BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

SOCIEDAD, DESARROLLO Y MOVILIDAD EN COMUNICACIÓN

Jorge Nieto Malpica (editor)


 


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La educación ambiental como herramienta de participación ciudadana a través de la comunicación

María Eugenia Rosas Rodríguez
Alfonso Tello Iturbe

Introducción

El tema de la educación ambiental cada día cobra mayor importancia en las discusiones de los diferentes foros nacionales o internacionales y que rebasa los espacios meramente académicos pues se reorienta desde los ámbitos mayormente disciplinarios, políticos, económicos, éticos, culturales, entre otros, en donde participan diferentes actores sociales representados por instituciones gubernamentales, ONGs., ó la sociedad civil, así como instituciones de educación en sus diferentes niveles. Esto de alguna manera responde a la creciente problemática ambiental, la degradación ecológica, la contaminación, el cambio climático, que provocan situaciones de riesgo para la sociedad.

En este sentido esta propuesta trata de analizar la importancia de incorporar contenidos curriculares a nivel de educación superior, particularmente en el ámbito de la comunicación ya que por la especificidad de esta disciplina la formación de los comunicólogos con un manejo de los diversos enfoques epistemológicos contribuirán a que a través de su ejercicio profesional se promuevan cambios de conducta y nuevos valores en relación con el medio ambiente, la equidad social y la sus sustentabilidad.

El trabajo promueve una nueva cultura ecológica, mediante una educación ambiental que fomente conductas y la concientización de los comunicólogos para que a su vez, éstos, en el ejercicio de su profesión (la habilidad en el manejo de los niveles de comunicación a través de los medios) puedan influir en la sociedad con el desempeño de su trabajo en las diferentes áreas de la comunicación.

De esta manera, se permite a los jóvenes y futuros profesionistas adentrarse en los problemas reales que existen a nuestro alrededor; conviviendo con diversos medios laborales y analizando, observando y evaluando la indiferencia al abuso cometido en contra de la naturaleza, producto de la excesiva explotación de los recursos naturales.

Los estudiantes de la carrera de ciencias de la comunicación no sólo se forman como informadores y/o productores de medios, se forman también como investigadores, administradores, publicistas, etc.; y las oportunidades de moldear costumbres y actitudes, no se limitan sólo a la transmisión de conocimientos, si no se abre a la creación de estrategias y programas que introduzcan la participación ciudadana.

Antecedentes

Actualmente la humanidad se enfrenta a una problemática ambiental de dimensión global en la que la crisis ambiental se transforma en una verdadera amenaza al sistema tierra en su conjunto “la humanidad se encuentra en una encrucijada que ponen en peligro su propia supervivencia como especie. La cuestión fundamental consiste en saber si podrá invertir las tendencias antes descritas lo cual implica evidentemente no sólo cambios tecnológicos, búsqueda de mayor eficiencia en los sistemas de gestión, etc., sino sobre todo cambios radicales en nuestros esquemas de pensamiento y formas de acción” (Novo, 1997:22).

La sociedad global ha logrado un rápido desarrollo tecnológico que le ha permitido crecer satisfactoriamente en el sector productivo, situación que por otro lado y paralelamente al crecimiento económico, da como consecuencia un daño ambiental continuo de tal magnitud que la naturaleza perdió la capacidad de recuperarse por sí misma. Estos efectos comienzan a detectarse en la década de los sesenta, aunque algunos autores especialistas en el tema como Tiahoga Ruge y González Gaudiano (2009) coinciden en que es a partir de la Conferencia de Naciones Unidas para el Medio Humano celebrado en Estocolmo, Suecia en 1972, cuando se promueve la necesidad de implementar una educación ambiental en los distintos ámbitos educativos. Esta tarea se le encomendó a la UNESCO y al entonces recién creado Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), organismo que nace a raíz de dicha reunión en 1973.

Una fracción del Principio 19 de la Declaración de Estocolmo señala lo siguiente: “Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las generaciones jóvenes como a los adultos, y que preste la debida atención al sector de la población menos privilegiada, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades, inspirada en el sentido de responsabilidad en cuanto a la protección del medio en toda su dimensión humana (ONU, 1972).

En este evento se manifiestan los efectos que las acciones humanas están generando en el medio ambiente que le rodea. Se plantea entonces un cambio en los estilos de desarrollo.

En el Seminario Internacional de Belgrado, Yugoslavia en 1975, se recomienda la enseñanza de nuevos conocimientos teóricos y prácticos, valores y actitudes que constituirán la clave para conseguir el mejoramiento ambiental. En este Seminario se definen metas, objetivos y principios que deberán fundamentar la educación ambiental; los cuales se señalan a continuación:

* Los principios recomiendan considerar el medio ambiente en su totalidad, es decir, el medio natural y el producido por el hombre. Constituir un proceso continuo y permanente, en todos los niveles y en todas las modalidades educativas. Aplicar un enfoque interdisciplinario, histórico, con un punto de vista mundial, atendiendo las diferencias regionales y considerando todo desarrollo y crecimiento en una perspectiva ambiental. * La meta de la acción ambiental consiste en mejorar las relaciones ecológicas, incluyendo las del hombre con la naturaleza y las de los hombres entre sí. Se pretende a través de la educación ambiental lograr que la población mundial tenga conciencia del medio ambiente y se interese por sus problemas conexos y que cuente con los conocimientos, aptitudes, actitudes, motivaciones y deseos necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales y para prevenir los que pudieran aparecer en lo sucesivo. * Los objetivos se refieren a la necesidad de desarrollar la conciencia, los conocimientos, las actitudes, las aptitudes, la participación y la capacidad de evaluación para resolver los problemas ambientales. (BELGRADO, 1975)

En la Conferencia de Tbilisi (URSS) en 1977, se acuerda la incorporación de la educación ambiental a los sistemas de educación; estrategias, modalidades y la cooperación internacional en materia de educación ambiental. Se menciona también la necesidad de modificar actitudes, proporcionar nuevos conocimientos y criterios y promover la participación directa y la práctica comunitaria en la solución de los problemas ambientales.

En la Conferencia de Moscú (URSS), en 1987, surge la propuesta de una estrategia internacional en el campo de la Educación y Formación Ambiental para la década de los noventa. En el documento derivado de esta reunión se mencionan como principales causas de la problemática ambiental la pobreza y el aumento de la población.

En México la educación ambiental se ha ido desarrollando en forma lenta, sin embargo su integración ha avanzado a partir de los años ochenta en diversos programas de gobierno y sociales.

Otras reuniones celebradas en diferentes partes del mundo de manera paralela a las antes señaladas fueron: Chosica, Perú 1976; Managua 1982, Cocoyoc, México 1984, Caracas 1988; Buenos Aires 1988; Brasil en 1989 y Venezuela 1990.

En 1992, en la Cumbre de la Tierra, el tema de la Educación Ambiental queda formalizado en la Agenda 21 en el capítulo 36. En este mismo año y a partir de este suceso se lleva a cabo la Primera Reunión Iberoamericana de Educación Ambiental en Guadalajara y, en 1997; en Johannesburgo (2002), la cuestión de la educación ambiental cobra una relevancia importante en la medida en que se hace énfasis del papel que las instituciones educativas deben de jugar para transformar los valores en relación al medio ambiente. En esta cumbre se insiste en el papel estratégico de la educación para reorientar pautas de acción y continuar a la transformación progresiva de las formas de la utilización de los recursos naturales y de equidad social (Semarnat, 2006) Como parte del proceso de discusión en las conferencias mundiales la educación se define como un proceso que permite reconocer valores, aclarar conceptos con el objetos de fomentar destrezas y actitudes para comprender las interrelaciones entre el hombre, su cultura y el medio ambiente. Estas reuniones han logrado conjuntar diversas estrategias de educación ambiental en México y América Latina; de hecho Tiahoga Ruge refiere que el PNUMA ha intervenido satisfactoriamente en el desarrollo de programas que integran dicha tarea.

Específicamente en México, se ha instituido el concepto de educación ambiental en algunas materias de diversos niveles básicos escolares que se han extendido paulatinamente.

La educación ambiental en México

En base a diversos análisis sobre la problemática que aqueja a nuestro medio ambiente natural, se puede decir que México enfrenta un reto que por desgracia no está suficientemente apoyado con una estricta normatividad ambiental que rijan las autoridades correspondientes de acuerdo a las actividades económicas que contribuyan al logro de un desarrollo sustentable. El creciente deterioro y los desequilibrios en materia ambiental reflejan, entre otras variantes, el crecimiento acelerado en las acciones productivas, pero sobre todo un manifiesto desinterés por combatir y revertir los efectos perniciosos de esta apatía, casada con la efímera generación de fuentes de empleo, que representan el mediano y largo plazo costos ambientales muy elevados. Dentro de estas actividades, identificamos como las primeras y más significativas las vinculadas con el sector productivo en la historia del hombre, caracterizadas por su capacidad para un mejor aprovechamiento de los recursos que la naturaleza ha ofrecido siempre para su supervivencia. Desde la simple obtención y utilización de los propios recursos hasta llegar a la industrialización, donde actúan como materia prima para la creación de más y nuevos productos, que si bien representan nuevos satisfactores, también es cierto que causan un impacto ambiental en distintas magnitudes.

De acuerdo con Pablo Gutman (2000) en los últimos veinte años se ha incrementado notablemente el deterioro ambiental y la sobreexplotación de recursos naturales en forma acelerada en nuestro país, como consecuencia de la falta de organización en los procesos productivos que conllevan la indiferencia por parte de las autoridades, problemas manifestados con la creciente erosión del suelo y la contaminación ambiental general, es decir, que se incluye en aguas, aire y la degradación de paisajes y algunos centros urbanos.

Muchos de los recursos con que cuenta nuestro país se han visto alteradas por la invasión desmedida de nuevos asentamientos humanos tanto regulares como irregulares, que rompen agresivamente el ciclo natural de vida en ciertas regiones con fines meramente económicos; como la creación de nuevas plantas industriales, complejos turísticos y grandes centros comerciales.

Por otra parte y tomando en cuenta que la participación ciudadana debe ocupar un lugar fundamental en el ejercicio de las medidas ambientalistas que se propongan como soluciones para optimizar la calidad de vida en la sociedad, De la Cruz et al (2000) enfatiza que: La cultura en general es la expresión de las condiciones y las formas de vida que cada sociedad tiene y espera lograr alcanzar, ésta se ha venido dando en función a la toma de conciencia de la sociedad y cómo a partir de ésta pretende vivir en el futuro.

Asimismo, existe una gran deficiencia de atención por parte de las autoridades y el deficiente cumplimiento de políticas ecológicas que contribuyan a la motivación de la ciudadanía para desempeñar funciones que, a su vez, fomenten una cultura ambientalista que induzca conductas, actitudes y rutinas desde los hogares; ya que a pesar de la imperiosa necesidad de mayor información, se carece de mensajes cuyo contenido atraiga el interés de la población e impulse valores ambientales.

El desarrollo industrial y el crecimiento económico, han tenido entre sus consecuencias, un acelerado deterioro ambiental, ya que se ha sobreexplotado la naturaleza en un afán por hacer crecer mayormente la producción en diferentes áreas para integrarse a un nivel de competencia e intercambio a nivel mundial.

Refiriéndose al Programa de Protección Ambiental y Competitividad Industrial, Quadri de la Torre (1995) expresa que no tiene por qué haber discrepancia entre el desarrollo económico y las políticas ambientales si, por el contrario, se establece una comunicación eficaz entre autoridades y las diversas ramas de la industria. Al establecerse una gestión ambiental eficiente y con el desarrollo de esquemas normativos que además regulen la calidad total en los procesos industriales, así como el ofrecimiento de incentivos a las empresas para innovar de manera permanente en sus tecnologías y procesos a favor de la protección ambiental, la misma imagen corporativa de éstas se verá beneficiada ante la sociedad.

Señala además que algunas naciones con estrictas políticas ambientales no sólo mantienen, sino que amplían su capacidad de competir y aumentar sus mercados. Por tanto, de los puntos señalados en este programa, el que más interesa para el desarrollo del tema aquí abordado es el relativo a la educación ambiental, considerada esta, como piedra angular, para alcanzar la protección y en su caso, la renovación de los recursos ambientales, considerados fundamentales para el logro de un desarrollo sustentable.

“Educación y capacitación ambiental para propiciar la formación de recursos humanos para la gestión ambiental en la industria, vinculando a instituciones de educación superior y centros de investigación”, que hasta ahora han sido manifestaciones sin estrategias de mediano y largo plazo, que incorporen a los profesionales en comunicación a este importante proceso de respeto por el medio ambiente.

Para González Gaudiano (2009), una de las metas de la educación ambiental es lograr que la población mundial se interese por el medio ambiente y su problemática; que cuente con los conocimientos necesarios y que consecuentemente moldeen aptitudes y actitudes motivando así, al trabajo colectivo por encontrar las soluciones y practicarlas. En este sentido, las Universidades, han incorporado como parte de su currícula, algunos programas a nivel básico, que no cuentan con materias consecutivas, a lo largo de la carrera, con lo cual, la barnizada de respeto por nuestros recursos se diluye con el tiempo y durante el desarrollo de la profesión muchos de los comunicólogos, sólo prestan atención a esta responsabilidad ciudadana, cuando algunos programas se preparan para la celebración de algún evento aislado, pero no como parte de un programa establecido, que con fines precisos en materia ambiental, inducen programas masivos de alto impacto a través de los medios masivos de comunicación.

En este contexto, la currícula deben de buscar alternativa para que sus egresados puedan implementar campañas masivas para mitigar lo que al mismo tiempo promueven (consumismo irresponsable), a través de los medios de comunicación que juegan un importante papel como transmisores de mensajes e ideas a los diversos sectores de la sociedad, que generan opiniones e, incluso, influyen en la formación de conductas que favorecen el cuidado del medio ambiente. Estas conductas hoy en día, constituyen una herramienta que acerca pueblos y culturas desde los variados puntos del planeta y por esto mismo forman un enlace e intercambio de conocimientos acerca de los múltiples acontecimientos a nivel mundial, en escenarios como este, los medios masivos de comunicación “debieran” difundir información sustanciosa sobre la necesidad de proteger y mejorar la calidad de vida del ser humano y del medio que le rodea, pudiendo lograr de esta manera un desarrollo sustentable en sus diversos aspectos: económico, de salud, cultural, social, etc.

Como ha sido explicado, la sociedad, en un sentido general, no conoce bien a bien, qué es medio ambiente y cómo lograr el desarrollo sostenible, así como el papel e importancia de la educación ambiental para alcanzar este fin. En este sentido es necesaria la modificación de comportamientos, así como la inclusión de valores y actitudes promedio ambiente, como parte de una nueva disciplina que a su vez, constituya un ejemplo de cómo proteger, mejorar y cuidar la vida en nuestro planeta y por ello, se considera que una profesión capaz de capitalizar esta oportunidad entre otras iguales o más importantes, está representada la comunicación.

Para Enrique Leff (2000), “la problemática ambiental ha inducido un proceso contradictorio de avance / retroceso de las ciencias de conocimiento / desconocimiento de ciertos procesos materiales, ha generado un proceso diferenciado de resignificación de nociones y conceptos de obstáculos y estímulos en el progreso del saber, por el efecto de los intereses opuestos de clases, grupos, culturas y naciones, abriendo un campo de posibilidades alternativas de aprovechamiento de los recursos de reorganización productiva de la sociedad”.

En este contexto, el hombre ha emprendido diversos caminos de crecimiento cultural y social, caminos de desarrollo nacionales y de formas de vida; diversidad en el uso de la naturaleza ligados con el deterioro de los propios recursos que ésta le aporta para su satisfacción; pasando por alto, que lo irracional de la explotación, contribuya abiertamente con la alteración de su curso natural de reproducción.

De esta manera y considerando que a pesar de los significativos esfuerzos que se han emprendido desde hace más de dos décadas, no se han logrado frenar los procesos de degradación ambiental más apremiantes que enfrentamos, por nuestra condición de país en desarrollo, ni tampoco podemos ocultar las serias amenazan que atentan contra el bienestar y la calidad de vida de la población, así como la sobrevivencia de innumerables especies y ecosistemas localizadas a todo lo largo y ancho del país.

Por lo tanto, en un país como el nuestro, donde por los efectos de una explotación poco inteligentes de nuestros recursos, los resultados y efectos están a la vista, conviene entonces preguntarnos ¿por qué llevar esta propuesta al terreno de las ciencias de la comunicación?

Para lograr cambios significativos en la formación de los profesionales de cualquier ámbito disciplinar es necesario la incorporación de contenidos ambientales no como materias aisladas sino como parte de una formación integral a todo lo largo de su formación académica. “Los criterios y estrategias con que están actuando los sistemas educativos que, si quieren coadyuvar a la salida de la crisis, han de apostar por enfoques críticos e innovadores frente a los que reproducen el viejo sistema de pensamiento que nos ha conducido hasta aquí. El cambio de rumbo al que nos estamos refiriendo afecta a los modelos éticos, científicos, tecnológicos, educativos, etc., pero conviene enfatizar en sus aspectos económicos y sociales esta búsqueda de nuevas formas de planeamiento y gestión de los recursos supone, o debe suponer una apuesta decidida por la sustentabilidad (Novo, 1997.23).

En este contexto, la educación ambiental formal e informal adquiere un papel central para adquirir conciencia, valores y actitudes, técnicas y comportamiento ecológicos y éticos, en consonancia con el desarrollo sostenible que a la vez favorezcan la participación pública en el proceso de adopción de modelos educativos alternativos.

Las estrategias ambientales en la educación superior, multi e interdisciplinaria, deben propiciar una formación ambiental de los profesores y del personal en general vinculando a las instituciones escolares, a realizar actividades ambiéntales relacionadas fuertemente a los contenidos curriculares, fortalecer el desarrollo de la investigación ambiental, intercambio y cooperación entre académicos e instituciones que desarrollen investigación ecológica. Implementar alternativas didácticas en la educación ambiental, formar y profesionalizar la educación ambiental, innovar procesos productivos y tecnologías alternativas a través de la educación. Así como una fuerte educación en valores como una forma de cambiar y de cuestionar las practicas depredadoras dominantes y transformarlas a través de los problemas actuales desde perspectivas críticas y propositivas

En ese sentido los comunicadores en sus distintas áreas de trabajo, deben facilitar la influencia positiva en la comunidad desde el medio laboral en que se desenvuelven. Al manejar la comunicación en sus diferentes niveles, aplican estrategias específicas que conduzcan y siembren una cultura ecológica en variados grupos de dominio como son: autoridades, empresarios, medios de comunicación, políticos, etc., para alcanzar una atención global, en relación con la problemática relacionada con el Medio Ambiente.

Asimismo, el comunicador universitario a través de un aprendizaje áulico vinculado con el medio ambiente, permitirá al futuro profesional de medios, la adquisición de un mayor conocimiento en relación con la importancia de su entorno y compromiso por el respeto a los recursos, permitiendo la diseminación de información para su mantenimiento, elevando al mismo tiempo los niveles de concienciación de la población receptora e induciéndola, para alcanzar un equilibrio entre los bienes ofertados por la naturaleza y los explotados irracionalmente para la satisfacción de una demanda que en mucho contribuyen con la insostenibilidad en materia de recursos naturales. Este profesional de la comunicación habrá de inducir una explotación más racional de los recursos a fin de evitar los efectos negativos de un desarrollo económico que privilegia la insostenibilidad.

A manera de conclusiones

No obstante que en materia ambiental hay organismos Internacionales que dan seguimiento puntual a los desequilibrios alcanzados como resultado de una explotación irracional de recursos, los países industriales continúan estableciendo sus empresas en países emergentes, que por sus condiciones socioeconómicas y de desarrollo, se constituyen como paraísos ambientales, donde los efectos nocivos derivados de recursos, son pasados por alto en nombre de la generación de empleos con niveles de salario muy bajos.

En este entorno no solamente las empresas son contaminantes, ya que también es justo mencionar, que no están solas en esta acción negativa, sino que son secundadas por una población que por falta de una información persistente en materia ambiental, se suma a estas acciones destructivas. Por lo tanto, para alcanzar buenos resultados en materia de respeto por el medio ambiente, las autoridades habrán de aplicar la norma sin distingo, seguidas de acciones planeadas para que la población se incorpore paulatinamente con acciones sustentables que preserven el capital ecológico a favor de las futuras generaciones.

Para ello se requiere de profesionales comprometidos con este fin, particularmente de los comunicólogos, toda vez que al ejercer un importante punto de conexión con la población a través de los medios, y establecer principios de respeto por el medio ambiente.

El desarrollo de la educación ambiental, como uno de los procesos vitales para contribuir a solucionar la crisis del medio ambiente, constituye una dimensión de la educación integral. Desde una perspectiva multidisciplinaria se pueden desarrollar estrategias para penetrar en diferentes áreas (ética, cultura, económica, política y social) desde donde se puedan originar los grandes cambios: desde las pequeñas y cotidianas actitudes, hasta planes específicos que puedan desarrollarse tanto en empresas como en programas gubernamentales.

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