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EVOLUCIÓN DE LOS VÍNCULOS COMERCIALES EN AMÉRICA DEL NORTE Y EL ESTE ASIÁTICO 1994-2004

Alfredo Sánchez Ortiz




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5.8. Factores del nuevo regionalismo

Los factores del nuevo regionalismo en Asia oriental pueden enumerarse de la siguiente manera:

.- La cada vez mayor integración económica entre los países de Asia oriental

La integración económica en Asia oriental ha progresado mucho en los últimos años, tal y como reflejan las estadísticas de comercio e inversiones entre los países de la zona.

Con datos de la OMC, los intercambios comerciales de Asia son cada vez más intra-regionales, dividida para su análisis en Asia oriental, Asia meridional y Oceanía (clasificación empleada por la OMC, representada por Asia oriental pues Asia meridional y Oceanía juntas no llegan a la décima parte de las exportaciones totales de Asia). Entre 1990 y 2000 la importancia de Asia como destino de las exportaciones asiáticas aumentol 42% al 49%, mientras disminuyeron las destinadas a América del Norte (del 28% a 26%) y a la UE (del 19% al 16%). En cuanto a las inversiones directas en Asia oriental, el 40% procede ya de otros países de la región. Una quinta parte de la inversión japonesa en el extranjero se destina a Asia oriental, China se ha convertido en el primer destino de las inversiones directas coreanas, y los principales inversores en los países de Indochina son otros países del sudeste asiático (Malasia o Tailandia) o economías del noreste asiático (Taiwan, Japón y Corea del Sur).

.- La voluntad de formar bloques comerciales en otras partes del mundo.

Hay recelo en Asia Oriental por la consolidación del TLCAN, por la iniciativa del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), por la profundización y ampliación de la UE. La razón principal reside en las prácticas proteccionistas de Europa y EE.UU. que restringen sus importaciones de productos agrícolas y de acero, así como sus procedimientos mercantilistas vía subsidios agrícolas e incluso industriales (por ejemplo en aeronáutica) que hacen temer a los exportadores asiáticos un acceso cada vez más difícil a los mercados occidentales. Las nuevas tendencias regionalistas en Asia oriental son reflejo de la existencia, en la economía mundial, de grandes bloques en buena medida introvertidos y rivales.

.- Las graves crisis financieras que sacudieron a varios países de la región en 1997-98.

Las crisis asiáticas mostraron una gran capacidad de contagio regional y fueron afrontadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre la base de un diagnóstico equivocado y también, al menos durante un tiempo, con una “cura” basada en una receta equivocada. La reacción de los países asiáticos fue, en primera instancia, la de proponer, como hizo Japón, la creación de un Fondo Monetario Asiático (FMA), lo que fue descartado inmediatamente por EEUU y el FMI.

En ausencia de ese organismo regional, se constituyeron medidas endógenas de protección para evitar, en la medida de lo posible, la recurrencia de crisis y, en el caso de que estallaran, para limitar su contagio regional. Por ejemplo, en la cumbre de ANSEA+3 de Brunei en 2001 se propuso la constitución de un mecanismo regional de auto-defensa en materia de cooperación financiera.

.- La profunda crisis de la APEC

El Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (Asia-Pacific Economic Cooperation, APEC) fue creado en 1989 y está formado en la actualidad por 21 países y territorios de las dos orillas del océano Pacífico. Por la parte asiática, son miembros de APEC Japón, Corea del Sur, los seis primeros países de la ANSEA (Brunei, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia), China, Hong Kong, Taiwan y Vietnam. Por la parte americana, son miembros de APEC Canadá, EE.UU., México, Perú y Chile. También forman parte de APEC Australia, Nueva Zelanda, Rusia y Papúa Nueva Guinea. Los tres objetivos principales o pilares de la APEC son:

1. La liberalización del comercio: la creación de una área transpacífica de libre comercio para 2010 en el caso de los países desarrollados y 2020 en el de los países en desarrollo.

2. La facilitación de los negocios de comercio e inversiones.

3. Y la cooperación económica y técnica: el programa ECOTECH.

En todas las cumbres de jefes de Estado y de gobierno de la APEC, pero especialmente en las seis últimas (Kuala Lumpur en 1998, Auckland en 1999, Brunei en 2000, Shanghai en 2001, México en 2002 y Bangkok en 2003), se han registrado dos grandes enfoques contrapuestos: el anglosajón, dirigido por EEUU, partidario de desarrollar prioritariamente la liberalización económica y de crear un organismo más formalizado, y el asiático, más interesado en la cooperación económica valiéndose de un organismo informal o laxo. Además, hoy existe una grave crisis programática de la APEC, ya que el pilar de cooperación económica y técnica (ECOTECH) no se ha aprovechado y desarrollado suficientemente, mientras que las medidas (voluntarias) de liberalización comercial y de facilitación de los negocios se aprueban año tras año de manera ritual, pero sin que exista un compromiso claro de llevarlas adelante. Por añadidura, la falta de progreso en la agenda económica de APEC se ha visto potenciada por la introducción impositiva de nuevos temas en el Foro, como, por ejemplo, la lucha internacional contra el terrorismo en las cumbres de Shanghai, México y Bangkok.

Muchos analistas y algunos gobiernos asiáticos consideran que la APEC puede estar condenada ya a la irrelevancia, lo que es a la vez causa y efecto de las nuevas iniciativas regionales en Asia.

.- La insatisfacción de los países asiáticos por la lenta liberalización comercial multilateral llevada a cabo bajo los auspicios de la OMC.

El fracaso de la cumbre de Seattle de 1999 fortaleció las iniciativas regionales. Tras el fracaso de la cumbre de Cancún de 2003, las perspectivas de una exitosa liberalización comercial multilateral no son precisamente boyantes. En particular, la incapacidad de la OMC para combatir el proteccionismo agrícola de los países desarrollados y sus nuevas tendencias restrictivas en algunos productos industriales es observada con frustración por muchos gobiernos asiáticos, que empiezan a buscar caminos alternativos para fomentar sus intercambios comerciales. Es más, los nuevos temas que se han incluido o que se pretenden incluir en la agenda de la OMC, a saber: normas laborales y medioambientales, políticas de competencia, derechos de propiedad intelectual, etc., no son del agrado de muchos países asiáticos, que temen razonablemente que no sean más que un mero disfraz para encubrir medidas proteccionistas en los países.

.- La creciente competencia entre China y otras economías de la región, en particular las de la ANSEA

Los países del sudeste asiático temen que la competitividad de los productos chinos les desplace de mercados terceros, especialmente tras el ingreso de China en la OMC, entre 1990 y 2000 el aumento de las exportaciones de China (15% de media anual) ha sido bastante mayor que el de las ventas al exterior de la ANSEA (11%).

Se preocupan también porque las inversiones extranjeras se desvían hacia el poderoso vecino septentrional, en 2001 la IED en China ascendió a más de 46.000 millones de dólares, mientras que la dirigida a la ANSEA fue de sólo 13.300 millones. Apenas unos años antes, la situación era muy diferente.

Entre 1990-95 la IED en China ascendió a 19.400 millones de dólares de media anual mientras que la recibida por los hoy diez países de la ANSEA fue sólo ligeramente inferior (16.900 millones). Los países de ANSEA han reaccionado ante esa situación con una abierta defensa del proceso de liberalización de los intercambios comerciales entre ANSEA y China, lo que les podría asegurar, al menos, el acceso de sus exportadores al pujante mercado interior chino y quizá también garantizarles un incremento de las inversiones extranjeras orientadas a la exportación hacia China.

En un futuro, la organización de la cooperación económica regional del Este asiático probablemente será voluntaria, similar a APEC. Será construida con bases de regionalismo abierto y flexibilidad hacia la diversidad en el Este asiático. Las reuniones informales entre los líderes de China, Japón, Corea y ANSEA han hecho contribuciones positivas para coordinar las posturas particulares de los países del Este asiático, y elevar su posición en la negociación con APEC y el Foro asiático-europeo. Por lo tanto, tal cooperación tiende a consolidarse y fortalecerse más.

Aunque es todavía muy difícil establecer un área de libre comercio en el Este asiático a través de acuerdos institucionales, ya existen fuerzas económicas para establecer una sub-región de libre comercio entre economías asiáticas. Mientras tal acuerdo institucional de libre comercio no practique discriminación contra otras economías del Este asiático, jugará un papel positivo en la promoción de la cooperación económica regional en el Este asiático. Las naciones relativamente desarrolladas serán las más beneficiadas, cuando la liberalización del comercio bilateral o multilateral y la facilidad de inversión sean promovidos a través de acuerdos institucionales. De acuerdo con cálculos de académicos de Corea del Sur, si la República de Corea y Japón eliminan sus tarifas fronterizas, el déficit de la República de Corea en su comercio con Japón crecerá en $ 7.1 billones de dólares. Para que cualquier organización de cooperación económica regional alcance efectividad real, es necesario que las naciones desarrolladas hagan un compromiso mayor con respecto a la entrada de mercado, inversión extranjera, y transferencia de tecnología. Japón tomaría medidas sustanciosas para reajustar su política económica regional y abrir su mercado nacional. Lo que se enfatiza aquí es la presencia de confianza mutua como base para la cooperación económica. Japón deberá hacer esfuerzos en la esfera política y económica para ganar confianza de otros países asiáticos.

CONCLUSIÓN

Los esfuerzos de Cooperación Regional además de beneficios comerciales, cohesión política, y armonización social en un nivel informal, aportan a sus miembros colaboración internacional para llevar a cabo esfuerzos de liberalización unilateral, o liberarlos de presiones diplomáticas externas que intentan reforzar decisiones políticamente difíciles, concernientes al comercio y a las relaciones económicas con países no socios.

Las nuevas formas de cooperación regional y sub-regional en Asia pueden ser vistas, como uno de los medios empleados para facilitar la colocación de recursos a escala regional fuera del control de BM y FMI, para mejorar la competitividad global de la región.

Ha habido un rápido desarrollo económico entre los países asiáticos en años recientes, especialmente en los noventas. Varias formas de cooperación se han perfeccionado, incluyendo arreglos formales e informales a nivel sub-regional, y algunos de estos han involucrado acciones de los gobiernos y del sector privado. La cooperación se ha extendido más allá de las relaciones comerciales para cubrir problemas ambientales, intereses comunes de infraestructura, desarrollo de recursos y capacidad económica en las partes menos desarrolladas de algunos países.

A mediados de los noventas, cuando se instalaba el TLCAN, la cooperación económica entre países asiáticos estaba ganando un impulso considerable, actualmente ha tomado una variedad de formas, desde acuerdos regionales formales entre grupos de países asiáticos, hasta arreglos menos formales pero innovadores de nivel sub-regional, con objetivos pragmáticos altamente enfocados abarcando países dentro y fuera de Asia. Una de las características más importantes es que no están hechos para obtener provecho de los participantes discriminando a terceros sino que tienen la intención de ser creadores de comercio más que desviadores. De hecho, en años recientes, muchos países en Asia, aún aquellos incluidos en arreglos formales o no-formales, han continuado haciendo reducciones unilaterales en tarifas y otras barreras comerciales. De esta manera, la expansión de la cooperación económica se centra firmemente en el contexto de una política más amplia de apertura para el resto del mundo, política que ha pagado grandes dividendos en términos de crecimiento y afluencia de IED para aquellos países asiáticos que la han adoptado en el pasado.

Esto significa, adopción de políticas orientadas hacia este fin, especialmente relativas a la apertura para comercio e intercambio con el resto del mundo, que darán lugar a cambios estructurales en la economía, sobre todo mediante las ventajas comparativas, como mayor preparación de los recursos humanos, receptividad para los cambios tecnológicos e incorporación y generación de nuevos conocimientos.

Es más probable alcanzar estas nuevas estructuras político-económicas con la apertura comercial que con las tendientes al proteccionismo interno. El intercambio internacional de bienes y servicios hace disponibles bienes y servicios como intermediarios y para consumo final. Tal intercambio tiene efectos profundos sobre la estructura y funcionamiento de mercados, pues cambia las ventajas comparativas con el tiempo. El incremento en el acceso a mercados nacionales para productores de otros países obliga a la competencia en los mercados locales, incrementa la especialización, hace más receptivos a los productores para la adquisición de nueva tecnología y, en general, hace a los mercados cada vez más sensibles a cambios en los productos y métodos de producción en la economía global. Complementando la expansión del comercio en bienes y servicios entre los países asiáticos y con el resto del mundo.

El flujo de capital hacia dentro de la región también se ha incrementado. Muchas importaciones y exportaciones de bienes y servicios están asociadas directamente con el PIB. El PIB ha ayudado a las tendencias de exportación de los países asiáticos, especialmente aquellos en el Este de Asia, mediante el mejoramiento del acceso a los mercados, bajando sus costos de producción, incrementado su acceso a nueva tecnología y facilitando su especialización en segmentos rentables y en crecimiento de mercados para manufacturas y servicios. Si bien el TLCAN no ha sido directamente la causa de estos cambios económicos en el Este Asiático, sin embargo si ha sido un factor determinante para que los mismos se aceleraran en la forma como se han dado.

Al grado que las nuevas formas de cooperación regional y sub-regional en Asia pueden ser vistas, como uno de los medios empleados para facilitar la colocación de recursos a escala regional fuera del BM y FMI, para mejorar la competitividad global de la región.


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