BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

APUNTES DE MACROECONOMÍA

Martín Carlos Ramales Osorio

 


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LECTURA ANALÍTICA CINCO EL “DESARROLLO COMPARTIDO” DE LUIS ECHEVERRÍA (1970-1976) 

Por: Martín Carlos Ramales Osorio 

Ante el aumento del subempleo, el desempleo y la pobreza que había tenido lugar durante el “desarrollo estabilizador”, desde el primer momento de su gobierno Echeverría invocó abierta y explícitamente una etapa de “desarrollo compartido”. 

El acelerado crecimiento demográfico experimentado durante la década de los sesenta, y que alcanzó su cúspide en la década de los setenta, se tradujo en más necesidades de educación, de salud, de vivienda y, sobre todo, de empleo, que sólo se podían satisfacer mediante el aumento de los gastos públicos, incluido el gasto social, a fin de lograr el tan ansiado “desarrollo compartido” echeverrista; o sea, la doble meta keynesiana del pleno empleo y la equidad distributiva. 

La carencia de hospitales, de escuelas, de vivienda para los trabajadores y, sobre todo, la pronunciada desigualdad en la distribución del ingreso, llevaría al presidente Echeverría a proponer una etapa de “desarrollo compartido”, es decir, a la combinación de un alto crecimiento económico (para abatir el subempleo y el desempleo) con reparto equitativo del ingreso (a fin de abatir la pobreza, consecuencia de un reparto sumamente desigual del ingreso que había tenido lugar durante el “desarrollo estabilizador”). 

Resultaba claro, en consecuencia, que el “desarrollo estabilizador” estaba completamente agotado y que era necesario inaugurar un nuevo modelo de desarrollo económico y social. 

De esa manera, y después de que en 1971 el gobierno de Echeverría observara una política de restricción del gasto a fin de frenar la inflación (que para 1970 fue de 4.5 por ciento con respecto al año anterior medida por el índice de precios del PIB) y disminuir el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos (que para 1970 alcanzó los 945.9 millones de dólares), “en 1972 se tomó la decisión de aumentar los gastos públicos para expandir la producción, disminuir el desempleo y mejorar la distribución del ingreso…”. 

No obstante, este aumento de los gastos públicos, al no ser correspondidos por aumentos en la recaudación tributaria y en los precios y tarifas de los bienes y servicios públicos, degradó fuertemente la situación financiera del gobierno: el déficit del sector público brincó de 10 mil 679.3 millones de pesos en 1971 (2.3 por ciento como proporción del PIB) a 20 mil 39.1 millones de pesos en 1972 (3.9 por ciento como proporción  del PIB), hasta casi alcanzar los 100 mil millones de pesos en 1976 (8.0 por ciento como proporción del PIB). ¡En tan sólo seis años, el déficit del sector público se multiplicó por 9.3 veces! 

Y lo más importante, es que el déficit fiscal se financió en parte con emisión monetaria (la masa monetaria creció a una tasa promedio interanual del 18.2 por ciento durante 1971-1975) y en parte con endeudamiento interno (que aportó el 59 por ciento del financiamiento total) y externo (que proporcionó el 41 por ciento restante de los faltantes públicos durante 1970-1975), de manera tal que esta forma de financiamiento comenzó a desplegar su dialéctica desequilibrante: la reactivación del crecimiento económico a partir de 1972 se acompañó de una aceleración particularmente importante de la inflación y de un aumento significativo del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, este último  producto  en parte  de  la sobrevaluación del peso a

que condujo una inflación doméstica claramente mayor a la del principal socio comercial del país: los Estados Unidos de América. En tanto que el pago de intereses de la deuda pública que se estaba contratando agravaría aún más el déficit fiscal del gobierno.  La administración echeverrista estaba comprometiendo todavía más la situación financiera del país. 

En el fondo, el deterioro del sector externo (déficit en cuenta corriente en aumento) obedecía  a la incapacidad de las exportaciones para crecer al mismo ritmo del ingreso nacional  y de las importaciones de bienes intermedios y de capital que requería la tercera y última fase del proceso de industrialización por la que atravesaba la economía mexicana en esos momentos. Conforme se recuperó el crecimiento económico a partir de 1972, las importaciones aumentaron más deprisa que las exportaciones conduciendo al aumento del déficit en cuenta corriente y, por consiguiente, al correspondiente aumento de la deuda externa para financiarlo. 

En consecuencia, la deuda pública externa, contratada para financiar tanto el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos como el déficit fiscal del gobierno, se incrementó de manera notable durante 1971-1976: de un nivel de 4 mil 545.8 millones de dólares en 1971 (11.6 por ciento como proporción del PIB), se ubicó en 19 mil 600.2 en 1976 (22.4 por ciento como proporción del PIB). ¡En seis años, la deuda pública externa se multiplicó por 4.3 veces! 

Sin embargo, y pese al enorme aumento de los gastos públicos, del déficit fiscal del gobierno y del endeudamiento interno y externo, el crecimiento económico resultó bastante moderado: 5.0 por ciento en promedio anual medido por el PIB a precios de 1960, a todas luces insuficiente para solucionar el problema del subempleo y desempleo heredado del “desarrollo estabilizador”. Más que acercarse la economía al pleno empleo se alejó.¿Qué factores, sin embargo, explican este crecimiento económico tan moderado a pesar de la enorme expansión de los gastos públicos? Básicamente se distinguen los siguientes: 

Primero: el periodo 1971-1976 se caracterizó por una fuerte yuxtaposición entre dos orientaciones diferentes de la política económica: la del gobierno, que intentaba romper con el pasado del desarrollo estabilizador y dinamizar la economía gracias a una política keynesiana expansiva que alentara la producción y el empleo, y la del Banco de México, de inspiración friedmaniana y que intentaba oponerse a la política gubernamental gracias a medidas de restricción monetaria y del crédito. En consecuencia, la política monetaria y del crédito restrictiva del Banco de México, contraria a la política de finanzas públicas expansivas del gobierno, llevó a la economía mexicana a una situación de freno y arranque con graves consecuencias a nivel económico y social. 

Segundo: en la medida en que el gobierno aumentó el gasto público disminuyó la inversión del sector privado (el famoso efecto crowding-out o expulsión del tradicional libro de texto de macroeconomía), sobre todo de la pequeña y mediana empresa. Al colocar parte de los valores gubernamentales en la banca comercial para financiar su déficit presupuestal, el gobierno mermó recursos para financiar proyectos de inversión de las empresas privadas, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas ya que las grandes pudieron recurrir a los préstamos de la banca internacional. Esa situación, junto a la ausencia de una política monetaria y del crédito de “acompañamiento” por parte del Banco de México, no permitió a la economía fluir con celeridad. Cabría esperar que a la política fiscal expansiva del gobierno le correspondiera una política monetaria y del crédito también expansiva por parte del Banco de México, cosa que desafortunadamente no ocurrió. 

Tercero: cabe destacar, por último, que muchos de los proyectos productivos que se echaron a andar durante la gestión echeverrista no rindieron los frutos esperados debido a la falta de planeación adecuada, a los ineficientes manejos financieros, a los inevitables casos de corrupción y al afán por verlos terminados antes de que finalizara el sexenio.

De manera tal que se dio ahí un desperdicio importante de recursos que eran vitales para sostener el ritmo de crecimiento de la economía del país. e esa manera, poco después de mediados de 1976 estalló en el país una crisis de balanza de pagos de enormes proporciones. La paridad peso-dólar, que se había mantenido en 12 pesos con cincuenta centavos durante 22 años (recordemos que la última devaluación había tenido lugar en Semana Santa de 1954 bajo la gestión de Adolfo Ruiz Cortines), finalmente no se pudo sostener y el peso se devaluó a fin de corregir el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos, consecuencia éste del aumento desmesurado de los gastos públicos que se financiaron con emisión monetaria y con endeudamiento interno y externo que generaron una dialéctica desequilibrante al interior de la economía mexicana. Interpretación esta última que sería la explicación ortodoxa del Fondo Monetario Internacional (FMI) a la primera gran crisis de balanza de pagos de México, pues otras crisis sobrevendrían después.

Disponible en: www.eumed.net/libros/2008c/434/index.htm

 

CUESTIONARIO CINCO

 

1. ¿Por qué la curva IS tiene pendiente negativa?

2. ¿Por qué la curva LM tiene pendiente positiva?

3. ¿Qué mercado representa la curva IS y cómo se define?

4. ¿Qué mercado representa la curva LM y cómo se define?

5. ¿Con qué política se relaciona la curva IS y con cuál la curva LM?

6. Explique la interdependencia de los mercados de dinero y de bienes partiendo del supuesto de una venta de CETES en el mercado abierto por parte del banco central.

7. Explique la interdependencia de los mercados de bienes y de dinero partiendo del supuesto de una disminución del gasto público.

8. ¿Qué pasará con la cantidad de dinero en circulación si el país incurre en un superávit en balanza comercial y en cuenta corriente y opera bajo tipo de cambio fijo?

9. Explique, utilizando el esquema IS-LM, por qué la política monetaria sería insuficiente por sí misma para superar un fondo cíclico, en el cual el desempleo es elevado.

10. Si la balanza en cuenta corriente del país presenta un superávit por 8790 millones de dólares a un tipo de cambio de 14.78 pesos por dólar y opera bajo un régimen de tipo de cambio fijo, ¿en cuánto variará (aumentará o disminuirá) la oferta monetaria nominal (M) y qué debe hacer el banco central si quiere esterilizar por completo la variación de M?

11. Explique, utilizando el esquema IS-LM, por qué la política monetaria sería insuficiente por sí misma para bajar la inflación?

12. En base a la lectura analítica cinco, conteste las siguientes interrogantes:

a) ¿Qué entiende usted por “desarrollo compartido”?

b) ¡Por qué Echeverría quería solucionar el incremento del subempleo, el desempleo y la pobreza que tuvo lugar durante el “desarrollo estabilizador” (1956-1970) invocando precisamente una etapa de “desarrollo compartido”?

c) Explique usted por qué el aumento de los gastos públicos , en general, y del gasto social (alimentación, salud, vivienda y educación), en particular, pueden aumentar el empleo, por un lado, y reducir las desigualdades sociales, por el otro lado.

d) ¿Qué entiende usted por “equidad distributiva” y por “pronunciada desigualdad en la distribución del ingreso”?

e) ¿Por qué cree usted que una fuerte restricción de los gastos públicos puede ayudar a bajar la inflación y a reducir el déficit de la balanza comercial y en cuenta corriente de la balanza de pagos?

f) ¿Qué es lo que degradó fuertemente la situación financiera del gobierno durante la administración echeverrista?

g) ¿De qué se acompañó la reactivación económica a partir de 1972 y hasta 1976 en que finaliza la gestión de Luis Echeverría?

h) ¿A qué obedecía en el fondo el deterioro del sector externo?

i) ¿Por qué la deuda pública externa se incrementó de manera notable durante 1971-1976?

j) ¿Por qué el crecimiento económico resultó bastante moderado pese al enorme aumento de los gastos públicos durante el gobierno de Luis Echeverría (1970-1976)?
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