6.4. Incidencia del TLCAN en Corea del Sur

6.4.1. Antecedentes.

Corea es un país que a lo largo de su historia ha sufrido invasiones y largas ocupaciones por su poderoso vecino del Norte, China, y de su otro vecino de allende el mar: Japón. Pero nunca ha perdido su identidad étnica y, especialmente cultural , causa de su unidad estructural, sólo dividida por una guerra civil -más bien ideológica- en la que fue campo de batalla entre dos concepciones político-económicas.

A partir del fin de la Guerra entre las dos mitades del país, Corea del Sur, ha desarrollado una economía peculiar a caballo entre los modos y maneras occidentales y las costumbres y sistemas tradicionales del país. Un modelo no muy alejado de los otros en el Área Asia Pacifico, pero que le ha dado resultado, ya que se ha catapultado desde una realidad tercer mundista en 1960, de país sin ningún peso en la economía mundial, hasta convertirse en uno de los grandes conglomerados económicos del mundo, situándose en la actualidad en el puesto número 11 entre las economías del mundo.

En 1960, recién concluida la guerra de Corea, la del Sur contaba con 25 millones de habitantes, hoy día su población es de más 48 millones de habitantes con una de las densidades más altas del mundo: 448 hb./km2.

La economía de Corea del Sur se basaba en la agricultura, pero a partir de la fecha citada, el desarrollo industrial fundamentado en mano de obra barata y un elevado índice de tecnología como en otros países del Área, elevaron su PIB , entre 1960 y 1990 superior al 9% anual. Todo ello implementado en planes quinquenales y, especialmente, merced a las ayudas económicas de EE.UU., su socio bélico, y Japón. La agricultura, en 2003 supuso sólo el 3.2% del PIB, mientras que la industria y la minería significan en 34.6%. Las exportaciones, por su parte, aportan más del 40% y los productos manufacturados exportados el 90% del último indicador.

De una situación tercer mundista ha pasado a un nivel de muchos países europeos y, en magnitudes comparativas, a nueve veces el PIB de la India.

Este éxito se ha conseguido por la compatibilidad de un gobierno autoritario con una sociedad emprendedora. El gobierno ha subvencionado la adquisición de tecnología originada en Japón y otros países modernos, ha protegido la exportación al tiempo que favorece la importación de maquinaria y materiales en vez de bienes de consumo, empujando a su masa laboral a un esfuerzo de trabajo comparable sólo al que se hace en tiempos de guerra.

En una primera etapa, hasta los años setenta, el gobierno fue el motor primario del desarrollo, guiado por los organismos internacionales que favorecían a los socios militares de EEUU. Las empresas fueron herramientas del gobierno para la creación de una economía moderna, aunque los grandes conglomerados -- llamados chaebol -- se beneficiaron mucho de las políticas proteccionistas. Con la experiencia bélica como referencia, el gobierno, los empresarios y los trabajadores colaboraron estrechamente para lograr un rápido desarrollo. El gobierno intervino de forma amplia en la política macroeconómica; casi todas las principales organizaciones empresariales fueron formadas por el gobierno o de alguna manera estaban sujetas a la influencia del Estado. En muchos casos, las asociaciones eran el medio que el gobierno empleaba para "venderle" forzadamente sus políticas a la industria y obtener su apoyo.

Pero en el transcurso de finales del siglo XX e inicios del XXI, la sociedad sudcoreana se ha vuelto cada vez más abierta y pluralista, con la estabilidad económica se ha disipado la influencia del gobierno sobre las asociaciones empresariales, pero cabe preguntarse si el sector privado impulsó este cambio o simplemente fue su beneficiario.

La función más importante desempeñada por el sector privado en el proceso de democratización es su contribución al establecimiento de una clase media pluralista, al promover un rápido crecimiento con mayores niveles de ingreso. Además, si la democracia se define como la representación pluralista de los diversos grupos sociales, las asociaciones empresariales del país representan los intereses de sus miembros en el debate económico nacional e influyen políticamente.

Este desarrollo ha provocado un nivel de vida que se traduce en perfiles de consumo más complejos y mayores esperanzas de vida, que en 1965 eran de 47 años y actualmente son de 71.

Es importante establecer indicadores económicos que explican la situación actual de Corea del Sur y los compararemos con los actuales de México .

Para enero de 2004 la población de Corea del Sur era de 48,598.175 habitantes, lugar 24 del mundo; México a la misma fecha tenía 104,959,594 con el puesto 11.

La tasa de crecimiento demográfico de ambos países, Corea del Sur y México, fue de 0.68 y 1.18, respectivamente, con los puestos 158 y 117, también respectivamente. En un marco sociológico, Corea del Sur abre un dintel de economía desarrollada con una tasa de natalidad del 12.33 por mil y el puesto 172 en el concierto mundial. Sin embargo, en la comparativa de edades, sólo el 8.6% de sus habitantes tienen más de 65 años, y el 19.4 menos de catorce, lo cual implica un país muy joven lejos del estándar senil de los desarrollados. Y con una tasa de alfabetización del 95%

Se trata, pues, de una sociedad peculiar, en la que los grandes conglomerados empresariales controlan la mayor parte de la producción del país bajo los auspicios de un gobierno fuerte e intervencionista. Las periódicas crisis por las que atraviesa la economía del país, desarticulan la evolución continuada. La crisis económica que afectó a toda Asia oriental tuvo repercusiones en Corea del Sur de tres maneras: cambiaria-comercial, bancaria-financiera y estructural. El cierre de empresas, con aumento del desempleo, la devaluación del won, la reducción del consumo interno y de las inversiones en el exterior fueron las consecuencias inmediatas a las que el gobierno sólo pudo hacer frente con la intervención del Fondo Monetario Internacional.