BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ESTUDIO DE LA INCIDENCIA ECONÓMICA DE LA ESCLAVITUD NEGRA EN CHILE SIGLOS XVI, XVII Y XVIII

Enrique Francisco Avilés Vidal




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I. Descripción General de la Esclavitud en la Humanidad y su desarrollo en España.

I.1 Génesis de la esclavitud.

Etimológicamente la palabra esclavitud se deriva de sclavus y significa sujeción por la cual se ve sometida una persona a otra, ya sea a un trabajo o una obligación. Por otra parte el esclavo, aquella persona que por estar bajo el dominio de otra carece de libertad.

Desde un punto de vista jurídico, esclavitud es una institución que coloca al ser humano en situación de cosa, en cuanto le niega personalidad jurídica y lo considera susceptible de apropiación. De aquí entonces si se mira desde un punto de vista económico el ser humano bajo la condición de esclavo es mercancía de cambio susceptible a ser vendida o comprada. Peor entonces si jurídicamente se le niega, su condición de ser humano este puede ser asesinado y no le corresponden penas aflictivas al culpable.

La esclavitud se remonta al origen de los tiempos, cuando el hombre que era la parte fuerte de la sociedad, sometió a la mujer, que era la parte débil, obligándola no sólo al servicio sexual, sino también a la realización de las tareas más penosas, especialmente las relacionadas con la agricultura.

La humanidad vivía en continuas luchas de las pequeñas agrupaciones o asentamientos, necesitadas para subsistir de los ataques de los vecinos, defender sus territorios, sus aldeas o fuentes de subsistencia o aprovisionamiento. En estas luchas, los derrotados tomados prisioneros eran utilizados a veces como alimento ritual o normalmente como fuerza de trabajo. Cada enemigo derrotado que se incorporaba como mano de obra liberaba a un hombre de la agrupación que se incorporaba a la guerra o la búsqueda de fuentes de subsistencia. Luego, en esta instancia, el esclavo asume las tareas o carga que le recaía a la mujer.

La mano de obra esclava distribuida entre los vencedores hace posible ampliar las áreas sembradas, recolección de frutos, semillas, reunir alimentos y almacenarlos. Por otra parte también el esclavo es factor económico en el transporte de mercaderías, transporte de materiales de construcción, etc. adquiriendo así un valor agregado que valía más que un enemigo muerto. Por este valor agregado se lo conservó del mismo modo como se lo hizo con los animales domésticos, pasando al estadio de servus, es decir sirviente, dependiente del propietario, y por ello carentes de derechos. (Genovese, Eugene D.: Esclavitud y Capitalismo, Edit. Ariel, Madrid, 1971, pag. 56)

Las características iniciales de guerras o luchas tribales que caracterizaron esta etapa de la evolución humana, la esclavitud se hacía sin distingos de color de piel.

Las instituciones jurídicas anteriores al Imperio Romano, dejaron disposiciones, en donde se legisla la propiedad, el trato, el derecho a la venta o a la vida del esclavo. De este modo, filósofos como Aristóteles justifican la esclavitud como natural y necesaria y otros encuentran variadas razones para explicarla y justificarla en la categoría de progreso, pues desplazó al canibalismo como sistema social.

En la India, Egipto, Babilonia, Asiria, Persia, Roma y Grecia, como en el resto de los pueblos contemporáneos, se practicó la esclavitud, no siendo excepción la practicada entre los miembros de un mismo pueblo. Hubo en los ordenamientos sociales una estrecha correspondencia ente trabajo, producción y esclavitud. Foustel de Coulanges estimó que en Roma por cada ciudadano libre había cinco esclavos (La Ciudad Antigua, Ed. Barcelona, España, 1952, p.345). La misma Biblia nos informa que los antiguos Reyes poseían grandes cantidades de esclavos, y el mismo pueblo hebreo fue esclavizado bajo Nabucodonosor y el Faraón de Egipto en diferentes etapas de su historia. En los comienzos de la República Romana se estima que habian 40.000 esclavos, los cuales aumentaron sostenidamente con la expansión y conquistas de territorios. En pleno auge del Imperio Romano los esclavos eran estimados en 135.000.000 sobre un total de 20.000.000 de hombres libres. Esa desproporción hizo tambalear la paz interior del Imperio. Los romanos consideraron esclavo al que estaba sujeto al gentil, contra la sujeción natural. (La Ciudad Antigua, Ibidem, pag 350)

En España, con la Ley de las Siete Partidas (El concepto de "guerra justa" fue presentado sistemáticamente por Tomás de Aquino en Summa Theologiae), se establece que son siervos aquellos sobre los que se ejerce el señorío, agregando que la servidumbre se estableció entre las gentes que eran naturalmente libres, al someterse voluntariamente al señorío.

Las guerras que libró España con los moros derivó un concepto de “guerra justa” que avalaba la esclavitud y consistía que el enemigo vencido en combate era destinado a la esclavitud en lugar de asesinársele. Esta forma tenía particular arraigo en la sociedad de la Península Ibérica (incluye al Reino de Portugal), debido a la guerra contra los musulmanes.

Los territorios musulmanes se encontraban en las fronteras meridionales de Castilla y los ataques fronterizos y los encuentros militares importantes proporcionaban numerosos cautivos. A modo de ejemplo, después de la victoria en las Navas de Tolosa, varios miles de guerreros derrotados fueron a parar al mercado de esclavos de Sevilla. (Phillips, William D. Jr., Historia de la esclavitud en España, Madrid, Ed.Playor, 1990, p.127)

La Bula del Papa Nicolás V, en 1445, a favor del rey portugués Alfonso V, lo autoriza a reducir a servitud perpetua a sarracenos y paganos.

De este modo las prácticas en la península para esclavizar a los pueblos vencidos en guerra fueron transplantadas al Nuevo Mundo con algunas innovaciones. El fuero de Teruel señalaba la forma de distribuir a los cautivos después del ataque, disponiendo que éstos se clasificaran, se apartara un grupo para intercambiar por cautivos cristianos y los demás fueran esclavizados, tomando el rey la quinta parte para sí y el restante correspondía a los integrantes de la expedición, según su jerarquía social y méritos en campaña. (Verlinden, Charles, Esclavage, pp 163-154).

Era tal la abundancia de esclavos producto de la guerra, que los reyes solían ofrecerlos como espléndidos obsequios a altos dignatarios, por ejemplo, las donaciones que efectuó el rey de Aragón, Jaime I, quien dispuso de dos mil esclavos para diversos regalos, o las realizadas por el católico Fernando I, quien en 1488 regaló al Papa Inocencio VIII 100 esclavos moros para su servicio. (De Kay, Drake, “Slavery”, en The Encyclopedia Americana, volumen 25, USA, Americana Corporation, 1961, p. 88b.) .

La distribución del botín de guerra, incluso los esclavos capturados, se realizaba en proporción con varios elementos: la hacienda aportada, la jerarquía militar, el equipo bélico y ciertos méritos relevantes en campaña. De esta forma, recibían mejor premio los capitanes, los soldados con caballo, seguidos por los ballesteros y así sucesivamente; era tal la meticulosidad de valoración que llegaban a contabilizarse las partes de la armadura como ser guanteletes, escarcelas, petos, etc., para así aumentar el importe del premio, del cual se deducía el famoso quinto real. (Zavala, Silvio, Ensayos sobre la colonización española en América, México, Porrúa, 1978, p.70 y Los intereses particulares en la conquista de México, México, El Colegio Nacional, 1991, p.3).


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