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EVOLUCIÓN DEL SECTOR SERVICIOS Y EL COMERCIO INTERNACIONAL DE SERVICIOS: EL CASO DE BRASIL

Genilson Valotto Patuzzo


 


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Conclusiones

Las evidencias y los argumentos presentados nos llevan a algunas conclusiones generales.

La economía brasileña, en los últimos cincuenta años viene se transformando en una economía en desarrollo, marcada por grandes desigualdades, pero industrializada, moderna y el sector de servicios se desarrollando de forma estructurada y moderna. Además, la ideología dominante es el capitalismo competitivo, liberal, pero la sociedad aun mantiene los trazos autoritarios de carácter patrimonialista y corporativista y una economía monopolista.

Es importante comprender que, a pesar de los desequilibrios y contradicciones, Brasil ya no es más un imperio colonial, o una simples economía periférica. La economía brasileña es hoy poderosa, tecnológicamente sofisticada, industrialmente integrada y el sector servicios aproximando a las economías desarrolladas con el mercado interno fuerte.

La sociedad brasileña es un todo complexo y multiforme, que nada tiene que ver con el mundo de los señores y esclavos del siglo pasado, o con la estructura social basada en una elite latifundista y una masa trabajadora rural da la primera república. Brasil ya no es la mezcla de sociedad capitalista mercantil y sociedad pre-capitalista, en la cual la acumulación primitiva era la forma por excelencia de apropiación del excedente, que era la dominación política existente

Entre tanto, esta acumulación primitiva propicio el crecimiento de la burguesía en Brasil, que hoy, es una clase poderosa. La acumulación del capital ocurrida en este país tiene permitido la formación de grandes empresas multinacionales y garantizo también la formación de una grande burguesía monopolista local, industrial y financiera, pero también de una media y pequeña burguesía formada de empresarios industriales, agrícolas, comerciales y principalmente de empresarios de los servicios.

Pero, a la hora de explicar el creciente peso del los servicios en la economía brasileña, ha sido la importante creciente utilización de servicios externos por parte de las empresas (industriales, agrarias y de servicios), consecuencia tanto de los cambios estructurales y organizativos que se han producido en el sistema productivo, como de la creciente complejidad de los problemas con los que actualmente deben enfrentarse las empresas (conocimiento de mercados, temas legales y fiscales, cuestiones laborales, introducción de innovaciones, etc.).

Pues desde el inicio de la década de 1990 Brasil tiene pasado por un intenso proceso de transformaciones, las cuales rompen con el cuadro económico y con el cuadro de las políticas públicas que prevalecerán por varias décadas. Donde Brasil introduce, tardíamente, el proceso de apertura comercial y la integración a la economía mundial como medio de promoción del crecimiento. Sin embargo, fueran introducidas, simultáneamente a la apertura, otras medidas como: la privatización, las desreglamentación, la estabilización y el ajuste de las cuentas públicas, que provoco fuertes disturbios en las exportaciones. Empresas y trabajadores con baja y/o poco calificados, respectivamente, fueron los grandes perjudicados.

El ejemplo del MERCOSUR sirve para demostrar que las políticas comerciales e industriales deben ser formuladas de manera que se retroalimentan, reforzando una a otra, permitiendo la ampliación de los resultados. Del otro lado, el mercado interno es potencialmente grande y no debe ser olvidado a favor del mercado internacional. En verdad, los mercados pueden complementar y no competir entre sí, ya que hay amplia capacidad productiva instalada y ociosa en varias industrias, y una oferta de mano de obra grande disponible. El gigantismo potencial del mercado internacional brasileño debe ser aprovechado como instrumento de política industrial y comercial para que las escalas de producción posan ser atingidas de manera que incrementan la competitividad internacional de la economía, y por consecuencia, los acuerdos comerciales favorables posan promover una distribución de la renta más equitativa para una mayor contribución de los menos favorables a contribuye al incremento de la competitividad de la economía brasileña.

No obstante, los intereses que mueven las presiones de los países desarrollados por la liberalización del sector de servicios. Inicialmente eran solamente las empresas de servicios norte americanas, ya en los años setenta, promovían la necesidad de abrir el sector en todas las modalidades. Después de los años noventa, la Unión Europea se agrega a la potencia norte americana, con la apertura y la flexibilización de las privatizaciones, para entrar con mayor vigor en el tema de la liberalización del sector en las negociaciones en el GATS. Y recientemente el gobierno brasileño anuncio la retomada en las negociaciones paralizadas en la Ronda de Doha.

En consecuencia Brasil puede correr varios riesgos y el más obvio está relacionado a la deterioración de la balanza de pagos, pues es un riesgo que afecta el conjunto de la economía y la sociedad, porque en cuanto en 2005 el país tenía un superávit en agricultura y en bienes, el déficit en el sector de servicios estaba en términos de los US$ 8 billones y años anteriores en cifras de los US$ 4 billones, para un país que el sector corresponde más de 60% de los empleos, de los cuales 57% este subempleados, o sea, en trabajos de baja remuneración y baja calificación profesional. Para estos trabajadores, la apertura tenga una consecuencia más negativa, donde el incremento en el excedente de la fuerza de trabajo sea ampliado, incrementando el número de trabajadores informales.

Esto se refleja en la economía interna del país con la disminución del poder de compra de estos trabajadores sacados con los resultados negativos de la mayor apertura del mercado, donde nuestras deficiencias competitivas son más visibles y consecuentemente incrementando la vulnerabilidad externa de Brasil.

Al mismo tiempo en que tenemos una gran deuda social para rescatar, tenemos también la necesidad de avanzar con la modernización, de tal modo que prepararemos el país para los nuevos desafíos de la internacionalización de la economía.

No obstante, la mayor de todos los desafíos de las autoridades tal vez sea o de saber cómo compatibilizar las necesidades de los miserables y de los excluidos, como también la necesidad de acelerar la modernización y la competitividad de la economía, teniendo en cuenta la creciente integración del país en la economía mundial. Políticas vigorosas, que ofrezcan educación de calidad, infra estructura social e inversiones en TI, son medidas fundamentales para la inclusión, de la economía brasileña en el mercado internacional.

Eses cambios pueden ser la oportunidad de la transición de Brasil de su condición de subdesarrollado para desarrollado, pues el crecimiento del sector de servicios y del mercado interno está ocurriendo, donde estamos entrando en un modelo de país emergente.


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