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LA PROYECCIÓN TURÍSTICA DE LA INDUSTRIA CINEMATOGRÁFICA: ESTUDIOS DE CINE CIUDAD DE LA LUZ ALICANTE

Jessica Reinstein Urbina



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4. LOCACIONES DONDE SE FILMAN O SITÚAN LAS PELÍCULAS

4.1. Espacio Real Versus Espacio Fílmico

Antes de mencionar los casos de ciudades, regiones o países alrededor del mundo que se han visto influenciados por el turismo cinematográfico en el siguiente apartado, debemos aclarar que existe una diferencia entre el espacio real y el espacio fílmico. Podríamos hablar del espacio real cuando nos referimos a aquel espacio geográfico que existe en un tiempo y un espacio determinado y que se puede identificar con un nombre reconocible ante el resto del mundo donde se desarrolla una población en el marco de unas características económicas, sociales y políticas que lo definen. El espacio fílmico por el contrario es un espacio creado y escogido por la mente de un guionista y un director, que puede o no coincidir con un espacio real. Este espacio da la sensación de ser infinito, con un manejo temporal diferente en muchas ocasiones al manejado en el mundo real y que despierta en muchas ocasiones la sensación de “hiperrealidad”.

Sin embargo el espacio fílmico es limitado, no solo en el sentido físico territorial, sino que no es posible percibirlo a través de los cinco sentidos, y por tanto al volverse fílmico se abstraen algunas de sus características, actividades o fenómenos de poco interés para el espectador como son por ejemplo los fenómenos meteorológicos, el ruido incidental o su verdadera población siempre y cuando no sean importantes para la historia o ambientación de la película. Por el contrario, se destacan otras características como el paisaje que se trata de destacar mostrándolo mas atractivo que lo que es en realidad y en ocasiones exagerándolo o modificándolo; las vistas aéreas se manejan para engrandecer el espacio y dar un paneo general ubicando mejor la historia. Esto se logra gracias a que el cine maneja instrumentos y tecnología que permiten ver planos desde ángulos y lugares inaccesibles para el hombre u ojo humano como son los paneos desde el aire, o cámara rápida. La consecuencia directa de esta “exageración” es la de quedar expuesta ante el publico que va a ver la película, e indirectamente la creación de un estimulo que puede generar finalmente el deseo del espectador en visitar el lugar y en muchas ocasiones efectivamente transformar el deseo en un hecho. Esta visita puede colmar las expectativas del espectador ahora turista, o puede generar frustración (al no coincidir con la imagen vista en el cine) lo cual seria negativo para la imagen y publicidad turística del destino.

A lo largo de la historia del cine, se han podido distinguir dos tipos de películas en el sentido de su ubicación geográfica: las que mencionan directamente y dejan en claro donde es el desarrollo de la trama, como es el caso de la película “Casablanca” (1942) donde el director Michael Curtiz, comienza la proyección enfocando un mapa del mundo haciendo un zoom al continente africano y finalmente a Marruecos donde se encuentra la ciudad de Casablanca, que será clave para entender toda la acción posterior de la película. El segundo tipo es cuando el lugar no se menciona, por carecer de importancia este detalle para la historia que se va a narrar o porque es tan obvio que no necesita ser mencionado directamente y en caso de que haya lugar a confusiones eventuales por parte del publico no son determinantes en la comprensión de la trama, aunque si bastante perjudicial si lo vemos desde el punto de vista de promoción turística como ha ocurrido en películas donde se da una imagen negativa o distorsionada de un lugar. Un ejemplo es lo que ocurre en la película “El Señor y la Señora Smith” (2005, Doug Liman) donde se muestra a sus personajes en un lugar desértico, sucio, pobre, caluroso, con poca tecnología por decir lo menos representando a Bogotá, la capital de Colombia en contraste con el verdadero clima de la ciudad (templado-frio al tratarse de una ciudad a 2600 msnm en zona tórrida) y su nivel de desarrollo como ciudad cosmopolita.

Siguiendo la misma idea es por tanto muy importante destacar que los espacios donde se desarrollan las historias y que pueden o no mencionarse en la trama de la película, no necesariamente deben coincidir con los espacios geográficos reales donde fueron filmados. Es así como una película puede filmarse físicamente en una región o ciudad, y luego presentarse en la película “disfrazada” de otro espacio. Por tanto es importante conocer si el turista cinematográfico logra hacer la distinción entre los dos lugares, en caso de no coincidir, y cual de estos prefiere conocer: el que tiene las características físicas y paisajísticas vistas en la película y donde verdaderamente fue filmada la película, o al que se refiere y representa en la historia y que lleva asociada un guion y unos personajes. Todo pareciera indicar que dependerá de la motivación principal, si es el paisaje por ejemplo es probable que visiten el lugar donde fue filmada y si es la historia probablemente visitaran el lugar donde presuntamente se desarrollaba la historia. Por motivos de alcance y espacio no es el tema del presente estudio pero seria un importante campo para futuras investigaciones.

En los apartados anteriores se han mencionado algunos casos de películas que buscan representar una ciudad pero son filmadas en otra (caso “El Perfume” que se desarrolla en el Paris del siglo XVIII pero que fue filmada en el Barrio Gótico de Barcelona, ante la imposibilidad de encontrar un lugar de similares características en la ciudad original). Marruecos es otro caso que ha servido en muchas ocasiones para escenarios de todo tipo de historias desarrolladas en países árabes, africanos o que tengan características paisajísticas de desierto. La Plaza de España en Sevilla, es uno de los iconos del cine utilizado como escenario en multitud de películas representando ciudades tan diversas como El Cairo en la película “Lawrence de Arabia” (1962, David Lean) o ciudades fantásticas como la ciudad de Theed en el planeta Naboo en el caso del “Episodio I: La Amenaza Fantasma” de la saga de “La Guerra de las Galaxias”.

Dos casos especiales de espacios cinematográficos son los usados en películas de ciencia ficción y de animación. En el caso de las películas de Ciencia Ficción (incluyendo en estas las de mundos alternativos, superfuturos u otros planetas) se recrean unos lugares que no existen en el mundo real conocido, y sin embargo atraen por la vistosidad de sus paisajes o la trama de las películas. Generalmente estos paisajes tienden a ser exagerados con montanas inmensas de picos puntiagudos, bosques de espesura y verdor deslumbrante, paisajes lunares, marcianos, cargados de barroquismo o combinación de microclimas en un mismo plano (desiertos junto a picos nevados por ejemplo). Todo esto se logra en combinación de paisajes reales con modificaciones digitales utilizando computadores y tecnología. El caso mas destacado de los últimos tiempos podría referirse a la saga de películas “El Señor de los Anillos” (2001, Peter Jackson) filmadas en Nueva Zelanda, las cuales dieron un inmenso impulso al turismo del país (según fuentes del propio Ministerio de Turismo en del país, un 30% de incremento en las visitas turísticas). La Guerra de las Galaxias es otro caso donde se utilizaron paisajes de Túnez y Marruecos en su mayoría para mostrar un planeta fuera de la Tierra en un futuro lejano.

El segundo tipo de espacio cinematográfico que debe ser considerado aparte es el de las películas de animación, que generalmente ocurren en lugares inespecíficos e incluso inexistentes, gracias a la creación grafica de los ordenadores. Sin embargo se han hecho algunas películas donde se han realizado incluso acuerdos con los Ministerios de Turismo del país o región para promocionar y mencionar específicamente el lugar donde se desenvuelve la trama. Dos casos destacados son las películas “Buscando a Nemo” (2003, Disney) que promociona la barrera coralina de Australia, el pez payaso y el buceo a través de una historia que atrajo a niños y adultos al tratarse de un pez que vive en una pecera en una casa, y escapa a través de la cañería hacia la libertad (esta idea podría ser interpretada por los mas filosóficos como un escape de la monótona realidad a través del nuevo mundo que brindan unas exóticas vacaciones). La segunda película es “Lilo y Stich” (2002, Disney) donde se menciona directamente a Hawaii como lugar del desarrollo de la historia; en este caso hubo un acuerdo por escrito sobre el patrocinio de la película por parte del Ministerio de Turismo de Hawaii a cambio de que se mencionara el lugar específico del desarrollo de la trama. Este intento de reciprocidad tuvo un final amargo, dado que la película no tuvo el éxito esperado y el Ministerio rompió parte del acuerdo al vislumbrar un fracaso en su intento de promoción turística, gracias a lo cual la Productora Disney declaro que no volvería a realizar ningún tipo de acuerdos con fines de promoción turística a través de sus películas.


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