas acerca de su calidad de vida. En una región minera, a medida que se agotan sus recursos naturales se pierde seguridad económica colectiva. Esta pérdida de recursos naturales podría ser compensada en calidad de vida con ganancias en seguridad a nivel individual.

En esta sección se analiza la calidad de vida articulando los índices del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile (PNUD). Sus Índices de Seguridad Humana Subjetiva (ISS) y Seguridad Humana Objetiva (ISO) se comparan en el Cuadro 12.8.1. El ISS evalúa la percepción (subjetiva) de la población sobre su seguridad en áreas claves. El ISO, en cambio, se conforma de estadísticas oficiales sobre algunas de estas materias para construir un índice "objetivo". A pesar de su mayor "objetividad" estas estadísticas no miden la percepción de los usuarios sobre la calidad de los servicios públicos sino su cobertura. Además, el ISS añade el temor a ser contaminado por el medio ambiente, la sociabilidad y la seguridad en el trabajo. Por lo tanto, el índice subjetivo aporta información relevante sobre la calidad de los mecanismos de seguridad.

Se puede observar divergencia entre la evaluación objetiva y la subjetiva (Gráfico 12.8.1). La RA quedó ubicada en el promedio en la evaluación subjetiva y muy sobre el promedio en la evaluación objetiva. Globalmente hablando, la RA obtuvo una puntuación (0,39), apenas mayor que el promedio nacional (0.33). De todas maneras, ambos valores revelan insatisfacción pues menos del 40% de los encuestados se sienten seguros en el país que viven.

También difiere la seguridad subjetiva (ISS) con el nivel económico de cada región de Chile (PIB 1996-98). Este contraste se refleja en los valores negativos de la columna (3) del Cuadro 12.8.2 y en el Gráfico 12.8.2. Previamente se estandarizó ambas variables en torno a su media562 y calculado la variable Z = (ISS - PIB 96-98). La II Región de Antofagasta presenta el valor más deficitario en la variable Z. Junto a la Región Metropolitana, esta asimetría entre calidad de vida subjetiva y producción por habitante se presenta en regiones nortinas (I, III, IV), con fuerte presencia minera.

Esta asimetría (columna 4 Cuadro 12.8.2) se puede descomponer mediante un análisis de dos brechas (gaps). Este método aísla la disponibilidad de ingresos del habitante medio de cada región (columna 2) de su mal aprovechamiento (columna 3). En primer lugar la columna (2) registró un ingreso medio por habitante muy inferior a su PIB por habitante (-200%), en esta parte la RA presenta la mayor discrepancia entre las regiones. Esta diferencia se genera con la exportación de las ganancias del capital, mayoritariamente en manos de agentes externos a la RA. Ello no agota la brecha total. La columna 3 enseña que la posición relativa de la RA en el ISS es todavía inferior a su rango en ingreso por habitante (-51%). Esto significa que los ingresos retenidos en la Región son peor aprovechados que en otras regiones. Estos resultados se ilustran en los Gráficos 12.8.2 y 12.8.3.

Con la Región Metropolitana ocurre otro caso deficitario por razones opuestas a las de la RA. Su brecha entre ingreso y PIB es positiva (al contrario de la RA). A pesar de ello, resulta ampliamente negativa su brecha entre ingreso y seguridad subjetiva. Ello sugiere que la elite de la RM centraliza recursos de las otras regiones (+93%) pero es incapaz de emplearlos en beneficio de la calidad de vida de su población (-156%).

Posterior a 1998, el ISS regional de 2003, encuestó las ciudades de Antofagasta, Calama y Tocopilla. A diferencia de la investigación del PNUD 1998, esta encuesta del ORDHUM permite desagregar el promedio por dimensión. Además el tamaño de muestra, asegura validez regional. En casi todas sus variables, la RA mejora los resultados del año 1998, que fue un año de recesión económica, pero se mantiene por debajo del ISS 1998 para Chile (Gráfico 12.8.5). Globalmente, el ISS 2003 obtuvo un valor promedio de 38,9%; la gran mayoría de los individuos ostenta una puntuación inferior al punto medio teórico (50%). Más del 54% de los individuos encuestados presenta un ISS inferior a 40%. Incluso el segmento de encuestados que considera que la situación de la región iba a mejorar en los próximos años (66%) presenta un valor promedio de 43%.

Los mecanismos de seguridad económica (no perder el trabajo actual, reinsertarse en caso de perder el trabajo, ingresos satisfactorios en la vejez) resultaron mejor evaluados que las restantes variables y respecto a Chile 1998. De todas maneras, salvo la primera de estas preguntas, las dos restantes no superan un 50% de evaluación positiva. En el otro extremo, este índice revela un gran temor frente a la delincuencia y una extremadamente baja esperanza de recibir ayuda en la calle frente una agresión (7%). Entre grupos de personas de la RA (sexo, edad, nivel socioeconómico) las mayores divergencias se generaron con distintos niveles de ingresos. El sexo tuvo escasa influencia, el aumento de edad tuvo efecto negativo sobre la seguridad y el ingreso tuvo un impacto positivo.

También se reitera el temor de sufrir enfermedad por causa medio ambiental. Ya en la encuesta de 1998 las regiones del Norte de Chile, de fuerte presencia minera, superaban el promedio nacional (Gráfico 12.8.4).

En el análisis comunal, el mejor lugar lo ocupa Antofagasta, seguido por Tocopilla y finalizando con Calama (Cuadro 12.8.3B). La comuna de Calama registró peor desempeño en todas las dimensiones, excepto la laboral. Especialmente bajos son sus indicadores de temor frente a los actos delictuales. Su situación contrasta con su posición intermedia en el ISO elaborado por ORDHUM para el mismo año.

Finalmente, la tesis de Urzúa (2006) compara la calidad de vida percibida entre Antofagasta y Barcelona, en una muestra de acompañantes de pacientes de centros de atención de salud primaria564. El tema es complejo. Este trabajo recuerda que las personas tienden a calificar su calidad de vida general como aceptable o regular sin importar su real situación. Además no se conocen los efectos de las características particulares de la población encuestada. De todas maneras, en esta investigación 33.3% de los acompañantes de Antofagasta evalúa su calidad de vida general como bastante bien o muy bien mientras que en Barcelona lo hace un 63.3% (Cuadro 12.8.4). A esta inferior evaluación contribuye la falta de apoyo social objetivo (contactos, información, instituciones) más que de apoyo social subjetivo que resulta superior en Antofagasta.

A modo de síntesis, la percepción de las personas sugiere un desfase entre la producción y la calidad de vida relativa de la RA. Esta brecha tiene relación tanto con la baja retención del ingreso producido en la RA como por su deficiente aprovechamiento. El resto de esta investigación ha sugerido las causas de la brecha entre la seguridad subjetiva y objetiva en la RA: sistemas de trabajo, ingresos reales que no compensan el mayor nivel de precios, desigualdad social, calidad en la educación, consumo cultural, drogas y delincuencia, daños en el medio ambiente.


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