BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


MODELO MICROECONOMÉTRICO PARA EL ANÁLISIS DE LA DIFERENCIACIÓN DE PRODUCTOS

Julio César Ceniceros Angulo



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4.4. Resultados para el grupo de aceites comestibles.

Tomemos brevemente por ahora el caso del grupo de aceites comestibles, en el que se puede apreciar que básicamente se llega a las mismas conclusiones que con el grupo de los cárnicos, con algunas especificaciones y particularidades que a continuación se comentan:

Primero, a diferencia de los cárnicos, los atributos a los que el consumidor confiere mayor importancia en la toma de decisiones, coinciden en el posicionamiento general y en la estimación del modelo logístico, esto es, en términos jerárquicos (análisis de perfiles) es la variable calidad y luego la marca las que determinan las preferencias de los decisores, atributos que luego vemos reflejados como parámetros en el modelo, mostrando su importancia a través de su peso específico; ya que, por ejemplo, el Exp(β) que acompaña a la covariable calidad 1.9677 es mayor que el correspondiente a la covariable marca (1.6352), pero la diferencia en la ventaja (odds ratio) es de 1.2 veces en favor de la calidad.

De lo anterior, se deriva, en segundo lugar tenemos que ambas covariables discriminan de menor manera, tanto en términos absolutos como relativos en la función de regresión logística para los aceites comestibles.

Tercer distinción, derivado del punto anterior, tenemos que en las combinaciones que se pueden establecer en relación al grado de percepción sobre la calidad y marca en los productos considerados, distinguimos que no es condición necesaria la presencia de la máxima valoración al atributo calidad para poder considerar a un tomador de decisiones como perteneciente a la categoría de diferenciador en oposición de lo que ocurre con el grupo de los productos cárnicos, en consecuencia, por ejemplo, se advierte que, cuando la marca es valorada a su máxima expresión (5) pero no así la calidad, por ejemplo (4), el modelo lo clasifica como diferenciador con una probabilidad de pertenencia a este grupo del 57.6%. En consecuencia, esta flexibilidad se da, como ya se ha comentado por que la variable calidad discrimina relativamente menos bien que la misma covariable en el caso de los cárnicos.

Cuarta observación, en el caso de los aceites comestibles no es necesaria la sentencia de sí y sólo si el consumidor se clasifica como diferenciador cuando el valor asignado a la calidad es el máximo (5), ya que la función es poco menos discriminante que la función utilizada en el caso de los cárnicos. Para una mayor información y análisis sobre los valores pronosticados por el modelo y su respectiva pertenencia a los grupos de clasificación, vid., Infra., tabla 55.

4.5. Sobre la tipología de productos cárnicos y aceites comestibles.

En consecuencia, tras una búsqueda sobre las características de los atributos y la relación funcional que guardan las covaribles en la explicación y contribución individual en la toma de decisiones en torno a si los consumidores pueden ser clasificados a los grupos de decisores a través de la variable precio o atributos, se procede en derivación a concluir sobre la clasificación relativa al tipo de diferenciación de productos detectadas en los básicos ya referidos en esta investigación.

De esta forma, de acuerdo a la argumentación de Fernández de Castro y Duch (2003), acerca de la clasificación en relación al tipo de estrategia utilizada por las empresas en el empeño de diferenciación de productos, éstas pueden ser clasificadas cómo; estrategia de diferenciación de tipo vertical y diferenciación de tipo horizontal. Con relación al primer tipo se entiende como aquella en donde el consumidor distingue básicamente el producto a través del criterio de la calidad del mismo (también llamada diferenciación tecnológica). De esta suerte, supone a los atributos restantes del producto como los elementos que son valorados por el individuo en forma muy subjetiva (de comparación con otros productos), a lo que llama diferenciación de tipo horizontal.

Precisamente, de la importancia de establecer una diferenciación, se encarga entre otros Trout (2001), quien señala la imperiosa necesidad de evitar el enfrentamiento de mercados a través de la estrategia de precios la cual resulta perniciosa como estrategia de diferenciación en el largo plazo, como consecuencia favorece el desarrollo de una metodología para el desarrollo perdurable de la ventaja competitiva basada en estrategia de diferenciación. Los resultados muestran que la estrategia de diferenciación argumentada como sostenible es la vertical, sugerida entre otros por Elliot (2004), Berry y Waldfogel (2003), Arens (2000) entre otros autores.

En el desarrollo de la aportación teórica de este estudio, se destaca la preocupación por conocer cuáles son las razones por las que fracasan algunos productos, entre estas se mencionan que los productos no cumplen con lo que prometen a sus clientes, igualmente, los consumidores no perciben en realidad cambios reales en los productos y cuando en conclusión, los consumidores perciben poco valor en la mercancía en correspondencia al precio que se le está cobrando, Stanton, Etzel y Walter (2007). Lo que en buena medida resume en un problema de percepción del consumidor acerca de la calidad del producto.

Por lo cual, haciendo uso de este marco de interpretación se puede concluir en la presente indagación que la estrategia de diferenciación exitosa para los productos básicos; cárnicos y aceites comestibles, es la de tipo vertical o tecnológica. Como ya quedó demostrado en el presente capitulo en lo referente a los productos cárnicos el Exp (β) que le acompaña 12.916, (odds ratio) es casi 7.5 veces mayor en favor de la diferenciación que el de la variable marca (1.7184). De igual forma, por lo que respecta al proceso de discriminación en los aceites comestibles el odds ratio es de 1.2 veces a favor de la calidad con relación a la marca del producto. Alternativamente, se muestra que los coeficientes de regresión logística considerándolos en forma linealizada nos llevan contundentemente a esta misma conclusión, ya que para el caso de los productos cárnicos = .5414 < = 2.5585. Igualmente, para el caso de los aceites comestibles tenemos que; =.6768 > = .4917. Nótese finalmente, que el peso específico de la variable calidad es mayor en los productos cárnicos que en los productos de aceites comestibles independientemente de la medida utilizada.


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