BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

ARMONIZACIÓN LEGISLATIVA EN MATERIA DE INSOLVENCIA INTERNACIONAL DE LOS GRUPOS ECONÓMICOS: ¿UNA ASIGNATURA PENDIENTE PARA EL MERCOSUR?

Luciana Beatriz Scotti


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4. ¿QUIÉNES SON LOS PROTAGONISTAS DEL ESCENARIO GLOBAL?

En el proceso de globalización, organismos internacionales como la OMC, el FMI, el Banco Mundial, el BID, el Grupo de los Siete, la OCDE, el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria juegan un rol muy importante. Asimismo, las ONGs integradas por miembros de la sociedad civil que trasciende las fronteras, son un fenómeno de la globalización social que se están convirtiendo en partícipes activos en los procesos multilaterales de elaboración y puesta en práctica de políticas.

A su vez, las empresas transnacionales, a las que le dedicaremos el próximo apartado; la banca internacional; los fondos de inversión; las calificadoras de riesgos, influyen en las pautas que rigen la economía globalizada.

En lo que concierne a las finanzas internacionales, los protagonistas estelares son, sin lugar a dudas, los inversores institucionales. Ellos son los fondos de pensión y las compañías de seguros de vida y riesgos generales, los fondos comunes o mutuos de inversión, los denominados hedge funds. Todos ellos manejan un volumen creciente de activos y tienen por objeto transnacionalizar su cartera guiados por un criterio de diversificación de riesgos o de maximización de beneficios cuando descienden las tasas de interés de los países centrales.

En este escenario, por ende, coexisten los tradicionales actores de las Relaciones Internacionales, los Estados, cuyas decisiones y actuación tanto en el campo doméstico, como en el internacional ya no son de su exclusiva soberanía sino que se ven, en muchas ocasiones, condicionadas, limitadas, influenciadas por los organismos intergubernamentales, no gubernamentales, regionales, por empresas transnacionales, por la propia sociedad civil, entre otros actores que hoy comparten el protagonismo con los Estados.

Veamos, ahora, el rol que juegan, en particular, las empresas y grupos transnacionales.

5. LAS EMPRESAS Y LOS GRUPOS TRANSNACIONALES COMO ACTORES DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Los llamados transnacionalistas, globalistas o liberales institucionalistas en la Teoría de las Relaciones Internacionales, liderados por Keohane y Nye han destacado que la transnacionalidad aparece cuando relativizamos la premisa de que los Estados son los únicos actores del sistema internacional y, en cambio, centramos nuestra atención en los múltiples canales, flujos, que conectan a las sociedades a través o por encima de las fronteras estatales.

Dentro de estas "fuerzas transnacionales" destacan tanto las organizaciones no gubernamentales como las empresas y los grupos multinacionales, transnacionales, que afectan directamente al sistema internacional en su conjunto.

Estas empresas se "multinacionalizan" precisamente cuando sus elementos relevantes se hallan en más de un Estado. Tales elementos pueden relacionarse con su lugar de constitución o registro, con la localización de sus actividades productivas o de su sede social, con sus mercados, con el origen de sus capitales, entre otros aspectos.

De este modo, las empresas multinacionales cumplen un papel destacado en la realización de la estrategia de mundialización o diversificación geográfica de la producción, a través de la cual se alcanzan más altos niveles de crecimiento económico y de comercio internacional. Así, adquieren un enorme poder económico y político.

Si bien, tal como afirma Barbé, no es hasta después de la segunda guerra mundial que el fenómeno de la empresa transnacional (ETN) gana en importancia y en dimensiones, sus orígenes suelen ubicarse en los siglos XVIII y XIX, durante el proceso de colonización de Asia y África. Así lo describe Merle: "el fenómeno no es nuevo. Basta recordar las condiciones en las que se extendió el capitalismo, a través del mundo en el siglo XIX (...) Los empresarios capitalistas, atentos a protegerse de la concurrencia extranjera, presionaron frecuentemente sobre sus gobiernos para que tomasen el control de algunos territorios asegurándose de esta forma una situación de monopolio (...) La soberanía ejercida por la metrópoli sobre su imperio colonial tenía, pues, por efecto, no sólo proteger las empresas metropolitanas instaladas en ultramar contra la concurrencia extranjera, sino también servir de cobertura a la movilidad de los capitales y a los flujos de intercambios que se consideraba tenían lugar en el marco de un solo Estado. Fue precisa la descolonización, es decir, la ruptura de los lazos de dependencia, para que las actividades de las firmas coloniales se considerasen extranjeras y comenzase a suscitarse otro tipo de análisis."

Por su parte, la Comisión de Empresas Transnacionales del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas considera empresas transnacionales a aquellas "que incluyen entidades en dos o más países, sean cuales fueren las fórmulas jurídicas y las esferas de sus actividades; que funcionen con un sistema de adopción de decisiones que permita una política coherente y una estrategia común gracias a uno o más centros de adopción de decisiones, y que las entidades tengan vínculos de propiedad o de otra forma, de modo que una o varias de ellas puedan ejercer influencia sobre las demás, compartir conocimientos, recursos y responsabilidades".

En relación con los objetivos lucrativos de las empresas transnacionales (lo que permite diferenciarlas claramente de las ONGs), siguiendo a Merle, cabe sostener que "los objetivos de la firma no consisten únicamente en extender sus actividades más allá de las fronteras. Las implantaciones en el extranjero tienen como objetivo: i) tratar de reducir los costes de producción, beneficiándose de las condiciones fiscales, geográficas, sociales, más rentables; ii) diversificar las actividades de la firma, topográfica y sectorialmente, a fin de poder maximizar su beneficio y repartir los riesgos en distintos tipos de producción".

Se han destacado, entonces, tantos aspectos positivos como negativos sobre este fenómeno. Entre los efectos positivos se pueden enumerar: aumentar el volumen del comercio mundial; formar capital añadido para activar el desarrollo; financiar créditos; apoyar el libre comercio y desmontar las barreras comerciales; favorecer el desarrollo tecnológico; transferir tecnología a los países en vías de desarrollo; reducir costes aprovechando el principio de las ventajas comparativas; generar empleo; apoyar la formación de trabajadores; extender la ocasión de comprar nuevos productos a través de la internacionalización de la producción; mundializar el marketting y los métodos publicitarios; potenciar el crecimiento nacional y facilitar la modernización de los países en vías de desarrollo; generar bienestar y riqueza; favorecer las relaciones pacíficas entre los Estados; romper las barreras nacionales y acelerar la globalización de la economía y de las reglas que rigen el comercio internacional.

Desde la vereda de enfrente, se han indicado una serie de efectos perjudiciales de las empresas transnacionales: crear oligopolios que reducen la competencia y la libre empresa; conseguir capital en los países receptores, en detrimento de la industria local, y exportar beneficios a los países de origen; crear un sistema de deudores y de dependencia financieras; monopolizar la producción y controlar su distribución mundial; exportar tecnología no adecuada a los países en vías de desarrollo; impedir el crecimiento de la industria local en el Tercer Mundo, que depende de la tecnología del Primer Mundo; crear carteles que contribuyen a generar inflación; limitar los salarios de los trabajadores; limitar la oferta de materias primas en mercados internacionales; erosionar culturas tradicionales, creando una cultura mundial, el consumismo; aumentar la diferencia entre ricos y pobres; aumentar el bienestar de las elites del Tercer Mundo a costa de los pobres; apoyar los regímenes represivos en nombre de la estabilidad y el orden ; desafiar la soberanía nacional y poner en peligro la autonomía del Estado - nación.

En suma, podemos observar que las empresas transnacionales organizan la producción mundial y disputan el control que detentan los Estados sobre sus propias economías domésticas. El poder económico e internacional de estas corporaciones transnacionales, difuminadas en todas las áreas de producción y sus repercusiones en los Estados y sus políticas han llevado a pensar a algunos autores en una suerte de "corporativización del Estado" como una de las transformaciones que sufre de cara al Siglo XXI esta unidad política.

En efecto, el trascendente papel que juegan las empresas transnacionales se puede apreciar si consideramos la distribución de la producción mundial. En el siguiente cuadro (Cuadro III.1), podemos observar que de las primeras 50 unidades productivas, figuran 40 países y 10 empresas. Aún más inquietante resulta advertir que 13 empresas transnacionales computan ventas por más 100.000 millones de dólares (cada una), y otras 25 alcanzan ventas de entre 50.000 y 100.000 millones de dólares (cada una), mientras que, según los datos actualizados con que cuenta el Fondo Monetario Internacional para 180 países, sólo 47 tienen un PBI superior a los 100.000 millones de dólares y 120 Estados poseen un PBI inferior a los 50.000 millones, de los cuales 80, están por debajo de los 10.000 millones.

Las cifras de ventas totales de las ETNs fueron extraídas de las bases de datos y estadísticas de la UNCTAD (Table A.I.9. The world ´s top 100 non - financial TNCs 2003/2004) Disponible en http://www.unctad.org .

Así, los Estados se enfrentan a estos nuevos actores de las Relaciones Económicas Internacionales que bregan por la desregulación, y hasta por una suerte de "deslocalización normativa". Sin embargo, ante los graves riesgos que una situación jurídica de tal inseguridad e incertidumbre generaría y ante la ausencia, por otro lado, de un estatuto supranacional de alcance universal, resulta imperioso que los Estados asuman la tarea de regular el fenómeno a través de pautas claras, las que según veremos, en especial en algunos aspectos, como la insolvencia, sería prudente consensuar con otros países que integran una misma región o subregión, como es el MERCOSUR.

Veamos cuál es la situación actual de las empresas transnacionales en nuestra región.


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