BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


EL TÚNEL MÁGICO DE LOS PARADIGMAS ….LA CIENCIA REGIONAL AL ALCANCE DE LOS JÓVENES

Andrés E. Miguel Velasco y otros



Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (724 páginas, 1.48 Mb) pulsando aquí

 

 

CAPÍTULO 17. EL PARADIGMA DEL JEFE TRINQUETE

A pesar de su triunfo temporal en Monte Albán de los Niños Jaguar, el Jefe Trinquete sabía que tenía que lidiar en la Región de la Serpiente, pues entre sus subalternos había cierta división sobre la explicación del verdadero comportamiento de la economía de su imperio. En particular, tenía que vencer los argumentos que derivaban en las llamadas “propuestas socialistas” que criticaban el capitalismo imperialista de la Región de la Serpiente, o el argumento de la llamada "economía de la dependencia", que suponía que las regiones ricas explotan o dominan a las pobres y que esto era injusto. También tendría que enfrentarse a los seguidores de la teoría del "centro y la periferia", quienes proponían que a nivel espacial se forman “centros” que explotan a las regiones o localidades subsidiarias, y que esto, a la larga, ocasiona muchos males. Debía también derrotar los argumentos de los seguidores de la teoría del "intercambio desigual", para la cual las regiones establecen relaciones de “dominación” a través de los precios del intercambio de las materias primas y los productos terminados, es decir, comprando barato y vendiendo caro.

Estos argumentos concluían que a partir de la organización de la economía de las formas descritas, unos se enriquecían a costa de otros, normalmente los más ricos a costa de los más pobres. Este razonamiento molestaba a Trinquete, ya que le estorbaba para que sus planes se llevaran a cabo sin problemas.

El Jefe de los rubicundos hizo una mueca, y sus pensamientos lo llevaron a la reflexión que para su pueblo, el "desarrollo" de su imperio continuamente estaba envuelto en crisis, las que él intuía que tarde o temprano podrían conducir al cambio del sistema capitalista que efectivamente existía en su región, sistema que se basaba en ponerle un precio a todas las cosas para asegurar altas ganancias a los dueños de las empresas, a costa del nivel de vida de los trabajadores.

Sabía por experiencia que con el transcurso del tiempo la existencia de capital en la economía se expandía en la Región de la Serpiente. Pero esto no solo traía ventajas a su región, pues algunas ideas económicas contestatarias sugerían que a medida que su economía progresara, la distribución del ingreso entre los trabajadores y capitalistas se haría cada vez más y más desigual. La desocupación por causas tecnológicas aumentaría. Las tasas de ganancia decrecerían, originando una fuerte competencia entre las empresas, conduciendo a una mayor concentración de los medios de producción, y a crisis cada vez más severas. Por último, debido al crecimiento de los desajustes de la economía el imperio podría derrumbársele en sus propias manos.

La guerra contra los niños binigulazas le había caído de perlas al Jefe Trinquete, pues justo cuando la Matlacihua lo invitó a pelear, la Región de la Serpiente sufría los estragos de su crisis más reciente.

La guerra contra los niños binigulazas favorecería la acumulación de capital para la Región de la Serpiente gracias al saqueo, y a la creación de empleos y empresas que la guerra requería; y también porque la reproducción del capital encontraría mejores perspectivas de ganancia al desplazarse hacia las actividades y espacios geográficos de los binigulazas.

--“Al final de cuentas, concluyó su razonamiento Trinquete jalándose los pelos de su espesa barba, a mi que me importa la economía, si el poder lo tengo yo. Yo seré quien decida con que parte de la riqueza me quedo, y quien de mis soldados se oponga a ello tendrá que enfrentar mi enojo”.

--¡A la carga valientes soldados!, las demás ciudades de los niños nos esperan. El mundo es nuestro, al fin construiremos el imperio de los rubicundos que siempre hemos anhelado: ¡el futuro es nuestro!, sentenció Trinquete, por lo cual los rubicundos emprendieron la marcha hacia Monte Albán de los Niños Venado Cola Blanca. Todos levantaron sus espadas gozosos...Bueno, todos menos Matacuás, el cual sabía que la parte del tesoro que le correspondería sería muy poca debido a que por error él había manifestado abiertamente su ambición. Los demás soldados, inconformes también, habían sido más cautelosos al respecto.

Para Matacuás, al cual le había sido retirado su caballo, era muy difícil comprender a plenitud que la Matlacihua era la culpable de la situación por la cual atravesaba entonces.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios