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USOS Y APROPIACIONES DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN EN LA FORMACIÓN DEL COMUNICADOR SOCIAL, CASO: UNIVERSIDAD VERACRUZANA

María de Jesús Rojas Espinosa


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CAPÍTULO III. CONTEXTO SOCIOHISTÓRICO: USOS Y APROPIACIONES DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN EN LA FORMACIÓN DEL COMUNICADOR. CASO UV

1. Un Poco de Historia

Narra el cronista Bernal Díaz del Castillo, que el capitán Hernán Cortés y su tripulación desembarcaron el 22 de abril de 1519 en la playa de Chalchihuecan, un Viernes Santo conocido como el día de la Veracrux, es decir, Verdadera Cruz.

Bernal Díaz del Castillo (ILCE: 2005) nos narra lo siguiente: "En Jueves Santo de la Cena de mil quinientos diez y nueve llegamos con toda la armada al puerto de San Juan de Ulúa."

Los cronistas indígenas dicen al respecto: “En el año uno Ácatl los españoles atracaron en Tecpan Tlayácac"

El conquistador Hernán Cortés, llegó a las playas veracruzanas de nuestro actual territorio, durante la semana santa de 1519. De San Juan de Ulúa, Cortés y sus hombres se dirigieron a una playa cercana al Veracruz actual denominado Chalchicueyecan, para acampar (ILCE: 2005).

En este lugar, Cortés decidió fundar una población y formar el primer Ayuntamiento de México. La población fue llamada Villa Rica de la Veracruz – explica Bernal Díaz del Castillo – "porque llegamos Jueves Santo de la Cena y desembarcamos en Viernes Santo de la Cruz, y rica por aquel caballero (...) que se llegó a cortés y le dijo que mirase las tierras ricas y que supiese bien gobernar" (ILCE: 2005).

El primer órgano político-administrativo, que conocemos con el nombre de ayuntamiento, fue fundado por Cortés en la Villa Rica de la Vera Cruz, a 80 kilómetros al norte del actual puerto de Veracruz, frente a la comunidad totonaca de Quiahuiztlán (MAEC-UNESCO: 2004).

Es en el año de 1523, cuando el emperador Carlos V concede a la Villa Rica de la Vera Cruz un escudo de armas que actualmente es usado como escudo oficial del Estado de Veracruz.

Para el año de 1524, Cortés decide trasladar el Ayuntamiento de la Villa Rica al lugar que hoy ocupa la Antigua Veracruz. Finalmente, en 1599 se pasó definitivamente a donde actualmente se encuentra el Puerto de Veracruz.

En 1786, por primera vez, éste territorio recibió el nombre de Veracruz, y en 1824 se asentó en la Constitución del México Independiente, el nombre de: Estado Libre y Soberano de Veracruz. En honor al General Ignacio de la Llave, quien combatió heroicamente contra los franceses que invadieron nuestro país, a raíz de su muerte se publica el decreto del 10 de julio de 1863, en el que se establece que nuestro Estado se llama en lo sucesivo: Estado Libre y Soberano de Veracruz-Llave (MAEC-UNESCO: 2004).

El impacto cultural de la conquista española al pueblo de México, trae cambio trascendentes, se puede decir que de la noche a la mañana todo cambio para un continente que estaba lejano de otro.

América no es un mundo nuevo –dijo Vasconcelos– ni geológica ni culturalmente. Es tan viejo o más que Europa. ¿En qué consiste, pues, la novedad de América? América es nueva dentro de Occidente, dentro de la civilización cristiana occidental a la que fue incorporada por España. No se trata, pues, de una incorporación geográfica del territorio, sino de la tierra, y la tierra quiere decir también todo lo que en el territorio vive, y lo que vive es primordialmente el hombre (Ycaza: 1947: 7).

Ycaza (1947: 7) explica: la épica conquista de América, con su complejo mítico y leyendario, su secuela de sangre y de violencia, su poderoso impacto de barbarie, contribuiría a arraigar en el español un cierto sentido primitivista, individual y colectivo, de la vida y de la historia.

Pero, sobre todo, indica Ycaza, España tiene en su raíz americana, mestizaje espiritual, hispanidad, la reserva de vitalidad primitiva necesaria para operar en la solución de la crisis de Occidente. Y esta reserva de primitivismo está en mucho orientada e incorporada dentro de la civilización cristiana occidental (Ycaza: 1947: 7).

Hace hincapié Ycaza al decir que podemos entender el sentido de México y su ubicación histórica. Porque México es la más completa realización de esa conjunción espiritual entre el primitivismo indígena y la cultura occidental que realizó España en América (Ycaza: 1947: 7).

Detrás del cruce de culturas (Laurencio: 2002: 53) o del choque de de dos cosmovisiones (Maass: 2005) existen interrogantes que plantearse. Así entonces, el proceso de conquista y de colonización española en América en el siglo XVI, puede analizarse como muestra del choque de dos culturas.

Al mismo tiempo, las pinturas murales de las capillas abiertas y los claustros de los conventos, las predicaciones de los frailes en lenguas indígenas, los catecismos pintados, la construcción de los propios templos, capillas pozas, todo con manos indígenas, fueron los instrumentos o “equipamiento cultural” que produjeron no sólo un cambio en la dinámica social sino un desequilibrio y re-equilibrio “forzado” en las “estructuras internas” de los indígenas, todo con el objeto de llevar a cabo la llamada conquista espiritual (Lira y Moreno Toscano: 1976), que en el fondo es una colonización del imaginario y de la estructura simbólico-cultural de los pueblos mesoamericanos (Gruzinski: 2000).

Cuando hablamos de cosmovisión nos referimos dice Maass (2005) a la concepción del universo de un individuo o grupo social. Las creencias, los valores y la manera de interpretar el mundo. En este caso son las cosmovisiones de dos grupos sociales que pertenecían a dos espacios físicos, geográficos, políticos, religiosos, filosóficos y culturales totalmente distintos.

En este sentido es hacer mención del choque de dos visiones del mundo, por un lado la de los indígenas de Mesoamérica y por otro la de los españoles provenientes del llamado Viejo Mundo.

Fuera de esto, se puede decir que los españoles tienen una larga historia de encuentros y choques culturales. El contacto de los Iberos, con los fenicios, 1000 a.C.; con los griegos y cartagineses, en el siglo VII a.C.; con los Romanos en el siglo II a.C.; con los godos, visigodos, ostrogodos, desde 409 d.C., con los árabes desde 711 y durante 8 siglos, fueron construyendo en ellos y a través de un largo proceso histórico, político, social y cultural, la visión del mundo que tenían al momento de su llegada a América.

Por su parte, la cosmovisión de los indígenas mesoamericanos era el producto de los factores políticos, filosófico religiosos fruto del contacto entre los pueblos y regiones en esta zona del mundo. En palabras de Goldmann (1969:209), “el que un individuo pertenezca a un determinado grupo social tiene repercusiones sobre su pensamiento, su afectividad y su comportamiento”

¿Cómo nace, se transforma y muere una cultura? Es la pregunta que se hace Serge Gruzinski en su libro de “La colonización de lo Imaginario” (1995), en el que trata la occidentalización de las sociedades indígenas en el México del siglo XVI.

En esa época, poblaban la región delimitada como Mesoamérica, alrededor de 25 millones de habitantes divididos por sus distintas lenguas, organizaciones políticas y culturales, por lo que de ninguna manera podemos hablar de una sociedad homogénea, sino de profundas diferencias entre comunidades urbanizadas dedicadas al comercio y la artesanía, y comunidades rurales básicamente agrícolas. Al mismo tiempo, las clases sociales, perfectamente delimitadas, constituían una pirámide social bien definida. La nobleza indígena náhuas o pipiltin, al igual que los achahecha purépechas y los tay toho mixtecos, legitimaban sus poderes y concebían el mundo en el que vivían con apoyo en los conocimientos que conservaban celosamente (Gruzinski, 1995:17).

La imposición española y resistencias indígenas, da inicio en 1519. Primero y antes que nada, la sangrienta e intensa guerra de conquista que duró tres años; después, la llamada conquista espiritual que se inicia en 1524 con la llegada de los frailes evangelizadores con objeto de destruir el patrimonio material y simbólico. Se puede considerar los siguientes elementos como parte del proceso de “des-equilibración”:

a) En 1521, incendiaron los archivos de Texcoco.

b) Destruyen los templos en el valle de México y en Tlaxcala.

c) Prohíben el culto público

d) Persecución de sacerdotes indígenas

e) Cierran las instituciones educativas del Calmecac.

f) Los frailes se hacen cargo de la educación de los niños nobles indígenas

g) Las órdenes religiosas confiscan y queman todos los libros indígenas

A pesar de todos estos mecanismos de resistencia, con los años los indígenas tuvieron que irse adaptando a una nueva realidad. Estaríamos hablando aquí de procesos de asimilación y re-equilibración. Por ello Gruzinski (1995), afirma que a partir de 1640 se inicia una etapa en las formas de colonización. Gruzinski (2000), dice han documentado una serie de acciones clandestinas que marcaron la resistencia indígena y el rechazo permanente a las demostraciones de poder y dominación de los españoles, bajo un duro proceso de colonización física y simbólica.

Aunque la “colonización simbólica”, dice Gruzinski (2000), puede entenderse como la imposición de elementos culturales por parte de un grupo o clase hegemónica, a otro grupo, sociedad o cultura, a la cual domina, ciertamente la cultura es difícil de colonizar. De hecho es sabido que, en la conquista del siglo XVI, la población indígena vivió una serie de resistencias que ponían límites a la destrucción total de su estructura por parte de los españoles.

Por su parte, García Canclini (1984: 51), plantea que la clase hegemónica española se sirvió de la fuerza y de un poder coactivo para imponer las normas de su estructura económica y política a los indígenas; legitimar la estructura dominante como forma “natural” de organización social y ocultar la violencia que implicó la adaptación del mesoamericano a una estructura en cuya construcción no participó.

Asimismo García Canclini (1989: 43), propone que para entender la modernidad urbana del México contemporáneo y multiétnico, es estudiar la evolución de su cultura.

Pese a la colonización y al empeño de destrucción cultural, por parte de los conquistadores, y de la incorporación cultural impuesta por ellos, los indígenas no abandonaron los ritos, mitos y costumbres de su cultural ancestral, el arte, la lengua y la cosmovisión indígena y popular sigue no sólo la creatividad, sino que las expresiones cotidianas de la cultura milenaria se hacen presentes.

Ahora se puede decir que el siglo XVI, es, sin duda, un parteaguas en la historia de México, no sólo por la llegada de los españoles y la guerra de conquista, sino por el inicio de un largo proceso de cambio cognoscitivo y de re-estructuraciones de la visión del mundo tanto de los indígenas como de los españoles conquistadores.


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