BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EVOLUCIÓN DEL SECTOR SERVICIOS Y EL COMERCIO INTERNACIONAL DE SERVICIOS: EL CASO DE BRASIL

Genilson Valotto Patuzzo


 


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5.2. El Crecimiento de los SEMP y las Relaciones con la Calificación y Educación (Una Visión Critica)

Las cuestiones relativas al crecimiento del sector servicios y los SEMP (Servicios a Empresas), como el fenómeno del movimiento contemporáneo del capital, son significativas para la comprensión de sus reflejos sobre la producción y reproducción de la fuerza de trabajo y, principalmente para la comprensión del sentido que la calificación tiene en este sentido de movimiento, como la categoría mediadora entre el trabajo y la cultura.

Sin embargo, es posible afirmar que la calificación, entendida como la relación social, ejerce una función especialmente importante en la formación y transformación cultural, atendiendo a los interese del capital, pues es el mercado de trabajo capitalista quien define las tendencias y los requisitos de esta calificación. La calificación es un principio simbólico-cultural de la sociedad capitalista y, es también elemento fundamental de negociación para la fuerza de trabajo que se relaciona con el capital como mercancía.

Desde este punto de vista, todos los individuos son presionados por la lógica capitalista a mantenerse calificados dentro de los requisitos lanzados en el mercado. Sin embargo, eso no es la garantía de tener espacio dentro de este mismo mercado, porque sus criterios de selección son altamente excluyentes. Hay criterios relacionados a la edad, sexo, raza, credo, y otros, que van sofisticándose tecnológicamente hasta los aspectos de formación genética, como ya ocurre actualmente en algunos países.

La calificación pasa por transformaciones que van desde la formación educacional, complementando por el propio trabajo y en las diversas instancias culturales de la sociedad, impregnadas por la ideología del capital.

Entre tanto, ese proceso aún no se muestra suficientemente eficaz. Pues, los criterios de exclusión del mercado tienden a substitución del concepto de calificación por la noción de competencia, absolutamente refinada con la ideología liberal - oportunidades iguales para todos sobre la desigualdad de condiciones para llegar hasta ellas. A los que no llegan hasta sus oportunidades, queda la pormenorizada incompetencia.

El propio termino competencia contiene un significado que remete a cualquier idea de fracaso al individuo, descartando la imagen de relación social presente en lo concepto de calificación. Al remeter toda la responsabilidad por su suceso o fracaso en el campo profesional, pues el capitalismo neutraliza aspectos de su relación social con el trabajo y su expansión en ello. Donde es perceptible, la intima y complexa relación entre el crecimiento del sector de servicios y la forma como este se desarrolla su racionalización junto con los cambios en el sector moderno de la producción, tanto en términos de incorporación de las nuevas tecnologías como la asimilación de las técnicas de gestión y organización del trabajo que acompañan los cambios.

Estos cambios, la educación se cobija de una nova importancia y las reformas educacionales ganan centralidad. Los cambios culturales deseados por el capital son tan profundos, en este momento histórico, que hasta la educación infantil pasa a ser considerada parte del sistema educacional asegurado por la nueva ley de Directrices y bases de la Educación Nacional. Así, el mercado de trabajo establece las habilidades que deben ser desarrolladas en la formación del perfil profesional deseado a la transición para el nuevo modelo de desarrollo comenzando con la enseñanza fundamental, hasta la enseñanza superior.

El tipo de relación que se desarrolla con el trabajo de por vida, se cambia en función de la flexibilización de los contratos y al final de los empleos (recordando que el fin de los empleos no tiene que ver con el fin de las ocupaciones económicamente productivas). Las relaciones capital/trabajo son marcadas por una opacidad que confunde los intereses de los extremos, haciendo que parezca, muchas veces, convergentes.

Ahora bien, considera que el proceso de transición para el nuevo modelo de desarrollo puede encontrar analogía con la entrada de un coche sin frenos en un túnel de mano única, no habiendo desvíos, salidas o retornos posibles, siendo solamente el camino que apunta la luz al final del túnel. El propio cotidiano es repleto de ejemplos de aspectos regresivos que van colocándose en nuestra cultura, aportando a tope la barbarie o posibilitando la reflexión social y acciones políticas consistentes.

El propio espectáculo de la Copa del Mundo, muestra un lado de esa cuestión. Pues, de los treinta y dos países presentes en el evento, todos viven serios problemas sociales que pueden ser narrados al proceso de transición para un nuevo modelo de desarrollo. Los hooligans de un país de capitalismo avanzado son solamente la expresión más extremada de un movimiento que apunta para la tendencia de las sociedades, están como una olla de presión prestes a explotar.

Los eventos deportivos en general, y en especial, los de gran destaque como las Olimpiadas o la Copa del Mundo, se tornaran palco para las grandes estrategias mercadológicas e inversiones publicitarias. La figura de los deportistas y sus propias biografías son ofrecidas como mercancía por los medios envueltos. Los valores admitidos en este palco son, solamente, los del mercado y, son altos. Torcedores son puestos como consumidores de los productos vendidos en los espectáculos. Una tal agresión a la subjetividad humana.

Hay muchas posiciones sobre las cuales de esta cuestión pueda ser analizada. Pero, el punto de vista de las relaciones del hombre con su trabajo, es posible inferir que, cada vez menos, los aportes ideológicos permitan que el hombre reconozca en este trabajo, visto que, se complace de los requisitos de calificación que le son cobrados.

Sin embrago, la necesidad de la percepción de todos los aspectos que cercan las transformaciones que pasa el capital y el crecimiento acompañado de la diversificación de las actividades del sector servicios es un factor significativo en el proceso del cambio cultural. Así, la problemática aquí presentada no posibilita teologías a cerca de las transformaciones culturales, da relación capital/trabajo o de la propia subjetividad humana. Posibilitan, solamente, entrever los factores que emergen en la danza entre alienación y consciencia, en la actualidad del mundo del trabajo y de la vida.


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