BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

PATRONES DE CONSUMO ALIMENTARIO EN MÉXICO DE 1992 AL 2002. EL CASO DEL MAÍZ, TRIGO Y FRIJOL

Danae Duana Ávila


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INTRODUCCIÓN

El propósito de esta investigación es analizar los cambios en los patrones de con-sumo en función del ingreso que percibieron los miembros de los hogares mexicanos. Para ello se indagó el porcentaje que destinó la población, agrupada en deciles a tres productos básicos de la dieta nacional: maíz, trigo y frijol, diferenciando el gasto en monetario y no monetario, con base en la información de las Encuesta Nacional Ingre-so Gasto de los Hogares (ENIGH) 1992, 1994, 1996, 1998, 2000 y 2002.

El problema que analizamos refiere al hecho de que en México, a la par que se dio un proceso de industrialización, la población tendió a concentrarse en el ámbito urbano, de manera que los patrones de consumo fueron cambiando de una dieta básica-mente rural a otra urbana, lo que de entrada marca una distinción en la utilización de insumos para la comida, donde unos eran más naturales y otros más procesados. Este proceso se fortaleció con la expansión cultural vivida en el país durante la segunda mitad del siglo XX llamada modernización, si bien, se supone que adquirió rasgos específicos por región económica, cultural y geográfica.

La cuestión es que el tema había sido poco trabajado desde el ámbito económico de suerte tal que aun contando con fuentes de información actualizadas y periódicas no conocíamos las mutaciones operadas en el consumo de los hogares mexicanos.

Ante eso nos planteamos los siguientes objetivos:

1) Mostrar los cambios en los patrones de consumo,

2) Mostrar la relación ingreso – gasto de los hogares en relación con los alimentos y, 3) Mostrar el peso que tiene el consumo de maíz, trigo y fríjol en función del estrato social y su ubicación geográfica.

Las hipótesis que guiaron la investigación fueron tres:

a) La cantidad de ingreso que se destina al gasto en alimentación a nivel nacional, provoca una gran variedad de productos diferentes a los que se consumían hace algunos años (cultura) pues en la actualidad la mayoría de ellos se encuentran industrializados,

b)

c) El factor fundamental en el consumo de alimentos es la diferencia en los ingresos de los individuos lo cual provoca una desigualdad para adquirir alimentos básicos como maíz, trigo y fríjol.

d) Hay un creciente proceso de homogenización en los patrones de consumo entre la población rural y urbana.

Ahora bien, el tema de los patrones de consumo y alimentación habían sido trabajados por autores como: Torres (2000); Martínez (2001); Villezca (2001); Aboites et al (2003) solo que ellos habían trabajado con gasto monetario de tal manera que una de las aportaciones de esta investigación fue la incorporación del gasto no monetario en el análisis, centrando la atención en los principales productos de la canasta básica (maíz trigo y frijol).

La evidencia acumulada hasta la fecha indica que han aumentado los cambios en los patrones de consumo durante los últimos años y una de las principales manifestaciones es la adquisición de productos más industrializados. Según diversos investiga-dores (De la Riva 1998; Sierra 2002 y Torres 2000) esto se debió a que las familias dispusieron de menos tiempo en la preparación y adquisición de alimentos, especialmente la mujer dada su incorporación al mercado laboral. Sin embargo, autores como CONAPO (1999); FIRA (2001); Juárez (2001) y Martínez (1999), mencionan que la variable fundamental fue el ingreso, ya que éste determina la cantidad, el lugar y el pre-cio que las personas están dispuestas a pagar, aunque existen otras variables como: la cultura y la ubicación geográfica que han cobrado importancia en las decisiones tomadas por las personas para adquirir sus alimentos.

Se observó que sí hubo un cambio en los patrones de consumo, es decir, las personas ahora consumen productos más industrializados. Son productos que no necesitan mucho tiempo en su preparación. También aumento el consumo de viejos productos con nuevas presentaciones y sobre todo se han incorporado ciertos alimentos en las dietas de la población independientemente del nivel de ingresos de la población, ya que ese elemento determina básicamente el volumen de lo consumido y no solo el producto.

La investigación mostró cual ha sido el cambio que ha habido en los patrones de consumo, así mismo se pudo ver la capacidad de gasto que tienen las personas la cual está en función directa del ingreso que perciben, pues a pesar de que hay otros factores como la cultura y la ubicación geográfica, la principal sigue siendo el ingreso.

El comportamiento del gasto en alimentación da cuenta de la capacidad familiar para acceder a la canasta básica, además define su composición, la cantidad y la calidad de la dieta e indirectamente las compensaciones que resultan de programas sociales. En síntesis la capacidad real del ingreso, constituye un factor determinante en las preferencias alimentarías.

Aunque en periodos anteriores a la década de los 90´s la alimentación no constituyo un tema central de la política gubernamental, ciertamente el sistema alimentario mexicano SAM de finales del sexenio de López Portillo marca un mito en la historia mexicana porque puso en la mesa de discusión nacional la importancia de la alimentación. Durante el periodo de Miguel de la Madrid el tema quedo plasmado en documentos oficiales pero disminuyo en los hechos al restringirse el apoyo económico para esas políticas, años después ya ni si quiera apareció en los documentos oficiales. De hecho durante el gobierno de Vicente Fox no hay una referencia explícita en los documentos de política gubernamental.

Este trabajo abre nuevos campos de investigación en otras áreas o productos alimenticios los cuales pueden dar resultados interesantes para otras investigaciones o para las empresas, pues como lo mostró la investigación, trabajar con el gasto no monetario arroja datos interesantes para el sector público y privado que no habían sido considerados.

El documento se integra por tres capítulos. El primero corresponde a una exposición detallada del marco teórico y metodológico utilizado en la investigación, señalando las coincidencias y deferencias entre los diferentes autores que han abordado el tema y hace explícitos los instrumentos utilizados así como las definiciones operativas a partir de las cuales se construyeron los patrones de consumo. Presenta además la relación que hay entre consumo y alimentación así como el papel que juega la cultura y dentro de ésta la migración y urbanización.

En el segundo capítulo se analiza la relación entre ingreso y gasto así como el problema de la desigualdad, medida ésta a través de dos índices: el índice de Gini y el índice de concentración del ingreso utilizado por CONAPO (1999). Ambos miden el grado de concentración del ingreso en una población. Con base en el contexto, se analizó la distribución del gasto en la alimentación y, en particular el porcentaje que destinaron a los productos de estudio (maíz, trigo y frijol) así como a sus derivados.

Finalmente, en el tercero capítulo se dan a conocer las conclusiones generales y se plantean lineamientos generales de política económica que pueden ayudar en la solución de algunos problemas identificados.


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