BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

UNA CONTRIBUCIÓN A LA ECONOMÍA ECOLÓGICA: ACTIVIDADES NO-PROLETARIAS GENERADORAS DE INGRESOS

Mara Rosas Baños




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2.4 Economía campesina y manejo sustentable de recursos naturales

La racionalidad detrás del manejo sustentable de recursos naturales es una cuestión que tiene que ver fundamentalmente con las actividades económicas campesinas. En términos de conservación de la biodiversidad agrícola, silvestre y uso energético, la economía campesina tradicional es superior a la capitalista. “Las variedades de plantas agrícolas domesticadas (como también las razas de animales domésticos) fueron creadas a partir de las silvestres por el trabajo y el ingenio de generaciones de agricultores [y ganaderos]” (Martínez-Alier, 1992:133) fueron creadas con objetivos muy diferentes a los de la agricultura moderna; las modificaciones genéticas recientes fueron hechas con el fin de incrementar la producción por hectárea y las innovaciones en cuanto a los procesos de cosecha y recolección presentan un alto insumo de energía de combustibles fósiles. “El libro de Rachel Carson de 1962 contra los pesticidas químicos; los estudios del flujo de energía en la agricultura por D. Pimentel en 1973, G. Leach en 1975 y otros autores, como Naredo y Campos en 1980 quienes, a partir de una sugerencia de Howard Odum, mostraron que la agricultura moderna era inferior en cuanto a su eficiencia energética” (Ibid., 136).

El objetivo final de la agricultura moderna ha sido el crecimiento de la producción que, según la economía ortodoxa, eliminará la pobreza y esta a su vez la degradación, ya que esta perspectiva afirma que los pobres son los que contaminan y causan degradación ecológica. Pero, la EE muestra evidencia de que, en primer lugar, el crecimiento per se no genera una distribución equitativa de los recursos, lo que significa que no reduce la pobreza; es más los trabajos de Kaldor y Kuznets ayudan a identificar el trade-off entre reducir la desigualdad y el impulso del crecimiento (Fisher, et al, 2007:53). Y en segundo lugar, que contrario a la afirmación de la teoría neoclásica de que los pobres son los que mas contaminan, los ricos, al hacer un uso más intensivo de energía (con el uso de automóviles, aviones y bienes suntuarios) generan una degradación creciente.

La EE pone en evidencia la incapacidad de la teoría ortodoxa de resolver problemas tan urgentes como el desempleo, la pobreza y la degradación ambiental. La justicia social (en el presente y para el futuro), la equidad distributiva y la sustentabilidad son sus tres ejes de análisis. No obstante, después de su construcción teórica de base, fundada en los principios de la termodinámica y la dinámica de la económica abierta, la EE ha avanzado muy poco en lo que Herman Daly considera como un objetivo esencial de la EE: la redefinición del camino al progreso. El resultado es una apuesta al regreso de políticas macroeconómicas fincadas en principios keynesianos y la reorientación de las políticas económicas hacia fines sociales, económicos y ecológicos e incluso una visión muy pesimista del futuro cercano. Aún cuando reconoce que las técnicas agrícolas tradicionales son ecológicamente mejores que las capitalistas, se plantea serias dudas acerca de su alcance: “¿Cómo se protegerían contra la inmigración las pequeñas ecotopías? Los movimientos ecologistas populares ¿contribuirán notablemente con sus acciones a la internalización de externalidades? ¿En qué escuelas se enseña a los campesinos tradicionales que ellos son, posiblemente, baluartes de la ecología contra el sistema de mercado generalizado y contra la modernización tecnológica?” (Martínez-Alier, 1992:83).

Estas preguntas no son ingenuas. Toman en cuenta las políticas comerciales de orden internacional que privilegian a las empresas trasnacionales con sus técnicas y formas de apropiación de semillas nativas, la innovación tecnológica que no respeta el principio de precaución, el discurso de que con el crecimiento acaba con la desigualdad y el predominio de la visión neoclásica que presupone que con la asignación de valores económicos la degradación ambiental desaparecerá. Pero dejan de lado, aspectos importantes que se destacan en las ANGE como el hecho de que así como el sistema capitalista se encuentra en constante cambio, la agricultura tradicional no ha permanecido inerte, la lucha social campesina e indígena ha tenido sus triunfos “lo que más impresiona, sin embargo, son los altos niveles de organización y de éxito productivo y social alcanzados por las mas avanzadas de las organizaciones campesinas” (Toledo, 1992:39). No sólo busca conservar recursos de uso común -como lo afirma el ecologismo popular-, busca la autonomía en su sentido más amplio: social, político y económico. Entonces, como lo afirma Toledo, si la producción campesina se caracteriza por un predominio relativo del valor de uso sobre el valor de cambio “debe de contar con un conjunto de estrategias, tecnologías, percepciones y conocimientos que hacen posible la reproducción social sin menoscabo de la renovabilidad de los recursos naturales (ecosistemas)” (Ibid., 41) ¿Cuáles son esas estrategias? Es algo en lo que la EE no profundiza y mucho menos plantea la posibilidad de que la sustentabilidad y la generación de excedentes puedan coexistir en forma de organización social alguna.


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