BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

DESPERTEMOS

Domingo Dell´Aquila


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PROLOGO

Los problemas que afectan al mundo en cuanto a paz, tranquilidad y justicia, no tiene solución. Analizada fríamente la historia del mundo, lo asegura con firmeza. En mi opinión personal, estoy completamente convencido, no tengo ninguna duda. Pero como un médico ante un paciente en estado de coma con una enfermedad incurable y mortal, sabiendo con toda certeza que sólo cabe un desenlace fatal, gasta no obstante, todas las posibilidades que la ciencia puso en sus manos, pues alienta su espíritu aquello de que “ mientras hay vida hay esperanzas”, así con el mismo criterio, encaro lo presente.

Lo hago sin la pretensión de conocimientos efectivos para la solución de lo insoluble, pero con la voluntad de dar a conocer lo que la experiencia puso a mi alcance, luego de analizar sobre la libertad, lo oído con lo visto. La validez real con la importancia figurativa. La tergiversación de su verdadero valor, con otro simulado, que aplican a efecto de, vaya a saber cuales motivos, de los muchos posible.

El mundo está enfermo, tiene demasiadas ambiciones materiales. Sí, se destruyen a sí mismos por que las ambiciones desmedidas de riqueza, de poder, de fuerza, de dominio de unos sobre otros, completamente opuestos a la espiritualidad, a la ética, ala forma, le impide ver la felicidad que encierra una conducta sana, de elevada jerarquía moral.

Así como un humano a punto de morir por contravenciones a la naturaleza de su organismo, puede no obstante, tener alguna partes de éste en perfecto estado de salud, con los cuales empero, no llega a sobrevivir por los males en las partes vitales que gobiernan el todo, por que ese todo está supeditado a los órganos afectados, así el mundo, pese a muchos de sus componentes humanos con rebosante salud moral y espiritual, no podrá sobrevivir pon la podredumbre

( aunque esté recubierta con toda hipocresía) de quienes teniendo en sus manos la solución, la encausan quizá, siguiendo propósitos mezquinos, hacia un destino fatal.

No obstante trato de aplicar, lo que tal vez no sirva ni de esperanza para calmar la amargura de vivir en un mundo donde los menos pero corruptos se aprovechan con toda libertad de los más, que aunque sanos de espíritu y alma, no tienen el poder de mando, sino sólo obligación de obedecer, y son explotados aún, cuando los derechos humanos que tanto se pregonan, los debiera poner a cubierto de los abusos de aquellos explotadores. Opiniones podemos dar todos, porque todos tenemos derecho a ellas, pero las opiniones mas claras, las mas sabias, la mas lógica, en fin las que dan mas luz al entendimiento, son las que está apoyadas en la sabiduría que nos da la experiencia; la nuestra y la de los demás.

Sabiduría es saber aprovechar las que vamos heredando de nuestros antecesores y las que nos van entregando quienes comparten nuestros días, cuando estas opiniones están avaladas por las cualidades propias de la realidad, o al menos, de las que mas se acerquen a ellas.

Y cuando los contenidos de las opiniones de apariencias verdaderas pueden disentir una de otras, no olvidar que las mas reales son las que responden al concepto de la razón humana de las cosas, hechos, etc, con lo que se piensa, se sabe y se comprende, siempre sobre entendiendo que, todo esto debe ir acumulando compromisos formales y hacer algo o cosas, a favor de la civilización que es decir en provecho de la comunidad en la que nos desarrollamos.

Todos tenemos derechos para expresar nuestras opiniones, pero sin tomarnos libertad, por que las opiniones libres pueden carecer de responsabilidad, no están atadas a deberes ni obligaciones, o eximirse de las mismas para obtener ventajas.

Es preciso sujetarse al deber moral, ético, que empuje hacia todo lo que la vida en sociedad necesita para elevar el nivel de solidaridad y comprensión de los unos hacia los otros.

Las opiniones libres pueden estar faltos de sentido común, por que son libres, o estar dotados de intereses mezquinos o desquiciados.

Si queremos justicia, las opiniones deben ser moderadas, rectas, ecuánimes, prudentes, sensatas.

No deben ser libres, por que estas carecen de todo tipo de obligaciones, exigencias, compromisos SON LIBRES.

Pretender que el ser humano civilizado sea libre, es un atentado a la dignidad humana.

Libres son los animales salvajes en la selva, y los delincuentes de cualquier clase social dentro de la civilización.


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