BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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CAPÍTULO 6. UNA TRAGEDIA CON EL ESPACIO-TIEMPO

Después de la desaparición de Xochiquetzal en las aguas de Monte Albán de los Niños Águila, Yacatecutli, un tanto condolido con lo que acababa de suceder, expresó:

--¡Cuanta dificultad ocasiona el acceso a los mercados imperfectos!.

--¡Eres un muchacho extraño!, le replicó Donají.

--¿Extraño yo?...¿Qué acaso alguien que no posee ninguna mercancía puede ingresar al mercado?, ¿qué puede vender que no sea su fuerza de trabajo o su dignidad incluso?...Espero que ustedes no deseen ingresar al mercado como la joven, replicó el muchacho.

--Lo que debe hacerse es eliminar las barreras de acceso al mercado, insistió José Pablo, justo en el momento cuando del fondo del estanque brotó la negra figura de la “reina del monopolio”. Con cavernosa voz se dirigió al muchacho:

--¡Gracias Yacatecutli por haberme hecho este favor. Esta joven es ya mía!, hundiéndose nuevamente en el fondo de la fuente.

--¿Viste que ese monstruo era la Matlacihua?, comentó Donají.

--¿Ya conocen a la Matlacihua?, los miró extrañado el muchacho.

--¿La Matlacihua, la “reina del monopolio”?. Reina de la trampa y la corrupción será, y seguramente tú eres su achichincle, le dijo burlonamente José Pablo.

Yacatecutli trató de decir algo, cuando en ese preciso momento apareció otra misteriosa mujer vestida como la niña desaparecida, que llevaba en sus manos unas mazorcas, la cual dirigiéndose a los presentes dijo:

--¿Dónde está mi hija Xochiquetzal que por aquí caminaba?.

Al comentarle los niños lo que acababa de suceder, la mujer estalló en llanto, diciendo al muchacho:

--¡Tú, Yacatecutli!, ¿No pudiste evitar la tragedia que ahora me embarga?. ¡Niña mía, Xochiquetzal!, ¿donde estás?. Te has ido lejos, muy lejos a caminar por el oscuro cielo, hacia el negro mar, por los valles y montañas del nunca jamás, al país sin tiempo, al mundo sin movimiento...

En su desesperación comenzó a agitar sus brazos desatando un viento que comenzó a sacudir con gran ímpetu las pirámides de Monte Albán de los Niños Águila, lo que obligó a Donají, José Pablo y Yacatecutli a correr porque la ciudad comenzó a estremecerse.

--¡Corran por aquí niños!, gritó Yacatecutli a Donají y José Pablo. Después les explicó:

--La mamá de Xochiquetzal domina el espacio y el tiempo de las regiones. Ella puede transformar la economía y las cosas con su habilidad.

--¿Cómo sucede eso?, le preguntó Donají.

--El desarrollo económico se rige en gran medida por la economía del tiempo, en las regiones el espacio puede ser transformado en tiempo. Si ustedes pudieran ver el mapa de todas las regiones descubrirían que en algunos espacios la duración de los procesos económicos transcurre más aprisa, en otros el consumo del tiempo da la impresión de llevarse a efecto con más lentitud, fenómeno que entre otros explicará las diferencias en los niveles de acumulación de las regiones. El desarrollo regional no solo se explica por la existencia de recursos, economías de escala, o los costos de transporte, sino también por la interrelación que la región favorece en las actividades para asegurar la rotación del capital, preferentemente en aquellas que conduzcan al menor tiempo de recuperación de la inversión. La mamá de Xochiquetzal tiene un poder que le permite transformar el espacio en tiempo con el cual puede manipular el comportamiento de las regiones a través del cambio de las estaciones...

En ese momento la arremetida de la mamá de Xochiquetzal era como la de un huracán, de tal manera que poco a poco Monte Albán de los Niños Águila comenzó a desmoronarse. En medio de la destrucción que con ello se formó, oyeron a la misteriosa mujer decir extraños conjuros, al mismo tiempo que arrojaba las mazorcas que llevaba hacia las aguas de la Laguna Encantada, la cual comenzó a arder produciendo llamas que en poco tiempo se alzaron hasta el cielo.

Cuando se sentían perdidos al ser alcanzados por que el fuego, Yacatecutli preguntó a los niños:

--¿Hacia donde se dirigían?.

--¡Íbamos en busca del Arco Iris mágico que se ve al otro lado de la ciudad!, expresó José Pablo.

--Sólo hay una forma de llegar allá, aclaró Yacatecutli.

--¿Pero no antes debemos salir de aquí?, intervino Donají, quien se sostenía del brazo de José Pablo.

--Eso harán, y ya que por mi descuido aquí suceden muchas cosas nocivas para la economía del lugar, seré yo quien los ayude a salir. Les deseo buena suerte en su cometida, y que la paz los acompañe.

Dicho lo anterior, Yacatecutli se metió entre las llamas. Cuando su cuerpo se perdió en el fuego el ambiente se llenó de un humo blanco y de un olor a incienso que detuvo la destrucción. Después de unos momentos que les parecieron eternos, y cuando el humo se diluyó, observaron como un grupo de Niños Águila llevaban prisionera a la Matlacihua, quien al sentir el calor tuvo que salir del fondo de la Laguna Encantada.

Nuevamente aparecieron los tres niños con penachos de cabezas de águila, quienes dijeron a Donají y a José Pablo:

--¡Niños!. ¡Hemos triunfado pues ha sido capturada la Matlacihua!. Las enseñanzas recibidas nos ayudan a comprender que el mercado, si se acepta como guía de la economía, debe basarse en la libertad para elegir, la libertad para participar, la libertad para competir. Pero en una sociedad justa, debe apoyarse en leyes que les permitan a los ciudadanos más débiles y pobres tener un acceso digno a las actividades productivas.

--También debe regularse la velocidad de rotación del capital, pues según vimos una superaceleración como la ocasionada por la mamá de Xochiquetzal puede destruirlo todo, comentó irónicamente José Pablo.

Finalmente los tres jóvenes niños agregaron:

--¡Como premio a su solidaridad con nuestra causa, recibirán el pase hacia el Arco Iris mágico!.

Y tomándolos de las manos, se dirigieron hacia un templo en forma de pirámide que no había sido destruido por la arremetida de la mamá de Xochiquetzal. El templo se encontraba labrado y adornado con figuras de águilas, en las gradas del cual los esperaban un gran número de niños formando una valla. En lo más alto del recinto se encontraba el trono ocupado por Pitao Cozobi, el Venerable Binigulaza de las regiones en Monte Albán, quien dijo a Donají y a José Pablo:

--¡Niños, ahora pueden recibir el pase hacia el Arco Iris mágico!. Han sido testigos de algunos problemas que ocasiona el mal manejo de la economía como la corrupción y la destrucción de los recursos. Pero Yacatecutli, el muchacho que dirige el mercado en Monte Albán de los Niños Águila, al reconocer esto se esforzó por ayudarnos a recuperar la libertad del mercado, la cual se obtuvo con la captura de la Matlacihua, quien era la creadora de los monopolios en este lugar. ¡La libertad del mercado es una herramienta, que junto con una buena planificación, puede contribuir a la satisfacción de las necesidades de la sociedad!. ¡Adelante, que las puertas están abiertas para realizar nuestra actividad económica!.

Mientras eran testigos de estos sucesos, los niños vieron con asombro como Xochiquetzal era rescatada junto con su mamá y Yacatecutli de la Laguna Encantada donde había sido raptada. Los demás niños aplaudieron este hecho.

Bajando de su trono, Pitao Cozobi ciñó coronas en las frentes de Donají y José Pablo elaboradas con olorosas flores de cempasúchil. Luego en tono solemne afirmó:

--¡Deseamos una sociedad que tenga una economía vigorosa pero también una viva fraternidad, que no solo cuente con dinero o mercancías, sino también mucha equidad!.

Y abrazando a Donají y a José Pablo les dijo:

--¡Qué la libertad los acompañe siempre!.

--¡Así sea!, fue el coro con la voz de los jóvenes que secundó sus palabras.

Todos los presentes se acercaron a Xochiquetzal, a su mamá y a Yacatecutli para felicitarlos por haber salido con bien de la Laguna Encantada. Pitao Cozobi era el más emocionado de todos, y a los niños les causó gran asombro el escucharlo decir:

--Gracias Xochiquetzal y Yacatecutli por haber rescatado la tierra de los Niños Águila del embrujo del monopolio en el cual estuvo viviendo. Niños -dijo a Donají y José Pablo-, ustedes deben saber que yo estuve encantado por la Matlacihua, y por eso ella se ostentó como la “reina del monopolio”. Pero todo eso cambió gracias a que ustedes contribuyeron a que la tranquilidad y la felicidad retorne a este lugar. Después les preguntó:

--¿Por qué desean viajar hacia el Arco Iris mágico?

--Porque algo nos dice que él nos conducirá hacia la salida del túnel en el cual nos perdimos, fue la respuesta que recibió de José Pablo.

--Efectivamente, ustedes podrán salir del túnel de Monte Albán cuando logren tocar el Arco Iris mágico que ven en el horizonte. Pero eso es muy peligroso en este momento, ya que el Arco Iris está en disputa, pues los “hombres barbados de la serpiente” han venido a nuestras tierras para llevárselo, lo quieren para ellos, pues quien es poseedor del Arco Iris también lo es de la abundancia, el bienestar, la felicidad y la armonía.

--¿Llevarse el Arco Iris mágico?, exclamaron con asombro Donají y José Pablo.

--Aunque les parezca extraño, esto es verdad, y por eso Monte Albán está en guerra, pero esta es una historia que ustedes entenderán dentro de poco. Seguramente desean emprender su viaje lo más pronto posible. Debido al peligro que encontrarán, le rogaré a Quetzalcóatl que los acompañe, pues como sabrán él es un amigo de los niños, dispuesto a guiarlos de la mejor manera posible. Síganlo y apóyense en sus consejos...

--¿Quetzalcóatl nos acompañará?, comentaron con asombro Donají y José Pablo.

Todos hicieron una reverencia cuando entre la multitud surgió un niño con una túnica blanca, quien tendió hacia todos sus manos en señal de amistad: era el niño Quetzalcóatl, quien entonces transitaba por el túnel mágico de Monte Albán en busca de la estrella de oriente para retornar al lugar de los dioses. Donají y José Pablo se sintieron doblemente tranquilos. Por un lado la Matlacihua había sido capturada, y por otro, Quetzalcóatl era su protector. Después de este suceso feliz los Niños Águila se acercaron para desearles a los nuevos amigos un feliz viaje.

Estando ya acompañados de Quetzalcóatl, Donají y José Pablo se tomaron de la mano, encontrándose de pronto en medio de un verdadero torrente de luz, en el cual se diluyeron sus pasos en pos del Arco Iris mágico que resaltaba en el horizonte.


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