BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

INVERSION EXTRANJERA EN EL DESARROLLO DE LA REGION MINERA DE ANTOFAGASTA (CHILE): HISTORIA Y PERSPECTIVAS.

Jan José Cademartori D.



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12.4. DESIGUALDAD DE INGRESOS.

La pobreza tiene una dimensión absoluta y otra dimensión relativa. La pobreza absoluta se refiere a no disponer de un mínimo de bienes sin importar la manera como vivan los que no lo poseen. La pobreza relativa reconoce la incapacidad para llevar una vida decente de acuerdo al nivel de riqueza alcanzado por una sociedad. Esta resulta cruel en una sociedad rica en bienes materiales. Además, la estrategia misma de desarrollo no obedece a consideraciones meramente técnicas sino que es un campo de disputa entre diferentes grupos sociales con diferentes niveles en la posición social; depende pues de los recursos materiales que posean los pobres en comparación a los ricos. Por estas razones la pobreza relativa es crucial.

En las economías de enclave hay dos fuentes básicas para que haya desigualdad social (ver marco teórico). La primera fuente es la brecha funcional de ingresos entre los capitalistas extranjeros, su personal de confianza (nacional e internacional) y la población residente. La segunda fuente es la desigualdad interna a los residentes de un área geográfica.

Esta sección se limita a la segunda brecha pues la base de datos CASEN mide exclusivamente los ingresos de residentes. Este sesgo es importante en zonas de enclave. Por ejemplo, las utilidades netas después de impuestos de la trasnacional M.E.L. equivalen en el año 2003 a diez veces la suma de los ingresos de la ocupación principal de los 122 mil asalariados de la RA520. Sólo sus gerentes percibieron mayores ingresos que sus 2.000 trabajadores permanentes (US$ 111 millones)521 sin incluir gastos de representación.

Además, la comparación interregional está influenciada por esas pocas comunas de Santiago en donde vive la elite empresarial y profesional chilena, Estas se localizan en la Región Metropolitana, la cual presenta la peor desigualdad de ingresos de Chile en 1996522. En 1998, poseía vehículo particular el equivalente a 27,4% de los hogares en las comunas de Antofagasta, 31,0% en Calama, contra un 50,2% y 50,8% en las más ricas comunas de Chile, Vitacura y Las Condes de Santiago523.

Por otro lado, comparar a la RA con el resto del país implica usar una referencia poco exigente a nivel internacional (Cuadro 12.6.1). En 2000, el 10%, los más favorecidos, concentran un 42,3% de las rentas del conjunto de los hogares (Cuadro 12.6.2). Esta estructura de concentración parece ser estructural, se presenta en el período de crecimiento económico acelerado (1986-1996) como en el período de estancamiento (1997-2000).

Con todas estas limitaciones, se ha examinado el ingreso de la ocupación principal de las personas, que refleja la estructura social emanada de la estructura productiva 524. Inicialmente se excluyéron los ingresos del 1% de los residentes más ricos pues el tamaño de muestra regional es mucho menor que el tamaño nacional; es más difícil encuestar a una persona más rica que a una persona más pobre y la dificultad aumenta con la escasez de datos (curvas de Lorenz del Gráfico 12.4.1).

Las curvas no se interceptan lo cual facilita la descripción. Las tres líneas, de la RA, años 1990 y 2003, y Chile 2003, son similares. La curva de la RA 2003 se encuentra ligeramente más arriba y por tanto muestra menor desigualdad que las tres anteriores.

Hay varias explicaciones posibles. El aumento de los servicios, del comercio y de la población ocupada, ha permitido retener una mayor porción del gasto en la RA creando mayor diversidad de empleos y de ingresos. Muchas actividades terciarias imponen un tamaño de mercado mínimo para que sea rentable iniciar su producción y que generan empleos para personas con educación, algunas de las cuales son inmigrantes que llegan con algún capital personal propio.525

Por otro lado es probable que la desigualdad de salarios haya sido mitigada por dos razones. Primero por el aumento del salario mínimo legal ya indicado (Capítulo 10, Anexo A.5). Enseguida por la necesidad de otorgar un plus de salario, especialmente en los salarios más bajos (Capítulo10.3) para atraer mano de obra de otras regiones, compensando los altos precios relativos de la RA , la distancia y las duras características de la jornada de trabajo. Luego, la mayoría de los índices de desigualdad mostraría una caída si se les agrega una suma constante a los salarios monetarios más bajos.

Además en los enclaves el capital externo requiere importantes contingentes de asalariados que no pertenecen a los grupos marginales de la sociedad. En 2001, la RA presenta el mayor porcentaje de ingresos proveniente de sueldos y salarios entre las regiones de Chile 526 (52% contra 40 % en Chile). En 1990-2003, el empleo asalariado creció en un 35% en la RA y los asalariados conservaron el 72% de la ocupación. Es de suponer que una parte de las personas trasladó su "capital humano" a la RA porque posee niveles de preparación compatibles con la producción intensiva en capital fijo, típica de la minería, la infraestructura y los servicios anexos. En estas condiciones es dable esperar que los indicadores presenten menores índices de desigualdad en zonas de mayor empleo asalariado.

Otra explicación remite a los problemas de medición. Los propietarios y el personal superior del gran capital, consultores externos, no representados en la encuesta CASEN, probablemente se han incrementado como consecuencia de la incorporación de las grandes cadenas. Por otro lado CASEN no captura adecuadamente esa masa significativa de empleos precarios de población flotante, tampoco la variable ingreso compara los beneficios sociales; de todas formas se requieren nuevos estudios que puedan conciliar la jerarquización en el mercado del trabajo (Capítulo 10) con la desigualdad.

En todo caso, en el año 2003 persistía una marcada desigualdad en la RA. El 20% de la población de mayor ingreso (excluyendo el 1% más rico de la población) capturaba el 45% del total; para controlar el 50% del ingreso total bastaba reunir al 23% más rico (20% en Chile). Además en 2003, 69% de los encuestados del 2003 (sin excluir a nadie) percibieron un ingreso de ocupación principal inferior al promedio de la RA (78% en Chile). En otras palabras, excluyendo al 1% residente más rico, prevalece una situación de gran desigualdad social entre los residentes, una parte importante de los cuales son inmigrantes "con capital humano".

Por otro lado, reponiendo al 1% de la población de mayor ingreso, en 1990, el 71% de la muestra percibía un ingreso inferior a la media de la muestra (Cuadro 12.4.1). En 2003, el promedio del ingreso principal sigue siendo poco representativo de su población pues el 68% de la población tenía un ingreso inferior a este promedio. Así, en 2003, con el 100% de los datos, los indicadores de la RA muestran ligera menor desigualdad que en 1990, pero manteniendo una sociedad desigual.

La desigualdad social se expresa en la desigualdad territorial (Cuadro 12.4.3).Las comunas con menor ingreso, Tocopilla y Taltal, presentan mayor adscripción a los sistemas públicos de salud y educación, de menor calidad, lo cual refuerza las discordancias. El caso de Calama es interesante pues presenta el mayor ingreso promedio y años de escolaridad pero una pobreza oficial similar al promedio regional.

Por otro lado la inequidad se refuerza concentrando nuevos recursos materiales y educacionales en pocas manos El ingreso monetario por habitante (deflactado con precios de Santiago) de la RA aumentó, entre CASEN 1990 y CASEN 2003, en un 23,2% (30,9% en Chile)527. Asumiendo una distribución de la renta más o menos constante y parecida entre Chile y la RA, ocurre un aumento monetario absoluto significativo para el quintil de mayor ingreso. Con esta disparidad528, el quintil superior capturó $12,5 por cada $1 de aumento de ingreso del quintil pobre.

Esta asimetría se refleja en la exposición pública de bienes materiales, lo cual la hace más visible. Así, en 1992, la RA registraba un total de 50.647 vehículos de transporte mientras que en esta cifra había aumentado a 88.968 en el año 2005 (alcanzando casi el doble que su participación en la población de Chile) 529. Por ejemplo, entre 1985 y 1995, el parque de automóviles de la ciudad de Antofagasta se había duplicado 530. Además, en la ciudad de Antofagasta especialmente, aparecen departamentos de lujo, condominios privados, hoteles, restaurantes, y pasajeros que vuelan desde el aeropuerto local a otras ciudades del país y el extranjero.

Por otro lado, las diferencias sociales resultan más tolerables para el segmento de población media que ha tenido acceso a nuevos bienes. Según la encuesta a los hogares CASEN 2002, un 13,4% de los hogares de la RA estaba conectado a Internet (11,3% en Chile), 25,3% poseía computador (16,9%); 61,3% contaba con teléfono fijo (52,6%); 52,6% teléfono móvil (39,1%) y 88,6% poseía máquina lavadora (82,0% en Chile)531.

Como sea, de esta sección se concluye que perdura una gran desigualdad de ingresos. Además se ha visto que las familias compensan parte de las diferencias de ingreso mediante un mayor número de horas de trabajo (Capítulo 10.8) y del endeudamiento (Capítulos 4.2 y 5.8). Esto nos conduce al tema de la salud mental en la sección siguiente.


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