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OTIUM SINE LITTERIS MORS EST ET HOMINIS VIVI SEPULTURA (LAS PRÁCTICAS DE OCIO DURANTE EL ALTO IMPERIO ROMANO)

Maximiliano Emanuel Korstanje


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Las Fiestas Saturnales (un retorno a la humildad)

Las fiestas Saturnales también atraían la atención de los ciudadanos romanos. Como su nombre lo indica, este evento era dedicado a honor del dios Saturno. En los principios, estas señalaban el final del trabajo en el campo. Entonces, toda la familia romana (campesina por naturaleza) tenía un tiempo de descanso luego del esfuerzo realizado. Estas fiestas comenzaban el 17 de Diciembre y duraban 7 días, hasta el 23 del mismo mes. Si bien desconocemos los motivos, podemos señalar que luego las autoridades romanas redujeron ese lapso a 5 días (Solá, 2004:253).

Imaginar el ambiente que imperaba en esas fiestas no es una tarea difícil. En todas las calles de la ciudad se podía apreciar una alegría (inconmensurable), se suspendían las condenas a muerte, se les daba libertad a algunos condenados, se realizaban sorteos y se permitían los juegos de azar. Todos los habitantes de Roma, sin distinción de estatus estaban invitados a los banquetes celebrados en honor a Saturno. Todas las restricciones que dominaban la vida de Roma eran levantadas temporalmente. El regreso a éste caos, era una manera de recordar la vida en sus inicios. La subordinación y la dominación eran abolidas; llegado el punto lo señores simulaban ser esclavos, y los esclavos hacían lo propio tomando el rol de señores.

Comúnmente, siervos y patrones se juntaban en camaradería bajo el juego de dados (el cual esta también prohibido). No era extraño, que los esclavos tuvieran licencia para decirle a su amo todas aquellas verdades molestas que en la vida diaria no podían decirle. Los regalos circulaban por doquier, en general eran velas o muñecos de barro entre los desconocidos y dinero entre los amigos. El caso y el descontrol llegaron a ser tal que el ambiente regulaba las propias contradicciones del mundo romano y su estructura jerárquica. Dentro del caos, el ritual de las Saturnales daba orden y coherencia a un mundo a veces utópico y cruel. (Solá, 2004:255). Quizás esta haya sido la causa de la reducción de los días festivos por el poder romano. Sin embargo, esto es sólo una especulación personal (desatinada tal vez).

La Fiesta del Triunfo (Un atisbo de Soberbia)

Luego de una campaña militar exitosa, el caudillo involucrado hacía una entrada triunfante con los botines de guerra, con los prisioneros y su ejército. El pomerium era una línea sagrada que separaba el mundo bárbaro de la civilización romana. Al pasar por la puerta de triunfo, el ejército atravesaba inexorablemente esta línea. Encolumnados directo hacia El Capitolio marchaban las tropas romanas, y una vez llegados al lugar, se llevaban a cabo diversos rituales y sacrificios para liberar de culpa a los sobrevivientes del combate (Solá, 2004:255). Según las ideas romanas, los demonios acechaban activamente a aquellos que tenían éxito, por ese motivo no era difícil observar diversos ritos de purificación en las fiestas del Triunfo. Por detrás del caudillo se ubicaba un esclavo que recordaba todo el tiempo al triunfador “recuerda que eres un hombre”. En este sentido, no sólo los soldados sino también el pueblo reunido para este evento podían y de hecho estaban autorizados a satirizar y burlarse del triunfador. (ibid: 256)

En el 46 AC, Caius Julius César llevó a cabo una celebración con motivo de sus victorias en Galia, Egipto y África durante el lapso de diez días. Predominaron los obsequios de cereales, denarios y aceites. También se llevó a cabo un banquete para 22.000 mesas. Para cuidar a César de las envidias de ciertos demonios, los reunidos lo burlaron llamándolo “amante de un rey de Asia Menor de nombre Nicomedes”. El líder militar no sólo que estaba preparado para tal broma sino que no tuvo otra opción más que aceptarla (ibid: 256). La tensión existente entre poder y humildad era evidente en la antigua Roma. Particularmente, si bien por un lado este tipo de fiestas eran llevadas a cabo con un fin específico resaltar la “soberbia” militar de Roma, por el otro servían (además) para recordar los límites del poder. Otras fiestas también eran celebradas a lo largo del año, y aunque pueden ser muy interesantes de abordar, por una cuestión de espacio nos veremos obligados a dejar ese análisis para futuros trabajos.


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