BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

USOS Y APROPIACIONES DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN EN LA FORMACIÓN DEL COMUNICADOR SOCIAL, CASO: UNIVERSIDAD VERACRUZANA

María de Jesús Rojas Espinosa


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Formación profesional universitaria

Para una lectura sobre la formación profesional universitaria se han identificado las tendencias que caracterizan, en general, la preparación ofrecida en los estudios de las diversas licenciaturas impartidas en instituciones de educación superior (escuelas y universidades) públicas y privadas.

A partir de dicha caracterización es posible fijar cortes o etapas en una revisión histórica de la educación superior en México, enfatizando el planteamiento de que en una determinada tendencia subyace una trama de elementos y factores gestados en distintos momentos, los cuales coexisten y se yuxtaponen como parte de un conjunto de sucesos y su relación con distintas coyunturas sociales, políticas y económicas. En este sentido, cabe señalar los siguientes: el contexto socioeconómico, el desarrollo disciplinario y el modelo educativo.

De tal manera, al vincular la noción de tendencias con la definición de formación profesional universitaria en el marco de la educación superior en la segunda mitad de este siglo, es posible delimitar y caracterizar cuatro tendencias formativas.

Formación profesional liberal (1930-1950)

Formación generalista y humanista-espiritualista del desarrollo individual, se articularon aspectos científicos, sociales y pedagógicos del debate europeo del siglo XIX (liberalismo, positivismo, racionalismo, neohumanismo kantiano) (Díaz Barriga, 1990).

En el caso de México, la educación universitaria adquirió características específicas a partir de una perspectiva liberal de sesgo positivista y una concepción espiritualista de la cultura, aunadas a la influencia nacionalista proveniente del movimiento de la Revolución Mexicana (Ibarra Rosales, 1993: 19-21). La enseñanza universitaria quedó delimitada en el concepto de libertad de cátedra e investigación (Díaz Barriga, 1995: 17-19).

Formación profesional modernizante y tecnocrática (1950-1970)

El discurso desarrollista y modernizante enfatizó el papel social de la educación como factor básico en la democratización y el desarrollo del país (Díaz Barriga, 1990, 1995).

El modelo de universidad napoleónica, se sustentó en el modelo de ciencia social moderno: ciencia e investigación empíricas abocadas a la solución de problemas específicos. El proyecto de desarrollo científico impulsa la cientificidad de las ciencias sociales en el campo de la investigación y la enseñanza. A esta etapa corresponde el desarrollo de la profesionalización (Ibarra Rosales, 1993: 19-21).

Formación profesional técnico-científica (1970-1982)

Difusión e implantación del pensamiento pedagógico pragmático estadounidense, conformado por criterios de eficiencia, preparación para resolver los problemas y la capacitación para el empleo. Discurso modernizante de la educación con visión funcionalista de la profesión, la formación universitaria quedó desligada de un proyecto político y cultural se da importancia al aprendizaje científico técnico para atender problemas y demandas de cada profesión (Díaz Barriga, 1990, 1995).

Posterior al movimiento estudiantil del 68, crece la matrícula sin precedentes. Se da una reforma educativa, la recuperación económica del país, las IES reciben recursos, se da la desconcentración institucional. Crean nuevas instituciones universitarias con modalidades educativas alternativas y subsistemas técnicos diversos, se amplia la oferta de servicios educativos. La nueva crisis económica da marcha atrás a los avances logrados en cuanto al financiamiento de la educación superior (Mendoza Rojas, 1981).

Formación profesional técnico-productivista (1982-1995).

Tensión y conflicto ante políticas educativas de corte neoliberal para la difusión del proyecto educativo derivado de la modernización que determina el sentido pragmático a través de la excelencia académica, la calidad, la eficiencia y la modernización de la educación. Al modificarse la política de financiamiento, se reduce el gasto público a las universidades e instituciones de educación superior (Mendoza Rojas, 1990; Díaz Barriga, 1995: 36-42)

Establecen el sistema de evaluación y control del desempeño institucional, académico y de docencia. Se propone que las universidades públicas sean financiables, preparen profesionistas para la industrialización del país y adopten modelos administrativos gerenciales que desplacen la estructura académica y a los órganos colegiados al aparecer una forma jerárquica en la conducción de la vida institucional (Mendoza Rojas, 1981 y 1990).

La finalidad de la educación es la de preparar para el empleo. Las dificultades para obtenerlo son vistas como una deficiencia en la formación universitaria (Díaz Barriga, 1995: 31-42).


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