BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

EVALUACIÓN DEL PROYECTO MONTEMEDITERRÁNEO

José M. Ramos Sánchez


 

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CAPÍTULO II: EL EMPRENDIMIENTO Y SUS POLÍTICAS DE PROMOCIÓN

En la última década se ha dado un creciente interés por la dinámica motivacional de los emprendedores. Pero su carácter no rutinario ha propiciado que tradicionalmente el foco de atención se haya desplazado hacia la empresa, como objeto de estudio más fácil de conocer e interpretar. Aunque con frecuencia se haya confundido con los managers o gestores la definición de emprendedor escapa a la de estos.

El desarrollo del capitalismo necesita de un continuo manantial de emprendedores, dado que la competitividad entre países y territorios se extrema con el paso de los años. Son ellos los que tras superarse el pensamiento aristotélico que los prejuzgaba se convierten en algunos de los nuevos héroes de nuestra sociedad. Su papel alcanza un estadio de valoración social muy positivo. Se reconoce su papel como los principales agentes de desarrollo económico, introduciendo ideas innovadoras y generando empleo.

Si englobamos este fenómeno en el marco teórico delimitado podemos constatar como las corrientes teóricas sobre el emprendimiento tienen una visión muy diferente sobre sus motivaciones. Solo tras su revisión podremos constatar como la evolución económica desde los presupuestos neoclásicos a los de la nueva economía institucional, paralela a unas sociedades post-industriales más complejas, ha derivado en fundamentos explicativos de su papel y características funcionales más elaboradas. Tras ello procederemos a una revisión de las políticas de apoyo a los emprendedores en España y Andalucía.

II.1. CORRIENTES TEÓRICAS SOBRE EL EMPRENDIMIENTO

Como señala O´Kean [(2000:14), en García Tanbueca et al. (2005)] la primera forma en que se consideró al empresario fue como propietario de la empresa. Sin embargo, a medida que se produjo el desarrollo de diferentes modelos empresariales la brecha entre propiedad y gestión se ensanchó. Ya que dentro de una empresa hay una múltiple cantidad de actores que toman decisiones en su interior este enfoque tampoco conseguía identificarlos. Otros autores centraron su interés en la asunción de riesgos. Pero al tener que distinguir entre riesgos sobre capitales o como agente empresarial se dio otra confusión por riesgos de pérdidas en inversiones o en empleo.

La mayoría de las investigaciones que estudian el carácter emprendedor, se centran en diferencias individuales que analizan García Tanbueca et al. (2001):

El perfil psicológico, sociológico y demográfico del empresario (entrepreneur)

(Begley y Boyd, 1987) op.cit.2: 2].

Conceptos estratégicos del management [(McDougall, Robinson y DeNisi, 1992) op.cit.2: 2].

Conceptos organizadores [(Aldrich y Wiedenmayer, 1993) op.cit.2: 2] siendo frecuente el estudio aislado de las causas que analizan la aventura empresarial.

En este sentido, la literatura ha puesto énfasis en la figura del empresario como

Factor relevante, en el camino hacia el éxito empresarial [(Sandberg y Hofer, 1986); (Stuart y Abetti, 1987, 1988) op.cit.2: 2] entre otros.

Como indican [(García Lillo y Marco, 1999) en op.cit.2: 2] pese a los esfuerzos realizados, no han podido establecerse estereotipos de perfiles psicológicos para poder distinguir entre aquellos individuos que tienen mayores habilidades y destrezas para crear una empresa del resto de individuos.

En este sentido, incluso parece difícil distinguir algún rasgo que permita discriminar entre el empresario y cualquier individuo en general [(Amit, Glosten y Muller, 1993) ;(Brockhaus y Horwitz, 1986) op.cit.2: 2].

De hecho [(Amit et al., 1993,) op.cit.2: 2]. indican que las características o rasgos que definen al empresario no pueden determinarse ex ante, sino ex post. Esto parece sugerir la idea, de que el empresario, se encuentra dentro de un contexto más amplio de conductas, las cuales pueden ser innatas y otras aprendidas a lo largo de su trayectoria profesional.

Las teorías sobre la motivación indican la importancia de la predisposición personal para la exitosa aventura empresarial [McClelland (1965) op.cit.2: 4]. En lo que se refiere a las evidencias empíricas halladas en trabajos, [Cooper y Gimeno (1992) en op.cit.2: 4] se muestran algunas conclusiones relevantes en el contexto anglosajón. Entre las variables, relevantes en su análisis se encuentra la raza, y el sexo.

La tradición familiar influye. Aunque no existe evidencia clara referente a la influencia de la formación en el carácter emprendedor. No obstante, hay evidencias en los estudios analizados que los identifican con personas que abandonaron sus estudios a edades tempranas.

Parece existir relación positiva entre la necesidad de realización y el éxito empresarial. La necesidad de logro según McClelland (1983) op.cit.2: 5 se aprende a través de procesos en los que interviene la educación, los valores sociales, el adiestramiento y la formación específica. Según este autor, los emprendedores de éxito son personas que han desarrollado una fuerte necesidad de logro y buscan como satisfacerla (y un medio puede ser la creación de empresas).

Los emprendedores innovadores crean algo realmente nuevo a partir de una idea que pasa por el desarrollo, producción y posteriormente por la venta. El concepto de Schumpeter (1942) op.cit.2: 5, referente al proceso de destrucción creativa, explica como una empresa desequilibra el mercado por medio de un nuevo producto o servicio. Ello permite explicar la supervivencia de la empresa y las causas de por qué las nuevas empresas crecen. La clave de este ciclo de actividad, con la introducción de nuevos productos, implica al emprendedor como protagonista del crecimiento económico. Por lo tanto, la innovación se convierte en un factor relevante que caracteriza al emprendedor.

La situación competitiva, es decir, el grado y la estructura de la competencia de un sector podrían facilitar u obstaculizar la entrada de nuevos empresarios y la explotación de la nueva oportunidad en él y, por consiguiente, la probabilidad de éxito (o fracaso) de las nuevas empresas [(Cooper y Gimeno-Gascón, 1992), op.cit.2: 6]. El efecto del ciclo de vida del producto o del sector podría ejercer influencia en el éxito empresarial, donde quizás la fase de crecimiento, como indican [(Covin, Slevin, 1990)., (Stuart y Abetti, 1987) op.cit.2: 6], sea el momento más adecuado para identificar nuevos segmentos o nichos desatendidos y entrar en el mercado [(McDougall et al., 1994) op.cit.2: 6].

La importancia del emprendedor como management estratégico ha sido ampliamente tratada en el campo de la literatura estratégica, en la búsqueda de una explicación acerca de por qué determinadas empresas alcanzan el éxito mientras otras desaparecen en sus primeros años de vida o languidecen con una reducida dimensión. [(Duchesneau y Gatner, 1990); (Eisenhardt y Schoonhoven, 1990) en op.cit.2: 7].

Un aspecto relevante es la consideración de la incidencia que estrategia y entorno tienen sobre el éxito, la supervivencia o el declive de las empresas. En este sentido, su finalidad es alcanzar un mejor conocimiento acerca de las estrategias empleadas por las nuevas empresas [(McDougall et al., 1992) op.cit.2: 7] e identificar, asimismo, las relaciones entre las estrategias empleadas por tales empresas, el entorno en que estás operan, y los resultados alcanzados por las mismas.


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