BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



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TERCERA PARTE. LA REGIÓN DEL ARCO IRIS

CAPÍTULO 25. LA ENSEÑANZA DE LOS PARADIGMAS

Era día de la presentación final de temas en la clase de Economía. José Pablo no supo por qué, pero las presentaciones de sus compañeros le parecieron elementales, como si la noche anterior él hubiera aprendido a contemplar la ciencia económica de una manera más compleja...Bueno, al menos eso pensó que le había sucedido después de su sueño en Monte Albán.

Cuando el profesor de la clase se dirigió a él diciéndole:

--Es tu turno, y tú tienes un encargo especial, ¿recuerdas nuestra conversación al terminar la presentación de ayer?. Debes hablarnos de la relación entre el espacio y la Economía, José Pablo se sintió muy seguro y respondió:

--Así es profesor. Para hacerme entender les narraré las aventuras que viví en mis sueños en el “túnel mágico” de Monte Albán.

Sus compañeros pensaron que su intervención sería una broma, pero atentos escucharon la historia de como los niños binigulazas, Quetzalcóatl, la Matlacihua, Trinquete, Matacuás, los rubicundos, en fin, todos los personajes ya conocidos en esta historia entendían la relación entre la Economía y el espacio. Cuando terminó de contar sus aventuras, José Pablo agregó:

--Muchos estudiosos de las ciencias sociales, y el público en general, consideran a la región como algo que existe porque si, sin detenerse a reflexionar que su concepto posee significados diferentes. Aprendí en Monte Albán que la región no es solamente el espacio o el suelo habitado por el ser humano. La región es algo más que un territorio delimitado artificialmente (por sus relaciones sociales, étnicas o de su economía), o naturalmente (por su clima, flora, fauna o suelo). Aun la región más pequeñita siempre será el hogar de todos, pues es el regazo con que la Madre Tierra nos cobija.

El conocimiento de las regiones puede visualizarse a través de los “paradigmas de los niños binigulazas”, los cuales son las “miradas intencionadas” con que puede entenderse la realidad. Con Quetzalcóatl aprendí que existen el de la “región tradicional”, cuyo nacimiento se pierde en le tiempo; el de la “región productiva” y de la “región jerárquica”, que nacieron en los siglos XVIII y XIX; así como los paradigmas de la “región global” y de la “región sustentable”, concebidos en las últimas décadas del siglo XX; y finalmente el de la “región compleja”, que posiblemente se desarrolle mejor en el siglo XXI. Todos estos paradigmas poseen implicaciones para el actuar cotidiano de las sociedades en la realidad.

El paradigma de la “región tradicional” se basa en el respeto, el cuidado de la naturaleza, la solidaridad, y el despliegue de la comunalidad de la gente. La región no solo es lo que nos rodea, sino nuestra “Madre Tierra”. Esta región la conocí con los “Niños Venado Cola Blanca”.

La “región productiva” deriva del “paradigma capitalista o del mercado” de la ciencia económica, como en el caso de la economía de los “Niños Águila” o de los “Niños Gavilán”. Esta región está concebida como una “máquina territorial productiva”, la cual está obligada a producir bienes, servicios o ganancias a voluntad de quien se adueña de la tierra.

Los rubicundos del Imperio de la Serpiente preferían la “región jerárquica”, como también ocurría en “Monte Albán de los Niños Jaguar”, para los cuales la región existe para proporcionarnos “desarrollo”. Las regiones jerárquicas terminan formando “territorios de dominación” a través de los grupos que ostentan el poder económico; que finalmente acaban dominando los espacios circundantes.

La “región global” de la Matlacihua, Trinquete y Matacuás se basó en la consideración que la globalización y la regionalización forman un “sistema-mundo”, es decir, un imperio mundial. Éste ha apoyado la necesidad de las regiones desarrolladas de asegurar bloques para la adquisición de materias primas, mano de obra, y la venta de sus productos, generando en las regiones más pobres formas de dependencia e interrelación financiera, tecnológica y mercantiles más complejas.

La “región sustentable”, como la creada por los “Niños Halcón”, deriva del reconocimiento a lo limitado de los recursos que disponen las regiones. Rompe con el “antropocentrismo”, pues formalmente en este paradigma, a la naturaleza se le atribuye un lugar similar al de la sociedad humana. La “región sustentable” se asemeja a un gran “ecosistema” que se desarrolla en base a los recursos naturales y el ambiente que posee.

Finalmente la “región compleja” es la conjunción del aprovechamiento económico de los recursos, el equilibrio que emana de la sustentabilidad, de la interacción de la red mundial de capitales, y también de la revaloración de la unidad de esta diversidad con la cultura, la ecología, los idiomas, las tradiciones, los géneros, etcétera. Esta región conjuga los valores locales con los valores universales. Al final, los niños binigulazas decidieron crear una “región compleja armónica”, como una manifestación del respeto y admiración por todo lo que los rodeaba.

Lo sucedido en el túnel mágico de Monte Albán nos enseña que muchos fenómenos aparentemente aislados están mutuamente interconectados, y que lo que nos parece una acción de un elemento aislado es en realidad una respuesta de la región en su conjunto hacia el contexto en la cual se desenvuelve. Los seres humanos no actuamos independientemente de la región, sino que somos la parte pensante de la misma: las regiones son moldeadas por el hombre, pero también la región moldea al hombre.

El tratar a las regiones como solamente “suelo”, “máquinas productivas”, o “máquinas de poder”, ha conducido en la práctica a los desequilibrios ambientales, sociales, a las desigualdades regionales, a propiciar las guerras entre las regiones, y en fin, a perder la oportunidad de desarrollar un mundo más acorde con las ideas de armonía y felicidad humanas, haciéndonos daño a nosotros mismos al estropear a nuestra Madre Tierra.

--¿Cómo supiste esto que acabas de comentarnos hoy?, interrumpió su profesor a José Pablo.

--Gracias a que tuve un sueño en el cual recibí las enseñanzas de los niños binigulazas y de Quetzalcóatl en el túnel mágico de Monte Albán...

Sus compañeros se quedaron pensativos con su respuesta, lo cual llenó de satisfacción a José Pablo, quien estaba seguro que su aventura en Monte Albán era un sueño que le había servido para valorar mejor las regiones que conforman nuestro planeta.


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