BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EL ESTRÉS PSICOLÓGICO Y SUS PRINCIPALES FORMAS DE EXPRESIÓN EN EL ÁMBITO LABORAL

Yosamne Fonseca Marante




Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (92 páginas, 298 kb) pulsando aquí

 

 

1.2 Raíces históricas y distintos enfoques para el estudio del estrés.

El término estrés proviene de la Física. A finales del siglo XVII, Robert Hook describió la ley que explicaba cómo el cambio de la forma de un cuerpo elástico era proporcional a la fuerza deformante, y cien años más tarde Thomas Young definió el concepto de estrés. De esta forma, desde el punto de vista físico, el estrés es una respuesta dentro del objeto, inherente a su estructura y provocada por una fuerza externa. En la Psicología, estrés suele hacer referencia a ciertos acontecimientos en los cuales nos encontramos con situaciones que implican demandas fuertes para el individuo, que pueden agotar sus recursos de afrontamiento.

Las investigaciones en el campo de estrés tienen importantes raíces históricas en dependencia del enfoque y se hallan en figuras destacadas como: William James, Iván Pávlov, Walter Cannon, H.Selye entre otros.

 El enfoque fisiológico: Es el estudio del estrés a través de los cambios fisiológicos que se generan en el organismo, sin tener en cuenta el papel del medio como generador de estresores, así como tampoco la interpretación que el individuo hace de la situación y de su forma de enfrentar el estrés.

William James fue el primero en trabajar las coordenadas que giran en torno al estrés. Según James, la Psicología de la emoción debe centrarse en explicar la experiencia emocional. Su explicación se basó en la hipótesis de la existencia de patrones de respuestas fisiológicas periféricas específicas para cada emoción (Valdés,1985). Para James, la experiencia emocional subjetiva es la percepción interoceptiva y propioceptiva de esos cambios fisiológicos. Sentimos miedo porque percibimos las reacciones de miedo de nuestro cuerpo asociadas, por ejemplo a la sudoración o a la huida. Del mismo modo, sentimos tristeza porque percibimos nuestras reacciones corporales asociadas por ejemplo, el llanto. Las emociones son distintas entre sí y no se confunden tampoco con otros estados fisiológicos no emocionales como, la sed, el hambre, o el dolor porque tienen una topografía fisiológica y corporal distinta.

Pávlov contribuyó en las investigaciones de estrés con su estudio de los reflejos incondicionados, las respuestas biológicas innatas necesarias para la supervivencia. Pávlov diferenció tres tipos de reflejos incondicionados: el reflejo de orientación o atencional, los reflejos adaptativos o preservativos y los reflejos defensivos o protectores. El reflejo de orientación implica un patrón de respuesta, facilitado de la atención y del procesamiento perceptivo del estímulo, mientras que el reflejo de defensa implica un patrón opuesto, inhibidor de la atención y del procesamiento preceptivo. Para Pávlov la defensa es primariamente una defensa cognitiva dirigida a la protección de los sistemas sensoriales y preceptivos: disminuir la aversidad del estímulo (Alelí Jordán, 1989).

En el siglo XIX, C. Bernard postulaba la necesidad lo mismo para el animal como el hombre, de mantener un estado de equilibrio interno frente a los cambios que se suscitaban en el medio externo y es cuando W. Cannon en 1929, analiza los cambios fisiológicos que se dan en el organismo con vistas a recuperar el equilibrio perdido y a partir de este principio enuncia, que cuando el organismo se enfrenta a una situación amenazante o que pone en peligro su equilibrio interno se presenta dos opciones que puede ser la lucha o la huida y esta recuperación del equilibrio él le llamó: homeostasis.

H, Selye, fisiólogo húngaro-canadiense en 1946, desarrolla el Síndrome General de Adaptación (SGA) definiendo el estrés como ” la respuesta no específica que da el organismo a toda demanda que le es hecha” tratando de demostrar que este respuesta biológica no específica era idéntica pues su objetivo era que el organismo se adaptara a las condiciones del medio exterior mediante sistemas reguladores que le permitan restablecer el equilibrio interior y exterior.

Estos sistemas reguladores funcionan a través de la retroalimentación o feed-back. Cuando se produce un desequilibrio en el medio, los reflejos incondicionados y condicionados generan un conjunto de mecanismos para enfrentar al elemento desequilibrador. Pero cuando estos mecanismos fallan, se pone en función la autorregulación, con el objetivo de conservar el equilibrio interno y a su vez el equilibrio con su medio. Todo este proceso recibe el nombre de adaptación (Selye,1966).

La tensión de la vida moderna que trae consigo estresores o estímulos negativos, estimulan el eje hipotálamo-hipofisiario con la consiguiente producción de hormonas que pueden desencadenar un desequilibrio en los mecanismos de ajuste o de adaptación. Este desequilibrio genera una reacción de tensión para buscar el establecimiento del equilibrio por medio del ¨combustible de adaptación¨.

Otro de los líderes en investigaciones sobre este tema es Richard Lazarus quien opinó que el estrés podía ser visto y tratado como respuesta, estímulo y proceso de interacción con su medio (Lazarus,1986).

El estrés como respuesta.

La manera en que el organismo responde es estereotipada, automática y refleja, mediante la cual el organismo se prepara para atacar o huir. Es la manera que tiene el organismo de protegerse del peligro. Tanto si los acontecimientos son agradables como displacenteros, o si el peligro es real o imaginario, el organismo responderá (preparándose para el ataque o fuga), provocando las siguientes respuestas fisiológicas:

• Descarga de adrenalina

• Aceleración de la respiración

• Sequedad bucal

• Aumento en el ritmo cardíaco y de la presión sanguínea

• Sudoración

• Tensión muscular

• Dilatación de las pupilas

Esta respuesta fisiológica no específica de un organismo ante situaciones estresantes a la que se denominó Síndrome General de Adaptación incluía tres etapas o fases:

1- Fase de alarma: Consiste en una reacción fisiológica compleja provocada por la aparición del estresor. Es decir, el organismo comienza a segregar adrenalina, aumenta la tasa cardíaca, se acelera la respiración, etc. Estos cambios tienen por finalidad poner al organismo en un estado de preparación que posibilite la adopción de una respuesta de ataque o huida con vistas al restablecimiento del equilibrio perdido o amenazado.

2- Fase de resistencia: El organismo se moviliza activamente para afrontar el mecanismo estresor con lo que van desapareciendo los signos fisiológicos de la fase anterior y el cuerpo vuelve a la normalidad. Aquí se activan las reservas del organismo. El problema radica en que si esta resistencia se prolonga mucho, pueden agotarse los recursos, produciéndose un daño; entonces pasaría a la tercera fase.

3- Fase de agotamiento: Si los esfuerzos de la etapa anterior no resultaron suficientes, el organismo agota sus recursos y reaparecen síntomas semejantes a los de la fase de alarma. Pero lo más importante es que esta fase el organismo se muestra más vulnerable a los trastornos y disfunciones orgánicas, y es en este momento cuando los trastornos relacionados con el estrés empiezan a ser evidentes.

Generalizando estas etapas se aprecia como en el SGA los recursos defensivos del organismo quedan agotados al producirse un desequilibrio catabolismo-anabolismo, definiendo el SGA como un conjunto de reacciones fisiológicas no específicas. Si el estrés ¨debilita y deteriora al organismo”, lo hace susceptible de enfermar. Este deterioro está dado porque la liberación de adrenalina y corticoides que produce el estrés y que deprime el sistema inmunológico.

Chazov (Alelí Jordán, 1989) ratifica que el estrés emocional juega un papel importante no solo en las enfermedades del corazón sino además en el funcionamiento del estómago, el páncreas, el hígado y el aparato respiratorio.

Estos autores reconocen el papel del estrés como respuesta, a partir de aquí veremos otras posiciones que defienden el papel del estrés como estímulo.

El estrés como estímulo.

 El enfoque sociológico o social: Hace énfasis en el estudio de los estresores y los estímulos del medio que pudieran generar estrés, así como transformar la influencia negativa del mismo sobre el hombre. Este enfoque está representado por psicólogos sociales y sociólogos. Estos elementos se comprenden fácilmente partiendo de la concepción biopsicosocial del hombre.

Muchos investigadores han considerado el estrés como estímulo o como agente estresor entre los que están Bouchet y Binette (citado por Zaldívar, 1996) los que señalan que para que en el organismo se reconozca como estrés es porque ha sido percibido como amenaza o fuente de peligro. Esta percepción depende de algunas variables como son: naturaleza e intensidad del estímulo, novedad, ambigüedad, compromisos, expectativas, evaluaciones cognitivas, valores y características de personalidad.

Otros investigadores reconocidos fueron Thomas Holmes y Richard Rahe que estudiaron en 5000 personas, como determinados eventos vitales ejercen influencia sobre las personas provocando un cambio o reajuste en sus vidas.

Existen una serie de escalas para medir los eventos vitales personales de las cuales la más conocida es la de Holmes y Rahe de 1967 (citado por Zaldívar, 1996) donde se trata de conocer en orden jerárquico cuales de los eventos vitales que ha enfrentado el individuo ha constituido el estresor. Ellos estudiaron el estrés que determinados sucesos (eventos vitales) tuvieron sobre estos, a partir del reajuste o cambio que provocaron en sus vidas y con la medida del cambio significativo, tenían en cuenta la acumulación de cambios en la vida de los sujetos durante un período de tiempo.

Evan en 1978 (Alelí Jordán, 1989) observó que el hacinamiento provoca estados de sobreactivación aumentando la presión sanguínea, hostilidad en las relaciones interpersonales e incremento de la agresividad entre otras personas.

El aislamiento social estudiado por Davis (1956) y Hoythorn (1970) (citado por Alelí Jordán, 1989) conlleva a la hipoestimulación sensorial, a la pérdida de roles llegando a un deterioro de la comunicación y al proceso de socialización.

Esto demuestra la importancia que el grupo (desde la familia hasta otros grupos de apoyo) tiene para el hombre al brindarle compañía, cuidado y seguridad, es decir, ayudar a aliviar o detener el estrés.

Hasta aquí hemos visto el estrés como respuesta y como estímulo pero no podríamos entender un proceso sino no vemos la relación entre sus factores así que a continuación seremos testigos de conocer el estrés como interacción.

El estrés como interacción o proceso transaccional.

 El enfoque psicológico del estrés: En este enfoque se enfatiza la interpretación que el individuo hace de la situación estresora y como es capaz de enfrentarlo. Aquí se trata de explicar como las diferencias personales o individuales hacen diferente la reacción ante una misma situación. Analiza la capacidad del individuo para soportar o superar el estrés.

Uno de sus defensores lo constituye R. Lazarus que plantea que las causas del estrés no pueden buscarse de forma aislada en uno o en otro, sino en la relación de ambos, o sea, entre el estímulo y la respuesta del individuo (Lazarus,1966).

Lazarus reconoce el papel activo del hombre ante las situaciones ambientales demandantes y también en como él selecciona el entorno.

En la actualidad han cobrado auge las teorías interaccionistas del estrés que plantean que la respuesta del estrés es el resultado de la interacción entre las características de la persona y las demandas del medio. Se considera que una persona está en una situación estresante o bajo un estresor cuando ha de hacer frente a situaciones que conllevan demandas del medio como de sus propios recursos para enfrentarse a él (Lazarus y Folkman, 1984) o avanzando un poco más, de las discrepancias entre las demandas del medio externo o interno, y la manera en que se percibe que puede dar respuesta a esas demandas.

Así Lazarus y Folkman definen el estrés como la relación particular entre el individuo y el entorno que es evaluado como amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en peligro su bienestar.

Ellos proponen una serie de procesos cognitivos de valoración de la situación y valoración de los recursos del propio individuo para hacer frente a las consecuencias negativas de la situación. El estrés surgiría como consecuencia de la puesta en marcha de estos procesos de valoración cognitiva. Si el sujeto valora la situación como peligrosa, o amenazante y considera que sus recursos son escasos para hacer frente a estas consecuencias negativas, surgirá una reacción de estrés en la que se pondrán en marcha los recursos de afrontamiento para intentar manejar las consecuencias no deseadas.

Según el modelo de Lazarus, el proceso cognitivo de valoración de la situación supone una estimación de las posibles consecuencias negativas que pueden desencadenarse para el individuo. Si el resultado de esta valoración concluye que las consecuencias pueden ser un peligro para sus intereses, entonces valorará su capacidad de afrontamiento frente a este peligro potencial. Si las consecuencias son muy amenazantes y los recursos escasos, surgirá una reacción de estrés. La reacción de estrés será mayor que si la amenaza no fuera tan grande y los recursos de afrontamiento fueran superiores. Una vez que ha surgido la reacción de estrés el individuo seguirá realizando reevaluaciones posteriores de las consecuencias de la situación y de sus recursos de afrontamiento, especialmente si hay algún cambio que pueda alterar el resultado de sus valoraciones. Estas reevaluaciones son continuas y pueden modificar la intensidad de la reacción, disminuyéndola o aumentándola.

En ese sentido M Renaud (citado por F. Glez Rey, 1989) escribe que el estrés puede ser definido como un complejo estresador-estresado, como el grado de discordancia entre las características propias del individuo y las de su medio, entre las demandas que se le hace y su capacidad para responder a estas, entre la carga que debe llevar y las predisposiciones del organismo humano.

Por su parte F.G.Rey (1989) plantea que el estrés refleja un estado de tensión sostenido del organismo que provoca una respuesta fisiológica estable. Este estado aparece como consecuencia de conflictos entre el individuo y su medio, los que se pueden expresar de múltiples formas, así como también por la contradicción entre las demandas que se plantea el individuo y su capacidad para responder a estas.

La OMS define al estrés como el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción (Rev. Vol 3 No. 1 Junio 1996).

Pero si aplicamos el concepto al ámbito laboral podría decirse que es el desequilibrio percibido entre las demandas profesionales que pueden ser estresoras y la capacidad de las personas para enfrentarlas.

También los investigadores D. Zaldívar, J. Guevara, y M.A. Roca (Zaldívar 1996) dan su parecer sobre el estrés cuando enuncian que es un estado vivencial displacentero sostenido en el tiempo, acompañado en mayor o menor medida de trastornos psicofisiológicos que surgen en un individuo como consecuencia de la alteración de sus relaciones con el ambiente que impone al sujeto demandas o exigencias las cuales objetiva o subjetivamente, resultan amenazantes para él y sobre las cuales tiene o cree tener poco o ningún control.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios