BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

SOCIEDAD, DESARROLLO Y MOVILIDAD EN COMUNICACIÓN

Jorge Nieto Malpica (editor)


 


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La Web 2.0 y la generación Einstein

Octavio Islas* Amaia Arribas **

“Tras tres mil años de explosión, mediante tecnologías mecánicas y fragmentarias, el mundo occidental ha entrado en implosión. En las edades mecánicas extendimos nuestro cuerpo en el espacio. Hoy, tras más de un siglo de tecnología eléctrica, hemos extendido nuestro sistema nervioso central hasta abarcar todo el globo, aboliendo tiempo y espacio, al menos en cuanto a este planeta se refiere. Nos estamos acercando rápidamente a la fase final de las extensiones del hombre: la simulación tecnológica de la conciencia, por la cual los procesos creativos del conocimiento se extenderán, colectiva y corporativamente, al conjunto de la sociedad humana, de un modo muy parecido a como ya hemos extendido nuestros sentidos y nervios con los diversos medios de comunicación” (McLuhan.1996:24-25).

La ecología de los medios (Media Ecology), conocida también como “Escuela de Toronto”, “Escuela de Nueva York” ó “Escuela de San Luis”, reconoce a Marshall McLuhan como principal teórico. Con el paso de los años esa importante corriente de la comunicología posible182 se ha enriquecido significativamente, gracias a las relevantes contribuciones teóricas de destacados intelectuales fieles al pensamiento de McLuhan, como Neil Postman, Joshua Meyrowitz, Paul Levinson, Jay David Bolter y Lance Strate -entre otros-. De acuerdo con Neil Postman, la ecología de los medios:

“Media ecology looks into the matter of how media of communication affect human perception, understanding, feeling, and value; and how our interaction with media facilitates or impedes our chances of survival. The word ecology implies the study of environments: their structure, content, and impact on people”.

La ecología de los medios concede particular énfasis al estudio de las tecnologías y los ambientes comunicativos, pues como afirmó Marshall McLuhan en el libro Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano –cuya primera edición fue publicada en 1964-, en última instancia los medios de comunicación admiten ser comprendidos como tecnologías y las tecnologías deben ser entendidas como extensiones del hombre. De acuerdo con Marshall McLuhan, toda tecnología puede ser considerada como lógica extensión de los órganos, sentidos, facultades o funciones del ser humano: “Cualquier invento o tecnología es una extensión o autoamputación del cuerpo físico, y, como tal extensión, requiere además nuevas relaciones o equilibrios entre los demás órganos y extensiones del cuerpo” (McLuhan. 1996:64).

Algunos críticos de McLuhan -como Armand Mattelart- sostienen que las tesis del célebre canadiense representan un cómodo y acrítico tecno-optimismo subordinado a objetables propósitos de legitimación ideológica del imperialismo cultural (Mattelart. 2000: 365-370). A diferencia de lo que supone Mattelart, en cada metáfora de McLuhan es posible advertir razonadas críticas a las tecnologías de información. Marshall McLuhan y Neil Postman emprendieron enérgicos cuestionamientos a los medios de comunicación por alterar la cultura y las tradiciones de las sociedades. Postman –quien falleció el 5 de octubre de 2003-, hoy es considerado como uno de los principales críticos de los medios de comunicación. En el libro Amusing ourselves to death: Public discourse in the age of show business (1985), Postman expresó algunas de las más enérgicas y razonadas críticas a la televisión.183

De acuerdo con Marshall McLuhan, los medios de comunicación, como las tecnologías, en general, inciden en la incesante transformación de la ecología cultural de las sociedades, derivándose inevitables cambios de sentido que inclusive pueden alterar nuestra percepción del tiempo. Los efectos de la tecnología, sostenía McLuhan (1996: 39): “no se producen al nivel de las opiniones o de los conceptos, sino que modifican los índices sensoriales, o pautas de percepción, regularmente y sin encontrar resistencia”. Los medios –sostenía McLuhan- configuran nuestra conciencia y experiencias.

En el desarrollo de todo medio de comunicación es posible percibir determinadas transformaciones, con el propósito, no siempre deliberado, de hacer al medio más parecido al hombre. Ese proceso es conocido en la ecología de los medios como “remediación”. El concepto “remediación” por lo menos admite dos interpretaciones en la ecología de los medios. En el libro The Soft Age, Paul Levinson (1997) empleó el término “medio remedial” para describir cómo nuestras sociedades utilizan un medio para reformar o mejorar a otro. De acuerdo con Levinson, en un esfuerzo del cual no siempre somos conscientes, intentamos hacer que los medios se parezcan más al hombre. En uno de sus recientes libros: Cellphone. The story of the world’s most mobile medium and how it has transformed everything, Levinson afirmó que los medios de comunicación aún compiten -y de forma más intensa- por la atención de las personas (Levinson. 2004: 12). En términos darwinianos -sugiere Levinson-, la selección del ambiente mediático queda en manos de las personas, quienes contribuyen con su preferencia a la evolución de un medio determinado. Los medios no evolucionan por una selección natural sino por una elección humana. Constantemente se decide entre ir al cine o quedarse en casa a ver televisión, leer un libro o ver un video, hablar por celular o enviar un correo electrónico. El medio que mejor evoluciona es aquel que se ajusta más a las diversas necesidades del hombre. El proceso de remediación de los medios de comunicación sintetiza la adecuación histórica que precisamente permite a los medios de comunicación “imitar” las facultades u órganos del ser humano.

Jay Bolter y Richard Grusin emplean el concepto remediación para describir las relaciones formales de interdependencia cultural que existen entre dos o varios medios, argumentando que en las primeras líneas de Comprender a los medios de comunicación: Las extensiones del ser humano, Marshall McLuhan afirmó que el contenido de todo medio es otro medio. Para Bolter y Grusin, Internet es un nuevo medio remediador pues asimila a los medios que le antecedieron. El contenido de Internet son los medios que le antecedieron.

Internet admite ser considerado como una remediación del telégrafo -el parteaguas histórico que marcó la transición de la edad mecánica a la edad eléctrica.184 La velocidad instantánea del movimiento de información precisamente procede del telégrafo. Con el telégrafo dio inicio el tránsito a la Edad de la Información:

“Es la misma provisión de lugares de interacción en los medios eléctricos la que nos fuerza a reaccionar al mundo como un todo. No obstante, es sobre todo la velocidad de la implicación eléctrica la que crea el conjunto integral de la conciencia individual y pública. Hoy en día vivimos en la Edad de la Información y de la Comunicación, porque los medios eléctricos crean, instantánea y constantemente, un campo total de acontecimientos en interacción, en los que participan todos los hombres” (McLuhan. 1994:257).

Con el telégrafo -designado por McLuhan como “la hormona social”- el hombre por primera vez logró extender su sistema nervioso central fuera de sí. El telégrafo:

“revolucionó por completo los métodos de obtención y presentación de las noticias (…) Así, en 1844, año en el que se jugaba al ajedrez y a la lotería con el primer telégrafo estadounidense, Soren Kierkergaard publicó El concepto de la angustia. Había empezado la edad de la ansiedad. Con el telégrafo, el hombre había iniciado aquella extensión o exteriorización del sistema nervioso central que ahora se acerca a la extensión de la conciencia mediante la retransmisión por satélite” (McLuhan. 1996: 260).

La velocidad con la cual circula la información representa una de las principales variables a considerar en el análisis de las etapas históricas que enunció McLuhan (edad preliteraria, edad mecánica y edad eléctrica). Cada etapa supone un determinado “ritmo informacional”. En la primera etapa, la circulación de la información evidentemente era muy lenta y en consecuencia las reacciones resultaban tardías. En cambio en la edad eléctrica la información circula demasiado rápido. Por ello la edad eléctrica es designada por McLuhan como la “Edad de la Ansiedad”:

“En la edad mecánica, ahora en recesión, podían llevarse a cabo muchas acciones sin demasiada preocupación. El movimiento lento aseguraba que las reacciones iban a demorarse durante largos periodos de tiempo. Hoy en día, la acción y la reacción ocurren casi al mismo tiempo. De hecho, vivimos mítica e íntegramente, por decirlo así, pero seguimos pensando con los antiguos y fragmentados esquemas de espacio y tiempo propios de la edad preeléctrica. La tecnología de la escritura proporcionó al occidental la capacidad de acción sin reacción (…) En la edad eléctrica, en la que nuestro sistema nervioso se ha extendido tecnológicamente hasta implicarnos con toda la humanidad e incorporarla toda en nuestro interior, participamos necesaria y profundamente de las consecuencias de todos nuestros actos” (McLuhan. 1996:26).

Claudia Benassini, destacada investigadora mexicana, atinadamente señala que uno de los aspectos distintivos de la década de 1960 –curiosamente poco estudiado-, fue la sensible aceleración que registró la circulación de la información. La introducción de nuevas tecnologías impulsó importantes remediaciones en algunos de los principales medios de comunicación. La introducción de sistemas VCR, por ejemplo, modificó radicalmente los esquemas de producción televisiva. Los nuevos formatos favorecieron el desarrollo de nuevas audiencias. Fue entonces necesario producir televisores capaces de soportar un mayor número de horas en operación. Los primeros televisores de bulbo frecuentemente se sobrecalentaban y las reparaciones resultaban costosas. Con la introducción de las primeras transmisiones en color, el televisor fue elevado a la condición de símbolo del estatus y del poder adquisitivo de numerosas familias de clase media. La televisión además consiguió trascender su alcance básicamente regional mediante la introducción de enlaces satelitales.

La televisión introdujo una nueva y agresiva iconografía cultural a través de un extenso repertorio de imágenes, que hoy en buena medida expresan y sintetizan el espíritu lúdico de la década de 1960, el cual incluye: escenas del debate que por televisión sostuvieron Richard Nixon y John F. Kennedy –siempre citadas en textos de opinión pública; imágenes que dan testimonio de la exquisita sensualidad de Marilyn Monroe –primera cenicienta trágica de Hollywood-; las apabullantes victorias de Cassius Clay dentro y fuera de los cuadriláteros; la dolorosa irrupción de jóvenes soldados estadounidenses en Vietnam; la ingenua devoción de miles de jóvenes adolescentes a los integrantes del “cuarteto de Liverpool”; los goles del “rey Pelé” con el equipo Santos y con la selección de Brasil; el escándalo que provocaban bikinis y minifaldas; las manifestaciones estudiantiles del verano de 1968; las imágenes de los atletas negros estadounidenses afirmando con sus manos la “V” de la victoria en los Juegos Olímpicos de México-1968; los primeros pasos del astronauta Neil Armstrong sobre la superficie lunar. En la década de 1950, las imágenes de algunas de las principales noticias tardaban semanas en comenzar a circular en otros continentes. En cambio las dramáticas imágenes de los asesinatos del presidente John F. Kennedy y de su ejecutor, Lee Harvey Oswald, por ejemplo, dieron la vuelta al mundo occidental en tan solo doce horas.

El desarrollo de la industria satelital remedió -en el sentido amplio del concepto en la terminología empleada en la ecología de los medios-, tanto a la televisión como a la telefonía –sectores en los cuales hoy adquiere particular importancia el desarrollo de las comunicaciones digitales móviles-. Los satélites de telecomunicaciones fueron anticipados hace 63 años por Arthur Clarke, quien en octubre de 1945 publicó el artículo “Extra-Terrestrial Relays” en la revista Wireless World.185 Clarke además escribió con Stanley Kubrick el guión de una de las más aclamadas cintas de ciencia ficción: 2001: Una odisea del espacio. Clarke falleció el 19 de marzo de 2008, poco antes de poder cumplir 91 años de edad. Al igual que Marshall McLuhan, Arthur Clarke debió aguardar pacientemente hasta que el desarrollo tecnológico finalmente consiguiera ponerse a la estatura de sus predicciones. En 1962 la NASA lanzó al espacio el satélite Telstar I, un satélite de deslizamiento que fue utilizado para transmitir una imagen de televisión experimental que fue recibida en Francia por la estación de Pleumeur Boudou. En 1964 fue ubicado en órbita el primer satélite geoestacionario Syncom, el cual, al contrario de los satélites de deslizamiento, es operativo permanentemente. En abril de 1965 la compañía Intelsat lanzó al espacio el satélite Early Byrd, (pájaro Madrugador) primer satélite comercial destinado a proporcionar servicios de telecomunicaciones: telefonía (240 vías), televisión (un canal). Entonces el concepto de “aldea global” comenzó a registrar un significado posible.

De acuerdo con Patrice Flichy (1993), en la década de 1960 se dieron importantes pasos en la ruta que conduciría a la convergencia digital, al posibilitarse los primeros vínculos entre las telecomunicaciones y la producción audiovisual, por una parte, y las telecomunicaciones y la informática, por otra. En la década de 1960, por ejemplo, dio formal inicio el proyecto ARPANET, cuyos antecedentes inmediatos, de acuerdo con Armand Mattelart, podrían ser ubicados en el año de 1958:

“En 1958, año crucial si los hay, ya que el año anterior la Unión Soviética ha desafiado a Norteamérica con el lanzamiento del satélite Sputnik, abriendo así un nuevo frente en la Guerra Fría, la lucha por la conquista del espacio, el Pentágono crea una nueva agencia de coordinación de los contratos federales de investigación: DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency). Diez años más tarde, con el fin de facilitar los intercambios entre los distintos tipos de contratantes, esta agencia inaugura la red Arpanet, antepasado de Internet. En el seno de esta “república de los informáticos”, que depende de los contratos federales y funciona al resguardo del mundo exterior, es donde toma forma la idea según la cual el modelo de sociabilidad que se ha desarrollado en torno a y por mediación de Arpanet puede implantarse en el mundo ordinario” (Mattelart.2002:62).

Marshall McLuhan –como atinadamente destaca Claudia Benassini-, admite ser considerado como auténtico parteaguas en el desarrollo de las comunicaciones digitales:

“En resumidas cuentas, la década de 1960 se constituye en una especie de bisagra entre lo digital y lo analógico, entre la modernidad y la posmodernidad, entre lo global y lo local. Muchas de estas realizaciones se consolidarán durante los últimos años del siglo XX y principios del XXI (…) Por coincidencia, esta década es la más prolífica en la bibliografía de Marshall McLuhan, entonces identificado como Doctor en Letras por la Universidad de Cambridge; profesor de lengua y literatura inglesa, fundador de la revista Exploraciones, quien extendió a los medios las lecciones de lenguaje que aprendió de maestros como I. A: Richards y del crítico literario F.R. Lewis, así como de los historiadores canadienses Harold Innis y Lewis Mumford”.186

El concepto “ambiente comunicativo” es central en la ecología de los medios. Claudia Benassini identifica dos importantes características de los ambientes de comunicación:

“La primera, no son sólo contenedores, sino procesos que cambian el contenido y hacen visible el ambiente anterior. En consecuencia, los nuevos medios son nuevos ambientes; esto es por lo que los medios son los mensajes. A manera de ejemplo, McLuhan señala que los periódicos crean un ambiente de información, pero aún sin crimen como contenido, no seríamos capaces de percibir el ambiente. Dicho de otra manera, los periódicos tienen que presentar malas noticias, pues de otra forma sólo habría anuncios o buenas noticias. Sin las malas noticias, advierte, no podríamos discernir las reglas de fondo del ambiente. La segunda característica es que los ambientes realmente totales y saturados son invisibles. Los que percibimos son fragmentarios e insignificantes comparados con los que no vemos. No obstante, los ambientes creados por las nuevas tecnologías resultan invisibles mientras hacen visibles a los nuevos ambientes. McLuhan ilustra esta característica a través de las películas viejas que presenta la televisión: las películas que alguna vez fueron ambientales y visibles, a través de este medio han devenido en una forma altamente apreciada de hacer arte”. 187

En la breve y fecunda historia de Internet –el medio de comunicación inteligente-, las remediaciones han sido frecuentes. El desarrollo de Internet –originalmente concebido por científicos e investigadores estadounidenses como avanzada tecnología militar-188 ha propiciado el advenimiento de un amplio número de ambientes comunicativos, como los correos electrónicos, los sistemas de transferencias de archivos, los chats, la World Wide Web y, por supuesto, la Web 2.0.189 El correo electrónico admite ser considerado el primer ambiente comunicativo de la red –en sentido estricto, inclusive anterior a Internet-. Como señalamos con anterioridad, gracias a la introducción de la World Wide Web, Internet empezó a registrar un sostenido crecimiento. La Web fue creada en 1989 por el destacado científico inglés Tim Berners-Lee cuando laboraba en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN),190 ubicada en la frontera entre Francia y Suiza, entre la comuna de Meyrin (en el Cantón de Ginebra) y la comuna de Saint-Genis-Pouilly (en el departamento de Ain). La popularización de la web –que fue posible gracias a la introducción de los primeros navegadores, como Mosaic y Netscape-, aceleró definitivamente el desarrollo de Internet. Sin embargo, en el tránsito hacia un nuevo milenio se registró la quiebra generalizada de un considerable número de empresas “.com”. La caída del índice Nasdaq, registrada durante el primer semestre de 2000, marcó el inicio de la transición de la Web 1.0 a la 2.0.

El desarrollo de la Web 2.0 admite ser considerado como auténtico parteaguas histórico en la evolución de Internet. La web 2.0 ha impuesto importantes cambios en el de consumo cultural de los cibernautas. El cibernauta nativo de la web desarrollada por Berners-Lee paulatinamente descubrió prácticas comunicativas que el propio creador de la primera web seguramente no fue capaz de poder considerar. De la búsqueda realizada por los prosumidores derivó la gestación de los nuevos ambientes comunicativos que hoy designamos como web 2.0. El concepto web 2.0 fue propuesto en 2004 por Dale Dougherty, entonces vicepresidente de O’Reilly Media, en una lluvia de ideas que sostuvo con Craig Cline de MediaLive -ambas empresas se dedican al desarrollo de tecnologías digitales-. Dougherty señaló que la web estaba en una etapa de renacimiento, con reglas que cambiaban y modelos de negocio que evolucionaban, refiriendo, además, el siguiente ejemplo: "DoubleClick era la Web 1.0; Google AdSense es la Web 2.0. Ofoto es Web 1.0; Flickr es Web 2.0.".191 La primera conferencia sobre la Web 2.0 se llevó a cabo en octubre de 2004.

La segunda conferencia Web 2.0 se llevó a cabo en octubre de 2005. En el mes de septiembre de ese mismo año, Tim O’ Reilly había publicado el texto “What is Web 2.0. Design Patterns and Business Models for the Next Generation of Software” -en castellano: “Qué es la web 2.0 Patrones del diseño y modelos del negocio para la siguiente generación del software”-192. Es texto fue recuperado por O’ Reilly en la conferencia que dictó en el mes de octubre. El artículo “¿Qué es la web 2.0? Patrones del diseño y modelos del negocio para la siguiente generación del software”, hoy admite ser considerado como la principal referencia bibliográfica sobre el concepto web 2.0. Cristóbal Cobo Romaní y Hugo Pardo Kuklinski, autores del E-book Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food, afirman que O´Reilly identificó siete principios constitutivos de la Web 2.0:

“Según O’Reilly, principal promotor de la noción de Web 2.0, los principios constitutivos de ésta son siete: la World Wide Web como plataforma de trabajo, el fortalecimiento de la inteligencia colectiva, la gestión de las bases de datos como competencia básica, el fin del ciclo de las actualizaciones de versiones del software, los modelos de programación ligera junto a la búsqueda de la simplicidad, el software no limitado a un solo dispositivo y las experiencias enriquecedoras de los usuarios. En esta nueva Web la red digital deja de ser una simple vidriera de contenidos multimedia para convertirse en una plataforma abierta, construida sobre una arquitectura basada en la participación de los usuarios. Alrededor del concepto Web 2.0 giran una serie de términos-satélite que retroalimentan su evolución. Software social, arquitectura de la participación, contenidos generados por el usuario, rich Internet applications, etiquetas, sindicación de contenidos y redes sociales, son sólo algunos en la larga lista de conceptos que enriquecen este fenómeno”. (Romani y Pardo. 2007:15).

Las “remediaciones” que experimentan los medios de comunicación –y por supuesto Internet también-, inevitablemente introducen cambios significativos en los “ambientes educativos” de todas las sociedades. En “Idea de las generaciones" -la primera parte de El tema de nuestro tiempo (1923)-, José Ortega y Gasset propuso el concepto generación para explicar las variaciones de la sensibilidad vital que son decisivas en la resolución de la historia. Una generación –afirmó Ortega y Gasset-:

“no es un puñado de hombres egregios, ni simplemente una masa: es como un nuevo cuerpo social íntegro, con su minoría selecta y su muchedumbre, que ha sido lanzado sobre el ámbito de la existencia con una trayectoria vital determinada. La generación, compromiso dinámico entre masa e individuo, es el concepto más importante de la historia, y, por decirlo así, el gozne sobre que ésta ejecuta sus movimientos”.193

Al advenimiento de la Web 2.0 corresponde el desarrollo de una nueva generación histórica: la “generación Einstein”.194 Por supuesto es posible reparar en la ecología mediática que envuelve el desarrollo de las generaciones históricas, las cuales admiten ser consideradas como generaciones informacionales. La generación de “Baby Boomers” (que comprende de 1946 a 1964), por ejemplo, fue la generación de los inicios de la televisión –medio que McLuhan designó como “gigante tímido” en el libro Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano:

“Los boomers podrían ser conocidos como la generación de la guerra fría o la generación de la prosperidad de la posguerra o la generación de la economía del crecimiento o como cualquier otro desarrollo social que los afectó Sin embargo, fue realmente el impacto de una revolución en las comunicaciones –la aparición del televisor- lo que configuró a esta generación y su mundo, más que cualquier otro factor individual”. (Tapscott. 1998: 15).

La “generación x” o “baby bust” creció abrumada por el consumismo, el pesimismo, frecuentes crisis, el desempleo y la sensible pérdida de las ideologías. Por otra parte, esta generación disfrutó de los primeros videoclips y de la revolución icónica que desató MTV. El nacimiento de las computadoras personales corresponde a su momento histórico, pero éstas aún no estaban destinadas al gran mercado de consumo.

“La generación x tuvo por escenario los años ochentas un decenio sombrío que conoció la crisis económica, el sida, el desempleo y la polarización de las izquierdas y derechas. […] No sorprende que la erosión de las ideologías y el avance del consumismo originasen un gran vacío en esta generación. La generación x puso el acento sobre la desmesurada, variada y superficial oferta de la sociedad de consumo. En realidad la exigencia constante de elegir entre tanta oferta, la experimentaba como un problema y sus integrantes criticaron el advenimiento del Homo Económicus con el que no deseaban identificarse”. (Boschma. 2007: 41).

Con la “generación y” se registró el gran crecimiento de Internet y el uso generalizado de las computadoras, así como el surgimiento de los teléfonos celulares. La “generación y” vivió la primera fase de la web, que prácticamente era una extensión de los medios informativos si ponemos en perspectiva su nula interactividad. La “generación y” está más centrada en sí misma y goza de una mayor comprensión de los fenómenos sociales. Son los primeros individuos en presenciar a la globalización como un fenómeno en marcha.

“Esta ola de juventud coincide con la revolución digital que está transformando todas las facetas de nuestra sociedad. En conjunto, estos dos factores están produciendo una generación que no solo es una cifra demográfica significativa, sino una ola de transformación social. En 1983 solo 7% de los hogares poseía un computador. En 1997 la cifra había aumentado hasta 44%, y alcanzó un enorme 60% en los hogares con niños. En 1996 solo15% de los hogares en los Estados Unidos tenía acceso a Internet y a World Wide Web, pero durante ese mismo periodo uno de cada 10 usuarios de Internet en el mundo tenía menos de 16 años de edad. Y casi todos los niños utilizaban las cuentas de sus padres” (Tapscott. 1998: 20).

Un sello distintivo de la generación y es la pasividad. Los miembros son considerados simples espectadores.

“En 1997 se puso de moda hablar de la denominada “tecnología de empuje”. En palabras sencillas, el contenido es empujado a la pantalla en lugar de que uno lo busque. En vez de navegar en la red en busca de información, los proveedores de contenido envían a uno nueva información sobre categorías que uno ha pedido previamente.” (Tapscott. 1998:24).

En cambio en la “generación Einstein” resulta notable advertir el nivel de involucramiento con respecto del contexto en el cual interactúa. Tal situación es posible gracias al apropiamiento de los nuevos medios digitales:

“La singularidad es precisamente la digitalización de la cultura (especialmente juvenil) en las dos últimas dos décadas y más particularmente en los últimos 5 años en los países periféricos Los chicos que hoy tienen entre 5 y 15 años son la primera generación mundial que ha crecido inmersa en estas nuevas tecnologías. Han pasado toda su vida rodeados de computadoras, videogames y el resto de los gadgets digitales En promedio (especialmente en los EE.UU., pero crecientemente en todos los rincones del planeta) han pasado cerca de 5.000 horas de su vida leyendo, pero cerca de 10.000 horas jugando a videojuegos (y cerca de 20.000 horas viendo TV)”. […] Nuestros estudiantes actuales, ya sea que tengan 6 años o 22, son hablantes nativos del lenguaje de las computadoras, los videojuegos e Internet. Y nosotros, por más tecnofílicos que seamos (o pretendamos serlo) nunca sobrepasaremos la categoría de inmigrantes digitales o hablantes más o menos competentes de esa segunda lengua. Que para nosotros lo digital sea una segunda lengua se nota en que todo lo que hacemos. Es un acento que matiza todas nuestras actividades y que se refleja fundamentalmente en nuestra vida académica y profesional. Vamos a Internet cuando no encontramos un libro que previamente dé cuenta del problema. Antes de usar un aparato leemos el manual. Antes de ejecutar un programa necesitamos saber qué tecla tocar, etc., etc. Justo a la inversa en todos los casos de los nativos digitales que hacen primero y se preguntan después. Neurológicamente este segundo lenguaje ocupa áreas del cerebro distintas de las que se movilizan con el aprendizaje de la lengua materna. […] Los nativos digitales aman la velocidad cuando de lidiar con la información se trata. Les encanta hacer varias cosas al mismo tiempo, y todos ellos son multitasking y en muchos casos multimedia. Prefieren el universo gráfico al textual. Eligen el acceso aleatorio e hipertextual en vez del lineal. Funcionan mejor cuando operan en red y lo que más aprecian es la gratificación constante y las recompensas permanentes (que en muchos casos pueden ser desafíos todavía más grandes que los recién resueltos). Pero sobre todo prefieren los juegos al trabajo serio y envarado. Los inmigrantes digitales no admiran la TV, no valoran la capacidad de hacer varias cosas al mismo tiempo propia de los milenaristas, detestan los videojuegos (por difíciles, no por estúpidos), tienen problemas de todo tipo para fundirse en interfaz con la computadora o para sacarle el jugo a sus múltiples funcionalidades sin pedirle antes permiso a un dedo para usar el otro (Piscitelli.2005:47-48).

Además de las notables capacidades cognitivas de los miembros de la generación Einstein, resulta interesante advertir su disposición a asumir roles de prosumidores en los nuevos ambientes comunicativos que desplaza consigo el desarrollo de la Web 2.0. La “Generación Einstein” se desenvuelve en una ecología cultural en la cual las comunicaciones digitales observan un rol protagónico en la formación de la percepción y la comprensión de la realidad. Estudios realizados en España por Nokia y Conecta (Primer y Segundo Observatorio de Tendencias: 2008) coinciden en destacar algunos de los rasgos distintivos de la nueva generación, la cual es designada por Nokia y Conecta como “Generación ND” (Nacida Digital). Las edades de los jóvenes que forman parte de la “Generación ND” oscilan entre 15 y 18 años. Los estudios realizados por Nokia y Conecta arrojaron relevante información con respecto a los hábitos que observa la Generación ND al hacer uso de Internet.

En sus comunicaciones ordinarias apenas emplean el correo electrónico (lo identifican con el mundo laboral y adulto). En cambio hacen intenso uso de las redes sociales y los programas de mensajería instantánea, y emplean el móvil como disco duro para almacenar y trasladar información, intercambiando ficheros entre móviles a través de Bluetooth.  Los miembros de la Generación ND saben que la cantidad de información disponible en Internet resulta imposible de agotar en su totalidad. Mientras esperan el advenimiento de la llamada “web semántica” acceden a informantes confiables a través de sus redes sociales. Los miembros de la Generación ND conceden particular importancia a la música, que les acompaña a lo largo del día, y que descargan de Internet frecuentemente. En cambio a partir de los 25 años Internet se utiliza más de una manera instrumental, para hacer compras, reservar viajes, descargar información sobre posibles rutas y mapas, así como enterarse de las noticias y mantenerse informado.

Los estudiantes de hoy, afirma atinadamente Alejandro Piscitelli (2008:47): “han cambiado de forma radical y no son los sujetos para los cuales el sistema educativo fue diseñado durante siglos y que quería tenerlos como población nativa”. Entre las nuevas generaciones de estudiantes y las escuelas, hoy es posible advertir los efectos de una “crisis de sincronía”. Las crisis de sincronía, afirman Alvin y Heidi Toffler en el libro La revolución de la riqueza (2006), se presentan en aquellas instituciones que resultan incapaces de poder adaptarse al sentido y velocidad de los cambios que impone el desarrollo tecnológico. Las escuelas no parecen advertir los cambios que afirman a los “niños digitales” como una generación singular, cuyas exigencias educativas varían sensiblemente de las generaciones que les precedieron. Las habilidades y competencias de los “screenagers”, “milenaristas”, “generación N” (iNternet), generación D (Digital), “nativos digitales”, Generación ND” (Nacida Digital) o “Generación Einstein”, imponen la necesidad de acelerar la inevitable transformación del imaginario educativo. La disyuntiva es clara –afirma Piscitelli (2008:59-51): “o los inmigrantes digitales aprenden a enseñar distinto, o los nativos digitales deberán retroceder sus capacidades cognitivas e intelectuales a las que predominaban hace dos décadas o más años atrás”.

La presencia de los nuevos medios digitales en la vida diaria de los miembros de la generación Einstein favorece su activismo digital como prosumidores especializados. La repetición comunicativa ya no goza de aceptación, y en su lugar la participación y la interacción han entrado en escena. El ciudadano común es incluido en un nuevo paradigma comunicacional que exige retroalimentación y que ha cambiado la forma tradicional en que los medios daban a conocer la información.

La incorporación de las nuevas tecnologías de información hoy es afortunadamente uno de los principales objetivos de las políticas y programas educativos programados e impulsados desde los gobiernos. La “inclusión digital” es considerada determinante en el desarrollo de la economía del conocimiento. El discurso pronunciado desde los gobiernos gira en torno a que la implantación de las nuevas tecnologías en la educación ayuda a disminuir las brechas educativas, si entendemos que la desigualdad de oportunidades que padecen los niños, jóvenes y adolescentes de sectores desfavorecidos es un problema que no radica sólo en lo económico sino que tiene sus raíces en lo cultural, lo político y, lo que aquí nos concierne, lo pedagógico.

La implementación de las nuevas tecnologías a la educación obedece a generar espacios de apropiación significativas de las mismas, donde las escuelas han sido proveídas de equipos informáticos, pero sin una capacitación a los docentes, o en su defecto, la capacitación sólo se dio con los docentes de áreas muy específicas, donde la utilización de la informática venía dado por la materia.

Con las nuevas tecnologías y su incursión en el ámbito docente, el centro de saber, por lo menos el que se consideraba el legítimo, ya no son los centros educativos, siendo éstos cuestionados, suponiendo como salida posible la modificación de las estrategias de la enseñanza junto con el diseño de nuevas propuestas didácticas.

Existen dos posturas respecto a la incorporación de las nuevas tecnologías de la información en la práctica docente. Desde las resistencias, asociadas al miedo, a lo desconocido, a hacer un mal papel ante los alumnos, los verdaderos expertos en tecnologías, hasta la postura de conformismo (“no nos queda más remedio que actualizarnos”), pasando por la más optimista que señala que la educación necesitaba de una revolución.

El origen del rechazo a las tecnologías radica en la dificultad de pensar sobre las culturas juveniles (Reguillo. 2000), que les impide ver lo que los jóvenes están experimentando, y en definitiva, viviendo. Así, la diferencia generacional, sobre la que en cierta manera se asienta el vínculo pedagógico, se convierte en un obstáculo, una brecha muy difícil de superar.

Ante este escenario, las preguntas que nos podemos formular versan sobre qué ocurre en nuestras instituciones ante la irrupción de los nuevos espacios ocupados por las herramientas informáticas, cómo se utilizan, cómo se le dan significado y sentido, los imaginarios que se articulan y las prácticas que se generan en torno a ellas.

Entonces, ¿por qué seguir pensando en el espacio aúlico como un concepto que tiene límites espaciales?, ¿por qué solamente se concibe la tecnología como algo directamente relacionado con los grandes centros de desarrollo tecnológico y económico? Eso sí, podemos disponer de la tecnología punta pero debemos ser capaces de crear, innovar un nuevo pensamiento y conocimiento a través de las tecnologías.

Los blogs definitivamente desbordan a las plataformas educativas adoptadas por algunas instituciones –como Learning Space o Blackboard-, por ejemplo, las cuales fueron respuesta lógica de los ambientes educativos que desplazó consigo el desarrollo de la Web 1.0.

Algunas instituciones universitarias disponen de sofisticados campi virtuales que sirven para tareas administrativas y docentes así como para la comunicación interna con los alumnos. A pesar de haber desarrollado estas herramientas, reproducen la enseñanza universitaria tradicional ya que trasladan muchos elementos (exámenes, clase magistral) de la docencia tradicional combinados con atractivas utilidades. De esta manera, los campi virtuales no aprovechan las potencialidades de Internet y las nuevas tecnologías como la interactividad y el movimiento, por ejemplo, factores distintivos de la denominada sociedad de la ubicuidad, cuyo lema es comunicación para todos, en cualquier lugar, a toda hora.

En cuanto a los blogs, si bien existen intentos individuales de sacarles partido, no es una herramienta frecuente en las universidades pero sí entre universitarios. Los blogs son muy populares, están siendo adoptados masivamente por los jóvenes gracias a su gratuidad y su alta capacidad de difusión de la información. Quizás, su aspecto más conocido es su impacto en los medios de comunicación tradicionales.

El antecedente más directo en el ámbito universitario es Universia´s blog (http://blogs.universia.net/), donde los estudiantes muestran su capacidad para asimilar esta nueva herramienta. Por tanto, si nos preguntamos la idoneidad de un blog en el ámbito de la docencia y de la actividad universitaria tendríamos que asumir que permite el desarrollo de sus capacidades comunicativas y asimilación de las diversas fuentes de información que existen en Internet.

Una de las grandes ventajas que tiene el uso de los blogs en la docencia es que la mayoría de los alumnos los adoptan con facilidad ya que ven en ellos no sólo una herramienta de trabajo interactiva sino que crean una comunidad de intereses, más allá a veces de los propios equipos de trabajo.

La pasividad, de la que tanto se quejan los profesores, queda atrás ya que se percibe un aprendizaje más activo. Con las nuevas tecnologías, se hace una búsqueda de información en la Red, misma que se debate, critica o comparte. Así, los alumnos aprenden a buscar y contrastar la información para debatir en las aulas temas de actualidad.

Si algo diferencia a los blogs de las plataformas virtuales de las universidades es precisamente la no privacidad. Los contenidos abiertos de los blogs permiten aumentar esa comunidad de “amigos” y no quedar aislados únicamente con los compañeros de clase. Estar abiertos a las opiniones de visitantes enriquece la visión del equipo. La estrategia de contenidos abiertos fue impulsada por el MIT, anticipando el éxito de los blogs.

Así, los estudiantes se conciencian de la importancia de aprender a desarrollar la capacidad de innovación del propio sistema (lo que comúnmente llamamos open source). Precisamente, el gran número de herramientas y desarrollos de los blogs, frente a los contenidos cerrados de las plataformas virtuales, son la clave de su atractivo ya que los alumnos ven la importancia de introducir innovaciones y generar contenidos nuevos, estimulando su participación y creatividad. Por ello, debe fomentarse el uso y desarrollo del software libre, puesto que está sirviendo de soporte para las experiencias innovadoras, que resultan económicamente inviables con herramientas comerciales, facilitando además el acceso a las TIC´s.

A pesar de las bondades de los blogs, no se trata de sustituir los blogs de las plataformas virtuales. El campus virtual admite un ámbito restringido de comunicación entre alumnos y docentes, y quizás es deseable para determinados ámbitos. Los blogs pueden entenderse también para este tipo de usos (ya que también se le puede poner passwords), pero estaría en desventaja ya que no fue concebido para ese fin. Por ello, es conveniente pensar en una herramienta complementaria y compatible con los campus virtuales.

La incorporación de las nuevas tecnologías a la educación es ya una realidad que nos facilita el aprendizaje y la comunicación por los que es un objetivo irrenunciable. Por ellos, se hace completamente necesario que las tecnologías formen parte del currículum con competencias bien definidas. La formación del profesorado es fundamental en materia tecnológica ya que tiene que actualizarse en el uso de las herramientas, que sus alumnos dominan a la perfección. La alfabetización digital queda como asignatura pendiente de los profesores, quienes deben reorientar sus prácticas a proyectos donde el aprendizaje instrumental sea un medio y no un fin, donde se creen motivaciones y la máxima sea “querer hacer para querer aprender, querer actuar para querer producir”:

Evidentemente, la cuestión de la infraestructura, con Internet de banda ancha en todos los centros educativos es requisito fundamental. Además, sería interesante difundir el uso de esquemas abiertos de propiedad intelectual que fomenten el trabajo colaborativo y la participación, uno de los ejes vertebrales del uso de los blogs en el aula.

Eso sí, no debemos confundir la conectividad e infraestructura con los contenidos. Se debe estimular a los alumnos a la construcción de sus propios contenidos, con prácticas abiertas donde se estimule el enfrentamiento a la tecnología desde la intuición y la reflexión. Es el verdadero reto de los blogs.

Las primeras generaciones de “nativos digitales” han llegado a las universidades. Ellos tenían 5 o 6 años de edad en 1994 cuando Tim Berners-Lee introducía la web, innovación que detonaría el desarrollo de Internet. Hoy las primeras generaciones de “nativos digitales tienen 18 o 19 años. En su tiempo libre la televisión ya jugó un papel secundario. Ellos dedicaron más horas a jugar con avanzadas consolas –como Nintendo o X Box- y a navegar en Internet. Para los “nativos digitales” la educación se encuentra íntimamente asociada al empleo de avanzadas tecnologías de información y comunicaciones, e Internet representa para ellos un natural ambiente de aprendizaje.

El empleo de avanzadas tecnologías en la educación por supuesto no es reciente. Sin embargo, como consecuencia del formidable desarrollo que han registrado las comunicaciones digitales, escuelas y universidades efectivamente dedicadas a la educación se han visto en la necesidad de destinar considerables recursos para transformar los viejos espacios áulicos. En los salones de clase se han incorporado avanzadas tecnologías de información y comunicaciones para adaptarlos a los ambientes y escenarios de aprendizaje que demanda el imaginario de la Educación 1.0 Ello, sin embargo, no es suficiente.

La sociedad de la información y el conocimiento es también la sociedad de la ubicuidad. En el imaginario de la sociedad de la ubicuidad aprenderemos a desenvolvernos indistintamente en el mundo real y los mundos virtuales. Las exigencias educativas que supone el imaginario de la sociedad de la ubicuidad evidentemente resultan mucho más complejas. Además debemos tener muy presente el desarrollo de una nueva Web: la Web 2.0 El aprendizaje móvil representa el principal reto educativo que nos impone el desarrollo de la Web 2.0 El aprendizaje móvil representa una profunda remediación educativa que definitivamente va más allá de la Web 2.0. El aprendizaje móvil admite ser considerado como una de las principales “ideas fuerza” del futuro.

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