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PARTIDOS POLÍTICOS E INDICADORES YOUTUBE EN LAS ELECCIONES EUROPEAS DE 2009. ESPAÑA, ITALIA Y PORTUGAL

Alberto Prieto Rodríguez


 


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1. INTRODUCCIÓN

Las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre de 2008 han servido para popularizar con carácter general el uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como instrumentos de comunicación política. La campaña electoral de Barack Obama, tanto en la etapa de las primarias como en la de su candidatura presidencial, evidenció que Internet, la telefonía móvil y todas las herramientas digitales disponibles, habían alcanzado ya su “mayoría de edad política” y podían resultar muy útiles a la hora de ganar unas elecciones democráticas, y que en consecuencia, a partir de ese momento, los escenarios electorales estarían marcados por la presencia de un sinfín de nuevos interfaces electrónicos de comunicación, y que esa presencia podía resultar determinante en los resultados de unos comicios (García – Gosálvez, 2008).

Pocos meses más tarde, en junio de 2009, la Unión Europea celebró sus séptimas elecciones al Parlamento Europeo en una coyuntura marcada por la profunda crisis económica que afectaba ya entonces ,como al resto del planeta, a la Europa del euro; por las dudas surgidas en torno a la viabilidad del proyecto comunitario tras el fracaso de su proceso constituyente; por los crecientes, y en algunos casos alarmantes, índices de abstención en todos los comicios al Parlamento Europeo desde 1979, y por supuesto, por la advertencia tecnológica que había supuesto la celebración de las elecciones norteamericanas.

Casi como corolario de todos estos factores, especialmente de la amenaza de una muy baja asistencia a las urnas, después confirmada, y de la aplicación de las TIC en el proceso electoral estadounidense, y de acuerdo con la idea según la cual la participación política surge, principalmente, de la interacción entre los ciudadanos y los movilizadores políticos (Rosenstone et al, 1993: 36), (Blanco et al, 2004: 2), los encargados de comunicación del Parlamento Europeo, actuando bajo los efectos de esa última campaña de EE.UU., recurrieron a la tecnología en un intento evitar que los millones de ciudadanos europeos llamados a las urnas permanecieran en sus casas durante las jornadas de votación, tal y como parecían indicar unos sondeos preelectorales que mostraban que poco más de un 16% de los ciudadanos europeos sabían que las elecciones europeas se celebrarán en 2009, y que más de un 50% se mostraban ‘muy desinteresados’ o ‘bastante desinteresados’ en esos comicios . Para Manuel Castells, “Internet parece tener un efecto positivo en la interacción social y tiende a aumentar el grado de exposición a otras fuentes de información” (Castells, 2001: 42).

Para ello realizaron importantes inversiones en Google y en sus sistemas de búsqueda; también en Facebook , MySpace , y YouTube , además de en 'banners' y otras iniciativas en la Red como Can you hear me? , Consultas , Debate Europe o Ucount4EU .

Al recurrir a Internet, el Parlamento Europeo no estaba poniendo en marcha una estrategia innovadora o arriesgada. Y tampoco lo hacían la inmensa mayoría de fuerzas políticas que presentaban sus candidaturas en las elecciones de julio de 2009 y que, como el Europarlamento, y seguros de no poder prescindir ya de ella (Cunnigham, 2009), emplearon la Red como canal de comunicación con la intención de ampliar el impacto y la repercusión de sus respectivas campañas electorales poniendo en marcha así nuevos métodos y estrategias. “…. many parties are trying to get their policies out there and explain social issues in simple and "softer" ways, using visual aids rather than relying on an overwhelming amount of dense text” (Nagata, 2008).

El Parlamento Europeo, y con él las formaciones políticas que pusieron en marcha sus propias “ciber-campañas”, actuaron, pues, sobre seguro, siguiendo la línea confirmada en las elecciones norteamericanas y las vías de comunicación empleadas por buena parte de la sociedad a la que le pedían su participación en el primer caso, y su apoyo en el segundo. Para ello Obama había contado en su carrera hacia la presidencia con asesores especialistas en la Red como Joe Rospars, fundador de la compañía dedicada al desarrollo de estrategias tecnológicas Blue State Digital , o Chris Hughes, uno de los creadores de Facebook , y que se encargó de dirigir el site My.BarackObama.com durante la campaña del actual presidente de los EE.UU.

“La campaña de 2008 trajo consigo nuevos usos de comunicación política, orientados a explotar los populares sistemas de interacción digital que definen la sociedad en que vivimos. Ningún candidato puede ignorarlos, so pena de ser tachado de anticuado y de perder contacto con números sustanciales de posibles votantes” (Chasqui, 2007). Las TIC, en este caso Internet y sus diferentes aplicaciones disponibles, son ya una herramienta de comunicación generalizada en buena parte del planeta, cuyo uso se extiende imparable y rápidamente, y que es utilizada para los fines más diversos (ocio, profesional, información, etc) por más del 60% de los ciudadanos de la Unión Europea, Norteamérica, Australia o Japón, así que recurrir a la Red era la mejor forma de ponerse en contacto con el mayor número posible de ellos.

La característica principal de este nueva comunicación política es la interactividad, la circulación en doble sentido de los mensajes emitidos, ya no sólo de los partidos o las instituciones hacia el ciudadano como ha sido tradicional hasta hace bien poco, sino que también el ciudadano, el simpatizante, el futuro votante, emite sus propios mensajes en los contextos más diversos para que sean oídos por sus representantes políticos, por sus convecinos o por cualquiera que desee prestarle atención. La relación es bidireccional, se supera el sistema de comunicación vertical y se pasa de una interacción intermitente y débil, a una continuada e intensa (Fernández, 2007), y estas dos circunstancias hacen que esas nuevas herramientas tecnológicas adquieran otras dimensiones distintas de las de un simple canal de comunicación y pasen a reflejar los pensamientos, actuaciones e intenciones políticas de todos los agentes de esos canales.

La existencia de indicadores en muchas de las plataformas e interfaces de Internet que cuantifican la intensidad o extensión de esas interrelaciones, de forma especial durante las campañas electorales, ofrece la posibilidad de establecer relaciones entre esos indicadores de interacción y los resultados de procesos electorales en cuyo contexto se manifiestan. YouTube es la plataforma de vídeo online más importante de Internet y es usada con fines de comunicación por muchos partidos y fuerzas políticas de todo el mundo. En los canales oficiales de cada una de esas formaciones políticas se generan indicadores fruto de la relación con los usuarios de la Red que pueden ayudar a identificar cuáles son las intenciones de voto de esos usuarios en un proceso electoral. ¿Pueden proyectarse los indicadores de esa interacción ideológica en la Red sobre los resultados de unas elecciones como las europeas de 2009 y mostrar una relación significativa? ¿Cuáles son las circunstancias y factores que hacen que esta relación puede establecerse? ¿Varían estas circunstancias en función del país en que se produzcan o por el contrario existe un factor común aplicable a diferentes casos?


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