BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

UNA CONTRIBUCIÓN A LA ECONOMÍA ECOLÓGICA: ACTIVIDADES NO-PROLETARIAS GENERADORAS DE INGRESOS

Mara Rosas Baños




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6.6. Actividades No-proletarias Generadoras de Excedentes

La perspectiva de la NRP es compatible con la EE y postula cuatro principios básicos para lograr el fortalecimiento de los procesos autonómicos llevados a cabo en los espacios rurales: autonomía, autosuficiencia, diversificación productiva y gestión de ecosistemas (Barkin, 2001). Bajo estos principios, y en un contexto socio-económico adverso, las comunidades están diseñando sus propias estrategias de generación de ingresos, sus ANGE, sin tener que adoptar la organización social de la producción capitalista. Así, en lugar de ser testigos de la desaparición de comunidades locales, -lo cual, tiene previsto los análisis dominantes de la sociología y la teoría económica-, se presenta la evidencia del surgimiento de formas de sincretismo y sinergias sociales que están jugando un doble papel, al mejorar la calidad de vida de la gente y, regenerar y mantener la naturaleza. Estos avances analíticos muestran la errada conceptualización antropológica de los indígenas y campesinas como pobres semi-proletarizados, incapaces de generar procesos internos de desarrollo (Hernández Navarro, 2005).

El re-posicionamiento de la situación económica indígena y campesina que se estudia en la NRP está vinculado con la EE. Se postula como objetivo fundamental de esta investigación el análisis de las características que hacen posible el mejoramiento de los términos de intercambio de la producción indígena en el mercado capitalista, la generación de excedentes para la reposición y la ampliación de los medios de producción para generar un mejoramiento en las condiciones de bienestar colectivo.

La diferencia entre las ANGE, y los enfoques de la economía campesina radica en que las primeras enfatizan la centralidad de una mejoría en sus términos de intercambio en el mercado capitalista; a diferencia de los segundos quienes estudian la evolución histórica de la vinculación entre el sistema capitalista y el rural según su subsunción; éstos consideran las posibilidades de las comunidades, tomando ejemplos de experiencias exitosas tanto en términos de lucha autonómica como económica. La nueva manera de contemplar al campo, sus efectos y posibilidades nos da la pauta para trabajar en la investigación de un tipo de sociedad en la que el avance sea una consecuencia de la organización social. Ya que la vinculación entre cultura, producción y manejo de los recursos naturales genera reglas claras de inclusión y exclusión de acceso a los recursos naturales en las comunidades. Genera, además, una regulación sobre el uso de los recursos compatible con el interés colectivo y posibilita una organización social de cargos, por lo que, el sistema de producción de las comunidades está impregnado de aspectos culturales, sociales y políticos, elementos fundamentales para la construcción teórica de la producción ecológica en la construcción de un nuevo paradigma (Figura 6.1).

Si esta producción no generara excedentes, no tendría muchas posibilidades de promover el progreso social rural y conservación ambiental al cual nos referimos. La noción de excedente es fundamental; éste concepto existe bajo cualquier tipo de formación socioeconómica. Su definición es la simple diferencia entre el gasto en consumo productivo corriente y reparación del desgaste causado por las instalaciones productivas en un período de tiempo respecto al volumen de producción de ese mismo período. Según Baran (1959), el excedente se clasifica en real y potencial; el primero es la diferencia entre la producción real generada por una sociedad y su consumo efectivo.

El excedente potencial es la “diferencia entre la producción que podría obtenerse en un ambiente técnico y natural dado con la ayuda de los recursos productivos utilizables, y lo que pudiera considerarse como consumo esencial. Su realización presupone una reorganización más o menos drástica de la producción y distribución del producto social, e implica cambios de alcance en la estructura de la sociedad” (Baran, 1959:74). Es precisamente la combinación de ambos tipos de excedente una forma de entender el potencial de las comunidades. Existe excedente potencial, porque el uso de los recursos naturales es limitado; no se produce en función de la cantidad de recursos que se poseen, se produce en función de la posibilidad de que futuras generaciones puedan hacer un uso parecido al actual de sus recursos.

Un aspecto que va en contraposición a toda tendencia teórica (ortodoxa) es que la vinculación entre sistema capitalista y rural pueda llevarse a cabo sin una subsunción formal. Esto es posible sólo a través de mecanismos de comercialización alternativos, como el “Comercio Justo” o “solidario”. Incluso por vías de comercialización capitalista normal, podemos empezar a entender la dinámica que permite que las comunidades presenten un reposicionamiento en sus términos de intercambio. Se está ensanchando una brecha para un tipo de productos que pueden ser producidos únicamente por las comunidades rurales exigiendo una nueva relación social con los compradores. Existen nuevos parámetros en el comercio, una nueva relación entre consumidores y productores; los consumidores tienen información de la gente que produce los bienes que están comprando. Saben que los productos son fruto del esfuerzo de comunidades rurales que poseen conocimientos que posibilitan una producción de alta calidad, cuyos métodos de producción son compatibles con un manejo sustentable de los recursos naturales.

De esa manera productores y consumidores manifiestan en el intercambio de mercado una relación de intereses compartidos. Pero es necesario hacer hincapié en que estos segmentos de mercado se han abierto a través de una lucha constante, en la que se han perdido vidas; la forma tradicional en que las comunidades vendían sus productos era a través de coyotes y caciques, intermediarios funcionando en mercados oligopsónicos. Muchas de las comunidades que ahora pueden vender sus productos a mejores precios en los tipos de mercados mencionados lo hacen después de haber librado una batalla contra sus explotadores. Las posibilidades económicas por el crecimiento en el mercado entre un segmento de consumidores dispuestos a pagar por productos con altos valores nutricionales y producidos ecológicamente se hacen más visibles por el creciente interés de grandes trasnacionales de incursionar en ese tipo de producción. Así, las comunidades rurales no solamente libran una batalla con los tradicionales coyotes, sino con grandes trasnacionales interesadas en generar productos de este tipo a través de la proletarización de las comunidades. No obstante, en esta batalla las comunidades se enfrentan con conocimientos estratégicos obtenidos por el contacto directo con su entorno, conocimientos y estructuras sociales que les permiten crear productos innovadores.

El manejo de la combinación de nuevos y viejos conocimientos en la producción rural tiene una incidencia directa en el mejoramiento del uso de los recursos naturales. El conocimiento y habilidades tradicionales han generado una construcción sincrética más o menos consolidada y práctica, el dinamismo del cambio en el manejo de los recursos naturales, se presenta como parte de una visión más optimista tanto, por el lado de la ocupación racional de los recursos naturales, como por los niveles de bienestar. Estos son los elementos que en términos generales son base para una construcción analítica.


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