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SOCIEDAD, DESARROLLO Y MOVILIDAD EN COMUNICACIÓN

Jorge Nieto Malpica (editor)


 


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La comunicación para un cambio social: educación y desarrollo sustentable

Carmina Elvira Elvira*
Gloria Edith Arzate Cárdenas**
Rosalino Amador Alonso***

Introducción

La presente era tecnológica ha propiciado cambios estructurales o de coyuntura en los actuales modelos de educación y bienestar, mismos que inciden en los nuevos rumbos de la política social.

Históricamente, el hombre en su necesidad por la información ha logrado crear procesos de comunicación con la finalidad de poder satisfacer sus necesidades y deseos, conforme evoluciona la estructura económico-social y política (Tedesco, 1999: 15); esto quiere decir que elementos como el lenguaje y el pensamiento han logrado establecer una herramienta principal para lograr el desarrollo: el conocimiento, por tal motivo la enseñanza y aprendizaje se han convertido en piedras angulares de las mejoras de la calidad de vida del individuo y su universo.

Actualmente en aras de la globalización y los flujos masivos de la información, han formado moldes de percepciones y dialéctica intersubjetiva, creando así sociedades de información complejas, que aunado con sus relaciones económicas y políticas, la han transformado en sociedades del conocimiento (Castells, 2004).

Siguiendo el esquema de que la enseñanza y aprendizaje son el núcleo del conocimiento, se puede afirmar que la educación (proceso de enseñanza y aprendizaje) es el actor principal de las sociedades del conocimiento, siendo también una consecuencia de los procesos comunicativos en su relación con el entorno social.

“La educación marca la pauta a seguir en el desarrollo de las sociedades del conocimiento, de la misma forma es un segmento del capital social, entendiéndose éste como una relación histórico-social en donde actores cualitativos (sociedad civil, ética, instituciones, relaciones interpersonales, cultura, etc.) coadyuvan entre sí para generar sistemas, cuya acumulación formula la base del desarrollo mismo" (Garza, 2004: 130).

Bajo esta consecución, la participación de la educación en los procesos acumulativos de capital social es imprescindible para el logro del mismo, reduciéndose al mínimo, o hasta referirse al capital humano.

“La relación del binomio educación y capital, en donde la tecnologización de los procesos comunicativos del sistema económico, puede lograr una revolución teórica-práctica de las aseveraciones de lo que se entiende por desarrollo, primordialmente en la sustentabilidad del mismo, armonizando las variables básicas: economía, sociedad y ambiente” (Alanís, 2006: 29).

En otros términos, la educación capitaliza la sustentabilidad, de ahí que su proceso de estructuración política juega un papel sumamente importante en su realización misma en niveles democráticos.

La teoría neoclásica nos muestra como la acumulación del capital económico, social y ambiental, logra un desarrollo “sostenible”, ya que formará parte de la cadena histórica de la satisfacción de las necesidades de generaciones futuras, logrando así un equilibrio del entorno, equilibrio sujeto a los niveles óptimos de educación, educación equidistante a los procesos cognitivos y/o de información de los Mass Media (Bauman y Tester, 2002: 213).

Estos tres elementos, pueden complementarse en función de la implementación de políticas públicas adecuadas, reconfigurando roles diferentes en las estructuras sociales, planteando nuevos escenarios en la economía del conocimiento.

La Era de la Información y el nuevo paradigma del Desarrollo Sustentable

La era de la información y el conocimiento, dentro de los cambios sustanciales de organización social, estructura una reconfiguración del desarrollo sustentable como paradigma, por ello, es menester aclarar los alcances conceptuales de éste último término, como unificador del presente trabajo.

El desarrollo sustentable puede reflexionarse de manera holística en la siguiente definición:

“Proceso dinámico en el que el manejo de los recursos naturales, la potencialidad del ser humano, los mecanismos de concientización y participación ciudadana, el enfoque del desarrollo científico y tecnológico, la formulación de nuevos esquemas legales y administrativos, la orientación de la economía y la opción de principios éticos de responsabilidad ambiental, fortalezcan las opciones para satisfacer las necesidades básicas actuales, sin destruir la base ecológica de la que dependen el desarrollo socioeconómico y la calidad de vida futura” (Kammerbauer, 2001: 353).

Considerándose los siguientes puntos como alcances del desarrollo sustentable:

a. Utilizar óptimamente los recursos sin comprometer a las generaciones futuras.

b. Identificar a la sustentabilidad como una alternativa para diseñar las estrategias que permitan canalizarse en beneficio de la economía, la sociedad y por supuesto el medio ambiente.

c. Aplicar políticas económicas, educativas y culturales que procuren el desarrollo sustentable.

La era de la información también estimula a la instrumentalización de los medios masivos de comunicación, esta tarea debe sujetarse a los lineamientos de la Ley Federal Radio y Televisión Vigente que la rige.

De la misma manera, la premisa fundamental en el rubro educativo, es concretar una postura sólida que unifique las acciones sistémicas, en beneficio de la producción de una conciencia social que considere al desarrollo sustentable en sus planes y programas vigentes, efectivamente aplicados.

Las cuestiones destacadas en el ámbito regulatorio que tiene la materia educativa, son la base sobre la que se desarrollan las acciones que coadyuvan en el desarrollo sustentable, y en la reactivación de los medio masivos en su función educadora.

Por tal motivo, es importante recordar que la educación está en abierta posibilidad de ser productora de Desarrollo, y que la misma, está direccionada en gran parte por el consumo de información que producen los Medios.

La Sociedad de la información, posiciona a la educación como el centro de las tácticas de labor social y política, y demanda una integración de esfuerzos por homogeneizar la calidad de vida, las cuales no pueden dejar de lado la activa participación social en el cauce de estas acciones.

“En el marco de las nuevas configuraciones sociales, las instancias a través de las cuales se producen y se distribuyen el conocimiento y los valores culturales –o sea, las instituciones educativas, los educadores y los intelectuales en general- ocuparán un lugar central en los conflictos a través de los cuales se definirán las orientaciones de estos procesos sociales” (Tedesco, 1999: 9)

El factor clave para entender esta propuesta tripartita educación, desarrollo sustentable y comunicación es la integración. Abordar con una propuesta de integración el problema del desarrollo sustentable en el ámbito educativo, es recurrir a una concatenación de acciones planeadas y referidas a la producción de conciencia a través de una mejor calidad de información, a la inserción de una cultura de sustentabilidad y a la renovación estructural de los programas de educación.

Los avances vertiginosos en materia de tecnología, aplicados a la educación, aún no definen su impacto respecto a la posibilidad de hacer crecer o mermar los canales factibles para un cambio social.

“Hoy disponemos ya de visiones más realistas y complejas acerca de los efectos sociales de los nuevos patrones de organización social y económica basados en el conocimiento y la información. La hipótesis más general sobre la cual se apoyan estas revisiones, consiste en sostener que una sociedad basada en el uso intensivo de conocimientos produce simultáneamente fenómenos de más igualdad y de más desigualdad, de mayor homogeneidad y de mayor diferenciación” (Tedesco, 1999: 2)

Son los medios masivos de comunicación quienes abren la posibilidad de tomar un rumbo definido en la producción y consumo de información, lo cual se traduce, a su vez, en la calidad y consistencia del conocimiento socialmente adquirido.

Desarrollo Sustentable como meta. La Política Educativa en los medios de comunicación

En materia normativa, la tan discutida Ley Federal de Radio y Televisión previene, en su parte sustancial, los lineamientos generales que conforman la función social a la que deberán ajustarse los contenidos mediáticos.

Su factible aplicación, contrapuesta a la lógica de mercantilista con que actúan las empresas concesionadas de la información, va mucho más allá de la inquietud expresada en este trabajo. Sin embargo, el imperativo sustentable como vía del desarrollo social, entraña la necesidad de analizar detenidamente la legislación vigente, y propugnar desde otras perspectivas su cabal cumplimiento.

“Hay un amplio consenso de que el futuro de la humanidad está en riesgo, al lado pues los patrones de producción y consumo de las sociedades industriales, de la creciente pobreza y el excesivo crecimiento demográfico de los países en desarrollo, destruyen la base ecológica del planeta y debilitan las condiciones de un desarrollo sustentable, aun cuando parece reciente esta idea, la misma preocupación ha subsistido desde hace muchas décadas en torno a nuestro ecosistema y haciendo conciencia de sus límites”. (Carvalho, 1996: 11)

Un punto muy importante destaca en los perfiles sociales que han creado los medios masivos como prototipos de vida: el consumo. Los actuales índices de producción, distribución y consumo de mercancías marcan el signo de nuestra era.

Es por ello que la regulación informativa de los medios es tan importante para cumplir el engrane social de productor de hábitos, y regulación del consumo de contenidos.

Esta propuesta de inclusión de los Medios en el fortalecimiento del desarrollo sustentable, como estrategia de crecimiento social, no pretende adelantarse a lo que ya está indicado en la legislación vigente solamente considerarlo como tal. Al respecto, el artículo 4º de la Ley Federal de Radio y Televisión señala que el Estado es actor principal en el cumplimiento de la función social de los medios constituyendo una obligación para este, dicho artículo a la letra señala. “La radio y la televisión constituyen una actividad de interés público, por lo tanto el Estado deberá protegerla y vigilarla para el debido cumplimiento de su función social”.

Sin embargo, es el artículo 5º de ésta Ley Federal, el que previene la regulación que la radio y la televisión deben observar para contribuir al fortalecimiento social de nuestro país. Es en la contribución a la defensa de la ciudadanía y la conciencia histórica nacional, que los medios de comunicación establecen las líneas de acción, tanto estructurales como particulares, para el logro del desarrollo sustentable.

Expresamente las funciones sociales fijadas en la citada Ley para la Radio y la Televisión son las que establece el artículo 5° que a la letra señala:

“La radio y la televisión, tienen la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana. Al efecto, a través de sus transmisiones, procurarán:

I.- Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares;

II.- Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud;

III.- Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las características nacionales, las costumbres del país y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana.

IV.- Fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional y la amistad y cooperación internacionales”.

Estas premisas de responsabilidad social, son únicamente directrices que requieren una interpretación más delimitada a un plano funcional. Es por ello que se estipula en el artículo 6°, de la Ley Federal de Radio y Televisión que dice: “el Ejecutivo Federal por conducto de las Secretarías y Departamentos de Estado, los Gobiernos de los Estados, los Ayuntamientos y los organismos públicos, promoverán la transmisión de programas de divulgación con fines de orientación social, cultural y cívica”.En este punto, es necesario recordar que en el ámbito real el criterio mercantilista de los medios han fijado que sus funciones son: entretener, informar y educar.

Por lo tanto es importante, con apego estricto a la Ley Federal de Radio y Televisión regresar a los fines primarios de los medios, cuando sus prioridades se construían entorno a la educación primeramente, luego a la información y por último al entretenimiento. Si se parte de este orden, esta conciliación de la función educadora en los medios masivos de comunicación, será la clave de la plataforma de integración que los programas de desarrollo sustentable deberán adoptar para ser factibles.

¿La educación producto de la información y productora del desarrollo?

En la plataforma de integración estructural de las metas de la educación y los Medios, es menester precisar que es en la producción, distribución y consumo de información, el punto donde convergen los esfuerzos y lineamientos para establecer una función social, que propicie el desarrollo sustentable como parte de la estrategia de penetración del medio mismo.

“La Educación formal es influida en gran medida por la socialización que recibe el educando en su ámbito informal; y es precisamente en esta esfera de influencia, en la vida cotidiana, donde hacen su aparición los medios masivos de comunicación. De ahí la importancia de la integración de esfuerzos para la consecución del objetivo sustentable: la información es la piedra angular para el desarrollo educativo, y la educación que se traduce en conocimiento y génesis de conciencia social, es traducida en desarrollo” (Noelle-Neuman, 1995: 129).

Respecto al ámbito estructural, la regulación de la educación impartida por el Estado, se sujeta a principios claramente establecidos en el artículo 3º Constitucional, cuyo texto en el ámbito jurídico es considerado como uno de los preceptos constitucionales del Derecho Social.

Las finalidades específicas de la educación siguen también un curso lógico tendiente al desarrollo nacional, a través de la correcta formación de los estudiantes. Dichos lineamientos están previstos en el artículo 7º de la Ley Federal de Educación, en los que se observa explícitamente la inclusión de la variable sustentable, en relación al medioambiente, estableciendo este artículo lo siguiente:

“… I.- Contribuir al desarrollo integral del individuo, para que ejerza plenamente sus capacidades humanas;

II.- Favorecer el desarrollo de facultades para adquirir conocimientos, así como la capacidad de observación, análisis y reflexión críticos;

III.- Fortalecer la conciencia de la nacionalidad y de la soberanía, el aprecio por la historia, los símbolos patrios y las instituciones nacionales, así como la valoración de las tradiciones y particularidades culturales de las diversas regiones del país;

IV.- Promover mediante la enseñanza el conocimiento de la pluralidad lingüística de la Nación y el respeto a los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas.

Los hablantes de lenguas indígenas, tendrán acceso a la educación obligatoria en su propia lengua y español.

V.- Infundir el conocimiento y la práctica de la democracia como la forma de gobierno y convivencia que permite a todos participar en la toma de decisiones al mejoramiento de la sociedad;

VI.- Promover el valor de la justicia, de la observancia de la Ley y de la igualdad de los individuos ante ésta, así como promover el desarrollo de una cultura por la paz y la no violencia en cualquier tipo de sus manifestaciones y propiciar el conocimiento de los Derechos Humanos y el respeto a los mismos;

VII.- Fomentar actitudes que estimulen la investigación y la innovación científicas y tecnológicas;

VIII.- Impulsar la creación artística y propiciar la adquisición, el enriquecimiento y la difusión de los bienes y valores de la cultura universal, en especial de aquéllos que constituyen el patrimonio cultural de la Nación;

IX.- Estimular la educación física y la práctica del deporte;

X.- Desarrollar actitudes solidarias en los individuos, para crear conciencia sobre la preservación de la salud, la planeación familiar y la paternidad responsable, sin menoscabo de la libertad y del respeto absoluto a la dignidad humana, así como propiciar el rechazo a los vicios y adicciones, fomentando el conocimiento de sus causas, riesgos y consecuencias;

XI.- Inculcar los conceptos y principios fundamentales de la ciencia ambiental, el desarrollo sustentable así como de la valoración de la protección y conservación del medio ambiente como elementos esenciales para el desenvolvimiento armónico e integral del individuo y la sociedad.

XII.- Fomentar actitudes solidarias y positivas hacia el trabajo, el ahorro y el bienestar general.

XIII.- Fomentar los valores y principios del cooperativismo.

XIV.- Fomentar la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas, así como el conocimiento en los educandos de su derecho al acceso a la información pública gubernamental y de las mejores prácticas para ejercerlo”

Los propósitos de la educación, expuestos anteriormente, son parte de la estrategia del Desarrollo Sustentable. Recordando la sustentabilidad como el proceso dinámico que abarca aspectos de preservación de recursos naturales, capacidades humanas, participación ciudadana, orientación científica y tecnológica, formulaciones económicas y administrativas, que tiendan a satisfacer las necesidades básicas actuales, sin destruir la base ecológica de la que es base el desarrollo socioeconómico y la calidad de vida de las futuras generaciones (Kammerbauer, 2001).

Al igual que en la Ley Federal de Radio y Televisión, en el contenido de la Ley Federal de Educación encontramos lineamientos que requieren en principio un diagnostico, posteriormente un análisis, para concluir con la formulación de estrategias que sean claras y precisas, para que su aplicación sea real, eficaz y eficiente.

Por ello, es necesario recurrir a los elementos funcionales que integra el Sistema Nacional de Educación, establecidos en el artículo 10 de la Ley Federal de Educación, indicando este precepto que la educación es un servicio publico y que el Sistema Educativo Funciona con los siguientes instrumentos:

“Artículo 10.- La educación que impartan el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios, es un servicio público.

Constituyen el sistema educativo nacional:

I.- Los educandos y educadores;
II.- Las autoridades educativas;
III.- El Consejo Nacional Técnico de la Educación y los correspondientes en las entidades federativas;
IV.- Los planes, programas, métodos y materiales educativos;
V.- Las instituciones educativas del estado y de sus organismos descentralizados;
VI.- Las instituciones de los particulares, con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios, y
VII.- Las instituciones de educación superior a las que la ley otorga autonomía.

Las instituciones del sistema educativo nacional impartirán educación de manera que permita al educando incorporarse a la sociedad y, en su oportunidad, desarrollar una actividad productiva y que permita, asimismo, al trabajador estudiar”.

En este punto, rescatando las funciones sociales de medios masivos de comunicación, y considerando que la propia Ley Federal de Educación estipula una función educativa activa, donde se conjuntan diversos elementos que constituyen una formación integral de los educandos donde se incluyen a los medios de comunicación masiva, es posible afirmar que la Comunicación está en condiciones plenas de fungir como instancia de cambio social, para el logro de un Desarrollo Sustentable.

Sólo así se concibe un sentido congruente de la finalidad del proceso educativo, las políticas públicas y el rumbo del desarrollo nacional. Acorde a la citada Ley Federal de Educación en su artículo 2°:

“…La educación es medio fundamental para adquirir, transmitir y acrecentar la cultura; es proceso permanente que contribuye al desarrollo del individuo y a la transformación de la sociedad, y es factor determinante para la adquisición de conocimientos y para formar al hombre de manera que tenga sentido de solidaridad social.

En el proceso educativo deberá asegurarse la participación activa del educando, estimulando su iniciativa y su sentido de responsabilidad social, para alcanzar los fines a que se refiere el artículo 7o.”

Así mismo, las funciones educativas también son reordenadas a la consecución de expectativas nacional, que tiendan al desarrollo propio de cada región. En el artículo 9° de la mencionada Ley de Educación, la que expresa lo siguiente: “…el Estado promoverá y atenderá -directamente, mediante sus organismos descentralizados, a través de apoyos financieros, o bien, por cualquier otro medio- todos los tipos y modalidades educativos, incluida la educación superior, necesarios para el desarrollo de la Nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y la difusión de la cultura nacional y universal”

Las repercusiones sociales que el sistema educativo trae a un sector poblacional en particular, dependen en gran medida de la aplicación regional que ésta persiga, con la finalidad de lograr la integración y participación social en el conocimiento. Sin embargo, también es importante considerar la vinculación activa y constante de tal conocimiento con la comunidad.

Las posibilidades y alcances del desarrollo sustentable como estrategia de Desarrollo nacional, desde los ámbitos regionales; y en la Educación y la Comunicación como articuladores de esta estrategia social, son potencialmente múltiples y benéficas.

Pese a que la promesa de un verdadero desarrollo se ha quedado en un discurso inconcluso cada sexenio, sin embargo hay que tener el campo preparado, partiendo de un cambio estructural, y una adecuación normativa que sea eficaz y eficiente para que propicien una modificación favorable del paradigma actual.

Si se reflexiona acerca de la valiosa herramienta que la Educación representa para el sistema mexicano, es posible caer en cuenta que, las deficiencias en su aplicación respecto a los planes y programas que se emplean, ocurren por la descontextualización de la misma de la evolución histórica de nuestro país, y de las necesidades nacionales, por lo que al respecto se aprecia que el contenido del artículo 47 de la Ley Federal de Educación no se observa en la mayoría de los casos. Sin embargo, se requiere actuar ahora, antes que el peso de la historia caiga sobre nosotros, ante los gigantescos pasos de la sociedad de la información y el conocimiento.

Conclusiones

La creación de espacios de representación ciudadana, juegan un gran papel en el logro de las metas de un sistema. Un tema tan delicado como lo es el desarrollo sustentable, requiere en su planificación una integración activa de la ciudadanía a través de la apertura de espacios de participación, y la re-definición de lógicas discursivas, en donde consecuentemente sean observadores y actores de los objetivos políticos trazados. Se requiere un plan de Integración, con requerimientos estructurales e individuales.

“El proceso de participativo va cada vez más hacia la busca de mecanismos que involucren la diversidad de conductas de los actores, condicionadas por patrones culturales o socioeconómicos” (Gómez, 2003: 147). Esto significa que el mundo va hacia la "personalización" de las estrategias educativas, a través de la ciudadanía, lo cual es una tendencia inducida, más que un proceso espontáneo.

Los medios masivos de comunicación pueden desempeñar un papel decisivo en este contexto, para el desarrollo sustentable. Por lo anterior es preciso considerar lo que al respecto se concluye en el Fondo Mundial para la Naturaleza, en un informe preparado para la Cumbre Internacional en Johannesburgo, que dice: “...todavía nadie conoce el carácter que tendrá ese papel en el futuro [la aplicación de la tecnología y la comunicación], aún cuando se admite que será protagónico y que su rumbo dependerá de las decisiones que se adopten en la actualidad” (Capdevila, 2002: 24).

Insistimos en que, la utilización de la tecnología y la comunicación, en el contexto de la sociedad de la información y el conocimiento, pueden marcar un rumbo clave para la consolidación del proyecto de sustentabilidad que tanto apremia a la nación. Sin embargo, todo depende de si estas herramientas son dirigidas para beneficio de la sociedad, o por los grupos de influencia para sus propios beneficios.

Uno de los más grandes retos de las propuestas nacionales de desarrollo sustentable, en la sociedad de la información es la brecha digital que se refleja en la polarización social del acceso.

Los retos que el estado enfrenta a nivel nacional, ante la aplicación de la regulación impuesta por los medios, nos hacen pronosticar que las estrategias para lograr el Desarrollo y la integración social necesariamente deberán contar con la ayuda de la Comunicación como estrategia. “No habrá desarrollo sustentable sin comunicación. No cualquier comunicación sino una comunicación para este tiempo y estos propósitos: democrática, abarcadora, inclusiva, plural reconocedora de la diversidad humana y planetaria” (Rodríguez, 2003: 40)

Los actuales requerimientos de los medios, para su correcta aplicación en el campo sustentable son sobre todo de carácter social. Que los medios masivos de comunicación piensen en la gente, en sus necesidades y realizaciones, dejando a un lado los intereses mezquinos de la comercialización de estas necesidades y aspiraciones.

Esta evolución psico-sociológica no tiene una vía fácil de realización, mucho menos de aprehensión sistémica. Sin embargo, una comunicación con proyecciones, que esté pensada y diseñada desde el ser humano y para el ser humano, una comunicación que educa, informa y ofrece alternativas de comprensión del contexto social y las problemáticas nacionales, es el mejor camino hacia el Desarrollo, a través de la acción social del Desarrollo Sustentable.

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