BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


REPLANTEANDO LA INTERACCIÓN GOBIERNO-SOCIEDAD: LECCIONES DE LA GOBERNACIÓN AMBIENTAL EN LA FRANJA MÉXICO-ESTADOS UNIDOS

Ricardo V. Santes-Álvarez


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5.1.1. Población, economía y vida política

Hacia el período 2005-2006, estimaciones oficiales indicaban que un total de 20.2 millones de personas vivían en la región fronteriza, de las cuales 10.3 millones residían en las áreas-ciudades gemelas; de esta última cifra, el 55.7 por ciento de los habitantes residía en el lado mexicano, mientras que el 44.3 por ciento restante lo hacía en el lado estadounidense (figura 13).

Tanto en función del tamaño poblacional como de la actividad económica que desarrollan, Tijuana-San Diego y Paso del Norte (comprendiendo Ciudad Juárez, Chih., El Paso, TX y Sunland Park, NM) son las áreas-ciudades gemelas más importantes de la región. Tijuana y San Diego están ligadas entre sí desde finales del siglo XIX, la primera dependiendo en gran medida del desarrollo económico de la segunda. En el período 2005-2006, el municipio de Tijuana y el condado de San Diego concentraron más de 4.3 millones de habitantes, esto es, el 21.5 por ciento de una población superior a 20.2 millones distribuida a lo largo de toda la región fronteriza.

Paso del Norte (PdN) es el punto de encuentro más antiguo entre México y Estados Unidos. Nació desde los tiempos de la colonia española, cuando los colonizadores viajaban hacia las tierras del norte en busca de control, comercio y evangelización. El vínculo entre los “juarenses” y los “pasoenses” es tan fuerte que PdN parece ser la única área-ciudad gemela auténtica de la frontera. En el período 2005-2006, la municipalidad de Ciudad Juárez y los condados de El Paso y Doña Ana concentraban más de 2.2 millones de habitantes, es decir, casi el 12 por ciento de la población de toda la región fronteriza. Como se ve, Tijuana-San Diego y PdN en conjunto contabilizan poco más de 6.6 millones, o 32.6 por ciento de la población fronteriza y, de manera notable, más del 60 por ciento de la población viviendo en las ciudades-áreas gemelas de la frontera. Sin duda, son las que observan la interacción binacional más intensa (figura 13).

La actividad industrial ha sido durante mucho tiempo el motor del desarrollo económico de la región, principalmente en el lado sur. Hacia mediados de los sesenta el denominado “Programa de Industrialización de la Frontera” promovido por el gobierno de México y apoyado totalmente por el estadounidense a través del US Importing Tariffs, aceleró el establecimiento en la región de plantas encargadas del ensamblaje de partes para la posterior exportación de productos terminados, comúnmente conocidas como “maquiladoras”. En efecto, si bien experimentando una serie de vicisitudes a lo largo del tiempo, la actividad de la maquiladora ha sido responsable en gran medida de la dinámica actual de la frontera. En 1970, había en algunas ciudades de la región apenas 120 plantas y unos cientos de trabajadores, mientras que en el 2000 la cifra era de más de 2,500 plantas, distribuidas en los seis estados fronterizos del norte de México. Cifras recientes indican que, para mediados de 2005, el número de maquiladoras en activo fue de poco más de 2,200, dando empleo a casi un millón de personas. Esa fuerza industrial y laboral se concentra, principalmente, en los estados de Chihuahua y Baja California, entidades que a mitad del año 2005, juntas aportaban el 58 por ciento de toda la maquiladora fronteriza (1,306 plantas), y el 55 por ciento de la planta laboral (519,173 trabajadores).

5.1.2. Problemática ambiental y gobernación

El panorama fronterizo se torna gris en cuanto al tema ambiental. Desde los años setenta la región empezó a experimentar una tasa incrementada de deterioro de sus recursos naturales y de la calidad de vida. De manera amplia, puede decirse que las principales preocupaciones ambientales tienen que ver con sobreexplotación de recursos naturales, carencia de infraestructura de servicios urbanos, contaminación, y problemas de salud.

La sobreexplotación de aguas superficiales y cuencas hidrológicas en la región ocurre por la demanda de grandes cantidades de agua para abastecimientos domésticos, industriales y agrícolas. La mayor demanda ocurre en las áreas urbanas y ya se atisba una crisis de disponibilidad del recurso en las próximas décadas, con problemas como la “salinización”, que pone a los sistemas hídricos en grave peligro. El sistema de infraestructura urbana y rural es deficiente, principalmente en el lado mexicano. La demanda de agua municipal, de sistemas de tratamiento de aguas residuales, y de electricidad, por parte de la población y la industria, sobrepasa totalmente la oferta en la mayoría de las áreas. Así, el tratamiento de aguas residuales de fuentes domésticas, industriales y agrícolas es precario, por lo que grandes cantidades de materiales no tratados viajan hacia los cauces de ríos. Lo que resulta todavía más preocupante es que esas aguas son posteriormente usadas para regadío e inclusive para propósitos de consumo directo. El río Bravo, para dar el ejemplo más claro, recibe influencia de áreas tales como Paso del Norte, Ciudad Acuña-El Rio, Piedras Negras-Eagle Pass, y Nuevo Laredo-Laredo. A su vez, el agua de este cauce es tomada por ciudades como Reynosa y Matamoros, y aun la misma Ciudad Acuña y Piedras Negras, para dar servicio a su población. Queda claro que los gobiernos locales, los mexicanos en primer lugar, no pueden satisfacer las condiciones que demanda un medio ambiente sano en la franja compartida.

La contaminación es un problema ampliamente distribuido en la frontera. Es común hallar materiales como residuos tóxicos y peligrosos (pesticidas, residuos de plomo, nitratos, aguas fecales y residuales, entre muchos) y agentes biológicos infecciosos. Los problemas llegan a ser críticos en muchas zonas donde la presencia de contaminantes deviene en problemas de salud en la población. La exposición a materiales tóxicos y peligrosos, y agentes biológicos infecciosos, promueve afecciones como asma, tuberculosis, concentración de plomo (Pb) en sangre; mieloma múltiple (el cual es una forma de cáncer de la médula ósea), lupus eritematoso sistémico, hepatitis A, infecciones gastrointestinales como schigelosis y amibiasis, y envenenamiento por pesticidas. La falta de conocimiento acerca de las fuentes específicas de tales males ha llevado a los científicos a agruparlos en las así llamadas “contaminaciones por múltiples fuentes”. Niveles elevados de plomo en sangre en niños, por ejemplo, se asocian con la exposición a fuentes de toxicidad inciertas.

Con todo, parece que los problemas ambientales de la frontera ocurren debido principalmente a la carencia, o ineficiencia, de planificación tanto de las actividades económicas (como los desarrollos industriales) como del crecimiento poblacional. En efecto, desde hace tiempo, los especialistas han reconocido que la industria maquiladora es detonante de un amplio espectro de problemas que derivan en una preocupante degradación ambiental en la frontera. La actividad maquiladora en general demanda considerable cantidad de recursos naturales, además de mano de obra, y acelera con ello cambios en el medio ambiente y en la dinámica de crecimiento poblacional. Una serie de compañías del ramo literalmente “explota” los recursos naturales y sociales de la región sin reparo de los daños actuales y potenciales. No obstante, es razonable decir que, en realidad, no todas las empresas se comportan de manera negativa; más aún, no está aún claro si el tipo, tamaño, origen o ubicación de una planta maquiladora, determina en ella algún patrón de comportamiento que sea o no “ambientalmente amigable”.

El crecimiento poblacional no controlado, debido a procesos de inmigración añade mayor preocupación en la frontera; los estudiosos apuntan a las áreas de Tijuana-San Diego y PdN como las de alto impacto, advirtiendo que debieran instrumentarse medidas correctivas con prontitud para evitar mayores repercusiones. La inmigración hacia estas áreas ocurre tanto por su dinámica económica, comparativamente mayor que en la mayoría del territorio mexicano, como por el hecho de encontrarse en la vecindad inmediata con Estados Unidos, hacia donde muchos mexicanos y personas de otras nacionalidades ansían llegar en busca de su “sueño americano”.


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