BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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CAPÍTULO 25. EL BANQUETE

Después del Gran Evento, las cortes de ambos Imperios se encaminaron al lugar en el que se llevaría a cabo el Banquete de celebración del Tratado de la Armonía y el Bienestar. Éste se realizó en los barcos de los Niños Piratas y las naves de los Rubicundos, en el patio del Gran Templo del Saber de Tecno-Monte Albán. Largas mesas, cubiertas de manteles y flores blancas, se encargaron de enmarcar la celebración en las naves de ambos bandos.

La capitana se encontraba en su carabela, la barca insignia de los pequeños corsarios, al lado del Gran Rubicundo, en la cual también se le cedió un lugar preferente a los dioses de la Ciencia Antigua, a los integrantes del Cuerpo de Científicos e Ingenieros de Tecno-Monte Albán; así como a Donají y a José Pablo. Como de costumbre, no había risas ni exclamaciones de júbilo, sino la mayor solemnidad.

--¿Te das cuenta que el ave negra del Gran Rubicundo ya no está presente?, ¿y que además no se encuentran con él ni Matacuás ni Trinquete?, comentó Donají.

--Es verdad, y esto no me huele nada bien, reafirmó José Pablo, quien discretamente abandonó su lugar tratando de pasar desapercibido.

A una señal de la capitana una comitiva de su reino apareció en medio de la nave llevando los presentes de los Niños Corsarios. El más importante de ellos consistía en el obsequio de la Arcilla Labrada con los primeros símbolos astronómicos, adoptada como emblema del inicio de la Ciencia por parte de los Niños Piratas, que fue entregada al Gran Rubicundo adornada por flores negras, así como con racimos de frutos de granada, que los Rubicundos consideraban exquisitos, y que únicamente se cultivaban en el Imperio de los Niños Corsarios.

De igual manera, el Gran Rubicundo hizo indicaciones a su comitiva, y en la sala aparecieron los regalos que serían entregados a la capitana. El más importante de todos era un robot, que era exactamente igual a cualquier Niño Pirata. Tenía incluso la facultad de emitir algunos pensamientos propios. El asombro de los presentes, incluyendo el de Adivina Ruborosa, no se dejó esperar.

En agradecimiento, la capitana se levantó y escogió lo que podría ser el mejor fruto de su canasta de obsequios, y personalmente se lo ofreció al Gran Rubicundo. Éste aceptó gustoso e indicó a los miembros de su séquito que probaran de los frutos que tenían en sus mesas, mostrando a los Rubicundos el fruto que acababa de probar. Después el ambiente retornó a su antigua solemnidad.

--Ojalá y todo salga bien...No puede suceder nada malo, porque después de este suceso, la historia aquí será otra, dijo quedamente Donají.

Después, tuvo la oportunidad de escuchar algunos discursos preparados exclusivamente para el evento, dados a conocer de manera magistral por los mejores oradores de ambos Imperios. Donají, gustosamente, hubiera expresado su júbilo con un aplauso, pero tuvo que contenerse, tanto por la solemnidad del acto, como por sus propios nervios. De reojo trataba de captar las actitudes y gestos del Gran Rubicundo y su séquito, así como los correspondientes a la capitana, pero todos mostraban una frivolidad capaz de dejar pasmado al hombre más calmado que existiera en la Tierra.

--No es posible que los Rubicundos no tengan ni siquiera un milímetro de emoción en sus músculos, se dijo Donají.

El evento llegaba a su fin, y para concluirlo el Gran Rubicundo se levantó para trasladarse a su nave, la más imponente de todas las existentes, desde la que expresó algunas palabras de despedida a Adivina Ruborosa:

--¡En nombre de los Rubicundos, agradezco a “la capitana” y al Imperio de los Niños Corsarios todas sus manifestaciones de convivencia para con nosotros, y especialmente sus intentos de Armonía y Bienestar...deseo hueco...vacío!.

Los presentes se quedaron petrificados con tal declaración, sobre todo porque en ese instante los cañones de las naves de los Rubicundos comenzaron a disparar contra los barcos de los Niños Piratas.


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