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EVOLUCIÓN DE LOS VÍNCULOS COMERCIALES EN AMÉRICA DEL NORTE Y EL ESTE ASIÁTICO 1994-2004

Alfredo Sánchez Ortiz




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5.2. México ante el Asia Pacifico Pre – TLCAN

Desde antes del establecimiento del TLCAN la importancia económica de Asia Pacífico ha significado mucho para México, aquí se consignan algunos datos estadísticos que reflejan la importancia comercial de esta región. En principio debe considerarse que el comercio de México con la Cuenca del Pacifico (Noreste y Sudeste Asiático, Australia y Nueva Zelanda) creció a una tasa promedio anual de 23.5% entre 1989 y 1992, esto es 18,666.6 millones de dólares.

En 1992, la Cuenca del Pacífico representó el 5.2% del comercio total de México con el mundo. La Cuenca representaba el tercer mercado para los productos de México, después de EE.UU. y la todavía Comunidad Europea; en ese año el 2.6 % de las exportaciones totales tuvieron como destino el área de Asia Pacífico. La inversión procedente de la región a México fue (como actualmente) casi exclusivamente de origen japonés, y en 1992 alcanzó un total acumulado de 1,616 millones de dólares, es decir un 4.3% del total (Pipitone, 2003).

Antes del TLCAN, México estrechó relaciones con diversos países de la Cuenca del Pacífico, con el ánimo de aumentar los flujos de comercio e inversión. En 1989 suscribió el Acuerdo de Cooperación Económica, Científica y Técnica con la Republica de Corea, cuyo objetivo primordial es fomentar la inversión y facilitar el comercio, igualmente suscribió el acuerdo que establece la Comisión Mixta México-Corea, con Nueva Zelanda, Australia, Tailandia, Malasia, Indonesia y Japón. También se exploraron y se desarrollaron formulas de cooperación y complementación económica. En 1989 México ingresó al Consejo de Cooperación Económica del Pacífico. El ingreso de México a APEC se debe considerar como efecto del TLCAN, aunque haya sido previo a su firma. (López Villafañe, 2000).

5.2.1. México y el TLCAN

Mientras se negoció el TLCAN entre 1990 y 1994, México firmó su primer TLC con Chile en 1992 y entró a APEC en 1993 junto con el de Papua Nueva Guinea, en la quinta reunión ministerial del órgano, en Seattle, del 17 al 19 de noviembre de 1993. En los meses precedentes se discutía entre miembros del APEC oponiéndose a la participación de México pues el país no tenía una estrecha interdependencia económica con las economías de Asia-Pacifico. La aprobación para México se dio por las presiones de EE.UU. y Canadá defendiendo sus intereses en un acuerdo de libre comercio aun no ratificado.

La participación de México en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacifico se definió por la circunstancia ya expuesta y no como un objetivo que buscara el gobierno. El hecho de que se negociara en 1992 un tratado de libre comercio de nuestro país con los EE.UU. y Canada, dos naciones fundadoras del APEC, obligo a las economías asiáticas a invitar a México el siguiente año para formar parte de esa agrupación, incluso antes que a Chile, la única otra nación latinoamericana que sí había mostrado interés en esa organización, y tiene vínculos comerciales mas fuertes que México con la región asiática del Pacifico.

Para México, el TLCAN tuvo como antecedente el cambio estructural de la economía hacia la exportación iniciado en 1983, la entrada al GATT en 1986, seguida de la apertura comercial unilateral y el rápido desmantelamiento de la estructura proteccionista, lo cual desembocó en la desaparición de miles de empresas pequeñas y medianas, un masivo desempleo y el incremento significativo de la pobreza. La liberalización comercial unilateral dejó al gobierno mexicano con una débil posición para negociar el TLCAN, en vista de que para 1990 el arancel promedio había bajado a cerca del 13%, mientras que el arancel ponderado de importación era de 10.5%

El TLCAN finalmente entró en vigor en 1994. México se hizo miembro de la OCDE durante el mismo año y patrocinó la expansión del TLCAN hacia el Sur (ALCA) firmando TLCs de comparsa con Colombia, Venezuela, Bolivia y Costa Rica en 1995, un año después de la firma del TLCAN, protegiendo los intereses americanos. Con el TLCAN en vigor, México fue considerado como una vía de entrada al mercado de EE.UU. y se convirtió en una nación muy atractiva para el flujo de IED y para los TLCs con otros países que quieren acceso al mercado de Norteamérica. La visión complementaria es que México es la puerta de salida de EE.UU. hacia un mercado nacional lábil confeccionado por IED’s sin bandera. Desde entonces, México ha entrado en nuevos TLCs, con la Asociación Europea de Libre Comercio, la UE , Israel, Nicaragua, y el Triángulo del Norte (El Salvador, Gauatemala y Honduras), elevando a 32 el número de países con los cuales tiene TLCs. Con su entrada en el TLCAN México parecía perseguir un contexto más pequeño y más efectivo. Estos movimientos de la opinión internacional y el interés de México en los TLCs con varios países muestran una liberalización más rápida que la perseguida a nivel multilateral, marcada antes por EE.UU..

No obstante, ciertos sectores empresariales y académicos del país todavía consideran al sistema comercial multilateral como el instrumento principal para la liberalización del comercio mundial. El apoyo para este sistema ha sido recientemente más visible como sostén de la Agenda Doha. No obstante, la mayoría del comercio mexicano toma lugar hoy bajo reglas preferenciales. Según la OMC (Reporte sobre México 2003) en el 2002, el principal socio comercial de México es EE.UU., responsable del 73% de las importaciones de México y del 89% de sus exportaciones. Canadá es el segundo destino más grande para las exportaciones mexicanas. El mismo reporte de la OMC establece que con varios TLCs vinculando el mercado mexicano con otros en el mundo, la importación ha crecido a un paso más acelerado que sus exportaciones, comercialmente México es más una vía de ingreso para el dominante que una puerta de salida para el dominado.

En 1991 las economías de México, EE.UU. y Canadá mostraban una marcada asimetría que en la actualidad tiene prácticamente las mismas dimensiones.

Como es notorio, a casi 12 años del TLCAN éste, no ha sido la panacea ni el remedio para los males económicos de México. Entre las principales promesas incumplidas para México destacan:

• El crecimiento económico se ha mantenido excesivamente bajo, y por tanto está muy lejos de ser sostenible y justo.

• La estrategia gubernamental de mantener un control de la inflación y una sobrevaloración de la moneda nacional respecto al dólar estadounidense no está siendo compatible con la búsqueda del crecimiento económico.

• Los sectores económicos ligados al mercado interno siguen teniendo un dinamismo pobre. Esta situación afecta a los productores y empresarios nacionales, que no están articulados con el gran capital multinacional.

• Uno de los factores más críticos es la desnacionalización de la economía causada por la ingerencia de capital multinacional en sectores económicos con algún grado de crecimiento como las exportaciones, lo que impide dinamizar las demás áreas.

Debido a la situación antes mencionada, no hay crecimiento suficiente de empleos y salarios que se mantienen deprimidos. Los empleos que se generan son insuficientes y malos. Por la baja incorporación en la seguridad social, la mayoría de los trabajadores no tiene prestaciones y es alto el porcentaje de trabajadores ganando menos del salario mínimo legal.

El TLCAN significó para México una oportunidad de crecimiento, de asimilación de tecnologías, pero no ha sido así. Los datos económicos así lo demuestran, el bono de oportunidad del TLCAN se está acabando. El libre comercio se ha extendido por todo el mundo, y México necesita elementos para ser competitivo buscando y creando condiciones socio-políticas más favorables para la productividad.

Las estadísticas de la OMC demuestran que el intercambio comercial en el TLCAN se ha intensificado. El comercio exterior de México sigue con¬centrandose en el mercado de EE.UU., con descensos en Europa, Asia y América Latina, en ese orden. En realidad, el tratado con EE.UU. dinamizó ciertos sectores, como el electrónico, el auto¬motriz y el textil, donde se registran aumentos en la exportación de México .

México se benefició en los primeros años del TLCAN, pero esos beneficios han disminuido con la intensa competencia de China. En el 2003 (Informe 2004 de la OMC) México exportó a China únicamente 463 millones de dólares (0.28%) a Japón 606 millones de dólares, es decir 0.37%; en general a Asia exportó 2 mil 414 millones de dólares, pero importó 31 mil 882 millones.

Coincidiendo con Alponte (2004), y acogiendo a la descripción neorrealista, el TLCAN ha resultado de mayor beneficio para EE.UU. como planeado, en México se desestimaron las inmensas posibilidades que entrañaba el acuerdo, nunca definidas por los gobiernos o la academia, aunque el desarrollo posterior al TCLAN de Telmex, Maseca, Cemex, Televisa, y otras empresas hace suponer su acceso privilegiado a información geopolítica.

El principal tema de negociación en un tratado de libre comercio es la eliminación de los aranceles, los cuales se usan como mecanismo de protección a la industria y al mercado nacional o de tutela industrial al importar insumos más baratos para producir con menores costos.

La reducción arancelaria no fue tan importante para EE.UU. y Canadá como para México. Un año antes de la entrada en vigor del TLCAN el arancel estadounidense a los productos mexicanos era de 3.3%; en 2001 el promedio se ubicó en 0.10%, aunque para aquellos países con los que EE.UU. no tiene tratado comercial el arancel fue de 2.69%. Lo mismo sucedió con Canadá: en 1993 el arancel promedio para productos mexicanos era de 2.4%, en 2000 fue de 0.3%, cuando para otros países fue de 3.5%. Por su parte, México mantenía en 1993 un arancel promedio de 15%; en 2001 para la importación a México desde esos países el arancel promedio rondó en 2%. Lo relevante es que los gobernantes mexicanos negociaron con economías de mayor desarrollo sin considerar los daños a sectores económicos como el agropecuario.

La reducción de aranceles ha generado un crecimiento importante del comercio. De 1994 a 2001 el comercio entre los socios creció 115%. En sólo siete años, el comercio trilateral pasó de 339 000 millones de dólares a 622 000 millones. Sin embargo, este comercio centra los beneficios en EE.UU., de cuya economía dependen en gran medida Canadá y México. Datos de la OMC señalan que 87% de las exportaciones canadienses van a EE.UU. (241 590 millones de dólares), frente a 0.5 destinadas a México (Organización Mundial del Comercio, 2002; 125). Lo mismo sucede con México: en 1999, 89% de las exportaciones se dirigieron a EE.UU., mientras que a Canadá apenas 2%. Por su parte EE.UU. depende en mucho menor medida de Canadá y México pues solamente les destina 37% de sus exportaciones totales y compra de Canadá (su principal proveedor) 19% del total de sus importaciones y de México (su cuarto socio comercial por debajo de la Unión Europea y Japón) 11.2% (140 400 millones de dólares).Esto implica que sus dos socios del TLCAN apenas cubren 30% de sus importaciones. De manera que EE.UU. no depende tan radicalmente de Canadá y México como éstos de EE.UU..


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